Cuando se hablam de inclusión escolar, a veces no se sabe bien qué significa. Podríamos resumir que incluir, en este ámbito, significa reconocer y valorar lo diferente dentro del aula. Pero ¿qué implica eso en el día a día? Implica atender todas las demandas educativas y disminuir la marginación. En este marco, es necesario dar respuesta a las necesidades educativas especiales (NEE) de los alumnos. Estas también se conocen como necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE).

Así, una educación inclusiva necesita de la adecuación de los contenidos curriculares para los alumnos integrados. Son niños que necesitan atenciones educativas particulares por tener una discapacidad y/o trastornos graves de conducta. Estos estudiantes precisan de una atención especial que les facilite participar de su proceso de aprendizaje. Todos los niños deben ser los actores principales de su educación.

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¿Cómo atender las necesidades educativas especiales?

Todos los días necesitamos algún tipo de atención personalizada en una o más asignaturas. Ya sea por requerir apoyo especializado o por la presencia de estudiantes con capacidades distintas, el reto de la educación actual es ofrecer un lugar y unos profesionales apropiados para cuidar a este alumnado. Esto es más que darles un sitio dentro del aula común.

Por eso, se requieren docentes preparados y políticas educativas de inclusión escolar (que la promuevan y la faciliten). También equipos de educación especial, psicopedagogía y logopedia elaborando contenidos estándar y contenidos adaptados. Porque la educación es un derecho y la escuela debe asegurar un espacio para todos.

La inclusión escolar es un proceso que implica protocolos y gestiones varios. Por otro lado, se hace a base de prueba y error. No todo niño integrado se adapta bien al entorno ni todo grupo lo hace sin dificultades a un pequeño con NEE. Es decir, de los errores se aprende e intentarlo cada vez vale la pena, el objetivo es crear un contexto diverso y heterogéneo.

A veces, lo diferente dentro del aula puede causar malestar, pero una buena educación es la que habla de lo incómodo. Trabajar la diversidad para cuidar a todos los estudiantes y cuidar sus oportunidades de aprendizaje.

No todas las necesidades educativas son especiales. Diferenciarlas requiere de instrumentos de evaluación cognitiva que nos asistan a establecer si un estudiante se encuentra dentro del rango considerado apropiado o “normal” según su edad y competencias. Algunas herramientas son pruebas de lectura o test de habilidades psicométricas. Es muy útil ponerlas en práctica en la etapa de dignóstico.

Tipos de necesidades educativas especiales

Hay diferentes tipos de necesidades educativas especiales a nivel físico, psíquico, cognitivo y sensorial. Cada necesidad cambiará según las dificultades que tenga.

  • Problemas en el manejo de emociones. La carencia de inteligencia emocional puede ser un inconveniente en los niños que les afecte en sus relaciones con los demás.
  • Necesidades físicas o sensoriales. Aquí se incluye la discapacidad auditiva y visual, así como otras discapacidades físicas que pueden obstaculizar el desarrollo del niño.
  • Problemas de aprendizaje. En este caso el niño puede tener discapacidad intelectual y tener dificultades para aprender a leer, escribir o memorizar información.
    Dificultades en la adquisición de habilidades básicas en el ámbito escolar.
  • Problemas de los pequeños para expresar sus emociones y para entender y empatizar con los demás.
  • Trastornos de la conducta. Ejemplo de ello son los trastornos del espectro autista, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad y otros trastornos graves vinculados con la salud mental, que entorpecen el desarrollo del menor.
  • Otros factores médicos y de salud como son las enfermedades raras y crónicas.

La finalidad de clasificar las necesidades educativas especiales es que se identifiquen tempranamente y se intervenga de inmediato. Es decir, cuando una NEE surge en el aula, se actúa conforme a la demanda de ese alumno.

También hay que considerar que, el avance de cada niño cambiará en cada caso. Por eso, cuando un niño tiene necesidades educativas especiales, se necesita que el profesional se ajuste a él y le brinde una atención lo más personalizada posible. Es decir, los educadores deben tener en cuenta si un niño tiene algún tipo de necesidad especial para planificar sus clases y enseñarle de manera adecuada, así como ayudarle a superar sus problemas para que ello no sea un impedimento en su crecimiento y aprendizaje.

Las NEE dentro del aula

Los estudiantes con necesidades educativas especiales deben ser atendidos por profesionales competentes formados en educación y/o en el tipo específico de dificultad. Ellos deben asegurar a cada niño un plan individual que atienda a cada una de sus necesidades educativas. No es fácil. Muchos de estos niños no siguen el ritmo de sus compañeros, necesitan de tutores o maestros especiales y hacen tareas diferentes. Esto genera problemas y barreras al alumnado y a los docentes, pero de esto se trata la inclusión escolar.

La meta es que los pequeños con NEE se involucren en el proceso educativo estándar, aunque no participen en todas las actividades. Es un gran reto lograrlo sin que ello perjudique al grupo. También es un desafío integrar lo diferente en un mundo que tiende a homogeneizar.

Incluir implica educar a los niños en un ambiente que propicie la integración de todos, haciendo de la diversidad algo que enriquece al grupo. ¿Qué quiere decir? Que las diferencias no son negativas, sino que son algo positivo que ayuda a conseguir un aprendizaje a nivel global. Todos las comprenden y las respetan. Incluso, si la situación es la adecuada, el grupo coopera y todos se apoyan entre ellos.

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¿De cuándo datan su existencia?

Tapar parece que fue desde antaño una práctica humana. verguenza, temor, falta de autoestima, compromiso con la imágen, negación, hipocresía,… son muchas las razones de ese comportamiento.

No hablábamos de Necesidades Educativas Especiales hasta mediados del siglo XX. Cuando se detectaban casos de alumnos que tenían alguna dificultad o discapacidad para aprender, eran derivados a otros grupos, apartados de los demás estudiantes que sí se adaptaban a los estándares educativos de la época.

Era evidente que existía una percepción determinista y despectiva, en toda persona con dificultades o alguna discapacidad se les consideraba “incapacitados” para aprender como los demás. Afortunadamente, la pedagogía empezó a señalar que el problema no residía exclusivamente en la discapacidad del alumno, sino en la incapacidad de las escuelas para atender sus necesidades especiales.

Históricamente, muchas de las dificultades de aprendizaje estaban directamente relacionadas con el entorno social y cultural y que la solución no era excluir a estos estudiantes sino, por el contrario, establecer mecanismos de inclusión que dieran visibilidad y respondieran a estas necesidades educativas especiales.

A mediados de los años 70 se reforzó la idea de que los problemas de aprendizaje no solo eran determinados por las condiciones del alumno, sino por la falta de los modelos educativos para hacer frente al problema. Fue entonces que Marchesi estableció un decálogo de factores que hoy en día son determinantes para el campo de la educación especial

  • Una nueva concepción de los trastornos del desarrollo y de la deficiencia.
  • Una nueva perspectiva de los procesos de aprendizaje y desarrollo.
  • La revisión de la evaluación psicométrica.
  • La presencia de un mayor número de profesores competentes.
  • La extensión de la educación obligatoria.
  • El fracaso y el abandono escolar.
  • La valoración de las escuelas de Educación Especial.
  • Las experiencias positivas de integración.
  • La existencia de una tendencia normalizadora en los servicios sociales.
  • Los movimientos sociales a favor de la equidad.

Hasta el momento, el decálogo de Marchesi ha establecido un referente importante para dar a conocer las condiciones de lo que es y no es un conjunto de conductas que necesitan ser atendidas como necesidades educativas especiales.

Necesidades Permanentes NNEP Necesidades Transitorias NEET
  • Discapacidad Intelectual
  • Discapacidad Sensorial (visual, auditiva)
  • Trastornos del Espectro Autista
  • Discapacidad MúltipleVer en Fuente Original
  • Trastorno específico del lenguaje
  • Trastornos específicos del aprendizaje
  • Trastorno por déficit de atención
  • Rendimiento intelectual en rango límite (aprendizaje lento)
  • Trastornos Emocionales, conductuales
  • Deprivación socioeconómica y cultural
  • Violencia intrafamiliar, embarazo adolescente, drogadicción

Actividades para poner todas estas ideas en práctica

Los profesionales de la educación encargados de hacer posible la inclusión escolar dentro de las aulas necesitan recursos. No se trata solo de dinero para materiales, salarios y demás, sino de recursos metodológicos y de apoyo.

Y es que, la teoría es fantástica y se encuentra disponible aquí y allá. Lo que no abundan son los ejemplos de actividades o tareas para fomentar una educación inclusiva. Falta un manual proinclusión escolar. Algo así como una guía de buenas prácticas que difundan ideas útiles y creativas. Estos son algunos ejemplos para atender las necesidades educativas especiales en el aula:

Permanencia en el aula

Procurar que los alumnos con NEE se queden en el aula con su clase el mayor tiempo posible. La idea es que trabajen la mayor cantidad de contenidos comunes.

Facilitar la accesibilidad

Eliminar todos los obstáculos físicos que dificulten el acceso a alguien con alguna discapacidad física. Para ello, el uso de rampas ha sido el recurso más común. A esto se añade la instalación de ascensores o cambios en la distribución de las aulas.

Asumir la diversidad

Asumir lo diverso. En el pasado, la diversidad dentro del aula generaba dudas y temores, tanto a los alumnos como a sus familias. Hoy la diversidad es vista como una oportunidad y no como un perjuicio.

Fomentar la inclusión educativa

Dotar a los niños con NEE de tutores, maestros especiales o acompañantes terapéuticos, según el caso. Ellos son intermediarios entre la clase y el pequeño con capacidades especiales. Ellos serán los responsables de fomentar la participación de todos y evitar la exclusión.

La educación inclusiva y la atención de las necesidades educativas especiales (NEE) es un gran reto de cara al futuro. La tendencia en educación es integrar y, para ello, es necesario estar preparado. ¿Estás preparado para la escuela que viene?

Cuento para generar un contexto colaborativo en clase

Compilado y posteriormente desarrollado por Fabián Sorrentino

Fuentes Consultadas el 21-05-2023:
https://www.guiainfantil.com/ocio/teatro/obra-de-teatro-corta-para-celebrar-el-final-del-curso-con-los-ninos/

Necesidades Educativas Especiales