Luego de analizar los postulados que sustentan el Modelo MƐT® (expresados en el Manual del Mentor) enfoquémonos en el principio que rige el presente y desde el cual tenemos la oportunidad de construir el futuro… declara el Dr Fabián Sorrentino en su entrenamiento para mentores.

Bienvenid@ a un mundo de Fluidos

Derrumbes, huracanes, diluvios, inundaciones, lodo… estamos viviendo en medio de un torrente que todo lo arrastra, sin quedar nada sólido del cual asirnos.

Las organizaciones «hacen agua» por todos lados. En palabras del politólogo y sociólogo Ronald Inglehart vivimos en una era postmaterialista. Donde algo sólido ya no parece ser viable.

Al buscar una interpretación que nos permita abordarlo, aparecen varias propuestas. Cada una empujando su propio punto de vista.

Los seguidores del maestro Zygmunt Bauman (recientemente fallecido) advirten que este nuevo escenario es esencialmente líquido. Están los que aseveran que ya hemos pasado de la fase líquida a una gaseosa, tornándose todo cada vez más etéreo. Concibiendo un mundo donde nada permanece y lo que emerge hoy en esta postmodernidad, parece esfumarse mañana. También están los que declaran que para concretarse algo, se requiere una nueva transformación hacia un espacio sólido y los que lo visualizan esta era como un sistema complejo de multi-elementos en interacción constante…

Como fuera, el reclamo de un futuro sólido carece de sentido. En especial sin una educación que nos acompañe.

Los partidos políticos, las empresas, las instituciones, los puestos de trabajo que aportaban seguridad pasaron a ser la ilusión de los que todavía no aceptan que el mundo ha cambiado.

Necesitamos de «una nueva educación» capaz de diluir el «síndrome de la impaciencia». Dejando de concebir las oportunidades que nos ofrece la educación, como productos «consumibles y descartables» para permitirnos recuperar una conciencia democrática del liderazgo… ¿seremos capaces de abordar semejante empresa?

En palabras del poeta Paul Valéry: La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes sólo se alimentan […] de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados […] Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto. Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?

Responder a esta pregunta, requiere de ascender unos escalones en nuestra escala de conciencia, por eso te invito a concebir un viaje:

Hacia un nuevo estado de la materia

Distinguir entre sólido, líquido, gas y plasma debería ser básico para un estudiante del secundario, pero la lista de estados de la materia no se acaba ahí. Existe un selecto grupo de estados alternativos que según los físicos de la Universidad de Cambridge son los mejores aliados para concebir el futuro.

Entre ellos un superconductor a alta temperatura y un material de dos dimensiones con una estructura similar al grafeno que promueve la fluidez de la energía.

Se trata de un líquido magnético No convencional. Donde los electrones, en lugar de comportarse como pequeños imanes cuando el material se enfría, mantienen su estructura. Creando una “maraña de espines con fluctuaciones cuánticas.

¿Qué futuro estamos creando?

Excitación de un espín líquido / Genevieve Martin

“Este estado había sido predicho antes pero no lo habíamos visto”, explica el doctor Johannes Knolle.

En términos prácticos, este descubrimiento nos permite observar la división del electrón en fracciones, resultando prometedor para la computación

Todos los descubrimientos se alinean una vez más en busca de la “fluidez” una metáfora que está en plena sintonía con la interpretación de los tiempos que estamos atravesando.

El Futuro requiere de la alquimia de la fluidez

Todo lo que fluye no se fija al espacio, ni se ata en el tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial pero neutralizan el impacto –y disminuyen la significación– del tiempo. Lo que fluye no conserva una forma durante mucho tiempo y está constantemente dispuesto (y proclive) a cambiar.

Por consiguiente, para lo que fluye lo que cuenta es el tiempo más que el espacio que puede ocupar: ese espacio que, después de todo, sólo llena solo “por un momento”.

En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; mientras que para los líquidos lo que importa es el tiempo.

En la descripción de los sólidos, es posible ignorar completamente el tiempo; en la descripción de los fluidos, se cometería un error grave si el tiempo se dejara de lado.

Las descripciones de un fluido son como instantáneas, que necesitan ser fechadas al dorso.

Los fluidos se desplazan con facilidad. “fluyen”, “se derraman”, “se desbordan”, “salpican”, “se vierten”, “se filtran”, “gotean”, “inundan”, “rocían”, “chorrean”, “manan”, “exudan”; a diferencia de los sólidos, no es posible detenerlos fácilmente. Sortean algunos obstáculos, disuelven otros o se filtran a través de ellos, empapándolos.
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Los fluidos emergen incólumes de sus encuentros con los sólidos, en tanto que estos últimos –si es que siguen siendo sólidos tras el encuentro– sufren un cambio: se humedecen o empapan.

La extraordinaria movilidad de los fluidos es lo que los asocia con la idea de “levedad”. Hay líquidos que en pulgadas cúbicas son más pesados que muchos sólidos, pero de todos modos tendemos a visualizarlos como más livianos, menos “pesados” que cualquier sólido. Asociamos “levedad” o “liviandad” con movilidad e inconstancia: la práctica nos demuestra que cuanto menos cargados nos desplacemos, tanto más rápido será nuestro avance.

Desde la expresión artística, resulta impactante ver, como a través de resinas líquidas, se pueden construir innovadoras formas sólidas de múltiples dimensiones.

Estas razones justifican considerar la “fluidez” y la “liquidez” como metáforas adecuadas para comprender la naturaleza del mundo actual.

¿Cómo abordar fluidamente un mundo postmaterialista?

Dado que en los políticos y los estados el poder ha dejado de fluir. El presente reclama un abordaje postmaterialista, donde la fluidez es protagonista.


Y si el poder no está ni en el estado, ni en las instituciones… ¿dónde encontraremos una fuente de poder capaz de abordar los aspectos humanos con fluidez y sin peligro de agotarse?

En nosotros mismos. En la familia, en el tejido social que seamos capaces de construir a través del diálogo, que resulta más enriquecedor y significativo, cuando es intergeneracional.

Ya que solo enfocándonos en nuestra responsabilidad social, no quedaremos atados a las pretensiones insaciables del poder económico. Poder que hoy está tomando «grandes decisiones», sin reparar en lo que realmente nos importa como seres humanos, como la educación…

Y en este escenario: ¿Cuáles son los grandes retos de este siglo?

5 Asumir los desafíos que nos permitan acabar con el divorcio entre poder y la política, democratizando el liderazgo, permitiendo que los ciudadanos y las organizaciones hagan su parte.

6 Comprender la importancia de desarrollar nuestra inteligencia vital y colectiva, en armonía con el contexto.

7 Crear empresas donde los activos cobren valor, en la medida de la transformación social que seamos capaces de realizar, en lugar de atarlos a la contabilización del dinero acumulado.

Nótese que los tres abordajes propuestos, corresponden a los colores de los Niveles 5, 6 y 7 del MƐT®.

En el siguiente cuadro, figuran los ejes de la Inteligencia Colectiva, Ecológca o de Redes (que transitamos durante el Nivel 6):

¿Cuál es el escenario en que nos encontramos?

El poder del estado administrador está en vías de extinción. Las organizaciones no gubernamentales están saliendo a cubrir los huecos que este va dejando.

La posibilidad de crear una realidad diferente está hoy en nuestras manos. Desde la empresas y principalmente desde las ONG´s que son a nuestro criterio el camino, hacia el futuro.

Esta era nos llama a prestar atención al significado cada momento, como enseña Eckhart Tolle en este video. Invitándonos a convertirnos en ingenieros y alquimistas, físicos cuánticos, químicos y consultores inorgánicos, innovadores de la perennidad.

Ya que la sustentabilidad no requiere de sostener los espacios sólidos conquistados, sino aprender a vivir en espacios que fluyen más allá del tiempo.

Un desarrollo del Dr. Fabián Sorrentino inspirado un concepto original de Zygmunt Bauman: «La modernidad líquida».

Agradezco a la gente de Poliresinas San Luis, por regalarme un nuevo espacio, desde donde estoy aprendiendo del poder de los fluidos.