En psicología, yo o ego (del latín), se define como la unidad dinámica que constituye el individuo consciente de su propia identidad y de su relación con el medio; es, pues, el punto de referencia de todos los fenómenos físicos, psíquicos y sexuales.

El yo es un término difícil de definir dadas sus diferentes acepciones. A lo largo de la historia su definición se ha relacionado con otros términos como psique, ser, alma, conciencia o inclusive demonio. Pero una aproximación académica exigiría hacer precisiones según la disciplina desde la que se enuncie. El estudio del yo puede decirse que abarca, disciplinas de orientación biológica, (psicobiología, neurobiología, Neuropsicología, etc) tanto como disciplinas de corte filosófico y humanista. El término yo desde una aproximación académica se relacionaría con términos como conciencia y cognición.

La pregunta por el qué es, exactamente el yo, es quizá una de las preguntas fundamentales del hombre y no sólo ha sido enunciada en la ciencia sino en diversos sistemas religiosos y espirituales a lo largo de la historia.

El Yo en la lingüística
Para el lingüista Émile Benveniste el yo puede ser entendido también a nivel del discurso. El yo es el pronombre básico que indica persona (yo/tú) y solo puede ser definido y existente en una instancia discursiva y en relación con un otro. Según Benveniste, «Yo puede identificarse solamente por el ejemplo de discurso que lo contiene» y, simétricamente se definiría Tú como «el individuo al que se habla en el ejemplo actual del discurso que contiene la mustra lingüística tu».

El Yo en la antropología
En antropología su uso designa el yo desde cuyo punto de vista se consideran las relaciones de parentesco o filiación.

El Yo según el Psicoanálisis
De acuerdo con el pensamiento de Sigmund Freud, desde la perspectiva del psicoanálisis, el Yo es un probador de la realidad, la inteligencia, la razón y el conocimiento de causa y efecto para aumentar el libido, las gratificaciones y poner freno a la pulsión de muerte. También es la instancia psíquica que une el Ello con el mundo exterior y hace de puente entre el «Ello» y el «Superyo», el cual es la conglomeración de un conjunto de mentes grupales que forma una psique ideal. Éste puente es lo que hace de una persona un «individuo», puesto que el «Ello» y el «Superyó» son conceptos ejemplares.

Para Freud, el Yo puede estar compuesto de dos partes principales; un sistema de percepción y un conjunto de ideas inconscientes sobre la realidad que se vive. El Yo utiliza los razgos que lo identifican y los ideales del «Superyó» para controlar los instintos animales del «Ello». Esto, y un deseo por asemejarse al «Superyó» buscando terminar con los defectos y ambivalencia personal y tratando de llegar a compararse con un otro fantaseado,hacen que el Yo se sobreimponga al «Ello» y que sea una versión modificada del este. El contacto con la realidad exterior fuera de los ideales del «Superyó» puede llevar a casos de manía y otras enfermedades mentales.

El Yo según la Psicología analítica
Según Carl Gustav Jung, desde la psicología analítica el Yo es el punto focal de la conciencia. Es el portador de nuestra conciencia consciente de existir, así como el sentimiento permanente de identidad personal. Es el organizador consciente de nuestros pensamientos e intuiciones, de nuestros sentimientos y sensaciones. Es el portador de la personalidad. El Yo surge del Sí-mismo y desempeña papeles de crucial importancia. Percibe significados y evalúa valores, actividades que favorecen la supervivencia y hacen que la vida valga la pena vivirse y encontrarle sentido.

El Yo en la filosofías místicas orientales
En las filosofías místicas orientales, particularmente en el budismo se considera al yo como una ilusión. El yo se presenta como un velo de la mente que induce al sujeto a identificarse con su experiencia provocándole sufrimiento. El Budismo también contrasta fuertemente con otras religiones porque no afirma la existencia del alma, ni de un «sí mismo» o «yo» duradero en el ser.

Compilado por: Matías Carlos Gutierrez – martes, 6 de septiembre de 2011, 12:30