En un reportaje al Dr Fabián Sorrentino, director académico de Ser.Red (de Octubre del 2011), aprendimos sobre la importancia de mensurar el involucramiento personal, como parte de la estrategia de las organizaciones para establecer un desarrollo equilibrado de los integrantes de un equipo de trabajo.

¿Qué significado tiene para vos el involucramiento?

El diccionario lo define como Incluir, abarcar, comprometer…personalmente lo entiendo como la capacidad del ser humano de relacionarse con los otros, legitimando el compromiso mismo a la relación, más allá de los resultados buscados o esperados en esa relación. El involucramiento es uno de los pilares a la hora de construir confianza. Una elección que requiere de pensar, emocionar y accionar en una misma línea.

¿Y qué relación comprendes que se establecen entre los pensamientos, las emociones y la acción?

Todas las elecciones que hacemos están asociadas a un tono emocional. El tono emocional, marca el nivel de supervivencia humano. Cuanto más alto es, mejor es nuestro potencial para sobrevivir… y cuando esa energía emocional está bien canalizadanuestro grado de “completitud”tiende a aumentar.

Entendiendo completitud como ese estado del alma donde el ser vive activo, sus pensamientos son positivos y sus acciones se encuentran alineadas con su potencial.

¿Cómo relacionas la completitud… con la felicidad?

Completitud y Felicidad están relacionados, pero ambos términos no pueden ser tomados como sinónimos. La completitud refiere a un estado del Ser, un espacio reflexivo que perdura más en el tiempo… mientras la felicidad describe lo que experimentamos cuando las circunstancias externas son interpretadas a nuestro favor.Normalmente somos felices, cuando estamos bien, y si no lo estamos nos ponemos tristes, o nos enojamos… ¿pero acaso no somos nosotros mismos quiénes elegimos estar bien o mal?

La postura ontológica nos enseña a diferenciar los hechos de las interpretaciones. Denominamos hechos a las circunstancias que operan sobre nuestra realidad independientemente de nosotros. O sea que no tenemos control directo sobre ellas… (llueve, un familiar nuestro fallece o enferma, determinados precios aumentan)como seres lingüísticos estamos interpretando todo el tiempo. Vivimos observando como esas circunstanciasjuegan en nuestro favor o en nuestra contra. A las primeras las llamamos normalmente oportunidades y a las segundas, amenazas…

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¿Y qué hacer para atraer las oportunidades en lugar de vivir esas circunstancias como amenazas?

Tu pregunta nos lleva al tema central. Atraer las circunstancias requiere de involucrarnos con ellas. Entrenando nuestro observador, aprendiendo a distinguir, confiando en que podemos llegar más lejos,interviniendo en nuestras conversaciones, volviéndonos más causativos, extendiendo la influencia de nuestras acciones a espacios en los que hasta ahora no estamos concibiendo como posibilidad. Estas son algunas de las posibilidades que implica Involucrarnos.

La Ontología del lenguaje postula: «No somos nuestros pensamientos, sino quienes los vivenciamos»… involucrarnos requiere distinguir entre pensador y pensamiento.

La felicidad es más bien la capa externa del círculo que depende de las circunstancias, es el propósito lo que lleva al hombre a encontrarse con sigo mismo.
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Entonces: ¿cómo interpretarías el pensamiento de Descartes: Pienso, luego existo?

¿Existo porque pienso, o pienso porque existo? Me recuerda al juego del huevo o la gallina.

Creo que lo importante es des-identificar al ser de lo que está transitando, de lo que piensa e incluso de lo que siente. Con esto no me refiero a vivir direccionado ciégamente a una meta, que en el ámbito organizacional suele estar siempre fuera del ser, sino a no quedar atrapado en los vericuetos del ego.

Fíjese lo que José Ortega y Gasset aporta al respecto: «yo soy mi persona y mis circunstancias». En esa frase, las circunstancias aparecen como posibilidades de un mundo fenomenológico, es el Ser, quien a través de un proceso interpretativo las vive como simples circunstancias, como oportunidades superadoras o como amenazas, dado la preparación que ha alcanzado.

Imagen del Proyecto: Guardianes de la Tierra de Mauge Manigot, Niños aprendiendo a través de juegos a cuidar el medioambiente como co-habitantes conscientes.

Imagen del Proyecto: Guardianes de la Tierra de Mauge Manigot, Niños aprendiendo a través de juegos a cuidar el medioambiente como co-habitantes conscientes.

Si nos atreviéramos a experimentar que el cuerpo, los pensamientos y las emociones son una mera manifestación de algo más profundo, algo más que ilusiones lingüísticas, una parte de esta experiencia superadora estaría siendo recorrida.

¿Es la Ontología del Lenguaje, entonces a su criterio, un camino superador?

Personalmente creo que la vida en si misma es un camino de transformación y superación. Por lo que más que hablar de una «ontología del lenguaje» me referiría a una «Ontología de la Conciencia» Humana y en un futuro cercano Digital. Siendo por supuesto el lenguaje un activo clave de la ecuación.

Jorge Pinotti, en su libro Coaching Ontológico plantea la existencia de un camino superador cuando refiere a que las preguntas del Ser, no están formuladas para encontrar una rápida respuesta, sino que son una invitación para ir descubriendo resultados en los distintos niveles de conciencia que vamos alcanzando.

Respondiendo a las preguntas de si soy mi cuerpo, mis emociones o pensamientos a medida que tomo conciencia, voy creciendo, y dándome cuenta de que no soy más que mi cuerpo, mis emociones mis pensamientos, mis axiomas y mis creencias espirituales. A medida de que voy vivenciando los «mis» de las preguntas como posesivos, es como comprendo que hay un cuerpo y alguien que lo posee, emociones y alguien que las experimenta, pensamientos y alguien que los tiene, axiomas y alguien que les otorgó esa categoría, creencias y alguien que elige sostenerlas.

Pero si no somos ninguno de esos dominios… ¿quiénes somos?

Somos mucho más que el resultado de las creencias que tenemos, sin embargo solo podemos concretar metas dentro de ese límite.Solo somos capaces de crear en los límites de lo que somos capaces de creer.

La influencia entre lo que creo (creencias) y lo que estoy creando es directa. Al expandir nuestra conciencia podemos reconocernos como «el que», que da sentido al «para qué», el «contexto» que sustenta al «contenido», el Ser que está detrás del yo…

Somos más de lo que tenemos, de lo que hacemos y del lugar que ocupamos. Somos la posibilidad que elegimos ser y la creencia que somos capaces de concretar a lo largo del tiempo.

Somos más que nuestro nombre, el espacio que elegimos para vivir y las cosas que nos permitimos usufructuar.Y solo cuando nos des-identifiquemos de determinadas ilusiones lingüísticas, vamos a abrirnos a posibilidades que hoy no existen, de manera tal que cuando experimentemos enfermedad o dolor en nuestro cuerpo o tengamos emociones y pensamientos, ellos no pasen a controlarnos, siendo capaces de crear, como seres conscientes, nuestra propia experiencia.

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El ser atraviesa cada una de las tres instancias que integran sus vértices. Para el Ser todo es posibilidad y se concreta en la medida que sostenemos nuestro proceso.

En este nivel de conciencia nos vamos a dar cuenta de que somos el mar que tiene olas y que quienes somos atraviesa el contenido e integra al contexto. Manifestándonos en una escala de tonos emocionales que promueven o bloquean nuestras acciones, guiando nuestra transformación contantemente.

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Expresión del arcoíris MƐT® en la categoríaFacePainting.

Ahora: ¿es posible identificar estos niveles de conciencia en una escala, que nos sirva de orientación para nuestra superación?

Esta pregunta es central a mi criterio: especialmente en un contexto ontológico, donde la propuesta es un recorrido personal y no el resultado de una fórmula, de un mero control de variables o de respuestas conductistas.

La respuesta a esta inquietud tiene que ver con investigaciones que llevo adelante desde 1995 a la fecha integradas en lo que hoy conocemos con el modelo MƐT® utilizado por varias instituciones para evaluar procesos de transformación personal.

¿Cuáles serían entonces los niveles que formarían parte de esta escala?
El modelo MƐT® que refiere a las siglas: Modelo de Educación Transformativa; es un sistema de observación y diagnóstico, que interpreta a las personas acorde a las elecciones y/o decisiones que tomamos en función de nuestro crecimiento y desarrollo, organizado las conductas manifestadas en una escala de desempeño que incluye 7 niveles positivos, 1 neutro (relacionado a la supervivencia) y 4 niveles negativos que atentan contra la supervivencia misma…

En esta construcción, los grados positivos denotan un mayor grado de conciencia y energía para la transformación y los negativos quedan asociados a los trastornos que provienen de los estados de ánimo basados en la negación, el rechazo y la indiferencia.

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Con el único fin de comprender esto, te propongo el siguiente ejercicio:
Elige como mínimo 7 hechos, acciones, elecciones, declaraciones propias y ubícalas con un círculo en este gráfico.

Aquí van algunos ejemplos que pueden serte útiles.

Negativas:
-2: Perdí jugando a la Lotería, ya no me importa.
-1: Mentí por temor, no es grave, pero no me siento bien por ello,
-3. Ya no me puedo levantar por la mañana. He perdido la voluntad.
-4: No tengo salida. ¿Es este mundo el mejor lugar para mi?

Neutras:
Como estoy, estoy bien. No necesito más.
Tengo lo que necesito para vivir, no me quejo.

Positivas:
+1 Estoy comprometido a educar en el escenario que dios determine para mi vida.
+2 Mis amigos han sido siempre como una familia extendida.
+3 Elegí cambiar de trabajo para superarme.
+4 Sin la capacidad de discernir es muy difícil tener reflexiones poderosas.
+5 Liderar es comunicar asertivamente para que el otro se sienta que elige formar parte.
+6 Estoy felizmente sirviendo en una Iglesia.
+7 Estamos creando una comunidad donde damos respuestas comunitarias a circunstancias Individuales.

Ahora, compártenos tus propuestas por los colores que correspondn a la paleta

¿Podrías especificarnos más sobre como la conciencia se manifiesta?

Te invito a que puedas observarlo en la gráfica. Fijate como las elecciones de los niveles más altos sintonizan con los Estados de Ánimo que más nos predisponen a la acción, mientras los niveles más bajos sintonizan con los Estados que más nos atan a la muerte del cuerpo físico y del aparato psíquico…

Entonces según tu punto de vista, determinados «estados de ánimo» nos conectan más con la muerte que con la vida…

Tanto Howard Gardner, líder de Project Zero (un consorcio entre la Universidad de Harvard y el MIT) como Tony Buzán (creador del MindMapping) incluyen en su postulado de Inteligencia el coeficiente de longevidad como conducta manifiesta reveladora. Comprendiendo que las personas que son capaces de confrontar las circunstancias, interpretándolas como desafíos y oportunidades, en lugar de amenazas, viven más y mejor. Provocando las conexiones neuronales necesarias para mejorar sus niveles de relacionamiento y de acción para alcanzar los resultados propuestos.

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Diseñar mapas mentales mientras aprendemos nos ayuda a establecer relaciones que de otra manera nos resultan difíciles de observar.

Y acorde a tu mirada de accionar en los distintos niveles…
¿cómo ves a los seres humanos; transitando las elecciones o como resultado de ellas?

Cuando nuestro involucramiento es mayor, nuestra conducta se vuelve más causativa, estamos menos expuestos a las justificaciones y al sufrimiento interpretativo. Al ir transitando responsablemente, es como vamos clarificando nuestras conductas, logrando vivir las elecciones como parte consciente de un proceso, en el que los resultados finalmente aparecen.

En el gráfico observo varios gradientes o “Niveles del MƐT®”… ¿a que corresponden cada uno de estos niveles?

Aquí te comparto el grado emocional al que corresponden cada una de las elecciones/ acciones en los niveles MƐT®. Ten en cuenta que el grado emocional marca la predisposición del ser para con la acción.

En el Nivel 7: Fase de la Creatividad e Innovación, nuestras elecciones sintonizan con el poder de las Declaraciones Fundamentales (basadas en principios y propósitos).

En el Nivel 6: Fase del Liderazgo en Servicio, nuestras elecciones sintonizan con la energía de los postulados.

En el Nivel 5: Fase del liderazgo y la comunicación asertiva, nuestras elecciones provienen de la energía de la estabilidad que promueve la acción y los juegos

En el Nivel 4: Fase de la Proactividad, nuestras elecciones provienen de la energía de la resolución que conlleva el entusiasmo y la alegría.

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En el Nivel 3: Fase del Involucramiento, nuestras decisiones y acciones provienen de la flexibilidad de los acuerdos de mutuo interés.

En el Nivel 2: Fase de la auto-validación, de la Escucha y Presencia, nos abrimos a dar y recibir como parte de nuestra práctica afectiva.

En el Nivel 1: Fase del Compromiso, nuestras decisionesy hechos provienen de la energía de la Responsabilidad.

En el Nivel 0 (neutral) nuestras decisiones provienen de la energía del conformismo. Nuestra vida, en esa etapa, se desarrolla en un contexto sin metas ni objetivos, nuestra supervivencia es más bien básica, chata y aburrida.

Por su parte, las manifestaciones de los niveles negativos están asociadas a los tonos emocionales más bajos.

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Del antagonismo a la muerte: Ver Cortos de la Organización: The Way of Hapiness

En el Nivel – 1: nuestros actos provienen de la energía de las mentiras, el antagonismo, la hostilidad y el resentimiento. Claramente se basan en la disposición de la negación y/o la resistencia.

En el Nivel – 2: nuestros actos provienen de la energía de la ansiedad, el miedo, la desesperación y el terror.

En el Nivel – 3: nuestros actos provienen de la energía de la Insensibilidad, el miedo y la tristeza, la autocompasión, de propiciar conductas negativas en otros, del pesar, las enmiendas, el no merecimiento, la autodegradación y todas las actitudes de víctima.

En el Nivel – 4: nuestra inactividad proviene de la energía de la apatía, que incluyen a la sensación de inutilidad hasta la muerte del cuerpo físico.

Te invito a que veas los siguientes cortos que seleccioné de la fundación “El Camino de la Felicidad” donde cada una de las elecciones que hacemos quedarían claramente graficadas en una escala ascendente/descendente acorde a las conductas manifestadas.

Por lo que contás, observo que todos estos grados representan diferentes niveles de involucramiento…

El involucramiento siempre está presente, independiente de la posición de la tabla en que nos estemos manifestando. La forma en que se traduce ese involucramiento en compromisos es lo que hace la diferencia…

¿Acaso crees que el resultado de vivir involucrado solo con nuestras emociones primarias es el mismo que el de hacerlo con un compromiso a la acción alineada con un propósito trascendente?

Veamos algunos ejemplos de diferentes niveles de conciencia e involucramiento en el cuadro sinóptico de arriba…
¿Puedes observar que al estar involucrado para con las emociones tomamos decisiones y hacemos las cosas siempre en función de algo?
Del amor, de la relación, respecto del otro, de mis sentimientos, del placer, etc.

Al estar involucrado integrando un compromiso consciente ya no ponemos condicionamientos. Vivimos sin reservas y orientados a nuestro propósito.

En este video se puede disfrutar en forma sencilla de este concepto de múltiples niveles de conciencia.

¿Y qué sucede cuando el involucramiento no está alineado con el compromiso?

La mayoría de las veces nos priorizarnos a nosotros mismos, creyendo que la relación vale cuando nos trae ventajas, cuando ganamos partido de la situación… ¿Acaso no te has pescado diciendo..? «Yo te amo, pero lo que no me gusta de vos es…»

Estar involucrado desde un compromiso consciente, es estar disponibl es enteramente, dispuestos a que el amor prevalezca, para que nuestras relaciones sobrevivan en el grado más alto de supervivencia. A pesar de los malos momentos, las batallas perdidas y/o las trampas que nos ponemos a nosotros mismos. Aprendiendo a ser empáticos, comprendiendo el valor de la compasión, colocándonos en el lugar del otro, al reconocer sus necesidades y deseos como legítimos, validando así las relaciones establecidas.

Involucrarnos es reconocer soluciones comunitarias a problemas individuales, sin egoísmos. Soltando nuestras opiniones (cuando no son de posibilidad para el otro), nuestros deseos y hasta dando de nuestro tiempo para que una relación crezca, se desarrolle y se vuelva más sólida la vida en común.

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Imagen del anuncio de un sitio web, que promueve la práctica consuetudinaria de valores comunitarios: munitario.com. La organización plantea el intercambio de bienes servicios con el fin de aprender el significado de vivir conectados con los otros legitimándonos y desde la prosperidad.

¿Y en las relaciones románticas, cómo ves que funciona el involucramiento?

Tal vez, el involucramiento comprometido no se parezca mucho al romance o a los cuentos de hadas, donde todo parece ser siempre perfecto, hay ganancias, ventajas y beneficios.

Relacionarse es un compromiso de propósito, elección, objetivos y hasta desentimientos encontrados. El amor es quien hace que las pérdidas se transformen en ganancias. Y ceder es lo que libera nuestra fragilidad, transformándonos en seres genuinamente fuertes.

Amar comprometidamente es una elección diaria, un ejercicio que exige una práctica consuetudinaria de valores, con disciplina y generosidad. No hay amor ganado, no hay corazón conquistado… hay solamente una elección personal de Ser quien soy, todos los días.

He escuchado como en Brasil refieren al concepto de vivir con el ser amado como: “dividir sus vidas”… ¿cómo lo consideras?

Es cierto, ellos usan el concepto de “dividir sus vidas” para referirse a compartir su vida con el otro.

Aunque en Latinoamérica no se usen esos términos, tampoco es muy deferente, por ejemplo: cuando en una discusión decimos que es 50% responsabilidad de cada uno, lo que hacemos es dividir las culpas. Al dividir nos quedamos apenas con la mitad de lo que somos. Damos al otro la mitad en lugar de asumir responsablemente el 100% de nuestra posibilidad de transformarlo, dejando al otro la libertad de elección para que crezca o hasta que esté listo para hacerse cargo.

Compartir significa quedar con lo que somos y aún gozar de lo que el otro es, ganar la esencia de él, en el aprendizaje, reconocer en él las cualidades que aún no estamos manifestando, pero podemos lograr por el camino de la aceptación, comprendiendo y compartiendo.
En cuanto a las conductas negativas y malos hábitos, que observamos en los demás, podemos comenzar por reconocer dos cosas:

1 – El espejo que el otro es para con nosotros mismos.
2 – Confrontar los nuestros a través de los comentarios, devoluciones y/o pedidos recibidos y comenzar a asistir al otro a superarse con sus pedidos y puntos de vista.

¿Cómo? Por el camino del servicio, desde una disposición alegre.
El servicio es una camino directo a nuestra superación. «Quieres tener real Poder en tu vida: Sirve»

En síntesis, al compartir nuestras vidas comprometidamente, nos vamos volviendo más íntegros. Damos lo mejor de nosotros… reconociendo que no hay garantías, ni certezas, ni un para siempre!

Amar comprometidamente es una elección diaria, es un ejercicio que exige una práctica consuetudinaria de valores, con disciplina y generosidad. No hay amor ganado, no hay corazón conquistado… hay solamente una elección personal de Ser quien soy, todos los días.

Este reportaje forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Sonría.University