La efectividad es el equilibrio entre eficacia y eficiencia, es decir, se es efectivo si se es eficaz y eficiente. La eficacia es lograr un resultado o efecto (aunque no sea el correcto) y está orientado al qué. En cambio, eficiencia es la capacidad de lograr el efecto en cuestión con el mínimo de recursos posibles viable o sea el cómo. Ejemplo: matar una mosca de un cañonazo es eficaz (conseguimos el objetivo) pero poco eficiente (se gastan recursos desmesurados para la meta buscada). Pero acabar con su vida con un matamoscas, aparte de ser eficaz es eficiente, por lo tanto al cumplir satisfactoriamente ambos conceptos, entonces es efectivo.

Stephen Covey define la efectividad como el equilibrio entre la eficacia y la eficiencia, entre la producción y la capacidad de producción. E= P/CP. Para ello se basa en la fábula de Esopo, La gallina de los huevos de oro, comparando los huevos de oro con la producción y la gallina con la capacidad que tiene de producirlos.

Por su parte, Jorge Pinotti, dice: “Muchas personas, sin importar lo mucho que sepan, por más actualizadas que estén, encuentran dificultades al aplicar las técnicas y herramientas del Coaching Ontológico en su desempeño profesional o en su vida personal, y en vez de alcanzar sus objetivos, de producir innovaciones deseadas, y lograr las cosas para las cuales los adquirieron, descubren en la práctica que no consiguen hacerlos funcionar, lo hacen de forma insatisfactoria, no pueden aplicarlos o generan más problemas que beneficios.

Basados en una propuesta de Mariano Durlach, en Arquitectura del Ser, lo definiríamos gráficamente de la siguiente manera. Hay unos pequeños cambios asumidos en función del Modelo MET.

Esta renuencia de las ideas le sugirió otra perspectiva : la mente de la efectividad no está ni en las ideas ni en las herramientas, es algo relativo al ser humano que las aplica. En realidad no hay que ocuparse de las ideas, técnicas o herramientas para el logro de objetivos, sino de la persona que quiere obtenerlos, apuntando con una pregunta : Cuál es su nivel de conciencia ?

Raíz del Término

En el sitio: “deGerencia.com” encontramos que “La palabra efectividad adquiere su origen del verbo latino «efficere», que quiere decir ejecutar, llevar a cabo u obtener como resultado. Cuando un individuo practica la efectividad en su trabajo, su tiempo rinde mucho más y sus niveles de bienestar aumentan, ya que éste sentirá que está cumpliendo con sus labores cotidianas de forma eficiente. Según la ley de la efectividad, este hábito se adquiere al equilibrar la producción y la capacidad para producir.

La visión de Stephen R. Covey

El autor de «Los siete hábitos de la gente altamente efectiva» destaca en su libro el siguiente proceso:
 Ser proactivo : Debemos ser conscientes de las decisiones que tomamos.
 Empezar con el final en mente. Tenemos que saber hacia dónde vamos.
 Poner primero lo primero: Necesitamos organizar nuestras prioridades.
 Pensar ganar/ganar: Debemos tratar de lograr que ambas partes salgamos beneficiadas.
 Antes que buscar ser comprendido, comprender: Hay que aprender a escuchar y a entender a los demás.
 Sinergizar: Trabajar en equipo, implica efectividad, confianza e innovación.
 Afilar la sierra: Mantener y cumplir todos los demás hábitos para poder continuar.

La eficacia, por su parte, dice Wikipedia: es la capacidad de lograr un efecto deseado, esperado o anhelado.

Acorde a la Filosofía

La eficacia es la causa eficiente para producir su efecto. No tenemos concepto del todo propio e inmediato de lo que es esta capacidad, de aquí que sean posibles las dudas, en algunos casos muy tenaces, de que exista y que haya por ende verdadera Causalidad. El problema se ofrece en particular tratándose de causas inadecuadas o incorrectas que parecen tener tan sólo como de prestado un poder eficaz. Mas a poco que se considere, se ven acciones de hecho eficaces debidas a causas inadecuadas. Dos caballos arrastran un carro que ninguno de los dos por sí solo podría arrastrar. Cada uno es causa incompleta, pero de cada uno se dice con verdad que produce un efecto superior a su fuerza de tracción.

No es tan fácil de concebir el fenómeno de la actividad de una causa de suyo insuficiente para el efecto que se produce, si se completa con otra que baste para tal efecto. Así sucede con la causa segunda, que es insuficiente sin el concurso de la primera, siendo por otra parte esta última por sí sola suficientísima. No concebimos esto a priori, pero lo probamos partiendo de la experiencia interna que nos enseña que tenemos verdadero influjo sobre nuestras acciones.

Compilado por el Dr Fabián Sorrentino. Fuentes Citadas.