Antes de comenzar con la lectura te invito a que realices el «Test del Narcisismo», respondiendo simplemente por si o por no a las preguntas que figuran en la encuesta.

Narcisismo alude al mito de Narciso, amor a la imagen de sí mismo. El Narcisismo es el amor que dirige el sujeto a sí mismo tomado como objeto, declara el Dr Fabián Sorrentino en el Manual del Mentor.

Sigmund Freud introdujo dicho concepto en el área del psicoanálisis (1930) a través de su obra Introducción del narcisismo, noción que ya había utilizado con anterioridad en su obra, pero con una definición más difusa.

Desde el punto de vista freudiano de la psico-patología, la estructuración de una personalidad narcisística, implica una detención o fijación del desarrollo de la persona a etapas infantiles de profunda gratificación, o en una regresión del individuo a estos períodos, por su incapacidad para tolerar y enfrentar los retos y fracasos que la maduración y la vida le imponen. André Green

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La personalidad narcisista se expresa en fantasías o modos de conducta que incapacitan al individuo para ver al otro. Su visión de las cosas es el patrón al cual el mundo debe someterse. Para los narcisistas el mundo se guía y debe obedecer a sus propios puntos de vista, los cuales considera irrebatibles, infalibles, auto-generados. Las cosas más obvias y corrientes, si se le ocurren a él o ella, deben ser vistas con admiración y se emborracha en la expresión de las mismas.

Hay en el Narcisista una inagotable sed de admiración y adulación. Esta necesidad lo incapacita para poder reflexionar tranquilamente y valorar serenamente la realidad. Vive más preocupado por su actuación, en cuanto al efecto teatral y reconocimiento externo de sus acciones, que en la eficacia real y utilidad de las mismas. Aún cuando pueden poseer una aguda inteligencia, esta se halla obnubilada por esa visión grandiosa de sí mismas y por su hambre de reconocimiento. Llama la atención, entonces, cómo muchas personas pudiendo ser exitosas, productivas y creativas, someten su vida a aduladoras mediocridades.

Cuando los narcisistas ejercen posiciones de poder, se rodean de personas, que por su propia condición, son inferiores a él o ella, y de otras, que le harán la corte solo en función de un interés mezquino. Drogados por su discurso auto-dirigido, no son capaces de reflexionar y escuchar lo que el mundo externo les grita.

En la otra cara de la moneda, la personalidad narcisista es, en sí misma, una forma de supervivencia. Hemos visto en el mito cómo Narciso es el producto de una acción terrible. La personalidad narcisista nace de una violencia, de un terrible trauma, de una herida inferida al individuo en sus primeras etapas del desarrollo o antes, cuando la herida es la madre y ella trasmite al hijo su resentimiento, su dolor, su rabia y su temor. Se refugia, el traumatizado, en su propia imagen de grandiosidad, ello le permite elevar su maltrecha auto-estima y sentirse un poco mejor consigo mismo. Su hambre insaciable de reconocimiento se asila en la admiración y la adulación de quienes lo circundan.

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El narcisista es una persona que puede ser muy exitosa, en cuanto al brillo externo se refiere. Él no se plantea dudas en cuanto a la realidad de sus ideas, sean estas brillantes o no. Así vemos cómo personas con una inteligencia mediocre y una cultura pobre, escalan posiciones sorprendentes, para ellas el recapacitar no existe. Aún las más insulsas ideas son expresadas con un espíritu mesiánico, se enamoran de las ideas de otros y las hacen propias sin la más mínima consideración moral ni ética. Estos últimos logran capitalizar a una horda de Narcisistas depresivos que creen, ingenuamente, en la verdad expresada por el pseudo-maestro. Ellos lo seguirán fielmente, no importa cuán errado esté:

«Sobre la pena duermo solo y uno, pena es mi paz y pena mi batalla, perro que ni me deja ni se calla, siempre a su dueño fiel pero importuno.» escribe Miguel Hernández, retratando esta suerte de personalidad del narcisista depresivo, siempre fiel, signada por la tristeza derrotada, que busca, con más ahínco que éxito, alguien en quién creer, alguien en quien confiar el remedio a sus miserias.

De estas melancólicas soledades esperanzadas se nutre el Narcisismo. La simbiosis se completa con la satisfacción a medias, con un hueco de hambre y sed, que nunca se llega a colmar.

El recurso de la mitología nos brinda la imagen para la comprensión de la conducta y el mito de Narciso es concluyente en la terrible frase del oráculo: «El niño tendrá larga vida si nunca se observe a sí mismo.» Así en la no reflexión es donde puede sobrevivir este personaje. Sin embargo, Narciso, en castigo a su ser desalmado, es transformado en una planta que da unas flores muy bellas, de olor nauseabundo, y estéril de fruto y nos dice el mito que en este tipo de personas hay, a pesar de su apariencia, algo que huele muy mal.

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Se ha sugerido que el trastorno narcisista de la personalidad (TNP) puede estar relacionado con mecanismos de defensa de la persona frente a la vergüenza.

Gabbard sugiere que el TNP puede presentar dos subtipos.
Los del tipo «inadvertido», (oblivious) con un comportamiento caracterizado por grandiosidad, arrogancia e inmutabilidad frente a la crítica ajena como a los sentimientos de los demás. Y un subtipo «hipervigilante», como vulnerables, hipersensibles y avergonzados.

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Sugirió que los sujetos del tipo inadvertido presentan un ego grande, poderoso y grandioso en espera de ser admirado, envidiado y apreciado, lo cual está en antítesis con el ego debilitado e internalizado que se esconde en un estado general de vergüenza, del cual el sujeto quiere defenderse. Sin embargo, en el subtipo hipervigilante, el sujeto, en lugar de defenderse contra el sentimiento de devaluación, está obsesionado con él, neutralizando esta sensación viendo a los demás como abusadores injustos.

Habiendo conectado con esta distinción te invitamos ahora a realizar tu propio mapa del narcicismo, tal como lo hizo esta estudiante:

Ve por tu propio camino. No copies. Investiga afuera y adentro. El test puede ayudarte a percibir conductas. Observa las cosas que te rodean. Tu forma de vestir, tus amuletos de poder, las relaciones que estableces. Lo que te importa y lo que no te importa. La música que escuchas. La forma e que pasas tu tiempo. La lectura que tienes. Los programas que ves…

Esta nota integra una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring, formando parte del Manual del Mentor del Dr Fabián Sorrentino.

El test se basa en la siguiente investigación:

  • Campbell, W.K.: ‘The Narcissism Epidemic: Living in the Age of Entitlement’ (Atria Books (2010).
  • Deluga, R.J.: ‘Relationship among American presidential charismatic leadership, narcissism, and rated performance’ (The Leadership Quarterly Journal Volume 8, Issue 1, 1997, Pages 49-65).
  • Pinsky & Young: ‘The Mirror Effect: How Celebrity Narcissism Is Seducing America’ (Harper Collins 2009)
  • Watts, Lilienfeld, Smith, Miller, Campbell, Waldman, Rubenzer, and Faschingbauer: ‘The double-edged sword of grandiose narcissism: implications for successful and unsuccessful leadership among U.S. Presidents’ (Psychological Science Journal 2013 Dec; 24(12):2379-89)