Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad en forma parcial o total.

Una cierta oración puede ser una mentira si el interlocutor piensa que es falsa o que oculta parcialmente la verdad. En función de la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los intereses del oyente. Las ficciones, aunque falsas, no se consideran mentiras.

Mentir es decir una mentira. A las personas que dicen una mentira, especialmente a aquellas que las dicen frecuentemente, se las califica de mentirosas. Mentir implica un engaño intencionado y consciente. Tiene como sinónimos: embuste, bola, calumnia, coba o falacia.

Una mentira es una expresión que resulta contraria a lo que se sabe, se piensa o se cree. El término suele utilizarse en oposición a lo que se considera como una verdad. La mentira, por lo tanto, implica una falsedad.

Por ejemplo: “El acusado aseguró que es mentira que tiene una casa en Miami valuada en dos millones de dólares”, “Nunca te perdonaré esta mentira”, “Marcos tuvo que decirle una mentira a su madre para que no se preocupase por él”.

Quien pronuncia una mentira espera que el otro tome sus palabras como veraces. De esta manera, la persona que miente sabe que está incurriendo en algo falaz, pero su interlocutor puede no advertirlo. Por eso se habla de descubrimiento de una mentira cuando el otro sujeto advierte que ha sido engañado.

Veamos una situación de ejemplo: un niño que rompe una ventana de su casa con una pelota le dice a su madre que el accidente se produjo por una piedra que alguien arrojó desde la calle; la madre primero cree en la mentira, pero más tarde descubre un trozo de vidrio incrustado en la pelota del pequeño, quien termina confesando su responsabilidad.

Una mentira puede concretarse incluso sin hablar. Un jugador de fútbol que simula haber recibido una patada puede revolcarse en el césped como si sintiera un gran dolor en su pierna, aunque en realidad sólo esté mintiendo para que el árbitro expulse a uno de sus rivales.

Se conoce como mentira piadosa a una declaración que resulta falsa pero que tiene una intención benevolente. Si bien no es una práctica bien vista por todos, puede evitar una herida en situaciones en las cuales la veracidad de nuestras palabras no tiene un gran peso.

También es mentira el acto de la simulación o el fingir. Por ejemplo: si alguien atropella a una persona y huye del lugar sin ser identificado y, después de un tiempo, regresa y se mezcla con los curiosos y finge indignación por lo ocurrido, está mintiendo a todos aquellos ante quienes simula o finge inocencia. En otras palabras, para mentir no se necesita decir palabra alguna.

Otra forma de mentira no verbal la constituye el hecho de hacerse pasar por discapacitado físico con el fin de obtener algún «favor» en provecho propio (limosnas, por ejemplo).

La Moralidad y el Mentir
Mentir está en contra de los cánones morales de muchas personas y está específicamente prohibido como pecado en muchas religiones. La tradición ética y los filósofos están divididos sobre si se puede permitir a veces una mentira (pero generalmente se posicionan en contra): Platón decía que sí, mientras que Aristóteles, san Agustín y Kant decían que nunca se puede permitir.

En función de las circunstancias, se entiende que mentir para proteger a personas de un opresor inmoral suele ser permisible. Es el caso, por ejemplo, de las víctimas de una guerra.

Mentir de una forma que intensifica un conflicto, en vez de atenuarlo, generalmente se considera el peor pecado.

Un mentiroso es una persona que tiene cierta tendencia a decir mentiras. La tolerancia de la gente con los mentirosos habitualmente es muy pequeña, y a menudo sólo se necesita que se sorprenda a alguien en una mentira para que se le asigne la etiqueta de mentiroso y se le pierda para siempre la confianza. Esto, por supuesto, es moderado por la importancia del hecho al que se refiera la mentira.

Una mentira graciosa, más comúnmente como bromear, engaño con propósito humorístico, cuando la falsedad se entiende, no se considera inmoral y es una práctica utilizada ampliamente por comediantes y humoristas.

El filósofo Leo Strauss acentuó la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o para ayudar a la diplomacia. Así lo hicieron también los representantes de la filosofía política, desde Maquiavelo hasta la «mentira noble» de Platón.

Que las mentiras desaparezcan completamente del ámbito de la política, de la justicia, de la diplomacia, del periodismo y de otros muchos ámbitos de la vida social es algo virtualmente imposible, tal y como no pueden ser excluidas de las guerras que éstas mismas actividades, supuestamente, deberían prevenir.

Distintos tipos de Mentiras
Pese a que las mentiras estén mal vistas, se ve como algo normal considerar que hay mentiras peores que otras.

San Agustín distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y sí ayudan a alguien; las mentiras que surgen por el mero placer de mentir; las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso; las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien; las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien, y las mentiras que no hacen daño y protegen la «pureza» de alguien. Por otra parte, San Agustín aclara que las «mentirijillas» no son en realidad mentiras.

Tomás de Aquino, por su parte, distingue tres tipos de mentiras: la útil, la humorística y la maliciosa. Según Tomás de Aquino, los tres tipos de mentira son pecado. Las mentiras útiles y humorísticas son pecados veniales, mientras que la mentira maliciosa es pecado mortal.

El tipo más grave de mentira es la calumnia, ya que con esto se imputa siempre a algún inocente una falta no cometida en provecho malicioso.

Paradojas Relacionadas con la Mentira
Dentro de cualquier situación en la que se dan siempre respuestas duales (por ejemplo, sí/no, blanco/negro), una persona de la que sabemos que está mintiendo consistentemente sería, de forma paradójica, una fuente de verdad. Hay muchas paradojas de esta clase, siendo la más famosa la que se conoce como la paradoja del mentiroso, comúnmente expresada como «esta proposición es mentira» o «esta proposición es falsa». La denominada paradoja de Epiménides —«todos los cretenses mienten», declara Epiménides el cretense— fue una precursora de la paradoja del mentiroso, aunque el hecho de que sea o no una paradoja también está en discusión. Hay una clase de acertijos lógicos relacionados con este asunto que, en inglés, se conocen con el nombre de «knights and knaves» (usualmente «caballeros y escuderos», frecuentemente «caballeros y bellacos», de vez en cuando «caballeros y villanos» o rara vez «caballeros y sirvientes», en español), en los que el objetivo es determinar, de un grupo de personas, quién miente y quién dice la verdad.

Detección de las mentiras y su abordaje psicológico
La detección de mentiras es un campo de estudio de distintas ramas de la Psicología, y más concretamente, la Psicología Jurídica, con especialidades como la Psicología Forense, la Psicología Criminalística, entre otras.

Aunque tradicionalmente, tanto popular como científicamente, la detección de mentiras se basaba en criterios conductuales, los metaanálisis realizados a principios del siglo XXI constatan las limitaciones de ese planteamiento, ya que conlleva muchos errores. Por tanto, se investiga sobre todo dos aspectos: la de desarrollar estrategias activas a la hora de realizar entrevistas y prestarle más importancia a los indicios contextuales de la mentira.

En general se tarda más en contestar con una mentira que diciendo la verdad.

Fármacos de la verdad
Un ejemplo es el tiopentato de sodio (Pentotal Sódico). Teniendo en cuenta que como agente hipnótico, con una dosis controlada, su actuación en el cerebro humano produce depresión de las funciones corticales superiores, se pensó que podría resultar de utilidad en interrogatorios. Se considera que la mentira es una elaboración compleja, consciente, mucho más complicada que la verdad, así que, si se deteriora la actividad superior cortical, al sujeto le resultará mucho más complicado mantener su voluntad y la “verdad” fluiría en su conversación con mayor facilidad.

Eso es, al menos, la teoría, puesta en práctica durante decenios por los servicios de espionaje de muchos países. Hasta cierto punto, la idea es correcta, pero no garantiza, ni mucho menos, que el sujeto vaya a contar lo que se espera, puesto que hay muchos factores que pueden modificar el experimento, desde un entrenamiento especial hasta condiciones ambientales o, simplemente, una asunción de la mentira como verdad por parte del sujeto.

La difamación o acusación con mentiras
Es la comunicación a una o más personas, de una acusación que se hace a otra persona física o moral de un hecho, determinado o indeterminado, que pueda causar o cause a ésta un menoscabo en su honor, dignidad o reputación; siempre que no esté fundamentada en pruebas fehacientes.

Los orígenes en el derecho anglosajón de la difamación están en los agravios (declaración dañosa en una forma transitoria, sobre todo de forma hablada) y libelo (declaración dañosa en un medio fijo, sobre todo escrito pero también un cuadro, signo, o emisión electrónica), cada uno de los cuales da un derecho de acción.

La diferencia fundamental entre libelo y difamación está únicamente en la «forma» en la cual la materia difamatoria es publicada. Si el material ofensivo es publicado en alguna forma efímera, como en forma hablada o sonidos, dactilología, gestos y otros por el estilo, entonces esto es difamación. Si es publicado en una forma más duradera, por ejemplo en documentos, películas, discos compactos y otros por el estilo, entonces es considerado un libelo.

La calumnia o Imputación falsa
Consiste en la imputación falsa a una persona de la comisión de un hecho que la ley califique como delito, a sabiendas de que éste no existe o de que el imputado no es el que lo cometió. El acusado por delito de calumnia quedará exento de toda pena probando el hecho criminal que hubiere imputado, a lo que se denomina exceptio veritatis (excepto verdad).

La mentira del Cisne Negro
En el año 2010 se publicó una película de suspense psicológico dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel y Winona Ryder. La historia se centra en las experiencias del personaje interpretado por Portman: una joven bailarina clásica que debe enfrentarse a diversas y peligrosas presiones, muchas de las cuales son típicas del ámbito del arte académico.

A lo largo del film, se exponen muchas escenas de baile, algunas de las cuales muestran una gran destreza y reproducen momentos icónicos de la obra “El lago de los cisnes” de Piotr Ilich Chaikovski. Si bien la actriz principal pasó alrededor de un año y medio entrenándose y adaptando su cuerpo para representar su papel de la manera más convincente posible, el ballet es una de las disciplinas más difíciles y demandantes del mundo, por lo cual el equipo contrató desde el principio de la filmación a Sarah Lane, una bailarina profesional, para hacer de su doble.

Sarah Lane trabaja como solista para la compañía American Ballet Theatre, ubicada en Nueva York, y lleva dedicándose al ballet desde los cuatro años. Fue escogida como doble de Natalie Portman debido a que comparten ciertas características físicas, lo cual facilitaría la edición necesaria para generar la ilusión de que la actriz había realizado todas las tomas.

Por difícil de creer que parezca, Aronofsky y su equipo alimentaron la idea de que Portman había hecho cerca del 90% de las escenas de baile, y que la participación de Lane había sido mínima. La mentira, que en realidad roza los límites del absurdo y la ridiculez, sirvió como estrategia para conseguir que los jueces de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (la cual concede el premio Óscar desde el año 1929) se enamoraran infaliblemente del trabajo de la actriz, al creerla capaz de convertirse en una bailarina de ballet en 18 meses. El hecho de que Portman haya ganado el Óscar por dicho papel puede considerarse una prueba de que el fraude haya dado sus frutos.

Según Lane, su necesidad de exponer esta mentira no nació por creer que no habría recibido el mérito que le correspondía, sino por amor al arte, a su arte, y por respeto a todos los verdaderos bailarines, que deben dedicar sus vidas enteras a perfeccionar su técnica y encontrarse a sí mismos antes de subirse a un escenario y deslumbrar a un público, no con efectos especiales, sino con el resultado de un esfuerzo genuino y tangible.

Significado y Concepto http://definicion.de/mentira/#ixzz48rM4n8pm