La búsqueda de este estado se remonta desde la antigüedad, pero diferentes filósofos no se ponen de acuerdo. Esta suele ir ligada a una condición interna que no es la misma para cada sujeto, región o época.

Para algunos ser feliz es autorrealizarse, para otros es bastarse a sí mismo. Hay los que piensan que esta se da al experimentar placer intelectual y físico, evitando el sufrimiento mental o físico.

En Oriente la felicidad se concibe como una cualidad, debido a un estado de armonía interna que se manifiesta como un sentimiento de bienestar que perdura en el tiempo y no como un estado de ánimo de origen pasajero. Mientras que otros afirman que la felicidad es una actitud mental que puede asumirse conscientemente, ya que existen individuos felices e infelices en todas las condiciones socioeconómicas, geográficas, de religión, edad, sexo y estados de salud.

Sin duda, las personas más felices muestran un enfoque positivo del medio, sea cual sea la razón esto parte de un logro para su bienestar, por lo que se sentirán motivados a conquistar nuevas metas y deseos. Entonces, ¿eres feliz? ¿Y si te lo propones?

A continuación te presentamos algunas ideas de filósofos que han reflexionado sobre la felicidad y cómo alcanzarla. Esperamos que te sirvan de inspiración y te ayuden a encontrar tu propia definición de este estado tan deseado.

Sócrates (siglo V a.C.):
Para el padre de la filosofía occidental, la felicidad consiste en el conocimiento de uno mismo y la práctica de la virtud. La virtud es el bien supremo que conduce a la armonía del alma y a la vida buena. La felicidad no depende de los bienes externos, sino de la sabiduría y el autocontrol.²

Platón (siglo IV a.C.):
Para el discípulo de Sócrates, la felicidad es el fin último de la existencia humana y se alcanza mediante la contemplación de las ideas eternas y perfectas que constituyen la realidad verdadera. La felicidad implica el orden y la justicia del alma, que se logra cuando la razón gobierna sobre las pasiones y los apetitos.³

Aristóteles (siglo IV a.C.):
Para el discípulo de Platón, la felicidad es la actividad propia del ser humano conforme a su naturaleza racional y social. La felicidad es el ejercicio de la virtud, entendida como el término medio entre los extremos viciosos. La felicidad también requiere ciertos bienes externos, como la salud, la amistad y la prosperidad.⁴

Epicuro (siglo III a.C.):
Para el fundador de la escuela epicúrea, la felicidad es el placer, entendido como la ausencia de dolor físico y mental. La felicidad se consigue mediante una vida sencilla, moderada y autárquica, que evita los deseos innecesarios y las falsas opiniones. La felicidad también implica el cultivo de la amistad y la liberación del miedo a los dioses y a la muerte.⁵

– Séneca (siglo I d.C.):
Para el representante del estoicismo romano, la felicidad es la conformidad con la naturaleza y con la razón universal que rige el destino. La felicidad se logra mediante una vida virtuosa, que implica el dominio de las pasiones, el desapego de los bienes materiales y la aceptación de los acontecimientos. La felicidad también supone el ejercicio del deber cívico y el amor a la humanidad.

San Agustín (siglo IV-V d.C.):
Para el padre de la Iglesia latina, la felicidad es el fin último del ser humano y se identifica con Dios, que es el bien supremo y la fuente de toda verdad y bondad. La felicidad se alcanza mediante la fe, la esperanza y el amor, que permiten al alma elevarse por encima de las cosas terrenales y unirse a Dios. La felicidad plena se realiza en la vida eterna.

– Santo Tomás de Aquino (siglo XIII d.C.):
Para el máximo exponente de la escolástica medieval, la felicidad es el fin último del ser humano y se identifica con Dios, que es el bien perfecto y el objeto supremo del deseo natural. La felicidad se alcanza mediante la gracia, que eleva al alma a un orden sobrenatural y le permite participar de la visión beatífica de Dios. La felicidad imperfecta se realiza en esta vida mediante las virtudes naturales y teologales.

Descartes (siglo XVII d.C.):
Para el padre de la filosofía moderna, la felicidad es un estado interno del alma que depende de su libre disposición para juzgar lo bueno y lo malo. La felicidad se consigue mediante una vida racional, que implica el uso correcto del método, el conocimiento claro y distinto de las verdades evidentes y el dominio de las pasiones mediante la voluntad.

Kant (siglo XVIII d.C.):
Para el fundador de la filosofía crítica, la felicidad es el estado en el que el ser humano satisface todos sus deseos conforme a la ley moral. La felicidad se alcanza mediante una vida ética, que implica el cumplimiento del deber por respeto a la ley universal y el desarrollo de las facultades humanas. La felicidad no es el fin último de la razón práctica, sino una aspiración legítima que debe subordinarse a la moralidad.

Hegel (siglo XIX d.C.):
Para el máximo representante del idealismo absoluto, la felicidad es el estado en el que el ser humano se realiza plenamente como espíritu absoluto. La felicidad se alcanza mediante una vida histórica, que implica el reconocimiento de la razón en la naturaleza, en la sociedad y en el arte. La felicidad es el resultado de la dialéctica entre lo finito y lo infinito, entre lo individual y lo universal, entre lo subjetivo y lo objetivo.

Nietzsche (siglo XIX d.C.):
Para el crítico de la cultura occidental, la felicidad es el estado en el que el ser humano afirma su voluntad de poder y crea sus propios valores. La felicidad se alcanza mediante una vida trágica, que implica el superación del nihilismo, el rechazo de la moral cristiana y el surgimiento del superhombre. La felicidad es una forma de amor fati, es decir, de aceptación incondicional del destino.

Sartre (siglo XX d.C.):
Para el exponente del existencialismo ateo, la felicidad es el estado en el que el ser humano asume su libertad y su responsabilidad ante su proyecto de vida. La felicidad se alcanza mediante una vida auténtica, que implica la elección consciente y comprometida de los fines propios y la superación de la mala fe y de la angustia. La felicidad es una forma de compromiso con uno mismo y con los demás.

Schopenhauer (siglo XIX d.C.):
Para el filósofo del pesimismo, la felicidad es el estado en el que el ser humano libera su voluntad de la ilusión del deseo y de la representación. La felicidad se alcanza mediante una vida ascética, que implica la renuncia a los placeres mundanos, la compasión por el sufrimiento ajeno y la contemplación estética. La felicidad es una forma de negación de la voluntad de vivir.

Freud (siglo XX d.C.):
Para el creador del psicoanálisis, la felicidad es el estado en el que el ser humano satisface sus impulsos instintivos y reduce al mínimo las tensiones psíquicas. La felicidad se alcanza mediante una vida equilibrada, que implica el ajuste entre el principio del placer y el principio de realidad, la sublimación de las pulsiones y la resolución de los conflictos inconscientes. La felicidad es una forma de homeostasis psíquica.

Russell (siglo XX d.C.):
Para el filósofo del análisis lógico, la felicidad es el estado en el que el ser humano disfruta de su existencia y de sus actividades. La felicidad se alcanza mediante una vida diversa, que implica el interés por múltiples objetos, la expansión de la personalidad y la superación del egocentrismo y del miedo. La felicidad es una forma de gozo vital.

– Fromm (siglo XX d.C.):
Para el representante de la psicología humanista, la felicidad es el estado en el que el ser humano realiza su potencial creativo y se relaciona con los demás desde el amor. La felicidad se alcanza mediante una vida productiva, que implica el desarrollo de las capacidades humanas, la superación del modo tener y la adopción del modo ser. La felicidad es una forma de bienestar biopsicosocial.

– Albert Camus (1913-1960):
Para el filósofo del absurdo, la felicidad es el estado en el que el ser humano se rebela contra la falta de sentido de la existencia y crea sus propios valores. La felicidad se alcanza mediante una vida lúcida, que implica el reconocimiento de lo absurdo, el rechazo del suicidio y de la religión y el compromiso con la libertad y la solidaridad. La felicidad es una forma de fidelidad a sí mismo y al mundo.

– Marcuse (siglo XX d.C.):
Para el representante de la Escuela de Frankfurt, la felicidad es el estado en el que el ser humano se libera de la alienación y la represión impuestas por el sistema capitalista y la sociedad industrial. La felicidad se alcanza mediante una vida emancipadora, que implica la crítica de la razón instrumental, la superación de la falsa conciencia y el desarrollo de las potencialidades humanas. La felicidad es una forma de realización individual y social.

Taylor (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo del reconocimiento, la felicidad es el estado en el que el ser humano se identifica con su proyecto de vida y recibe el respeto y la valoración de los demás. La felicidad se alcanza mediante una vida auténtica, que implica la construcción de una identidad personal y colectiva, el diálogo con las tradiciones culturales y el reconocimiento mutuo. La felicidad es una forma de expresión y pertenencia.

Victor Frankl (1905-1997):
Para el fundador de la logoterapia, la felicidad es el estado en el que el ser humano encuentra un sentido a su existencia y a su sufrimiento. La felicidad se alcanza mediante una vida plena, que implica la realización de valores creativos, experienciales y de actitud. La felicidad es una forma de trascendencia y de responsabilidad.

– Sánchez (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la vida cotidiana, la felicidad es el estado en el que el ser humano disfruta de los pequeños placeres y momentos de la vida diaria. La felicidad se alcanza mediante una vida sencilla, que implica la atención al presente, el cuidado de los detalles y la apreciación de lo ordinario. La felicidad es una forma de saborear y celebrar la vida.

–  Jean-Paul Sartre (1905-1980)
Para el filósofo del existencialismo, la felicidad es el estado en el que el ser humano asume su libertad y su responsabilidad ante sus elecciones y sus acciones. La felicidad se alcanza mediante una vida auténtica, que implica la conciencia de la contingencia, el rechazo de la mala fe y el compromiso con la situación histórica. La felicidad es una forma de coherencia y de proyecto.

– Nussbaum (siglo XX-XXI d.C.):
Para la filósofa de las capacidades humanas, la felicidad es el estado en el que el ser humano ejerce sus facultades y sus potencialidades para vivir una vida digna y floreciente. La felicidad se alcanza mediante una vida eudaimónica, que implica el desarrollo de las capacidades humanas básicas, el respeto a la diversidad y la justicia social. La felicidad es una forma de bienestar y de calidad de vida.

– Singer (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo del utilitarismo, la felicidad es el estado en el que el ser humano maximiza el placer y minimiza el dolor para sí mismo y para los demás seres sensibles. La felicidad se alcanza mediante una vida ética, que implica la aplicación del principio de utilidad, el respeto a los intereses de todos los afectados y la reducción del sufrimiento. La felicidad es una forma de bienestar y de altruismo.

– Savater (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la ética aplicada, la felicidad es el estado en el que el ser humano se siente satisfecho con su vida y con sus decisiones. La felicidad se alcanza mediante una vida libre, que implica la elección racional de los fines, la asunción de las consecuencias y la búsqueda de la coherencia. La felicidad es una forma de autonomía y de sentido.

Erich Fromm (1900-1980):
Para el filósofo del humanismo, la felicidad es el estado en el que el ser humano se realiza como persona y se relaciona con los demás de forma sana y constructiva. La felicidad se alcanza mediante una vida plena, que implica el desarrollo de las facultades humanas, el amor maduro y la participación social. La felicidad es una forma de crecimiento y de conexión.

– Sigmun Bauman (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la modernidad líquida, la felicidad es el estado en el que el ser humano se adapta a los cambios constantes y a la incertidumbre de la sociedad actual. La felicidad se alcanza mediante una vida flexible, que implica la capacidad de elegir, de renunciar y de reinventarse. La felicidad es una forma de movilidad y de libertad.

– Ricoeur (siglo XX d.C.):
Para el filósofo de la hermenéutica, la felicidad es el estado en el que el ser humano interpreta su existencia y su historia de forma coherente y significativa. La felicidad se alcanza mediante una vida narrativa, que implica la comprensión de sí mismo, de los otros y del mundo a través del lenguaje y los textos. La felicidad es una forma de mediación y de sentido.

– Badiou (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo del acontecimiento, la felicidad es el estado en el que el ser humano se mantiene fiel a una verdad que irrumpe en su vida y lo transforma radicalmente. La felicidad se alcanza mediante una vida militante, que implica la participación en procesos de verdad en los campos del arte, la ciencia, la política y el amor. La felicidad es una forma de fidelidad y de creación.

– MacIntyre (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la ética de las virtudes, la felicidad es el estado en el que el ser humano cumple con su función y su propósito como ser racional y social. La felicidad se alcanza mediante una vida virtuosa, que implica la práctica de las virtudes morales e intelectuales, la participación en las tradiciones morales y la búsqueda del bien común. La felicidad es una forma de excelencia y de telos.

– Lipovetsky (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la hipermodernidad, la felicidad es el estado en el que el ser humano satisface sus deseos y sus expectativas en una sociedad de consumo y de individualismo. La felicidad se alcanza mediante una vida hedonista, que implica el disfrute de los bienes materiales y simbólicos, la afirmación de la identidad personal y la adaptación al cambio. La felicidad es una forma de placer y de satisfacción.

– Arendt (siglo XX d.C.):
Para la filósofa de la acción política, la felicidad es el estado en el que el ser humano participa activamente en los asuntos públicos y se muestra al mundo como un ser único e irrepetible. La felicidad se alcanza mediante una vida activa, que implica el ejercicio de las facultades humanas de labor, obra y acción, la pertenencia a una comunidad política y el respeto a la pluralidad humana. La felicidad es una forma de aparición y de natalidad.

– Comte-Sponville (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo del materialismo espiritual, la felicidad es el estado en el que el ser humano vive en armonía consigo mismo y con el mundo, sin esperar nada más allá de lo real. La felicidad se alcanza mediante una vida sabia, que implica el cultivo de las virtudes, la aceptación de los límites y la apertura al amor y a la alegría. La felicidad es una forma de sabiduría y de espiritualidad.

Foucault (siglo XX d.C.):
Para el filósofo de la genealogía, la felicidad es el estado en el que el ser humano se constituye a sí mismo como sujeto de su propia existencia y se resiste a las formas de dominación y normalización. La felicidad se alcanza mediante una vida estética, que implica el cuidado de sí mismo, la práctica de la crítica y la creación de nuevas formas de subjetividad. La felicidad es una forma de estilización y de libertad.

– Sloterdijk (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la antropotécnica, la felicidad es el estado en el que el ser humano se transforma a sí mismo y a su entorno mediante el ejercicio de sus capacidades y el uso de sus recursos. La felicidad se alcanza mediante una vida antropotécnica, que implica el entrenamiento de las facultades humanas, la adaptación al medio ambiente y la innovación tecnológica. La felicidad es una forma de perfeccionamiento y de optimización.

– Taylor (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la modernidad, la felicidad es el estado en el que el ser humano se identifica con su proyecto de vida y se realiza como un ser moral y espiritual. La felicidad se alcanza mediante una vida auténtica, que implica el reconocimiento de los bienes morales, la articulación de una identidad personal y el diálogo con las tradiciones culturales. La felicidad es una forma de autenticidad y de trascendencia.

– Rorty (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo del pragmatismo, la felicidad es el estado en el que el ser humano se libera de las pretensiones de verdad y de objetividad y se expresa creativamente en la sociedad. La felicidad se alcanza mediante una vida irónica, que implica el cuestionamiento de las metanarrativas, la invención de nuevas formas de lenguaje y la solidaridad con los otros. La felicidad es una forma de ironía y de esperanza.

– Habermas (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo de la teoría crítica, la felicidad es el estado en el que el ser humano se comunica racionalmente con los demás y se integra en una sociedad democrática y pluralista. La felicidad se alcanza mediante una vida comunicativa, que implica el uso del discurso argumentativo, el reconocimiento de la validez de las pretensiones y la búsqueda del consenso. La felicidad es una forma de racionalidad y de acción comunicativa.

– Dworkin (siglo XX-XXI d.C.):
Para el filósofo del liberalismo igualitario, la felicidad es el estado en el que el ser humano vive de acuerdo con su concepción del bien y sus valores personales. La felicidad se alcanza mediante una vida responsable, que implica el respeto a la dignidad humana, la igualdad de recursos y la soberanía personal. La felicidad es una forma de responsabilidad y de justicia.

– Sánchez (siglo XXI d.C.):
Para el filósofo del pesimismo vital, la felicidad es el estado en el que el ser humano se enfrenta a la realidad y a sus contradicciones con lucidez y humor. La felicidad se alcanza mediante una vida lúcida, que implica el reconocimiento de los límites, la crítica de las ilusiones y la ironía ante lo absurdo. La felicidad es una forma de lucidez y de humor.

– Martha Nussbaum (1947-): Filósofa estadounidense, especialista en ética y política. Nussbaum defiende una concepción de la felicidad basada en las capacidades humanas, es decir, en las oportunidades reales que tiene cada persona para desarrollar sus potencialidades y vivir una vida digna. Para Nussbaum, la felicidad no se reduce al bienestar subjetivo o a la satisfacción de deseos, sino que implica el ejercicio de las capacidades humanas básicas, como la salud, la educación, el trabajo, el ocio, los derechos civiles y políticos, entre otras.

Los porcentajes de la felicidad*

Sonja Lyubomirsky (Sonia Lubomerski) en su libro “La Ciencia de la Felicidad” hace una investigación mundial sobre el tema. Ella afirma que los factores que determinan la felicidad, entendida como esa experiencia de bienestar y satisfacción, se representan de la siguiente manera:

1) 50% de nuestra predisposición a ser felices viene dada en la información genética. Así como la inteligencia o el colesterol, o como la tendencia a la algunas personas tienen mayor disposición genética para experimentar bienestar que otras.

2) 10% tiene que ver con las circunstancias de la vida: ser ricos o pobres, sanos o enfermos, hermosos o poco agraciados, casados o solteros

3) 40% tiene que ver con nuestra actividad deliberada, nuestra forma de pensar, nuestras decisiones y acciones en la vida. Y es entonces, este porcentaje el que desde nuestro conocimiento personal y nuestra responsabilidad, hace factible la consecución deliberada de la felicidad.

Revisando la Contrapartida

Lo contrario a la felicidad podría ser la infelicidad, la frustración, el vacío, la imposición o la ignorancia. Estos estados pueden estar relacionados con nuestras creencias, actitudes, emociones, expectativas, comportamientos o circunstancias.

Algunas de las cosas que nos impiden ser felices son:

– Tener expectativas demasiado altas o irreales sobre nosotros mismos, los demás o la vida.
– Compararnos constantemente con los demás y sentirnos inferiores o insatisfechos.
– Buscar la felicidad como una obsesión o una obligación, en lugar de dejar que surja como un efecto secundario de nuestras acciones.
– No aceptar nuestra realidad y nuestras emociones, tanto positivas como negativas.
– No cultivar nuestra autoestima, nuestro amor propio y nuestro respeto por nosotros mismos.
– No tener un propósito o un sentido en nuestra vida, o no saber qué nos hace felices.
– No cuidar nuestras relaciones con los demás, especialmente con las personas que nos quieren y nos apoyan.
– No dedicarnos tiempo y espacio para hacer lo que nos gusta, nos divierte y nos relaja.
– No valorar lo que tenemos y agradecer lo bueno que nos pasa.
– No aprender de nuestros errores y de nuestros fracasos, ni buscar soluciones a nuestros problemas.

Una compilación y posterior desarrollo del Dr Fabián Sorrentino para la asignatura de Filosofía del Colegio ANAVI.

Fuentes y Referencias

²: Sócrates: Apología 30b-31b; Gorgias 470c-474b; Menón 87c-89a.
³: Platón: República 354a-361d; Fedón 64a-69e; Fedro 246a-249d.
⁴: Aristóteles: Ética a Nicómaco I 4-13; X 6-9.
⁵: Epicuro: Carta a Meneceo 121-135; Máximas capitales I-XI.
: Descartes: Discurso del método parte III; Meditaciones metafísicas IV; Principios de la filosofía I 1-10.
: Kant: Fundamentación de la metafísica de las costumbres I-II; Crítica de la razón práctica I-II.
: Hegel: Fenomenología del espíritu prefacio; Enciclopedia de las ciencias filosóficas I-II.
: Nietzsche: Así habló Zaratustra prólogo-I; Más allá del bien y del mal I-VII; La genealogía de la moral I-III.
: Sartre: El ser y la nada I-II; El existencialismo es un humanismo.
: Schopenhauer: El mundo como voluntad y representación I-II; Parerga y paralipómena I-II.
: Freud: El malestar en la cultura; Más allá del principio del placer; El yo y el ello.
: Russell: La conquista de la felicidad; Los problemas de la filosofía; El poder.
: Fromm: El arte de amar; Tener o ser; El miedo a la libertad.
: Camus: El mito de Sísifo; El hombre rebelde; La peste.
: Marcuse: Eros y civilización; El hombre unidimensional; El final de la utopía.
: Taylor: Fuentes del yo; La ética de la autenticidad; El multiculturalismo y «la política del reconocimiento».
: Frankl: El hombre en busca de sentido; La voluntad de sentido; El hombre doliente.
: Sánchez: Filosofía para bufones; La sabiduría de lo incierto; Pequeño tratado sobre la vida cotidiana.
: Sartre: El ser y la nada; El existencialismo es un humanismo; Crítica de la razón dialéctica.
: Nussbaum: Las fronteras de la justicia; Crear capacidades; La fragilidad del bien.
: Singer: Ética práctica; Liberación animal; El altruismo eficaz.
: Savater: Ética para Amador; Las preguntas de la vida; La vida eterna.
: Fromm: El arte de amar; El miedo a la libertad; El corazón del hombre.
: Bauman: La vida líquida; La felicidad paradójica; El arte de la vida.
: Ricoeur: Tiempo y narración; Sí mismo como otro; La memoria, la historia, el olvido.
: Badiou: El ser y el acontecimiento; Ética; Elogio del amor.
: MacIntyre: Tras la virtud; Justicia y racionalidad; Tres versiones rivales de la ética.
: Lipovetsky: La era del vacío; La felicidad paradójica; La cultura-mundo.
: Arendt: La condición humana; Los orígenes del totalitarismo; La vida del espíritu.
: Comte-Sponville: El pequeño tratado de las grandes virtudes; El alma del ateísmo; La felicidad, desesperadamente.
: Foucault: Vigilar y castigar; Historia de la sexualidad; Tecnologías del yo.
: Sloterdijk: Esferas; Crítica de la razón cínica; Reglas para el parque humano.
: Taylor: Fuentes del yo; La ética de la autenticidad; Una era secular.
: Rorty: La filosofía y el espejo de la naturaleza; Contingencia, ironía y solidaridad; El giro lingüístico.
: Habermas: Teoría de la acción comunicativa; Conocimiento e interés; Facticidad y validez.
: Dworkin: El dominio de la vida; La justicia posible; Justicia para erizos.
: Frankl: El hombre en busca de sentido; La voluntad de sentido; El hombre doliente.
: Sánchez: La felicidad es un arte; Filosofía para bufones; El arte de saber vivir.

* Los Porcentajes de la Felicidad. https://www.marthadebayle.com/v3/radiov3/bienestarv3/la-felicidad-ideal-o-realidad/ Consultado el 07-05-2023