Una sólida presencia personal es aquella capacidad de “estar” auténticamente en el aquí y ahora, influyendo en las interacciones y estableciendo conexiones profundas. Desde diversas disciplinas se han identificado componentes clave: la manera de ser que proyectamos (ontología), los procesos corporales y neuronales que sostienen nuestra experiencia (neuropsicología) y los modos de interacción social y gestión de impresiones (sociología). A continuación, exploramos cada perspectiva y su contribución a la presencia personal.

1. Perspectiva Ontológica

La ontología, como estudio del “ser”, define la presencia personal a través de la integración de tres dominios: lenguaje, emociones y cuerpo. En el coaching ontológico se plantea que el lenguaje no solo describe la realidad, sino que la genera; las emociones actúan como disposiciones corporales que colorean la percepción, y el cuerpo revela, a través de la postura y el gesto, nuestro “modo de estar en el mundo” (ResearchGate). Esta disciplina enfatiza que un cambio duradero en la presencia implica distinciones precisas en cómo hablamos, sentimos y habitamos nuestro cuerpo, reconfigurando así nuestra forma de ser (ResearchGate).

2. Perspectiva Neuropsicológica

La neuropsicología aporta evidencia de que nuestra presencia está mediada por redes cerebrales que regulan la atención, la empatía y la autorregulación somática. La teoría de la cognición incorporada subraya que la mente emerge de la interacción cuerpo–entorno: gestos, posturas y microexpresiones activan sistemas de neuronas espejo, favoreciendo el entendimiento de las emociones ajenas (Wikipedia). Además, la proxémica estudia cómo la percepción del espacio personal y social —intimo, personal, social y público— modula la comodidad y la comunicación: mantener la distancia adecuada incrementa la sensación de seguridad y presencia mutua (Wikipedia).

3. Perspectiva Sociológica

En sociología, la presencia personal se aborda como gestión de la impresión en interacciones cotidianas. Goffman comparó la interacción social con un “performance” teatral donde el “frontstage” (apariencia y modo de presentarse) y el “backstage” (espacio de autenticidad) se alternan para dar forma a nuestra identidad proyectada (exploresociology.com). La teoría de la autopresentación sostiene que modulamos vestimenta, lenguaje corporal y discurso según el rol que asumimos, estableciendo coherencia entre el escenario y la audiencia para generar confianza y credibilidad (open.ncl.ac.uk).

4. El Carisma en el Modelo MET

El Modelo MET® ofrece un recorrido por un conjunto de instancias clave para el desarrollo del carisma. A continuación se presenta una tabla que vincula cada fase superadora del modelo con las dimensiones ontológicas esenciales, facilitando su lectura y aplicación práctica:

5. Síntesis e implicaciones prácticas

Integrar estas perspectivas conduce a una presencia personal sólida y congruente. Ontológicamente, practicar “languaging” consciente, reconocer nuestras emociones y alinear la corporalidad refuerza la autenticidad; neuropsicológicamente, ejercicios de conciencia somática y entrenamiento de la empatía optimizan la resonancia interpersonal; sociológicamente, usar estrategias de gestión de impresión —como la coherencia en vestuario, entorno y actitud— fortalece la recepción positiva. En conjunto, estos elementos permiten ejercer influencia respetuosa y auténtica en cualquier contexto.

Plan de Mejora

A continuación, Dr. Sorrentino presenta este plan para mejorar tu presencia personal articulado al Modelo MET® (Niveles 0–7). Cada nivel aporta “puntualizaciones” prácticas que abarcan una visión ontológica, neuropsicológica y sociológica.

Confiamos en que estos aspectos sobre la presentación personal ampliarán tu horizonte sobre el tema:

Nivel 0 – Resiliencia Corporal‑Emocional
  1. Descarga de tensión
    • Mini‑pausas de 2 min con respiración 4–7–8 antes de cada interacción
    • Escaneo corporal exprés: localizar puntos de tensión y suavizarlos
  2. Reconexión somática
    • Ejercicios tibetanos de alineación vertebral en pie
    • Atención plena a la postura: hombros abajo, pelvis neutra
  3. Autocompasión
    • Auto‑aclamación frente al espejo: “Me acepto tal cual estoy”
    • Diario de logros corporales diarios (aunque sean pequeños)

Nivel 1 – Coaching de Resultados: Compromisos de Presencia
  1. Objetivos SMART de presencia
    • Ej.: “Mantener contacto visual 5 segundos en 80 % de mis reuniones
  2. KPIs corporales
    • Frecuencia de pausas somáticas
    • Porcentaje de vocalizaciones moduladas (tono y ritmo)
  3. Rituales de rendición de cuentas
    • Check‑in semanal con un “buddy” sobre observaciones de presencia
    • Grabar 1 minuto de presentación y medir congruencia verbal‑no verbal

Nivel 2 – Coaching Narrativo‑Metafórico
  1. Story‑map de presencia
    • Identificar tu “personaje” actual (p. ej. el Autoritario, el Espectador)
    • Rediseñar el relato con un arquetipo aspiracional (p. ej. el Facilitador)
  2. Metáforas corporales
    • “Raíz en la tierra”: visualización de anclaje antes de hablar
    • “Voz‑puente”: imaginar tu voz como enlace entre tú y tu audiencia
  3. Escucha activa ampliada
    • Práctica de “4 direcciones” en diálogo: yo→otro, otro→yo, grupo→individuo, individuo→grupo

Nivel 3 – Coaching Cognitivo‑Transhumano
  1. Reprogramación de sesgos
    • Test de pensamiento automático: registrar juicios inmediatos
    • Pautas de reframing: convertir “no sé qué decir” en “¿qué quiero evocar?”
  2. Biofeedback cognitivo
    • Apps de variabilidad cardíaca para calibrar estrés pre‑presentación
    • Ajuste de narrativa según tu mapa de activación arousal–valencia
  3. Integración de IA
    • Simuladores de público con agentes inteligentes
    • Feedback en tiempo real sobre modulación de voz y postura

Nivel 4 – Coaching Existencial‑Digital
  1. Identidad aumentada
    • Crear avatar digital que refleje tus valores de presencia
    • Pruebas en entornos VR para probar distintos estilos de interacción
  2. Ética de la visibilidad
    • Definir límites de auto‑exposición en redes sociales
    • Protocolos de coherencia imagen‑comportamiento on/offline
  3. Rituales de “desconexión”
    • Espacios analógicos semanales para recargar tu “presencia orgánica”

Nivel 5 – Coaching Ético‑Narrativo
  1. Responsabilidad relacional
    • Pactos de presencia con tu equipo: qué esperas y qué ofreces
    • Declaraciones públicas de compromiso ético en conversaciones claves
  2. Auto‑monitorización de impacto
    • Encuestas 360° tras presentaciones para medir percepción de confianza
    • Registro de “promesas cumplidas” frente a tu comunidad
  3. Mentoría ética
    • Co‑creación de un Código de Conducta personal
    • Sesiones bimensuales de revisión de casos dilemáticos

Nivel 6 – Coaching de Maestría Somática
  1. Prácticas avanzadas
    • Feldenkrais en grupo para expandir rango postural y expresividad
    • Danza‑improvisación para explorar microgestos de presencia
  2. Neurofeedback en tiempo real
    • Entrenamiento de ondas alfa‑theta para modular calma y enfoque
  3. Sociometría corporal
    • Experimentos de proxémica en distintos espacios de interacción

Nivel 7 – Integración y Legado
  1. Síntesis de aprendizajes
    • Diario narrativo multimedia que documente tu evolución de presencia
    • Presentación final “antes y después” ante tu comunidad
  2. Diseño de legado
    • Becas o mentorías donde transmitas tu enfoque de presencia
    • Publicación de un “Manifiesto de Presencia Personal” en Sonria.com
  3. Feedback intergeneracional
    • Talleres mixtos (jóvenes + seniors) para validar tu modelo de presencia
    • Ajustes continuos basados en sus aportes y en métricas MET®

Este itinerario MET® te guía paso a paso, desde la estabilización corporal hasta la maestría y transmisión de tu presencia personal. Cada nivel aporta herramientas concretas y “puntualizaciones” para integrar ontología, neuropsicología y sociología en tu práctica diaria.
¡A desplegar tu presencia auténtica!
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Hacia una Conclusión

La presencia personal no es un rasgo innato, sino una competencia que puede cultivarse mediante distinciones ontológicas, entrenamientos neuropsicológicos y prácticas sociológicas de interacción. Al articular estas disciplinas, desarrollamos un “modo de ser” integrado, capaz de proyectar confianza, generar conexiones significativas y adaptarse con flexibilidad a distintos entornos sociales.


Referencias clave

  • Sieler, A. (2003). Ontology: A Theoretical Basis for Professional Coaching (ResearchGate)
  • Maturana, H. (1988). The Biology of Cognition (Scribd)
  • Gendlin, E. (1996). Focusing (ResearchGate)
  • Hall, E. T. (1963). The Hidden Dimension (Wikipedia)
  • Goffman, E. (1959). The Presentation of Self in Everyday Life (exploresociology.com)