Práctica cuasicientífica y arte mística, principalmente antigua y medieval, que tenía dos amplios objetivos: convertir metales de baja ley en oro y desarrollar el elixir de la vida, es decir, el medio de alcanzar la inmortalidad. La alquimia clásica occidental se originó probablemente en Egipto, en los tres primeros siglos d.C. (con variantes chinas anteriores e islámicas e indias posteriores) y fue practicada en serio en Europa por figuras como Paracelso y Newton hasta el siglo XVIII. La alquimia occidental abordó cuestiones de metalurgia práctica, pero su significación filosófica deriva de una teoría griega anterior sobre las relaciones entre los elementos básicos y de una comprensión alegórico-religiosa de la transmutación alquímica de los minerales en oro, una comprensión que concibe ese proceso como un ascenso espiritual de lo humano a la perfección divina. Se pensaba que la purificación de los minerales ordinarios (materia mundana) en oro (perfección material) requería un agente transmutador, la piedra filosofal, una substancia mística de la que se creía que, mezclada con alcohol y tragada, producía la inmortalidad (perfección espiritual). Aunque la búsqueda alquímica de la piedra filosofal fracasó, dio lugar al desarrollo de instrumentos y métodos experimentales sumamente útiles (por ejemplo, la bomba de vapor y la destilación).

Alquimia de lenguajes: alfabetización, enunciación y comunicación

Desde el punto de vista filosófico, alquimia significa una red de escuelas y sistemas filosóficos. La alquimia, además, fue una de las principales precursoras de las ciencias modernas ya que al mezclar sustancias, herramientas y procesos ha contribuido, por ejemplo, a la aparición de las industrias química y metalúrgica.

Uno de los significados míticos la describe como la capacidad de convertir metales corrientes en oro. Mientras, la alquimia china y la egipcia le colocan sentidos particulares, en todos los casos los conceptos básicos que subyacen son los de combinación y transmutación. Mircea Elíade señala entonces, que la alquimia consuma un viejo anhelo del hombre: “colaborar al perfeccionamiento de la materia, asegurando al mismo tiempo su propia perfección (1983, p. 76).” Así, la combinación de las distintas disciplinas y sus posibles transmutaciones forman parte de la búsqueda de esta recopilación de ensayos que, a través de profundos análisis, solicitan y apuestan al crecimiento de cada una de ellas.

La palabra enunciación, colocada asimismo en el título del cuaderno resultó fundacional y sugerente al momento de invitar a participar del mismo como a la hora de redactar todos los escritos. Este término y su significado se encuentran presentes en cada uno de ellos, así correspondan a cualquiera de los tres apartados. La enunciación entendida como el conjunto de condiciones presentes en la producción de un mensaje, es decir, una enunciación que parte de la individualidad del enunciador pero, también, de su relación con la caracterización de la época tanto desde lo filosófico como desde el ámbito socio político y cultural en el que está inmerso. La educación, la realización como la comunicación están surcadas así por la enunciación.

El sentido, el proceso de significación, que se desprende del concepto de enunciación, también atraviesa a los tres apartados y todos los escritos. De este ejercicio se despliega el concepto de “visualidad” 1 (Mirzoeff, 2008) como sinónimo de textualidad, como procedimiento que integra y describe la cultura visual contemporánea y que comprende el desciframiento, la decodificación y la interpretación de la experiencia visual a través de variables propias, algunas heredadas del modelo textual y otras proporcionadas por sus indicadores específicos.

El lugar que ocupa lo visible hoy en nuestro espacio plástico y en los diferentes lenguajes analizados es mencionado en todos los escritos que integran este fascículo en virtud de que experiencia y alfabetización requieren profundos estudios. La emergencia de estas investigaciones se debe también a su estatus variable ya que nuevos medios y nuevas tecnologías se van sumando continuamente.

Alquimia de lenguajes: alfabetización, enunciación y comunicación se divide pues en tres capítulos que delatan su especificidad: La alfabetización de las distintas disciplinas, Vasos comunicantes y Nuevos modos de circulación, nuevos modos de comunicación. Cada uno asume diferentes tópicos íntimamente relacionados con lo ya expresado.

La alfabetización de las distintas disciplinas

Herbert Read en Educación por el arte publicado en el año 1973 expresaba: “Creo que el defecto de nuestro sistema educacional es precisamente nuestro hábito de establecer territorios separados y fronteras inviolables” (1973, pp. 34-35).

De este modo, proponía, a partir de esta crítica, una “educación estética” integral. En la contemporaneidad, la interdisciplinaridad, el entrelazamiento de distintos lenguajes y dispositivos presuponen desde un comienzo una transmisión integradora.

Además, todos los ensayos examinan, desde distintos ángulos, el tiempo presente y, a partir de esta interrogación, se interpela también el rol de la formación integral del estudiante más allá de su desarrollo en la competencia específica. Así, palabras como globalización, posmodernidad, transformación tecnológica atraviesan los escritos como una caracterización del momento actual ya que revisten una profunda incidencia en el desarrollo de las distintas disciplinas de diseño y en los diferentes lenguajes audiovisuales.

Justamente, Beatriz Robles propone desentramar y revisar los conceptos que forman parte del lenguaje contemporáneo como punto de partida para reflexionar sobre los ejes que conforman el campo de la enseñanza audiovisual. Por otra parte, considera necesaria la educación audiovisual para que los ciudadanos puedan percibir los factores ideológicos y de manipulación que subyacen en diferentes mensajes, posibilitando así una activa participación en la sociedad y en los medios como parte de una práctica democrática. Analiza, también, como el discurso de la imagen funciona sin clausura pero que, además, instituye un rol de espectador cuya demanda es satisfecha rápidamente.

A partir de esto podemos interrogarnos si se pierde o no la noción de proceso (proceso en la adquisición de conocimiento, proceso de crecimiento profesional, etc.). A propósito, Mercedes Pombo en su artículo, también hace referencia a la apreciación y al consumo en un instante de una fotografía y cómo esto impide un acercamiento profundo y reflexivo a la imagen. Por su parte, Bernardo Suárez realiza un análisis sobre el rol de la publicidad en la actual era posmoderna indagando, entre otros aspectos, sobre el concepto de marca como un espacio simbólico que brinda seguridad y lazos de pertenencia.

De este modo, la publicidad se torna un enunciado mítico que se apoya sobre diferentes configuraciones retóricas. A partir de una breve introducción histórica de la disciplina y de sus actores intervinientes comienza a interrogar sobre los distintos aspectos correspondientes a la enseñanza. En ese sentido, destaca la necesidad de incluir aspectos éticos en virtud de que el consumo marca las desigualdades sociales. Claudio Eiriz nos propone introducirnos en la tipología y en la morfología del objeto sonoro. Destaca así al sonido como un elemento imprescindible del aprendizaje a partir de la reflexión sobre la alfabetización de distintas disciplinas que integran lo audiovisual.

Gustavo Valdés de León realiza un exhaustivo repaso de los primeros pasos de la historia del diseño en la Argentina como así también de los principales libros traducidos al idioma castellano como sustento teórico de la disciplina. A partir de la crítica de éstos últimos propone la incorporación del concepto de semiosis como un modo de integrar los factores socio político culturales que influyen en el diseño gráfico.

Se considera pues la semiosis como una construcción de sentido por medio de signos que integran un determinado sistema. Semiosis como construcción paradigmática y sintagmática de significación a partir de la relación recíproca entre significante y significado. El permanente movimiento de la “iconósfera” 2 contemporánea requiere así la estructuración de nuevas semiosis. En su artículo, Mara Steiner conduce a la reflexión sobre uno de los ejes que circundan este cuaderno: la imagen como resultado de una simbolización personal y colectiva. Siguiendo en esta misma línea, resalta que todo modo de ver está relacionado a un saber y a una pertenencia cultural. Su planteo es introspectivo acerca de lo que significa leer imágenes. Así pone de manifiesto cómo éstas conforman un imaginario donde aparecen elementos de intentos de colonización de la subjetividad por los cuales, a su vez, asoman resquicios de representaciones residuales y emergentes.

En tanto, Hugo Salas, al referirse a todo el campo de la audiovisión, propone integrar a la currícula, al igual que Beatriz, Gustavo, Mercedes y Mara, la exposición y el conocimiento de la problemática atinente al mundo actual, un mundo actual atravesado por la historia. Con respecto al aprendizaje, alerta sobre cierto reduccionismo si no se tiene en cuenta su contexto, la carga de significación en “relación a” y no como ente puro y aislado. En ese sentido hace un interesante análisis referido al uso de la palabra “recurso” a diferencia de la palabra “procedimiento” tomando como ejemplo las angulaciones de la cámara. Este último término implica el análisis de esas angulaciones en función del sentido que adquieren dentro de un sistema que posee una significación determinada.

Dentro de la alfabetización y la transformación tecnológica el tema de la relación interfaseusuario e interfaz espectador aparece como digno de análisis, como así también si la red puede contribuir a un proceso cultural profundo y no superficial. Planteada la cuestión, la misma fue abordada, en profundidad, por Fernando Luis Rolando Badell quien observa que los grados de libertad con los que creemos movernos en el ciberespacio, han sido diseñados con anterioridad por empresas o personas particulares.

Resalta, asimismo, la importancia de la alfabetización informática ya que una competencia lingüística sólida contribuirá a la posibilidad de generar libremente nuestras propias interfases. En este sentido, explora sobre la probabilidad de la construcción de “interfases alquímicas” capaces de producir la fusión de diferentes campos de información, integrando aspectos que hoy se encuentran separados.

María Torre se preocupa por la educación de los profesionales del cine en la Argentina. A través de un recorrido histórico analiza la formación de los realizadores como así también el modo en que espectadores, críticos e investigadores arriban a un profundo conocimiento del lenguaje. Su investigación muestra el interés que se manifestó en diversos ámbitos académicos y no académicos por ensanchar los horizontes de la competencia lingüística.

María remarca en su trayecto dos aspectos importantes: por un lado, los avatares político económicos sufridos en el país y por otro, la expansión de la industria audiovisual comprendida por el cine, la televisión y el video. Advierte además, sobre cierta fragmentación en el sistema de educación que tiende tan sólo a satisfacer la demanda de los posibles consumidores. Concluye así sobre la necesidad de un debate en torno a la educación artística, proyectual y comunicacional, como así también, sobre la emergencia de lo visual en el mundo contemporáneo.

Daniel Tubío cierra este apartado realizando un relato sobre el derrotero de la educación visual donde enfatiza sobre la complejidad del proceso de percepción visual. Cita así el caso de un hombre que, tras cuarenta y cuatro años de ceguera y una operación que le devuelve la visión, necesita emprender el camino de aprender a ver.

En este sentido, otro caso paradigmático es la experiencia realizada por el antropólogo Melville Herskövits (1994, p. 39) quien en 1959 le muestra un conjunto de fotografías de ellos mismos a una tribu denominada Bush de África. Los integrantes de esta tribu nunca habían visto fotografías y tuvieron gran dificultad para identificar a las personas allí mostradas ya que no alcanzaban a reconocerse entre ellos ni a sus familiares.

Podemos inferir así el grado de codificación del dispositivo fotográfico. Por otra parte, resulta interesante considerar la capacidad del receptor de descifrar la significación que el autor de una imagen ha colocado en ella. Es por esto que el artículo cierra con la necesidad de desnaturalizar la imagen fotográfica como prueba de realidad y poder realizar para ello una lectura sintagmática de todos los planos intervinientes. En todos los casos, se advierte que para una alfabetización resulta fundante la interrelación entre los distintos elementos audiovisuales y la palabra. El atravesamiento de uno en el otro contribuirá a una profunda transformación creativa.

Las distintas carreras que anidan en el campo del diseño y de la comunicación se apoyan pues en la creación y en la elaboración de conceptos. Creaciones y conceptos que, por otra parte, conforman el mundo actual y que requieren, tal como también queda demostrado, en los diferentes escritos, una educación de la sensibilidad.

Vasos comunicantes

Néstor García Canclini entiende por hibridación procesos que existían en forma separada y que se combinan para generar nuevas estructuras, objetos o prácticas (2008, p. 14). Este apartado se ocupa justamente de estos procesos de hibridación cuya presencia en el escenario contemporáneo se torna cada vez más presente y palpable. Así se observa una cierta desmaterialización de un medio para su dilución y fusión en y con otros.

En este sentido, la aparición de nuevas tecnologías incide, desde su concepción y su práctica, en esta posibilidad de múltiples composiciones. Desmaterialización de los diferentes lenguajes para poder tejer, tramar y conjugar nuevos modo de enunciación.

El texto de Norberto Salerno resulta ideal para comenzar este apartado ya que trabaja sobre el concepto de aura, concepto común a todos los lenguajes a los que hace referencia este cuaderno. Su análisis comienza con la fotografía y el cine, tal como lo hiciera Walter Benjamin, para reflexionar luego sobre el concepto de “aura fría” de José Luis Brea.

Por cierto, este autor considera que la noción de aura se desintensifica en la actualidad en virtud de la presencia de los distintos modos de enunciación y la gramática que cada lenguaje y cada autor elige para sus producciones. A tal efecto opina: “El aura va a ser ya sólo el sentido” (Brea, 1991).

En el estudio de la figura del autor que realiza Viviana Suárez aparecen consideraciones que atraviesan varios de los escritos de este cuaderno. Analiza al productor y no al mensaje: cómo le afecta el entramado epocal y la relación con los otros. Así, mediante las figuras de Charles Baudelaire y Marcel Proust, Suárez propone identificar como la enunciación se forma a través de una urdimbre donde la referencia a lo externo es materializada a través de una interioridad y cómo se va estableciendo la interacción entre ambos.

Resulta oportuno recordar aquí lo expuesto por Michel Foucault ante la Sociedad Francesa de Filosofía: la noción de autor individualiza la historia de las ideas, de los conocimientos, de la filosofía, de las ciencias y de las artes.

De esta individualización forma parte el gesto anafórico (Kristeva, pp. 121-135) es decir, señalar, indicar, mostrar e instaurar relaciones como asimismo, lo que Viviana identifica como “voluntad creadora”. De este modo y mediante un recorrido por diferentes lenguajes, podemos entrever a la figura del autor, en términos de Foucault, como una persona que entabla la escritura no como resultado sino como práctica.

Laura Gutman metaforiza a través del traje teatral sobre la significación de mostrar pliegues y gestos a través de distintas disciplinas, en tanto, cada una realiza un uso diferente de la materia para mostrarlos. Por otra parte, destaca la fusión de los lenguajes escénicos y ahonda en la imagen poética del traje como recurso dramático en obras como La Bohème de Puccini, El Teatro de la Muerte de Tadeusz Kantor, El acompañamiento de Gorostiza y distintas películas de Chaplin.

La alquimia, los vasos comunicantes son ampliamente analizados asimismo por Graciela Taquini, especialmente la relación entre cine y video. Caracteriza, por otra parte, lo transversal como prefijo de la práctica artística contemporánea, ya no multidisciplinario sino transdisciplinario. Destaca también la posibilidad de experimentación que trae aparejado este andar combinatorio de los lenguajes.

Por mi parte, el escrito “Fusión de instantes” propone indagar en qué medida lo fotográfico (y todo lo que implica este término) atraviesa tanto al cine como al video constituyéndose en el componente molecular que interrelaciona los tres lenguajes. Al respecto, cierto pensamiento coincidente de Émile Zola y de Jean Luc Godard resulta sugerente. El escritor y fotógrafo aficionado decía que no se puede declarar que se ha visto algo de verdad hasta que se lo ha fotografiado, y el cineasta afirmaba que para ver hay que filmar.

Nuevos modos de circulación, nuevos modos de comunicación

Varios pensadores ligados a diferentes disciplinas ya sea estudios culturales, estudios sobre el arte, estudios ligados a la comunicación y relacionados a la publicidad y el marketing, mencionan la contemporánea emergencia de una figura que ha adquirido una característica diferente: el espectador, el receptor. Así encontramos hoy un receptor “emancipado” (Rancière, 2010) liberado de su rol pasivo, que observa, selecciona, compara, traduce, solicita y en muchas ocasiones interactúa según sean sus diferentes competencias.

Otra variable a tener en cuenta son los diferentes modos de circulación. En la actualidad se disponen de modos que consuman la recepción al instante y que son producto de la presente fascinación por la inmediata satisfacción de la demanda

El ensayo de Débora Belmes analiza las particularidades que resultan de los diferentes elementos que construyen la subjetividad en la contemporaneidad. De este modo, indaga sobre aspectos propios de la imagen y la representación para, finalmente, centrarse en los derroteros de la comunicación a través de las posibilidades audiovisuales que brindan los medios.

Sin embargo, es interesante observar que, a pesar de que se trata de dispositivos que se combinan, la comunicación aparece diferida y el vacío de lo corpóreo impregna el modo en que se establece. Verónica Devalle sintetiza los tópicos relativos a la enunciación y a la comunicación visual alternándolos e interrelacionándolos. El lenguaje y su enunciación visual forman parte de una producción social de sentido. Así la observación del contexto de recepción requiere de un análisis comunicacional cuya complejidad surge de la diversidad de aspectos que integran el mundo contemporáneo en tanto instituyen lo social.

Mercedes Pombo parte de la actual iconósfera para puntualizar en la fotografía de autor y para examinar cómo el mensaje de éste llega al receptor, en algunos casos, borrándose los límites de lo público y lo privado.

En la actualidad, sobre este tema se dispone como marco teórico a diferentes autores contemporáneos como es el caso de Umberto Eco y su conocido concepto de “obra abierta” y más recientemente la idea del arte como un estado de encuentro de Nicolás Bourriaud (2008, p. 17) así como el ya mencionado “espectador emancipado” de Jacques Rancière, entre muchos otros.

A través de un exhaustivo análisis sobre el formato 3D desde sus antecedentes históricos hasta la actualidad, Eduardo Russo desentraña como ésta búsqueda de relieve forma parte de una demanda de realismo. Si bien su pesquisa da cuenta de las experimentaciones técnicas, su mirada final se centra sobre la figura del receptor. Identifica así, el deseo de que la contemporánea experiencia del artificio tecnológico de 3D pueda provocar una “vibración sensorial.”

Tal vez, podamos inferir que se trata de una nueva solicitud de mímesis, mímesis que fuera pretendida durante tantos años por los distintos regímenes estéticos que integran la historia del arte. Al respecto podemos recordar el siguiente pensamiento de Michel Foucault: “Las grandes mutaciones responden ante todo a la aparición de nuevas formas de la voluntad de verdad.” Verónica Joly halla una verdadera “alquimia” entre arte, moda, fenómenos epocales y mercado en la conformación de la estética de la vestimenta. Esta característica se encuentra inscripta en una contemporánea estetización de la vida cotidiana. Hace referencia, también, sobre la “fantasmagoría” (Benjamin, 2005), que conforma la moda como trasmisora de las imágenes que construyen el ideario de una época.

Las ideas que circulan por este cuaderno dan cuenta, entonces, de la necesidad, desde la trasmisión de saberes y desde la producción, de centrar la mirada en experiencias que resulten significativas, tanto a través de respuestas como de interrogaciones (y de las tensiones que surgen entre ambas). Este par dialógico debe propiciar, a su vez, continuos espacios de reflexión, de pensamiento y de conocimiento. Resta tan solo una cordial invitación a su lectura.

Notas

1. Término acuñado por Nicholás Mirzoeff en la entrevista realizada por Inés Dussel para la revista Propuesta Educativa nº 31 de junio 2008 en la que también menciona que este tratamiento de la palabra “visualidad” comienza a utilizarse a partir del libro Visión y visualidad del crítico de arte Hal Foster en 1988.

2. Roman Gubern utiliza este término para describir la atmósfera contemporánea como plagada de imágenes en Del bisonte a la realidad virtual, Barcelona, Editorial Anagrama, 2003.

Lista de Referencias Bibliográficas

Benjamin, W. (2005). Libro de los pasajes. Madrid: Akal.

Bourriaud, N. (2008). Estética relacional. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.

Brea, J. L. (1991). Las auras frías. Barcelona: Editorial Anagrama.

Dubois, P. (1994). El acto fotográfico, de la recepción al index. Barcelona: Paidós Comunicación.

Dussel, I. (2008). Entrevista a Nicholás Mirzoeff en la revista Propuesta Educativa nº 31, junio 2008.

Elíade, M. (1983). Herreros y alquimistas, Madrid: Alianza Editorial.

García Canclini, N. (2008). Culturas híbridas. Buenos Aires: Paidós Estado y Sociedad Ed.

Gubern, R. (2003). Del bisonte a la realidad virtual. Barcelona: Editorial Anagrama.

Kristeva, J. (s/f). El gesto, ¿práctica o comunicación? En Semiótica 1, Espiral Ensayos (2da edición). Editorial Fundamentos: Madrid.

Rancière, J. (2010). El espectador emancipado. Buenos Aires: Manantial.

Read, H. (1973). Educación por el arte. Buenos Aires: Paidós.

Alquimia de lenguajes: alfabetización, enunciación y comunicación fue publicado de la página 11 a página 18 en Cuadernos del Centro de Estudios de Diseño y Comunicación Nº39

Alquimia de órden Espiritual