Esta reflexión sobre la estupidez funcional, está dedicada a dos de mis grandes maestros en el tema: Daniel Gomez y Leonardo Lalía. A quienes agradezco por ser un ejemplo de alegría; aún cuando «las papas queman».

Hasta hoy, la seriedad parecía estar de moda. Desde chicos, se nos ha enseñado que crecer, era convertirse en una persona «seria», trabajar para una empresa «seria», o incluso alegrarse porque Latinoamérica comenzaba a convertirse en un escenario «serio».

Esta aseveración, muy funcional para los detentores del poder, ha resultado para muchos de nosotros una gran escollo a superar.

Una actitud seria, muy lejos de representar una actitud responsable, proviene a mi criterio de un paradigma donde el temor, es protagonista.

Superar la confusión requiere distinguir entre lo que significa «vivir con una actitud seria» y «ser una persona responsable que cumple alegremente con sus promesas». Claramente, una cosa, no quita la otra.

Esta distinción la aprendí en mi trayectoria por el mundo de la publicidad. Donde creamos el siguiente slogan para una agencia de viajes: «La empresa más seria, primero, es la más divertida».

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En el uso cotideano, la seriedad, parece ser «el sicario» de la alegría. Mire lo que nuestro querido Nietzche dice acerca de este tema:

«La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño». Friedrich Nietzsche

La seriedad como respuesta equívoca a la estupidez es un tema muy bien tratado en el Manual de la Estupidez Humana de Carlo. M. Cipolla

La seriedad, necesita crear sus propios fundamentos

¿No te ha sucedido que a veces estás simplemente contento, sin saber por qué? Sin embargo, cuando estamos enojados, somos capaces de expresar las razones y fundamentos… hasta que el enojo se hace un hábito y perdemos la conciencia de él. Es entonces cuando nuestra ceguera se apodera de nosotros y vamos «cortando cabezas» a quién se cruce delante nuestro.

Esta moda, conocida en los EE.UU con el nombre de: «Estupidez Funcional», es la culminación de una cultura empresarial heredada del modelo anglosajón y protestante que nos inculca el trabajo duro como fuente del éxito. Cultura que se asocia con un estilo corporativo gris, aséptico y frío, como símbolo de poder. En palabras de Julián Ortuondo, la estupidez funcional es producto de un grupo de personas que carecen de amor y sensibilidad para tratar al otro: «Los Discapacitados Emocionales».

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La estupidez funcional en frases:

A continuación, van algunas declaraciones escuchadas de los mayores detractores del humor y la alegría:

– El negocio es, por su naturaleza, un tema muy serio. No da para este tipo de cosas.
– Si permites que los empleados se diviertan, no trabajan.
– El humor es arriesgado-puede ofender o tener el efecto contrario al deseado.
– Se necesita un «don especial» para emplear el humor.
– Cuando eres manso e inocente, te abres a que muchas personas en el mundo abusen de ti.
– Las personas viven «alegres» cuando no se hacen cargo de los problemas de su vida.

Ahora te pido que saques tus propias conclusiones: ¿Qué lleva a estas personas a emitir tales sentencias? ¿Qué los convierte a mi modo de ver en represores de la alegría?

Seriedad

No hay día más perdido que aquél en el que no hemos regalado una sonrisa.

Personalmente creo que cuando consigamos superar estos mitos y temores, celebraremos los beneficios de un trabajo y una vida más divertida.

El modelo del «serious business» decae día a día cuando superamos nuestro propio «compromiso a la imágen». Cuando dejamos de hacer foco en cumplir las absurdas expectativas, que otros «tienen» sobre nuestra supuesta forma correcta de comportarnos. Más basada en la conducta manifestada que en el propósito genuino que la sostiene.

Hoy es muy común escuchar frases como estas, entre los amigos: «ve y pórtate mal». Y creo que es una natural reacción a lo que muchos de nuestros padres nos repetían una y otra vez al salir de casa: Portate bien, hijo!

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Las reflexiones de los grandes

Ya nos enseñaban BudaPlatón, lo que la psicología positiva nos confirmó miles de años después: la satisfacción vital de una persona tiene consecuencias positivas en la calidad de su aprendizaje. Una persona feliz y satisfecha está más predispuesta a aprender.

Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia. Platón. Filósofo griego (427 AC-347 AC)

Los dos mensajes más importantes que Jesús nos legó, son a mi criterio: La Gracia y el Perdón. Sentimientos que requieren de un corazón alegre para ser manifestados. Y que Bach nos legó en esta obra:

Martin Luther King, por su parte, definía la seriedad ecomo una caracteristica de la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda. Declarándola incluso: el peor peligro potencial de la humanidad. Disfrutemos su decir en estas palabras:

«A medida que me hago mayor y voy trabajando más y más, no deja de sorprenderme el como en una sociedad inundada de personas altamente cualificadas y de empresas que pueden permitirse contratar personas tan bien preparadas, la empresa está plagada de borregos que ejecutan decisiones cuando menos estúpidas e incomprensibles y lo peor, que las aceptan y las ejecutan sin rechistar.» Martin Luther King

Cersenar la Alegría, en función de priorizar una supuesta seriedad (estándarte de la estupidéz funcional) es a nuestro modo de ver, uno de los actos de manipulación más violentos, incluso peor que prohibir una acción física. Esto se relaciona con una cualidad central de la alegría: algo cuya sustancia es no tener sustancia, carecer de materia; algo bien corporal, pero que no se la puede encontrar en el organismo.

Otro de los recursos de la estupidéz funcional es asociar la alegría a una «actitud light». Darle una categoría de «infantilismo e inocencia disfuncional» para vivir en los tiempos que corren.
Desde nuestro punto de vista, observaciones como estas, provienen de personas con una actitud temerosa.

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La alegría, vive libre en concepciones como estas: «La alegría es la fuerza que nos acerca a la potencia creativa, incisiva e indiscreta del niño y de la niña, que extraviamos en los vericuetos solemnes del éxito adulto. Cuando adoptamos una posición infantil, no conseguimos rescatar en el adulto la alegría del niño. La propuesta saludable es: entrar en la adolescencia con el niño de la mano; entrar en la adultez con el niño y el adolescente de la mano. Mantener el diálogo interior educador-aprendiente. Para que entre esos lugares existan puentes, intersecciones, posibilidades de pasaje…» (palabras de Alicia Fernandez)

Para concluir, los invito a ver este comercial, que en mi sentir guarda el valor de lo expresado en estas líneas:

Hasta aquí, he tratado el tema de la estupidez funcional y la alegría como aliado para su salida. Si busca ir por más, lo invitamos a leer la serie de articulos relacionados a la conciencia.

Hoy, me despido de esta reflexión deseándote: Qué tengas un hermoso día y, que la Vida te SONRIA 😉
Fabián Sorrentino.