Las pesadillas son un sueño angustioso que generalmente termina o se interrumpe al despertar de manera violenta y que a veces deja un recuerdo difícilmente soportable.

La persona que tiene una pesadilla siente mucha angustia en su sueño, lo cual le indica que experimenta esa misma angustia en el estado de vigilia, pero no es consciente o no quiere ser consciente de ella por temor a tener que hacerle frente.

El sueño es sencillamente una extensión de lo que se vive en el estado de vigilia, pero que suele ser rechazado. Cuando la persona llega a su límite, el sueño le permite dejar escapar lo que ha sido reprimido. El sueño siempre aparece para ayudar a la persona a ser más consciente, al igual que todo malestar o enfermedad.

Si tienes pesadillas frecuentemente, tú psiquismo quiere ayudarte a expresar tus deseos y, sobre todo, a que dejes de creer que no puedes realizarlos. Por ejemplo, si en una de ellas te persiguen y sientes mucho miedo, este sueño te indica que, cuando estás despierto, tienes la impresión de que alguien o algún pensamiento obsesivo te persiguen.

Lo que quieres es hacerle frente utilizando tu poder de creer, pero hay una forma-pensamiento en ti que cree que no puedes lograrlo. Si en tu sueño consigues detenerte, enfrentar a la persona que te persigue y preguntarle qué es lo que quiere, esto te ayudará a hacerlo en el estado de vigilia. Cuanto más se repita una de ellas, más urgente será que te enfrentes a lo que te angustia para que finalmente consigas la paz espiritual.

Dice Wikipedia: Una pesadilla es un ensueño que puede causar una fuerte respuesta emocional, comúnmente miedo o terror, aunque también puede provocar depresión, ansiedad y una profunda tristeza. La pesadilla puede contener situaciones de peligro, malestar o pánico físico o psicológico. Regularmente, las personas que la sufren o las sufren, se despiertan en un estado de angustia y con imposibilidad de regresar al sueño por un prolongado periodo de tiempo.

Las pesadillas pueden tener causas físicas —dormir en una posición incómoda o tener fiebre— o fisiológicas —estrés, ansiedad e incluso ingestión de drogas opioides—. Comer antes de dormir, lo que incrementa el metabolismo del cuerpo y la actividad cerebral, es una potencial causa de pesadillas.2 Las pesadillas recurrentes que interfieren en los patrones de sueño y causan insomnio pueden requerir de ayuda médica.

La pesadilla es una parasomnia relacionada con el sueño REM (de rapid eye movements). La persona que duerme tiene un sueño caracterizado por el miedo y la ansiedad que puede llegar a despertarle. Las pesadillas llegan a ser consideradas un trastorno del sueño cuando por su frecuencia e intensidad interfieren con la actividad cotidiana de la persona. Las pesadillas tienen lugar durante períodos de sueño con movimientos oculares rápidos (la llamada fase MOR, en español «Movimientos Oculares Rápidos«, también llamada fase o sueño REM). Durante esta fase el sujeto permanece inmóvil mientras duerme. Son más frecuentes en la segunda mitad de la noche. También puede presentarse en la fase II del sueño. En este caso es posible que se acompañen de movimientos mioclónicos. No deben confundirse las pesadillas con los Terrores Nocturnos que aparecen en las fases III y IV del sueño. Las pesadillas son más frecuentes entre los 4 y 12 años, y suelen disminuir según avanza la edad. En ocasiones puede presentarse acompañadas de sensación de opresión en el pecho y dificultad para respirar (ver parálisis del sueño).

Hasta cerca del siglo XVIII, las pesadillas eran a menudo consideradas obras de monstruos, los cuales se creía que se sentaban sobre el pecho de los durmientes, oprimiéndolo con su peso, lo que originó el nombre de pesadilla (nombre derivado de peso). Varias formas de magia y posesión espiritual también se consideraban causas. En la Europa del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX se creía que las pesadillas eran causadas por problemas digestivos.

Actualmente se sabe que las pesadillas son provocadas por causas fisiológicas, tales como fiebre elevada, o por causas psicológicas, tales como un trauma psíquico inusual o estrés en la vida del durmiente. Los movimientos corporales ocasionales en las pesadillas pueden servir para despertar al durmiente, ayudando a evitar la sensación de miedo, que es uno de los componentes de las pesadillas. Generalmente, cuando el individuo despierta tras haber tenido una pesadilla, no vuelve a experimentarla al dormirse nuevamente.

Por su parte, el terror, pavor o temor nocturno es un trastorno de sueño que se caracteriza por producir un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia completamente. En este estado, la persona no tiene control de sus movimientos.

Se produce sobre todo en niños pequeños durante las primeras horas de sueño, en las fases 3 y 4 del sueño NO-REM.

El niño (o adulto) grita de forma súbita, presentando un despertar de tipo vegetativo con sudoración, taquicardia e hiperventilación. Puede ser difícil de despertar y rara vez recuerda el episodio al despertarse por la mañana.

Las crisis recidivantes son raras y el tratamiento suele estar basado en medidas para tranquilizar al paciente por parte de los padres. Tanto el terror nocturno como el sonambulismo son alteraciones del despertar. Por el contrario, la pesadilla se produce durante el sueño REM y provoca un despertar completo con memoria por parte del paciente del episodio desagradable asociado con el sueño. También puede llamarse «síndrome Eserenol», que es cuando afecta a personas mayores. Se puede medicar.