Excelente síntesis sore el enfoque ontológico, de la Lic. Sandra Munk, en el contexto de la V Jornada clínica entre instituciones psicoanalíticas.

Algunos conceptos claves:

Revalorizar la palabra
La palabra que cura  –­-> el valor de la palabra en tanto posibilitadora  de elaboración subjetiva de lo padecido
El poder de la palabra no silenciada
Prospectiva: diseñar el futuro como una invitación a buscar respuestas diferentes
Valor del lenguaje generativo

UNAS PALABRAS SOBRE LA ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE

Quisiera compartir algunas reflexiones y pensamientos que me han surgido al leer “El Caso Irene” siguiendo el espíritu  de la Ontología, rama de la filosofía, que surge del anhelo y la curiosidad del ser humano por conocerse a si mismo y comprender el mundo que lo rodea.

La Ontología nos remite a los fundamentos, al origen, a una cuestión tan esencial como es preguntarnos por el “Ser” de las cosas, su “Existencia”. Abordar el sentido de “Ser Humano” desde la perspectiva ontológica es, por consiguiente, una invitación a hablar sobre sus aspectos constitutivos.

Una de las primeras respuestas que se dio a esta pregunta ontológica estaba enmarcada por los parámetros establecidos por el pensamiento metafísico que sirvió de base durante largo tiempo a la forma como se observaba la vida, los seres humanos y el mundo. Se asumía, desde esta concepción metafísica, que éramos de una manera dada, fija e inmutable.

Sucesivos hechos como…

La 2º guerra mundial… la vertiginosidad de los avances científicos… la profusión de los medios de comunicación… la irrupción del lenguaje electrónico… comenzaron a socavar los cimientos de esta concepción y fueron promoviendo otras posibilidades, otras ideas, una nueva interpretación de los que significa “Ser Humano”.

Para ilustrar esta concepción emergente podemos nombrar a la Física Cuántica, con exponentes como Fritjof Capra o David Bohm con su interesante “Tratado sobre el Diálogo”, o el Pensamiento Sistémico con Heinz Von Foerster e Ilya Prigogine.

Empezaron a surgir pensadores como Humberto Maturana (1) y Francisco Varela(2) creadores de esta mirada particular del ser humano que propone la Ontología del Lenguaje , quienes a través de “su Biología del Conocimiento” nos dicen: “No sabemos cómo las cosas son, sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos”.

Asimismo, nos encontramos con corrientes filosóficas tales como la desarrollada por Heidegger que retoma a Heráclito –“no se puede beber dos veces del mismo río”- o Nietzsche que nos dice que “para comprender a los seres humanos no podemos concentrarnos sólo en su ser, sino que también debemos mirar lo que no son, hacia el espacio en el que se trascienden las formas actuales de ser y de participar del proceso de devenir”.

Estos mismos cambios alcanzaron a la lingüísticaJohn Austin, John Serle, Ludwig Wittgenstein- y a la Psicología por ejemplo con el desarrollo del Constructivismo y la Teoría de los Sistemas.

Desde esta nueva perspectiva ontológica, según Rafael Echeverría, nuestra esencia ya no se concibe como dada, fija e inmutable. “Ser humano” es estar en un proceso permanente de devenir y cambio, de inventarnos y de reinventarnos, dentro de una deriva histórica, de mirarnos a nosotros mismos como “seres generativos”, indeterminados. Un espacio abierto apuntando al futuro”.

Por otra parte, somos fundamentalmente seres sociales que nos constituimos como individuos en nuestras interacciones: familiar, educativa, social y laboral.

Nacemos en un contexto con un orden determinado, en el que estamos acostumbrados a vivir, que moldea nuestras posibilidades de acción y da sustento a las condiciones que debe cumplir una persona para ser parte de su familia, de la sociedad, de las instituciones o de las organizaciones. Por lo tanto, podemos decir que, nuestro marco referencial es de naturaleza cultural y las prácticas sociales son contextuales e históricas.

Los distintos ámbitos sociales por los que transitamos van generando en nosotros un cúmulo de experiencias vitales que hacen que nos situemos frente a la realidad moldeando nuestra cosmovisión acerca de cómo nos interpretamos a nosotros mismos, a los demás, al mundo y a lo que nos sucede. Nos proporciona un conjunto de lentes a través de los cuales mirar los distintos fenómenos. Configuran nuestros mapas y valores, y si bien tienen un efecto silencioso, impactan directamente en las decisiones que tomamos y direccionan en consecuencia nuestras respuestas.

Todo esto ocurre en transparente; no nos damos cuenta; es automático.

DEFINICIÓN ONTOLÓGICA DEL SER HUMANO

Desde esta mirada, todo lo que existe se encuentra en un proceso de permanente devenir, de constante transformación. La realidad se rige por la diversidad, la contradicción y el lenguaje es lo que nos permite conferirle sentido, orden y articulación.

El poder percibirnos tomando como perspectiva central a la transformación, que es lo que además busca toda cura, empezamos a reconocernos a nosotros mismos teniendo ingerencia en definir la dirección que ésta pueda tomar: “Somos objetos de los procesos de transformación natural en curso, pero a la vez somos también fuerza transformadora. Es la acción humana la que nos habilita para participar en los procesos de transformación (3)

Complementan esta perspectiva, los aportes de la filosofía del lenguaje, disciplina emergente durante la segunda mitad del siglo XX, que enriquecen la concepción del lenguaje como medio para dar cuenta de lo que existe, es decir registrar, expresar, transmitir o comunicar lo que percibimos, sentimos y pensamos. Extiende esta noción del “lenguaje descriptivo” a una concepción “generativa” del mismo ampliando el concepto de acción.

Al instaurar la idea de “un lenguaje generativo” y revalorizar la pragmática de la comunicación, del lenguaje como acción, este adquiere el status de constituirse en un vehículo para que ciertos hechos acontezcan: constituimos nuestras identidades, consolidamos vínculos, establecemos compromisos, delineamos nuevas posibilidades, incidimos en el futuro y transformamos nuestro mundo.

En función de lo expuesto podemos decir que: “Somos seres lingüísticos en constante devenir. Nacemos y vivimos en mundos conversacionales por los que nos vemos atravesados en tanto seres sociales y el lenguaje se convierte en una herramienta a nuestra disposición para actuar sobre los mismos”.

Algunos supuestos:

  • Somos seres lingüísticos
  • Vivimos en mundos conversacionales
  • Interpretamos la realidad desde el observador que somos
  • Las acciones son el resultado de nuestra cosmovisión

EL CONCEPTO DE OBSERVADOR Y LA CAPACIDAD DE TRANSFORMACIÓN

Otro valioso concepto que pone de relieve la Ontología del Lenguaje es la recursividad del pensamiento, esta capacidad de tomarnos a nosotros mismos como objeto de reflexión, de preguntarnos e indagar sobre los factores, que generalmente no percibimos, que nos llevan a actuar como lo hemos hecho y cómo éstos nos inciden. Primero reconocerlos y luego intervenir en ellos, conectándonos con todo nuestro potencial transformador, impulsando cambios en nuestra manera de observar y relacionarnos: cómo le damos sentido a la situación que enfrentamos, cómo interpretamos lo que sucede. Es decir cómo formulamos el problema y las posibilidades de acción que percibimos a partir de esta mirada.

La Ontología del Lenguaje nos invita, por lo tanto, a reflexionar y a “tomar conciencia del observador que somos”, de nuestra representación personal de la realidad. Nos propone el ejercicio de expandir nuestra mirada para percibir hechos que no estamos acostumbrados a distinguir y a flexibilizar nuestras certezas explicativas, recreándonos en nuestra forma de ser y en el sentido que damos a los hechos.

Cuando estos cambios son suficientemente profundos, transforman al ser que previamente éramos, al observador que interpreta y actúa sobre su realidad.

UNAS PALABRAS SOBRE LAS EMOCIONES: “LA BIOLOGÍA DEL AMOR

Humberto Maturana es el primer científico que desde su hacer como tal rescata el valor de las emociones y del amar en una deriva cultural que por años los escondió, sobrevalorando el poder de la razón.

Explica que la deriva natural de todo ser vivo y del ser humano en particular tiene un fundamento emocional sobre el que se asienta.

El AMAR, expuesto como verbo, propio del ámbito relacional, es la emoción que, sostiene y funda lo humano en tanto nos religa, en la recurrencia de encuentros, en la aceptación del otro, como legítimo otro que da origen a la convivencia social y, por lo tanto, a la posibilidad de constitución del lenguaje, elemento que habíamos señalado como constitucional del vivir humano. De acuerdo a Maturana, nos enfermamos al estar inmersos en un modo de vida que niega sistemáticamente el amor.

Sostiene que el proceso terapéutico, se da cuando el terapeuta logra, mediante su interacción con el paciente, acompañarlo en el abandono de la negación sistemática de sí mismo y del otro, y en la recuperación de la biología del amor como el modo central de su vivir.

EN CONCLUSIÓN

La Ontología del Lenguaje pone de manifiesto el poder transformador que tiene el lenguaje, descubriendo que no solo se pueden explicar los sucesos y acontecimientos, también puede contribuir a generar nuevos acontecimientos, coordinar acciones con otros, innovar y movilizar recursos que nos permitan movernos de una manera diferente en el mundo y frente a nuestras circunstancias.

“La terapia permite – al decir de Maturana – en un espacio protegido volver a reencontrar los pilares de las relaciones humanas, aprender a comunicarse positivamente, desarrollar habilidades de empatía hacia la familia y los hijos, aprender a escuchar desde el otro y traer nuevamente a la relación los espacios de respeto, aceptación y reconocimiento del otro como una persona distinta a nosotros. Esto es la terapia conversacional, es decir, disolver el sufrimiento en conversaciones de reformulación y aceptación de las experiencias y contenidos negados. Por tanto, las distintas coordinaciones conductuales consensuales que se dan como contradicciones emocionales dentro de un sistema, pueden ser resueltas en el lenguaje y en el fluir de un tipo de conversación reconstructiva. (Maturana, H, 1996).

“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos, Sino en tener nuevos ojos” Marcel Proust

(1) Humberto Maturana: Doctor en Biología de la Universidad de Harvard Revolucionó el mundo de la ciencia con su teoría biológica del conocimiento, que afirma, entre muchas cosas, que no se puede hacer referencia a una realidad independiente del hombre que la observa.

(2) Francisco Varela: Biólogo chileno, investigador en el ámbito de las neurociencias y ciencias cognitivas Director de Investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) en el Laboratorio de Neurociencias Cognitivas e Imágenes Cerebrales, París.

(3) Echeverría, Rafael “Ética y Coaching Ontológico” Pág. 18 – Editorial Granica – Buenos Aires – 2011

BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

Echeverría, Rafael – Ética y Coaching Ontológico – Editorial Granica Buenos Aires, 2011
Echeverría, Rafael – Mi Nietzsche: La filosofía del devenir y el emprendimiento – JCSáez Editor, Santiago de Chile,2010
Echeverría, Rafael – Ontología del Lenguaje – Editorial Granica – Buenos Aires, 2005
Frankowski de Munk, Sandra – Una Mirada Ontológica sobre el proceso de Mediación: su devenir y su por-venir en la sociedad actual – trabajo presentado en la IV Jornada de Mediación – Colegio de Escribanos de la Pcia. de Buenos Aires – Julio, 2010 – Ciudad de Tigre
Frankowski Sandra – La Magia de las Palabras. Reflexiones desde la Ontología del Lenguaje L@ Revista – Mediadores en Red – Año IV – N ° 12 – Abril, 2008
Heidegger, Martín – Introducción a la Metafísica – Editorial Nova – Buenos Aires, 1960
Maturana, Humberto y Varela, Francisco – El Árbol del Conocimiento Editorial Universitaria – Santiago de Chile, 1984
Maturana, Humberto – “El sentido de lo humano” – Colección ensayos – J. C. Sáez Editor – Santiago de Chile, 2005