Para asegurar el buen funcionamiento de su vehículo, se le debe dar una buena gasolina. La gasolina del cuerpo es la sangre que, para ser eficaz, debe circular libremente en todo mi cuerpo. Si la gasolina contiene impurezas, corre el riesgo de lastimar el motor que es el corazón. La sangre representa la alegría de vivir y las impurezas que se hallan en ella provocan dolencias en todo mi cuerpo. Según mi alimento, el estómago producirá una energía que fortalecerá mi sangre o la hará anémica; igual como mi vehículo, debo elegir la gasolina buena.

La sangre representa la energía que circula en mí. Es el mismo centro del corazón. Una mala circulación me indica que está bloqueado el amor; ya no consigo expresar mis sentimientos, estoy en conflicto con el amor. El mensaje de mi cuerpo es: dejo correr la sangre en mis venas, dejo que el amor llegue hasta mi corazón, acepto recibir y hallo la alegría de vivir. Dejo sito para las ideas nuevas.

La sangre está formada por células en suspensión en un líquido llamado plasma. Lleva a los tejidos los elementos nutritivos provenientes de los pulmones (el oxígeno), del conducto digestivo (los alimentos nutritivos) y de los diferentes órganos (por ejemplo; los productos de transformación del hígado).

Después recupera los desechos que el organismo va a eliminar. También tiene una función de informadora al conducir las hormonas. La definición siguiente se aplica a todos los problemas que pueden afectar a la calidad de la sangre y sus diferentes funciones.  Cuando una persona tiene un problema sanguíneo significa que le cuesta trabajo administrar bien su vida, de acuerdo con sus verdaderas necesidades.

Para el ser humano, vivir verdaderamente quiere decir vivir diferentes experiencias en la aceptación y la alegría. La persona que no puede administrar su vida suele ser aquella que dramatiza demasiado algunas situaciones, lo cual le impide tener una visión global equilibrada.

Se hace mala sangre, es decir, se preocupa por todo y por todos. Es una persona demasiado emotiva que bloquea su sensibilidad. Necesita adaptarse incondicionalmente a sí misma; esta forma de amor incondicional es el elemento más importante para mejorar la calidad de la sangre. Otra forma de bloquear su sensibilidad es tener mucha sangre fría, lo que hace de ella una persona impasible, que oculta sus sentimientos. Por otro lado, la persona vive sin alegría debido a un profundo sentimiento de carencia de algo.

La importancia que la sangre tiene en tu cuerpo te indica la trascendencia de administrar bien tu vida viviéndola con alegría y aceptando lo que eres. Este problema se presenta para recordarte que es momento de que empieces a creer en ti de una manera diferente. Eres mucho más de lo que crees.

Toma conciencia de tu valor, de tus verdaderas necesidades y decídete a administrar tu vida. En lugar de creer que no puedes hacer todo solo y esperar que los demás lo hagan, elabora una lista de todos tus talentos, tus capacidades y de lo que has logrado hasta ahora. De este modo comenzarás a escuchar de nuevo tus verdaderas necesidades y te darás cuenta de que eres la persona más importante de tu vida. Estás en la Tierra para tu propia evolución y no para la de los demás.

La circulación sanguínea está vinculada al corazón y a la sangre, símbolo de vida. La sangre pasa por todos los canales del cuerpo: arterias, arteriolas, venas, venillas, capilares. Estos canales son necesarios a la distribución del amor, de la alegría y de la vida en todo el cuerpo. Mi corazón (centro del amor) acepta dar la sangre (energía) a cada parte de mi ser, cualquier sea su importancia, sin discriminación.

La sangre representa mi vigor, mi placer de vivir y lo que soy actualmente en este universo. Todas las dificultades circulatorias están vinculadas con la sangre y la totalidad de mí ser. Si vivo una situación difícil en el plano emocional o mental, la energía que anima mi ser se debilita.

Esta debilidad de la sangre y de la circulación sanguínea significa que me retiro emocionalmente de una situación que me afecta por el instante porque no tengo bastante “energía” para ir hacia delante. Me protejo de mis emociones demasiado energéticas porque es doloroso sentirlas presentes hasta tal punto. No dejo circular bastante amor en mi vida. Me auto – critico severamente, estoy apenado, siento mucha tristeza interior. Mi alegría de vivir y mi buen humor disminuyen, mis ideas se vuelven confusas, tengo una vida social poco excitante, insípida y llana.

Tengo necesidad de hacer “circular” muchos proyectos, ideas, sensaciones. Sino, todo se “congelará” a causa de mis preocupaciones, mis penas, mi cansancio, mi ira; una sobre excitación o una obsesión que desequilibra la circulación sanguínea tendrá el mismo efecto. La falta de alegría me lleva pues a huir de mis responsabilidades. Tengo bloqueos que me hacen evitar ciertas situaciones. Es un modo de decir “no” a la vida. Así, diversos esquemas de pensamiento corren el riesgo de aflorar en superficie (el control, la negligencia, la indiferencia frente a la vida, la necesidad exagerada de atención, el deseo de querer morir…)

Los trastornos de la circulación sanguínea se manifiestan primero en las manos y las piernas, en las partes más externas y activas de mi cuerpo, las que me dirigen en el universo. Una mala circulación que afecta mis piernas está vinculada a mi dirección emocional, a las emociones en las cuales puedo contar y que amo. Cuando están afectadas mis manos, es la expresión de mis emociones y un deseo de cesar lo que estoy haciendo.

En ambos casos, se trata de una retracción en el plano interior, la retracción de la plena participación emocional a mi universo. Las diferentes aflicciones sanguíneas son la aterosclerosis, la arteriosclerosis, la elevación del porcentaje de colesterol, la trombosis, etc. ¡Acepto mirarme a la cara y sobre todo observo mi actitud frente a la vida! ¿No es la vida bastante extraordinaria como para aprovecharla plenamente? Abro mi corazón al amor, me asumo y me dejo guiar por la vida. Siempre sucederá lo que hay mejor para mí.

Una mala circulación de la sangre indica una falta de alegría de vivir en mi vida. Me siento dormido, mis ideas son confusas. Para recobrar la alegría, acepto las nuevas ideas, reconozco las bellezas que me rodean, sonrío a la vida.