La culpa es una emoción que surge cuando nos sentimos responsables de haber hecho algo malo, haber dañado a alguien o haber incumplido una norma o un valor. La culpa nos hace sentir mal con nosotros mismos, nos genera remordimiento, vergüenza, tristeza y ansiedad. También nos impide disfrutar de la vida, nos bloquea la creatividad, nos resta energía y nos aleja de los demás.

Es un candado que nos impide acceder a nuestra verdadera esencia, a nuestra libertad y a nuestra felicidad. Que nos ata al pasado, nos hace juzgarnos y castigarnos, impidiéndonos perdonarnos y aceptarnos. Haciéndonos creer que somos malos, indignos, defectuosos e imperfectos.

¿Un mecanismo de defensa o de manipulación?

¿La usamos para evitar enfrentarnos a nuestra responsabilidad, a nuestro dolor y a nuestro vacío o la usamos para controlar a los demás, hacerlos sentir mal, exigirles que nos den lo que necesitamos o que hagan lo que queremos?

La culpa es un mecanismo de proyección de lo que no queremos ver en nosotros, nos hace culparlos de nuestros problemas, de nuestras carencias y de nuestros errores. Nos hace evitar el conflicto, el cambio y el crecimiento. O simplemente la usamos para chantajear emocionalmente a los demás, victimizarnos, pasar a depender de la aprobación y del amor de otros.

Es parte de una herida que se origina en la infancia, cuando recibimos mensajes negativos, críticas, castigos, rechazos o abandonos por parte de nuestros padres, maestros o figuras de autoridad. Se refuerza en la adolescencia, cuando nos comparamos con los demás, cuando nos sometemos a las presiones sociales, cuando nos rebelamos contra las normas o cuando experimentamos el fracaso, el rechazo o la traición. Y se perpetúa en la edad adulta, cuando repetimos los patrones aprendidos, cuando nos autoexigimos, nos autocriticamos, nos autoboicoteamos, nos autolesionamos o cuando nos autodestruimos.

¿Cómo liberarnos del candado de la culpa?

La ontología de la conciencia, que es una disciplina que estudia la naturaleza, las propiedades y las relaciones del ser consciente nos propone para abordarlo una lista de preguntas que representan una visión integral, holística y ecológica del ser humano, reconociendo su dimensión física, mental, emocional, social y espiritual.

  • ¿Es razonable esa emoción?  cada vez que te sientas culpable de algo, escribe lo que te motiva a sentirte así y analiza su grado de razonabilidad.
  • ¿Has observado qué situaciones o aspectos te hacen sentir culpable? ¿Qué necesidades o valores están en juego en esa culpa?
  • ¿Has adoptado un punto de vista ecuánime: sin juicios, castigos, ni dureza, siendo comprensivo y objetivo con tus acciones y sus consecuencias?.
  • ¿Has Identificado los orígenes del problema: reflexionando sobre cómo se ha formado tu sentimiento de culpa, los mensajes o experiencias que lo han alimentado y cómo puedes cambiarlos?.
  • ¿Te has perdónado a ti mism@… aceptando que eres humana y que puedes cometer errores, pero que también puedes aprender de ellos y mejorar?.
  • ¿Te has libérado del rencor y la venganza, has comprendido y empatizado con las personas que te han hecho daño o que te han culpado?.
  • ¿Has cambiado las creencias, normas, valores y expectativas que te han impuesto desde fuera y que no se ajustan a tu realidad o a tu esencia?
  • ¿Has reconocido tu papel en lo que ha ocurrido, sin exagerarlo ni minimizarlo?
  • ¿Has actuado luego en consecuencia para solucionar o reparar lo que sea posible?
  • ¿Has buscado ayuda sin aíslarte ni encierrándote en la culpa, buscando el apoyo de personas que te quieran y respetan, o en profesionales que te puedan orientar y acompañar?
  • ¿Estás siendo capaz de disfrutar de la vida o has dejas de lado tus sueños y proyectos, porque crees que no los mereces?
  • ¿Qué has creado y aportado a la sociedad, expresando tu potencial y creatividad, contribuyendo al mundo con tu esencia, tu libertad y tu felicidad? Manos a la obra…

Revisemos desde este enfoque que es y que no es la culpa

  • No es una emoción natural, sino una construcción social, cultural y moral, que responde a un sistema de creencias, valores y normas que nos han sido impuestos desde fuera.
  • No es una verdad objetiva, sino una interpretación subjetiva, que depende de nuestro contexto, de nuestra historia y de nuestra perspectiva.
  • No es una obligación, sino una elección, que podemos cambiar en cualquier momento, si somos capaces de cuestionar, de desaprender y de transformar nuestras creencias, valores y normas.
  • No es una condena, sino una oportunidad, que podemos aprovechar para aprender, para crecer y para evolucionar.
  • No es una carga, sino una liberación, que podemos lograr si somos capaces de perdonarnos, de aceptarnos y de amarnos a nosotros mismos, tal y como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, con nuestros aciertos y nuestros errores, con nuestras luces y nuestras sombras.
  • No es una barrera, sino un puente, que podemos cruzar si somos capaces de perdonar, de aceptar y de amar a los demás, tal y como son, con sus virtudes y sus defectos, con sus aciertos y sus errores, con sus luces y sus sombras.
  • No es una prisión, sino una expansión, que podemos alcanzar si somos capaces de conectar, de comunicar y de colaborar con los demás, desde el respeto, la comprensión, la empatía y la compasión.
  • No es una limitación, sino una manifestación, que podemos expresar si somos capaces de crear, de innovar y de aportar al mundo, desde nuestra esencia, nuestra libertad y nuestra felicidad.

Un desarrollo del Dr Fabián Sorrentino para el entrenamiento Cree, de la organización > sonria.university