La pedagogía organizacional: Un aporte de Iván Darío Montoya C.

Una sencilla propuesta ante un gran reto: Crecer

Día a día, en medio de un mundo cada vez más globalizado, las empresas se ven enfrentadas ante nuevos y sorprendentes retos que exigen de sus directivos una visión más clara sobre cual es su papel preponderante u objetivo primordial dentro del mercado en que se han posicionado.

Es así como dentro del manejo de nuevas estrategias corporativas se observan actualmente y desde hace algunos años acciones que involucran diferentes conductas empresariales que arriesgadas o no involucran dos posicionamientos fundamentales desde perspectivas diferentes:

Una, hacia fuera de la empresa o extrínseca, conformando alianzas estratégicas, desarrollando multidisciplinariedad de productos o servicios, implementando sistemas de alta productividad dentro de redes abiertas de comercialización e inversión de capitales, accediendo libremente a herramientas automatizadas de información y nuevos mercados por Internet, optando por aumentar cada día los niveles de subcontratación de pequeñas empresas especializadas, personalizando el mercadeo al invertir fuertes sumas para acercarse cada vez más al consumidor final y optimizando la labor de reconocimiento de las estrategias competitivas de la competencia, entre otras.

La otra, hacia dentro de la empresa o intrínseca, reconociendo el valor agregado del talento humano y su carácter interdisciplinario, aprovechando el poder de las organizaciones matriciales o por proyectos sin dejar que la responsabilidad final se diluya, dinamizando los procesos de comunicación acortando cada vez más la brecha entre los niveles de dirección y los operativos, induciendo políticas firmes alrededor del concepto de servicio total, personalizando la atención, canalizando la energía entrópica de la organización, deseando aumentar los niveles de participación y el sentido de pertenencia entre muchas más.

Aún así, más allá de los postulados académicos bien ponderados y aprendidos en medio de la academia empresarial, que albergan a la clase directiva bajo los parámetros clásicos de la planeación, la dirección, el control y la organización, enmarcados dentro de una lógica división departamental de mercadeo, finanzas, producción y desarrollo del talento humano, etc, se encuentra la realidad del que ha arriesgado su potencial financiero en busca de nuevas ganancias y que por todos los medios lucha por sobrevivir y posicionarse en medio de un mercado estratégicamente cada vez más especializado en sus procesos de selección de compra y un entorno empresarial cada vez más fuerte, reorganizado y refugiado bajo estrategias ganadoras que lo hacen aparentemente inexpugnable.

Entonces, nace la pregunta: ¿Vale la pena continuar?

Sin duda, luego de grandes inversiones se podrá corroborar que indudablemente se ha efectuado un gran esfuerzo, por que no decirlo, casi titánico.

Habrán empresas que están seguras que el conocimiento y apoyo técnico que se necesita ya esta ahí, pues ha adoptado recientemente innovaciones tecnológicas de primer orden y se han capacitado para tal fin.

Otras saben que cuentan con personal idóneo, especializado y con experiencia con el cual pueden contar eficientemente.

Algunas con seguridad conocen a fondo la estructura del mercado al que va dirigidas y cuentan con estrategias publicitarias que responden a las expectativas normales de su entorno.

Otro grupo poseen sólidos conocimientos sobre flujos de capital e inversiones y cuentan con sistemas formales que garantizan su rendimiento financiero.

Más aún, cuando llega el corte de cuentas, los resultados no se consiguen de la forma esperada, los índices financieros quedan en duda, el posicionamiento comercial no es el óptimo y la mayoría se ven limitadas a esperar a ver si el próximo periodo es la vencida.

¿Vale la pena continuar?
¿Hasta cuando?
¿Por cual rumbo?

La Pedagogía Organizacional nace como una alternativa de auto-aprendizaje corporativo, pues reconoce a la empresa o la organización como un ente que posee características propias, autónomas, auténticas, conscientes e íntimas que las hacen ser únicas, sin dejar de ser interdependientes dentro de un entorno económico, político y socio-cultural propio del ambiente donde se ubica.

Entonces puede decirse que cada empresa u organización en particular tiene vida propia y por lo tanto posee la posibilidad de crecer a su ritmo, dependiendo de su acta de nacimiento o Misión y de proyectarse hacia el futuro ya en su vida adulta en busca de los frutos, responsablemente germinados de su Visión compartida.

Si esto es así, no nos quedaría más que aceptar que como ente único y con características personales propias, cada empresa u organización por más grande o pequeña que aparente ser, por más años de existencia productiva que crea tener, sin importar su capital o cantidad de personas comprometidas que la conformen, merece tener la oportunidad de por un momento, y para toda una vida de existencia proactiva por venir, auto-conocerse, auto-regularse y auto-controlarse en busca de su propio crecimiento y proyección efectiva sobre el entorno donde nació.

La Pedagogía Organizacional nace pues como herramienta de auto-crecimiento, fundamentada en procesos profundos de auto-aprendizaje, que implican un reencuentro con los valores empresariales intrínsecos de cada compañía, enmarcados en su filosofía corporativa, pero no como una palabra más, sino como el alma que la sustenta y le sustentará ese gran sueño llamado empresa, es decir el amor a su propio conocimiento, a su verdad holística, a su aporte real, a sus principios, a sus raíces.

¿Por donde empezar entonces?
¿Existe un comienzo?
¿Quién lo vende?

Que fácil sería poder encontrar el manual con los pasos respectivos, entonces siguiendo los procedimientos indicados estructurar un sistema infalible de competitividad financiera y asertividad comercial.

La premisa principal que se plantea la pedagogía organizacional y con la cual se hace referencia en forma paralela al proceso de auto-aprendizaje del mismo ser humano es:

Cada Empresa es constructora de su propio destino (No existen Caminos Fáciles ni resultados repentinos).

Seguir convencidos en que la mega-tendencia empresarial del momento es la solución a todos los problemas empresariales o que tal cual modelo organizacional que le dio excelentes resultados a tal cual empresa en tal cual país sea la salida que estaba esperando, es caer reiterativamente en el riesgo de agrandar más el problema.

Lo anterior no quiere decir que el proceso de auto-aprendizaje no se pueda sustentar con algunas herramientas útiles y comprobadas que han sido de ayuda en empresas similares dentro de una misma socio-cultura, sino que hay que tener cuidado con adoptar posiciones facilistas, cuando ante todo está de por medio el bienestar integral de quienes han confiado en sus productos o servicios.

Más aún es necesario reiterar que para la Pedagogía Organizacional cada empresa es única y requiere de un auto-estudio profundo de reencuentro con su ¿por que? , su ¿para que?, con el ánimo de rediseñar su eje dinamizador o sea lo que le motiva intensamente a existir, antes de adoptar medidas de emergencia que siguen diluyendo su crecimiento.

De todo se puede aprender, pero no todo lo que se aprende necesariamente es aplicable o conviene en ese momento dentro de la idiosincrasia de cada empresa.

Si bien es delicado intentar diagnosticar una serie de ejercicios a implementarlos dentro de las compañías como si se tratara de una solución infalible, la Pedagogía Organizacional desde el valuarte del proceso de auto-aprendizaje, si posee unas características o principios básicos que le son inherentes, ante todo vistas desde la perspectiva natural del funcionamiento del mismo universo.

Principios básicos de la Pedagogía Organizacional:

– El proceso de Auto-aprendizaje debe ser agradecido y valorativo.
Aún en medio de las situaciones más difíciles siempre se puede encontrar un motivo de agradecimiento y valoración de cada circunstancia, el solo hecho de aprender como no se deben hacer las cosas, ya es un acto de valentía que implica humildad y reaprovisionamiento para comenzar una nueva aventura.

-El proceso de Auto-aprendizaje debe ser consciente.
Involucra un proceso de reubicación en el presente, o sea en el aquí (en el espacio dimensional, geográfico) , en el acá (según coordenadas de longitud y latitud) y en el ahora (de acuerdo al tiempo cronos), partiendo de información real, libre y espontánea, sin excluir información de utilidad que se puede encontrar en el pasado como enseñanza y puntos de comparación proactiva.

-El Proceso de Auto-Aprendizaje debe ser constante.
Implica un proceso puntual de auto-mediciones y estándares alcanzados de acuerdo al nivel de expectativas o pronósticos alcanzables propuestos en las diferentes áreas o subsistemas. Aún que se entiende que tuvo un inicio (de acuerdo al principio de conciencia), no necesariamente se puede pronosticar un final, ya que se puede aceptar que una empresa puede ser el comienzo de otras más fuertes.

-El proceso de Auto-aprendizaje debe ser Progresivo.
Al hablar de crecimiento, se substrae que dichos procesos de auto-aprendizaje deben ser conducentes a un fin propuesto por la misma organización, lo que requiere de un fortalecimiento de sus estructuras, lógicamente sustentadas sobre raíces firmes.

-El Proceso de Auto-aprendizaje debe ser Holístico.
Es imperativo involucrar a todos los estamentos y aprovechar al máximo sus aportes integrales al proceso, ya que el todo es inherente a las partes y a la vez son las partes las que compenetran el todo, a la final las partes y el todo son lo mismo y no existirían sin el otro.

-El proceso de Auto-aprendizaje debe ser deseado ardientemente.
La fuente fundamental del crecimiento de todo ser, radica en la fuerza interior o llama espiritual que le insta a ser cada vez más armonioso e integral desde su perspectiva única, a la vez cada empresa que desea con efervescencia lograr un avance y se lo propone con entusiasmo, lo logra.

Retomando, se observa cómo el empresario promedio de hoy confronta día a día la posibilidad de retos casi inalcanzables para poder sobrevivir y aunque son muchas las situaciones que aún faltan por ser superadas, existen con seguridad las que con coraje y tesón ha podido solucionar, pero que por el afán y el trajín de todos los días se han ido olvidando.

La Pedagogía Organizacional, invita a hacer un alto en el camino, a tener un momento de reflexión, reconocer que aprender y progresar es un proceso que implica esfuerzo, orden y disciplina, optar por la ruta personal, la del auto-aprendizaje, la auto-regulación y el auto-control, enseña que es dentro de la misma empresa, organización, comunidad o nación, donde se encuentra la respuesta, el sistema de privilegio a seguir, unidos integralmente a un entorno que sigue y estará ahí, por un lado con unas reglas socio-culturales, económicas y políticas compartidas, otras no, pero ante todo por otro lado, desafiante esperando su próxima jugada,

Grandes o pequeños peldaños que ya han sido superados dan que lo mejor de la fiesta está aún por venir, corroboran que la mayoría de las decisiones fueron tomadas adecuadamente, aún así es momento también de reconocer que hay conductas empresariales por mejorar, indicadores que demuestran que aún quedan muchas cosas por aprender, para ser mejor, más eficaces, más efectivos, para sembrar con amor y recoger con pasión.