Se habla de sentido común en contraposición al conocimiento científico o racional con base en hipótesis . El conocimiento científico es aquel que se obtiene mediante procedimientos con pretensión de validez, utilizando la reflexión, los razonamientos lógicos y se da como respuesta de una búsqueda intencionada a través de la cual se delimita el objeto a conocer y establecen los métodos de indagación. Declara el Dr Fabián Sorrentino en el Manual del Mentor.

Ejercicio:

A nivel cultural, diremos que el sentido común es el conocimiento que se adquiere por medio de la experiencia y a través de los sentidos de una manera: espontánea (se da sin haberlo buscado conscientemente o es producto de dar solución inmediata a problemas particulares), disperso (explicar los hechos aisladamente sin llegar a establecer las relaciones sistémicas), convencional (se basa en la tradición o consenso de la mayoría) y es acrítico…

¿Cómo Desarrollar el Sentido Común?

Nivel 0 La toma de Conciencia

Familiarízate con el propósito y el significado de sentido común. Según el diccionario Merriam Webster, el sentido común se refiere a ejercitar «un juicio prudente basado en una simple percepción de la situación o los hechos». Esta definición sugiere que el sentido común depende de no complicar en exceso la situación, (simplicidad) aplicando la experiencia y conocimiento general a al contexto (juicio prudente), e implícita en esto está la consideración de que la autoconfianza en tus experiencias será válida para situaciones futuras. Karl Albrecht llama al sentido común inteligencia práctica. Lo define como «la capacidad mental para hacer frente a los retos y oportunidades de la vida». Explica que el sentido común es situacional, dependiente del contexto, y que tu sentido común bien podría ser excelente en un aspecto de tu vida y en otro fracasar completamente. En cuanto a la finalidad del sentido común, básicamente éste debe prevenirte de cometer errores o tomar decisiones irracionales, una aproximación a la idea de que debes abrir tus ojos a la posibilidad de que la insistencia en tener siempre razón podrá evitar que veas un panorama más amplio.

El sentido común también puede servir al propósito de hacerte prescindir de reglas retrógradas, y teorías, ideas o directrices que entorpecerían o reprimirían las decisiones correctas ante una situación determinada. En otras palabras, algo no es acertado sólo porque alguien lo dice, o simplemente porque siempre se ha hecho eso, esto no es una razón para abandonar el sentido común ante las necesidades y las circunstancias cambiantes.

Nivel 1: Comprender para Comprometernos

Procura entender la facilidad conque la mente humana se convence de que una idea es acertada aunque los indicadores muestren todo lo contrario. Somos humanos, y por tanto, falibles. Nuestros cerebros están programados en cierta forma para buscar métodos abreviados que nos aseguren la supervivencia, ya que en la prehistoria el ser humano estaba rodeado de depredadores que podían acabar con su vida. En el mundo moderno, donde las cuevas y los tigres dientes de sable ya no están alrededor, algunos de estos pensamientos reactivos pueden hacernos caer en agua hirviendo en una fracción de segundo, ya que reaccionamos en lugar de reflexionar, asumimos en lugar de desentrañar la realidad, o mantenemos viejos hábitos en vez de cuestionar su validez. Algunas de las cosas que nuestra desconcertante mente es capaz de hacer para ignorar el sentido común son:

Mantener nuestro propio sentido de la realidad en desproporción con la realidad identificable. Mientras que cada uno de nosotros crea una realidad a partir de sus propias experiencias, y da sentido a nuestro mundo a través de este prisma personal, la mayoría entendemos que nuestro sentido de la realidad es sólo una pequeña parte de un panorama mucho mayor. Para algunas personas, sin embargo, su sentido de la realidad se convierte en el único sentido de la realidad y creen que pueden manipular o transformar mágicamente las situaciones para que resulten como ellos quieren. Por pasos, comportamiento irracional para algunos, e insensatez para los menos afortunados.

Reflejo o pensamiento asociativo. El pensamiento reactivo se basa en lo que conocemos a través de lo que hemos vivido, recreando los modelos aprendidos y aplicándolos a cada situación nueva que aparezca sin modificar los procesos de pensamiento que se estén aplicando. Este tipo de pensamiento conduce a errores porque nos negamos a ver más allá de las asociaciones estándar formadas en nuestra mente sobre cómo «deberían ser las cosas». El sentido común queda anulado cuando aplicamos lo que sabemos por referencias pasadas a una situación nueva en base a un esquema mental, sin adaptar nuestra experiencia al contexto. Incluso cuando este esquema no es acertado, la mente insistente o prejuiciada simplemente ignora las partes del esquema que no encajan recortándolas mentalmente y sólo ve las partes que acoplan. Por tanto, resolvemos el problema sin pensar en él. Este tipo de pensamiento tiende a hacernos fácilmente influenciables por las modas y corrientes pasajeras que controlan la opinión popular enfatizando el miedo a los virus, a los criminales y los terroristas o a la falta de trabajo.

Invocación de una certeza absoluta. El pensamiento absolutista en “blanco y negro” sobre el mundo y otras personas en él de modo que no alberga espacio para la duda, muchas vecees es una causa para la clara omisión del sentido común. Para tales personas el «único camino verdadero» es el único camino y por lo tanto creen que están usando el sentido común aunque no es así.
Terquedad. Una simple falta de voluntad para reconocer que estamos equivocados. La obstinación está fundada en una serie de razones, entre las que se incluyen las inseguridades, el miedo, la ira, la incomprensión y el temor al ridículo. La terquedad es la causa de muchas acciones y decisiones irracionales e injustificables.

Nivel 2: Establecer una nueva Relación con las Circunstancias

Divórciate de la realidad. Esto no es una invitación a la insensatez. Es una petición para que consideres que tu sentido de la realidad no es real. Lo que ves es aquello que has programado que tu cerebro vea. Y una vez que entras en la pendiente resbaladiza de la autoconfirmación de que la realidad es sólo lo que tú ves como tal, te abres a la intolerancia, el egoísmo y los prejuicios, porque buscas constantemente que todo el mundo y todo lo demás se ajusten a tu estándar de la realidad, y a tu estándar de «lo que es correcto». Al divorciarte de esta realidad unilateral, y aprender todo lo que puedas sobre cómo otras personas perciben el mundo y nuestro lugar en él, empiezas a dejar espacio para que el sentido común se desarrolle, porque tu sentido común se construye a base de experiencias «comunes», no sólo de la tuya propia.

Empieza por echarle un vistazo a tus propias emociones, creencias y prácticas para asegurarte de que no están anulando tu sentido común. Prueba diferentes escenarios en tu mente para intentar determinar las consecuencias prácticas de aplicar la decisión o acción que quieras. ¿Es esto práctico, lo has considerado todo? ¿Has pensado lo que sucederá si las cosas van mal? Si las cosas van mal ¿podrás arreglarlas? Y si no puedes, ¿cuáles serán las consecuencias?

Consulta con los demás. Si tu realidad está nublando tu juicio en exceso, contacta con otros y discute la situación para tener una apreciación más amplia de sus perspectivas e ideas. Esto es lo más importante cuando estás demasiado involucrado en una situación y cualquier decisión o acción que tomes será infectada por tu proximidad.
Utiliza los recursos que tienes a mano: lee libros, páginas web, etc. para aumentar tu comprensión del mundo y de otras culturas, creencias, etc.

Nivel 3: Emprender en el Camino de la Reflexión

Familiarízate con tu mente reflexiva. Ésta es la parte de tu pensamiento donde reside el verdadero sentido común. La parte que toma un poco de tiempo a la inteligencia, a la alegría, a la importancia de todo lo que te apresura ahora mismo y sugiere que es hora de añadir una dosis de agua fría a la emoción.

La inteligencia reflexiva es capaz de retroceder y visualizar una imagen más amplia, para que tú, de forma realista, valores la situación o el entorno en lugar de obligar a los demás a que se ajusten a tu conveniencia o a que se hagan ilusiones. Después de una evaluación precisa de la situación, una actitud reflexiva te permite establecer objetivos realistas y tomar medidas sensatas para alcanzar esos objetivos. Daniel Willingham cita ejemplos de personas que pierden su dinero en el mercado de valores, o que eligen situaciones inadecuados en sus vidas, ys e refiere a ellos como gente que toma decisiones o realiza acciones sin emplear el pensamiento reflexivo. Racionalizar esas señales externas parece ser lo ideal, mientras que ignorar las discordancias entre la persona que eres y tus creencias es una negación del sentido común. En otras palabras, el que otros hagan o utilicen algo de forma efectiva no significa que a ti también te servirá; Tienes que poner tu propia mente reflexiva a trabajar en cada situación para decidir qué será lo más adecuado para ti, para tu estilo de vida y para aquellos que te rodean y están condicionados por tus decisiones.

Haz menos, piensa más. Siimon Reynolds dice que muchos de nosotros sufrimos «Obsesión por hacer. Esto simplemente significa que estamos obsesionados con hacer más cosas todo el tiempo en lugar de pensar. Y mientras corremos frenéticamente tratando de estar ocupados todo el tiempo, no estamos siendo productivos y estamos contribuyendo con una cultura que admira a la gente incesantemente ocupada. ¿Esto es de sentido común? Difícilmente pueda serlo. Esto es trabajar más duro y durante más tiempo sin tomar tiempo para reflexionar.

Asigna un tiempo cada día para pensar, aunque sean sólo 20 minutos. Siimon Reynolds sugiere que si pruebas a hacer esto durante una semana, notarás que tus niveles de estrés se reducen bastante. Y tu sentido común mejorará notablemente.

Nivel 4: Transformar Nuestra Frecuencia Mental

Vuelve a familiarizarte con la cognición rápida. El paso previo ha sugerido que necesitas reflexionar más antes de tomar decisiones o actuar. Pero el lado contrario obvio de la reflexión es la certeza de que algunas cosas necesitan un pensamiento muy rápido y decisiones rápidas que produzcan resultados sensatos. La cognición rápida es el tipo de pensamiento que te dice si te vas a llevar bien o no con esa persona que acabas de conocer, si esa escalera mal colocada va a caerse tarde o temprano y debe cambiarse de lugar lo antes posible o que debes apartarte rápidamente de un coche que está fuera de control. ¿Cómo vinculas la cognición rápida con el pensamiento reflexivo bajo el rubro del «sentido común»? Es simple: emplea tu tiempo de reflexión sabiamente de forma que puedas reaccionar con inteligencia cuando se requiera pensar con rapidez. El sentido común se construye a base de reflexiones sobre experiencias pasadas, habilitándote para que refines comprensión del mundo y de cómo éste funciona, una y otra vez. Esto contrasta con las personas que sólo reaccionan de forma visceral y sesgada, y han fracasado en la reflexión en experiencias previas. La reflexión conllevará «reacciones viscerales» sensatas o evaluaciones rápidas de situaciones porque tu reacción se basa en haber tomado tiempo para trabajar a través de los errores y aciertos de experiencias pasadas.

En Blink, Malcolm Gladwell dice que «las decisiones tomadas rápidamente pueden ser tan buenas como las decisiones tomadas con cautela y deliberadamente». El problema surge cuando queremos que algo sea distinto de lo que realmente es, recayendo en nuestra propia idea de la realidad más que en las muchas realidades que nos rodean. Y aquí es donde nuestro sentido común nos falla.

Nivel 5: Emprender desde un nueva óptica de Liderazgo

Aprende cosas que son de sentido común básico. Hay cosas que cada ser humano debería saber hacer y no encomendar a otra persona. Cosas que apuntan al centro de la supervivencia personal, el autoconocimiento y la salud y seguridad a largo plazo. De esta forma, puedes conocer el sentido común a través de conocimiento y aplicación prácticos, informándote con precisión en momentos difíciles o cuando debas reaccionar rápidamente. Algunos de los conceptos básicos de sentido común que cada uno de nosotros debe conocer, incluyen:

Saber cocinar y saber cómo la comida llega hasta tu mesa. Por cada persona que proclama orgullosamente no saber cocinar, hay una persona fácil de convencer por los demás de que cualquier alimento es adecuado para ella, y sin importar que sus orígenes sean insalubres, inmorales o improductivos. No es ningún distintivo honorífico que no sepas cocinar; a menudo es un signo de pereza o de rebeldía contra los deberes domésticos. Saber cocinar es de sentido común básico, ya que te asegura una existencia saludable bajo cualquier condición. Y además, sin importar con qué frecuencia uses esta habilidad, puede convertirse en una tarea agradable y gratificante.

Saber cultivar tu propio alimento. Ser capaz de cultivar tu propia comida te asegura la supervivencia. Aprende esta práctica si aún no lo has hecho, e infúndela en tus hijos.
Entender de nutrición. Si cocinas y quizás también cultivas tu propia comida estarás más conectado a las necesidades de tu cuerpo para nutrirlo de manera saludable. Come saludablemente la mayor parte del tiempo, con moderación y con conocimiento para reunir todos los aportes nutritivos necesarios según tu edad, género, altura y condiciones personales.

Conocer y respetar lo que te rodea. Es de sentido común conocer qué condiciones locales tienen un impacto en tu vida, desde el tiempo atmosférico a la vida silvestre. Tómate tiempo para conocer tu entorno y responder a él apropiadamente, desde el impermeabilizado de tu casa hasta la eliminación de plagas en tu jardín.

Aprende a hacer presupuestos y no gastar más de lo que ganas. Es de sentido común gastar sólo lo que tienes. Desgraciadamente, hay mucha gente que olvida esto en una frecuente orgía de gastos excesivos, comportándose como si una abultada deuda en su tarjeta de crédito fuera una completa sorpresa para ellos. Gastar en exceso es un hábito irracional, al igual que esconder las facturas sin abrir en el fondo de un armario; controlar el gasto con un presupuesto y un autocontrol es signo de sentido común. Y asegúrate de reflejar todos los trámites financieros importantes por escrito, desde un préstamo a una venta; en asuntos de dinero nunca está de más ser cuidadoso. Frenar el gasto con un presupuesto y autocontrol es una acción de sentido común. Y asegúrate de reflejar por escrito todas las decisiones y acuerdos financieros, desde los préstamos hasta las ventas; Nunca se puede ser demasiado cuidadoso cuando se trata de dinero.

Conoce las limitaciones de tu propio cuerpo. Esto incluye saber qué clase de alimentos alteran tu organismo, qué alimentos te sientan bien, cuántas horas necesitas dormir, y qué tipo de ejercicio es más beneficioso para tu cuerpo y tu metabolismo. Lee mucho, pero descubre por ti mismo qué daña o sana tu cuerpo, ya que tú eres el experto en este tema. Recuerda que no eres un súper héroe, el cual puede ignorar heridas peligrosas, llevar cargas pesadas sufriendo dolor de espalda, o no hacer caso de dolores permanentes.

Aprende a analizar situaciones y a pensar por ti mismo. En lugar de digerir cada día todo lo que te arroje la prensa sensacionalista, y llegar a un estado de pánico porque cada segundo hay un crimen o un desastre, empieza a pensar en la realidad detrás de las noticias y a pensar en la vida y los acontecimientos con una mentalidad inquisitiva, abierta y saludable. Ayuda a que otros se liberen del miedo a los medios informativos enseñándoles cómo reconocer las tácticas que estos usan.

Aprende a reparar objetos. En un mundo fuertemente dependiente de la disposición de elementos, en lugar de ir reparándolos, vamos añadiendo carga a la Tierra. Y estamos observando a aquellos que fabrican artículos con obsolescencia programada, porque hemos perdido la capacidad de apañar y reparar las cosas nosotros mismos. Aprender a componer o arreglar ropa, electrodomésticos, objetos caseros, motores de coche y muchos otros artículos que son importantes para nuestro funcionamiento diario, no sólo nos libera, sino que es una buena forma de ejercitar nuestro sentido común.

Aprende a planear por adelantado. Para no hacer las cosas al azar, más costosamente, de forma más cara, o sin una idea de las consecuencias, aprende a planificar con antelación. La visión de futuro es siempre un signo de buen sentido común, como lo es ser capaces de examinar las consecuencias de diferentes resultados.

Sé ingenioso. El ingenio es el arte de «hacer»; se trata de tomar las cosas pequeñas y hacerlas recorrer un largo camino con un poco de imaginación y fuerza. Trata de ser capaz de prosperar en condiciones difíciles y no sentirte deprimido. El ingenio es una parte clave del sentido común, y de nuevo, es una habilidad que te libera de consumir para vivir.

Aprende a relacionarte con la comunidad. Es de sentido común formar parte de tu comunidad, aunque mucha gente prefiere enclaustrarse y permanecer apartada de quienes le rodean. Conectar con los demás dentro de tu comunidad forma parte de la naturaleza humana y de las relaciones, y denota apertura y generosidad.

Aprende a protegerte. Ya sea que estés en un lugar público o en casa, la seguridad personal es propia del sentido común. No tocar los mangos de las sartenes cuando están en el fuego, mirar a ambos lados cuando cruzas la calle, o no ir solo de noche por zonas oscuras de la ciudad, etc. Todas estas son acciones preventivas de sentido común y de seguridad, y pueden evitar que algo peligroso suceda. Piensa en la prevención, no en el desastre.

Nivel 6: Establece nuevos hábitos de pensamiento con sentido común.

Toma la filosofía, la psicología y las teorías populares que están detrás de lo que pensamos y añade este conocimiento a las formas activas en las que puedes emplear tu sentido común. Lee Cómo pensar “fuera de la caja” y obtendrás grandes ideas para restaurar la confianza en tu propio proceso de pensamientos innovadores. Y Karl Albrecht sugiere que los siguientes métodos te ayudarán a mantener tu inteligencia práctica (sentido común) en plena forma (y se recomienda que leas su libro completo):

Practica la flexibilidad mental. Sé abierto y escucha las nociones e ideas de otras personas. Ésta es la capacidad de mantener una mente abierta y escuchar ideas de otras personas e ideas, aunque te asusten o desbaraten tu propio pensamiento. Es bueno que tengas elasticidad mental y expandas tus pensamientos más allá de las cosas que crees conocer.

Emplea el pensamiento positivo. Ésta es la manera de percibirte a ti mismo y a los demás de forma positiva, siempre buscando ver lo mejor de ti y de otros, y tomar decisiones conscientes constantemente sobre por qué o por quiénes te dejarás influenciar, y sobre aquello a lo que creas que valdrá la pena dedicar tu tiempo. Esto no es tan simplista como corear afirmaciones o pensamientos felices; el trabajo mental necesario para mantener una mentalidad consciente y positiva es duro, pero gratificante.

Confía en la cordura semántica. Esto consiste en hacer el uso del lenguaje para apoyar un pensamiento claro, libre de dogmas.

Valora las ideas. Este concepto te lleva a aceptar nuevas ideas en lugar de derribarlas enseguida por desconocidas, insensatas o irrealizables. ¿Cómo sabes que no concuerdan con tu punto de vista antes de llevarlas a cabo? Igualmente, valorar ideas condensa la necesidad de reflexionar a menudo, porque sin tiempo suficiente para la reflexión, fracasarás en inventar sus propias ideas.

compasivo. Los que utilizan el sentido común pueden impacientarse ante la estupidez que les rodea. Arrincona este deseo, mañana puede ser tu falta de sentido común la que provoque risa o sea reprendida. Todos somos igualmente estúpidos en diferentes momentos de la vida, al igual que todos somos igualmente inteligentes en otros momentos. Esto es contextual y sólo resulta embarazoso o erróneo si nos negamos a aprender de ello.

No seas paranoico; ¡sé sabio, no aburrido! Piensa las cosas de antemano.

Nivel 7: Se Plataforma para el Sentido común de Otros.

Confía en ti mismo. Si a las constantes y duras parcelas del pensamiento les aportas algo como aprender todo lo que puedas sobre el mundo y los pensamientos de los demás, estarás bien situado. No tienes que ser muy educado; sólo debes tener una mente abierta y curiosa. Y darte cuenta de que esto es un proceso, no un objetivo. Tendrás que hacer un esfuerzo mental a lo largo de tu vida para filtrar los mensajes que absorbes y a qué gente le permites que influencie tu pensamiento. Incluso este artículo es sólo una guía sobre el sentido común: analízalo, critícalo y adáptalo a tus circunstancias, transformalo y acepta o descartalo que no te convenga o no encaje contigo. Después de todo, actuar de esta forma es de puro sentido común.
La popularidad no equivale al sentido común. Piensa en los proverbiales ratones de Noruega saltando del precipicio antes de caer por éste.
Aprende todo lo que puedas de cualquier parte del universo que te interese antes de morir. Esto te permitirá cultivar el sentido común dentro de un contexto. El “sentido común» sin ningún conocimiento real no es tan bueno para los seres humanos como el instinto animal. Los mapaches tienen toneladas de tal «sentido común» pero todavía bajan la mirada cuando los autos se acercan.

Pregunta a la gente por qué presume de que algo es de esa forma. A menudo estamos tan acostumbrados a asentir con la cabeza y tragarnos los clichés culturalmente dispuestos, que nos olvidamos de que es correcto preguntar por qué alguien ha manifestado que algo es de esa forma. Por ejemplo, si tu amigo te dice que eso no es seguro salir de noche porque los extraños muestran sólo un 1 por ciento de buenos motivos y todo el mundo es un ladrón, pregúntale por qué piensa así. Si sólo puede citar las generalizaciones, pídele hechos y ejemplos. Incluso con los hechos y ejemplos, pregúntale por qué esto es un problema donde vives, donde vas, cuando estás en un grupo, cuando estás solo, cuando estás acompañado, etc. Finalmente deberías llegar al meollo de la cuestión derivada de las series de historias contadas por los medios. Entonces pregúntale a tu amigo ¿es mejor estar asustado y a salvo o estar preparado y a salvo? Siempre habrá riesgos en la vida, incluso quedarse en casa puede traer muerte y lesiones. Lo que cuenta es estar preparado para lo peor de una manera sana y sensata (por ejemplo, tomar clases de defensa personal, saber dónde no caminar en la oscuridad, sólo salir de noche con gente, coger un taxi cuando se ha bebido, etc.) en lugar de limitar la vida al miedo.

Las estrategias de manipulación y control no son equiparables al sentido común. Estos son signos de personas que desean cambiar la realidad y hacer que otras personas que encajen en sus nociones de realidad. No puedes cambiar este tipo de persona, así que a menos que te paguen por escuchar sus problemas, usa tu sentido común y mantén una buena distancia con ellos.
El sentido común se aprende a través de la experiencia. Tus amigos y familia estarán más que felices de hablar de los pros y los contra de cualquier situación dada, con la cual se familiarizan si saben que se trata de garantizar tu propia seguridad.

Evita hablar o escribir sobre las cosas sin importancia que principalmente componen nuestra vida cotidiana y sólo son una carga sobre lo que tiene auténtica importancia. Tú no sólo serás apercibido para tener sentido común, de hecho lo emplearás.

El sentido común es natural, pero las cosas siempre pueden salir mal; No te martirices mucho sobre el pasado. Algunas cosas son inevitables.

Escucha al mundo y a la gente que te rodea antes de hablar, especialmente si tienes algo que decir que pueda considerarse como sentencioso. Si no puedes añadir algo significativo, no digas nada. Puede que esto no aumente o cultive tu sentido común inmediatamente, pero darás la impresión de que realmente tienes sentido común.

El sentido común dicta que todos los acuerdos importantes, tales como financieros y contratos de matrimonio deban consignarse por escrito. No confíes en los caprichos del tiempo y en la memoria defectuosa.

El saber ancestral puede ayudar pero también entorpecer, depende de dónde provenga la sabiduría y si sigue siendo vigente o no.
Escucha a la gente que te rodea antes de hablar, especialmente si tienes algo que decir que pueda considerarse sentencioso.

Esta nota forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red. Y que forman parte del Manual del Mentor del Dr Fabián Sorrentino, con la colaboración de Ángela Machado.