Tipo de funcionamiento mental a través del cual incorporamos la forma de pensar de otro como un paquete; es análogo al modo en que el computador graba un documento. Nuestra operación mental posterior sólo podrá ser la de abrir el documento, es decir, de repetir la información grabada. Memorizar es grabar, no es comprender ni ejercitar la facultad de pensar.

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La diferencia entre aprender y memorizar

Una investigación alerta sobre el escaso impacto de las técnicas de estudio en los buenos resultados académicos. Semana Educación recoge los métodos más efectivos para aprender y no solo retener.

Es una realidad que la mayoría de estudiantes se angustia por los exámenes. En los colegios, el momento más estresante coincide con los cortes bimestrales y, en especial, con las pruebas de Matemáticas y Ciencias. Según afirmó a Semana Educación el profesor Fernando Uribe, muchos maestros de estas áreas del conocimiento asocian el rigor con la imposición de exámenes difíciles, largos, extenuantes, que gran parte del salón no aprueba. El segundo momento más estresante para ellos coincide con las pruebas Saber, explicó Alexis López, director del centro de evaluación de la Universidad de los Andes. La explicación es simple: es porque esta prueba estandarizada es el principal criterio de ingreso que imponen las universidades en Colombia.

Luego llega la vida universitaria, con nuevas angustias en forma de evaluaciones. Para asegurarse de que los estudiantes lean y se preparen para sus clases, los profesores hacen exámenes sorpresa sobre las lecturas asignadas, con preguntas específicas y criterios de valoración que difieren de un docente a otro. Los parciales semestrales, que en algunos casos exigen entender grandes bloques de información, requieren de mucho esfuerzo si lo que se busca es obtener buenos resultados y, en especial, afirmó Martín González, estudiante de Filosofía, “si se necesitan mantener buenos promedios para aplicar a becas o para futuros estudios de posgrado”.

Para muchos niños y jóvenes resulta frustrante dedicar tanto esfuerzo al estudio y no ver los resultados esperados en las calificaciones. Esta situación, además de estar motivada por el cambio en los ritmos y el incremento del trabajo y las exigencias, tiene su razón de ser en las técnicas de estudio que emplean, la mayoría ineficaces de acuerdo con una investigación sobre los procesos cognitivos de la educación, elaborada por el profesor de la Universidad de Kent (Reino Unido) John Dunlosky y otros colaboradores.

Semana Educación analiza los argumentos que se recogen en estudio y expone los métodos que, según los expertos, son los más y los menos beneficiosos:

Técnicas beneficiosas

– Una de las más efectivas es preguntarse el porqué de las cosas y reflexionar y entender al respecto. Por ejemplo, no basta con que un estudiante aprenda que la fuerza es igual a la masa multiplicada por la aceleración (F=M.A). Para que pueda retener este aprendizaje, es necesario que entienda las razones de esta relación física y que él mismo justifique la afirmación. El objetivo es evitar que su cerebro genere un simple proceso mecánico de asimilación de conocimiento. Dunlosky advierte que, para que esta técnica sea eficaz, los alumnos deben aprender a plantearse preguntas a medida que avanzan sobre un tema, ya sea filosófico, histórico o sobre ciencias naturales, y tratar de encontrar soluciones al margen de las aclaraciones que brinda el profesor.

– Según el estudio, no es fácil asimilar información si durante largos periodos se ha evitado realizar esta tarea. Para superar esta barrera, Dunlosky recomienda distribuir los apuntes y estudiar cada día entre un 10 y un 20 % del total de información que se quiera retener. Las largas horas de estudio, a veces durante las noches o las horas previas a un examen, no surten el mismo efecto que si se repasa durante varios días la información y en pequeños bloques. Además, prosigue, se debe ser constante con el fin de interiorizar los conocimientos. Esta es la clave para educar y formar a una persona en el largo plazo: lograr que retenga lo aprendido por medio de un proceso de interiorización y de repaso fragmentado y periódico constante.

Técnicas poco efectivas

– Elaboración de resúmenes: Una de las más frecuentes y menos recomendables es la elaboración de resúmenes, ya sea a partir de las ideas extraídas de una grabación de las clases, de fotocopias prestadas o del propio cuaderno. Según Dunlosky, esta técnica es muy poco eficaz porque hacer un buen resumen exige habilidades previas: capacidad de síntesis, criterio para elegir qué es relevante y qué no es, cuáles son las ideas centrales y cómo se estructuran los argumentos. El resultado del estudio es que casi la mitad de los estudiantes escogen la información equivocada: no resumen con acierto y se van por las ramas sin entender la estructura.

– Subrayar: “Yo subrayaba los apuntes con resaltadores de diferentes colores y los releía varias veces”, sostuvo una exalumna de Periodismo consultada por Semana Educación. Subrayar es uno de los métodos más utilizados por los universitarios y, sin embargo, tampoco tiene efectos significativos en el proceso de aprendizaje, según el profesor británico.

Para probar este hecho, se tomaron tres grupos de universitarios conformados al azar. A cada uno se les asignó el mismo documento y se les especificó lo siguiente: el primer conjunto de estudiantes debió leerlo; el segundo, leerlo y subrayar, y el tercero, debió leer lo que el segundo grupo había subrayado. Una semana después fueron evaluados sobre los conocimientos adquiridos y la conclusión fue que no existía diferencia entre los que solo lo leyeron y los que lo leyeron y subrayaron. Los que únicamente habían leído lo que sus compañeros subrayaron tuvieron los peores resultados. De acuerdo con Dunlosky, marcar un texto es un proceso mecánico que no exige ni esfuerzo mental ni análisis. Es un ejercicio pasivo. Además, la mayoría de los estudiantes resaltan mal: señalan detalles irrelevantes.

– Releer los apuntes: El 65 % de los estudiantes consultados por Dunlosky afirmó que lee dos veces sus apuntes para preparar los exámenes. No obstante, y a pesar de que destinan el doble de tiempo a repasar lo que imparte el profesor en el aula, los resultados en las evaluaciones no muestran una mejora significativa.

Si bien es cierto que en un primer momento obtienen calificaciones más ventajosas que los que leen una sola vez los apuntes, los resultados se igualan si se les vuelve a evaluar con el paso del tiempo sobre esos mismos conocimientos. Es decir, es una técnica que únicamente funciona a corto plazo. Además, apunta el docente de la Universidad de Kent, la comprensión de la información de los estudiantes que utilizan este método es insuficiente.