La creación del conocimiento es un proceso que implica a tres elementos: el objeto, el sujeto y el proceso. El objeto es el tema de estudio, el sujeto es el estudiante que busca el saber y el proceso es la acción pensante que realiza el sujeto para lograrlo.

Esta creación la hemos abordado desde la ontológía de la conciencia (ODC), que sostiene que todas las distinciones son una creación del  observador. Por lo tanto se conecta con todas las formas de creatividad en función de dejar un legado.

La ODC se relaciona en forma directa con la Neurociencia y esta es la que nos aporta el entendimiento de cómo funciona el cerebro en diferentes situaciones y cómo aprende, se motiva y se emociona.

Al comprender los procesos cognitivos y afectivos que intervienen en la creación del conocimiento y a aplicarlos en el ámbito educativo, personal y social, pasamos a entender la relación entre el cerebro y la mente, cómo influyen el cuerpo, el entorno y la cultura en nuestro aprendizaje.

Ahora enfoquémonos en algunos recursos que podemos utilizar durante el desarrollo de la clase:

1. Representación Teatral
Forma equipos pequeños y propón a tus estudiantes que simulen una de tus clases en una escena dramatizada. Deberán asumir tu rol de profesor. Algunos de ellos podrán fingir que están dando una explicación, otros podrán imitar que están dando la consigna de una actividad concreta. Es importante que esta propuesta se tome como un momento divertido y sobre todo, exacto. El objetivo es divertirse con el humor de una manera sana y no ofensiva o irónica. Luego, podrán variar las normas del juego y tú podrás actuar o mostrar el comportamiento de tus alumnos en clase. Si la actividad se organiza bien, es una oportunidad extraordinaria para ponerse en el lugar del otro, pasar un buen rato y obtener feedback de una forma amena y agradable.

2. Dibujos
De nuevo, reparte la clase en grupos pequeños. Cada grupo tendrá que tener una caja con materiales para dibujar y una hoja de papel grande. El objetivo es que hagan un dibujo abstracto de la clase y para eso deben incluir todos los elementos que crean importantes (una pizarra, un lápiz, el profesor, un ordenador, las sillas, colores, sonrisas, normas… ). En el proceso, no podrán hablar entre ellos. Como profesor, también puedes hacer tu propio dibujo. Cuando terminen, tendrán que colgar los dibujos en la pared, como en una exposición y explicar (cada grupo) qué elementos dibujaron y por qué.

En este proceso creativo, podrás comprender qué es lo más importante para tus alumnos y por qué para ellos tiene sentido. Es una buena forma de recoger ideas y reconocer lo más significativo del aula (lo tangible y lo simbólico).

3. Regalos Simbólicos
Haz una lista de tus estudiantes (si la lista es muy larga –cientos de estudiantes–, tendrás que valorar si realmente puedes o no puedes hacer la actividad). Piensa en un regalo que quieras hacerle a cada uno de tus alumnos. La idea es que sean regalos simbólicos, así que cuando lo tengas todo preparado, propón a tus estudiantes que también piensen en un regalo que les gustaría hacerle a uno de sus compañeros. Déjales que compartan esos regalos. Es importante que todos sean POSITIVOS. Algunos ejemplos podrían ser: “Me encantaría darte un billete directo al lugar que más deseas conocer en todo el mundo”, “me encantaría regalarte la fábrica de tus chocolates preferidos”, “me encantaría darte un nuevo lápiz para sustituir el que extraviaste”, “me encantaría darte la oportunidad de entrar en la universidad que quieres”, etc.

4. Hacer una lista
Algunos profesores les proponen a los niños que elaboren una lista de las 10 cosas aprendidas durante el año que más les gustaron. Así, los hacen reflexionar sobre lo mejor de su año escolar. En general, los profesores luego comparten esa lista entre todos.

5. Un examen final de “celebración de aprendizajes”
Un profesor una vez realizó la prueba final de su curso en una sala que estaba llena de comida, con adornos y claro, con la promesa de una futura celebración. Los estudiantes de esa clase obtuvieron mejores notas en su examen final.

6. No acabar todo muy rápido
Los docentes en general, no acaban las celebraciones de fin curso muy rápido. Si lo hicieran, estarían dando un mensaje equivocado, ya que lo correcto es dejar que los niños celebren y disfruten al máximo su último día de clases.

7. La botella de los sueños
Esta idea es del profesor John Berray, quien sugiere llevar botellas de agua para cada estudiante durante la última clase y les pide a los alumnos que quiten los sellos sin abrir la botella. Muchos creen que algo pasará…¡y tienen razón! Este docente les pide que entreguen pensamientos y consejos, para luego concluir con desafíos y peticiones.

8. Cumplidos y amabilidad
Algunos educadores escriben el nombre de los estudiantes en un papel que van pasando a todo el curso, para que cada uno escriba en él cumplidos y palabras de amabilidad hacia la persona que aparece ahí.

9. Una encuesta para celebrar los recuerdos
Hay docentes que hacen una encuesta con preguntas sobre los mejores momentos que vivieron los estudiantes durante el año. Las respuestas las convierten en una gran nube de conceptos y algunos incluso la pegan en la pared de la sala.

10. Una carta para tus estudiantes
Otros profesores les escriben una carta a los cursos, porque saben que los estudiantes siempre guardan esos recuerdos.

11. Una entrega de premios al estilo Oscar Esto también lo hacen de forma habitual los docentes, quienes además le piden a uno de los niños que los ayude con la organización. La idea es que ellos premien los mejores libros que leyeron, las mejores exposiciones de sus compañeros y los momentos más memorables del año escolar.

12. Certificados y nominaciones divertidas Es muy habitual la entrega de certificados con frases graciosas o las nominaciones al alumno más risueño, más travieso, más cortés o más charlatán de la clase. A pesar de ello, esta actividad puede ser una forma estupenda de terminar el curso, ya que nos permite resaltar las características o habilidades positivas de cada estudiante con un poco de humor. Después de recibir su nominación o certificado se le puede pedir al estudiante que dé un pequeño discurso agradeciendo la nominación o el premio recibido. Las carcajadas están garantizadas.

13. La línea del tiempo Otra opción para despedir el curso es crear una línea del tiempo con los mejores y peores momentos del curso. Se trata de una especie de presentación o póster en la que los alumnos podrán incluir fotos y notas de proyectos o actividades realizadas en clase, excursiones o fiestas, para así hacer un recorrido en orden cronológico por los mejores y peores eventos a lo largo del curso. Esta actividad lleva su tiempo y puede realizarse por grupos o incluso involucrar a toda la clase al mismo tiempo. También se puede comenzar haciendo primero una lluvia de ideas y luego votar los mejores y peores momentos vividos que van a ser incluidos en nuestra línea del tiempo.

14. Poemas o cartas de despedida ¿Por qué no decir adiós con un poema o una carta anónima? Esta es una buena forma para que nuestros estudiantes den rienda suelta a su creatividad y escriban un poema o una carta anónima despidiéndose del curso y de sus compañeros. También podemos realizar la actividad por parejas o en grupos, poner los poemas en común y luego votar, por ejemplo, cuál ha sido el más divertido, el más emotivo, el más original, etc.

15. No te olvides de tus compañeros Una forma sencilla de despedirse es hacer que nuestros estudiantes escriban un breve mensaje de despedida para cada uno de sus compañeros, diciéndoles lo que echarán de menos de él, lo que más nos gusta.

16.Speed Dating sobre temas variados
Lo que más valoran los estudiantes es verse capaces de hablar en español, por lo que una buena idea para terminar el curso es realizar una actividad en la que puedan demostrar lo mucho que han progresado en comprensión y producción oral. Para ello podemos adoptar el formato del “Speed Dating” y entregarles una lista de temas curiosos o controvertidos para hablar durante 3 minutos. A los tres minutos les pediremos que cambien de pareja y de tema hasta que todos hayan hablado con todos.

17. Olimpiada de juegos
Otra actividad que siempre funciona es organizar una yincana u olimpiada de juegos. Para ello podemos elegir los juegos favoritos de nuestros estudiantes (scrabble, pasapalabra, ahorcado, mímica, tabú, jeopardy, la oca, bingo, cartas, trivial, etc.) y entretenerles jugando mientras siguen practicando su español de forma amena. Además si creamos grupos y proponemos realizamos los juegos a modo de competición, los alumnos se involucrarán más y se lo pasarán aún mejor.

18. Me ofrezco en un post-it
Cuando tenemos clases grandes una forma de terminar el curso podría ser la de escribir pequeños anuncios sobre post-it en los que cada alumno ofrezca un servicio a los demás, por ejemplo, algo que sepa hacer o se le dé bien. Cuando todos hayan escrito su pequeño anuncio, los post-it se pegarán en una pared de la clase o incluso en el pasillo. Al finalizar la clase de español cada alumno recoge un post-it de algo que le gustaría aprender a hacer o estudiar y que otro alumno le puede ofrecer o enseñar.

19. Un picnic para chuparse los dedos
Organizar un picnic en clase y que cada alumno traiga algo para picar y compartir con los demás siempre es una forma agradable de terminar el curso. Si además tenemos una clase multicultural y les pedimos a nuestros alumnos que traigan un plato típico de su país, podríamos concluir la clase de español con una breve presentación o descripción de cada uno de los platos. De esta forma además de practicar español también ampliamos nuestros conocimientos culturales y culinarios.

20. Historias locas
Esta actividad siempre funciona ya que los alumnos se mueren de risa con las historias que ellos mismos escriben. El procedimiento es el siguiente: Se le entrega a cada alumno un folio en blanco y el profesor les irá indicando qué deben escribir. En primer lugar se empieza por un sujeto, de manera que cada estudiante deberá apuntar en una línea quién es el protagonista de su historia (resulta más divertido si se utilizan los nombres de los propios estudiantes o de personajes famosos conocidos). A continuación deberán doblar el folio de manera que los demás no puedan leer lo que han escrito y pasárselo al compañero de al lado, que se encargará de añadir la segunda parte de la historia, cuándo. Una vez anotada esta segunda información se volverá a doblar el folio para ocultar la información escrita y se volverá a pasar a nuestro compañero, quién añadirá el tercer dato de la historia, dónde. Este proceso se repetirá hasta haber respondido a todas las preguntas que se muestran a continuación:

¿quién? ¿cuándo? ¿dónde? ¿qué hizo? ¿con quién? ¿por qué? ¿qué pasó al final?

Al terminar cada alumno desdoblará el folio que tenga delante y el resultado será una historia graciosa y, en ocasiones sin sentido, que compartir en voz alta con los demás para que toda la clase se parta de risa. Los maestro de idiomas suelen ser los reyes de las actividades. Me tienen inspirada con tanto. Aquí les va un grupo más.

21. El mural de los recuerdos
Esta actividad consiste en crear entre tod@s un diseño en el que una imagen central del grupo acompañe a una frase del estilo «Este año ha pasado volando, pero siempre recordaremos…». Una vez compuesta la base del mural, de gran tamaño y colgada en la pared, cada alumno escribirá en una hoja de papel de color, recortada de la forma que desee, un momento especial del curso para él o ella que recordará para siempre. En el transcurso de la actividad puedes invitar a los alumnos a recordar momentos únicos que hayáis vivido o darle claves, por ejemplo: «Recuerda un momento en el que reíste muchísimo» o «Recuerda un momento en el que te sentiste feliz porque hiciste feliz a alguien». Si eres un/a docente TIC, seguro que te animas a que tu mural sea digital, usando plataformas como Mural o Padlet.

22. Anuncio
La propuesta parecerá algo extraña, pero no lo es. Esta actividad consiste en grabar una pieza parecida a un anuncio publicitario donde los alumnos expliquen lo bueno del curso a los alumnos del próximo año. La preparación de la grabación exigirá un ejercicio de exploración y de recapacitar sobre todo lo vivido para poder explicarlo ante la cámara. De esta forma, lúdica y divertida, los alumnos dejarán constancia de sus experiencias y ayudarán a los futuros niños y niñas que estarán en su curso dentro de unos meses. El montaje puede colgarse en el blog de la clase, del centro o en plataformas como Youtube para que todos los alumnos puedan verlo. ¡Seréis todos actores y actrices por un día!

23. Banco de tiempo
Esta opción permite al alumnado compartir sus aprendizajes y resulta beneficiosa para todos ellos. El final del curso es un momento adecuado para realizarla, pues invita a cada uno a pensar qué han aprendido y en qué son buenos. La actividad consiste en proponer a los alumnos que escriban en un post-it alguna cualidad que tengan o algo que saben hacer bien y en lo que pueden ayudar al resto. Si cada uno cuelga lo que ofrece, el resto podrá pedir ayuda en lo que precisen, tanto durante el verano, si tienen opción de encontrarse, como durante el año siguiente si siguen juntos en clase. De esta forma se potencia, además, el conocimiento mutuo, la amistad, del compañerismo y el respeto hacia los otros.

24. Los Mejores Recuerdos
La actividad consiste en realizar una línea del tiempo con cuatro o cinco puntos destacados. Se entregará una plantilla en tamaño A4 o A3 a cada alumno, y ellos serán quienes escriban en cada punto un momento especial que quieran conservar y recordar. La plantilla llevará un título como por ejemplo «Mis mejores momentos en 6º de Primaria», se puede decorar según sus gustos y pueden llevársela para guardarla en casa.

25. ¡A jugar!
Quizás el mejor recuerdo que puedan llevarse los alumnos es un día entero de juegos en el patio o en el exterior: juegos en grupo, actividades deportivas, con agua, gincamas, etc. Cansados de estar sentados en el aula y con el calor del mes de junio, seguro que están más que contentos de que les invites a salir a jugar con actividades que hayas preparado, concluyendo con alguna canción grupal en la que se puedan compartir abrazos, sentimientos y todo el afecto acumulado durante el curso.