2 – La Lingüística
La lingüística es el estudio científico tanto de la estructura de las lenguas naturales como del conocimiento que los hablantes poseen de ellas.

El campo de la lingüística puede dividirse, en la práctica, en términos de tres dicotomías:
* Lingüística sincrónica versus lingüística diacrónica
* Lingüística teórica versus lingüística aplicada
* Microlingüística versus macrolingüística.

Una descripción sincrónica de una lengua describe la lengua tal y como es en un momento dado; una descripción diacrónica se ocupa del desarrollo histórico de esa lengua y de los cambios estructurales que han tenido lugar en ella. Aunque en sus inicios científicos la lingüística del siglo XIX se interesó ante todo del cambio lingüístico y la evolución de las lenguas a través del tiempo, el enfoque moderno se centra en explicar cómo funcionan las lenguas en un punto dado en el tiempo y como los hablantes son capaces de entenderlas y procesarlas mentalmente.

El objetivo de la lingüística teórica es la construcción de una teoría general de la estructura de la lengua para la descripción de las lenguas; el objetivo de la lingüística aplicada es la aplicación de los descubrimientos y técnicas del estudio científico a una variedad de tareas básicas como la elaboración de métodos mejorados de enseñanza de idiomas.

Una descripción sincrónica de una lengua describe la lengua tal y como es en un momento dado; una descripción diacrónica se ocupa del desarrollo histórico de esa lengua y de los cambios estructurales que han tenido lugar en ella. Aunque en sus inicios científicos la lingüística del siglo XIX se interesó ante todo del cambio lingüístico y la evolución de las lenguas a través del tiempo, el enfoque moderno se centra en explicar cómo funcionan las lenguas en un punto dado en el tiempo y como los hablantes son capaces de entenderlas y procesarlas mentalmente.

El objetivo de la lingüística teórica es la construcción de una teoría general de la estructura de la lengua o de un sistema teórico general para la descripción de las lenguas; el objetivo de la lingüística aplicada es la aplicación de los descubrimientos y técnicas del estudio científico de la lengua a una variedad de tareas básicas como la elaboración de métodos mejorados de enseñanza de idiomas.

La lingüística moderna tiene su comienzo en el siglo XIX, gracias al descubrimiento del sánscrito, allí pudieron comparar las lenguas y reconstruir una supuesta lengua original: el proto-indoeuropeo. Esto animó a los lingüistas a crear una ciencia positiva en la que se llegó a hablar de leyes fonéticas para el cambio lingüístico. No será, sin embargo, hasta la publicación póstuma del libro Curso de lingüística general (1916), del suizo Ferdinand de Saussure, que se convierte la lingüística en una ciencia integrada en una disciplina más amplia, la semiología, que a su vez forma parte de la psicología social, y defina su objeto de estudio.

La distinción entre lengua (el sistema) y habla (el uso) y la definición de signo lingüístico (significado y significante) han sido fundamentales para el desarrollo posterior de la nueva ciencia. Sin embargo, su perspectiva — conocida como estructuralista y que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores, como de corte empirista— será puesta en cuestión en el momento en que ya había dado la mayor parte de sus frutos y, por lo tanto, sus limitaciones quedaban más de relieve.

En el siglo XX el lingüista estadounidense Noam Chomsky creó la corriente conocida como generativismo. Con la idea de solventar las limitaciones explicativas de la perspectiva estructuralista, se produjo un desplazamiento del centro de atención que pasó de ser la lengua como sistema (la langue saussuriana) a la lengua como proceso de la mente del hablante, la capacidad innata (genética) para adquirir y usar una lengua, la competencia. Toda propuesta de modelo lingüístico debe, según esta corriente, adecuarse al problema global de la mente humana, lo que lleva a buscar siempre el realismo mental de lo que se propone; por eso al generativismo se le ha descrito como una escuela mentalista o racionalista. En esta perspectiva la lingüística es considerada como parte de la psicología o de la ciencia cognitiva. Ver el siguiente Video:

Tanto la escuela chomskiana como la saussureana se plantean como objetivo la descripción y explicación de la lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así, con una escuela que toma fuerza a finales del siglo XX y que es conocida como funcionalista. Por oposición a ella, las escuelas tradicionales reciben conjuntamente el nombre de formalistas. Los autores funcionalistas —algunos de los cuales proceden de la antropología o la sociología— consideran que el lenguaje no puede ser estudiado de forma autónoma descartando el «uso» del lenguaje. La figura más relevante dentro de esta corriente tal vez sea el lingüísta holandés Simon Dik, autor del libro Functional Grammar. Esta posición funcionalista acerca la lingüística al ámbito de lo social, dando importancia a la pragmática, al cambio y a la variación lingüística. La escuela generativista y la funcionalista han configurado el panorama de la lingüística actual: de ellas y de sus mezclas arrancan prácticamente todas las corrientes de la lingüística contemporánea. Tanto el generativismo como el funcionalismo persiguen explicar la naturaleza del lenguaje, no sólo la descripción de las estructuras lingüísticas.

La Lengua como Sistema

Signo Linguístico está compuesto por significante y significado. Los dos son necesarios para que el signo cobre sentido.

Desde este punto de vista, los niveles de indagación y formalización lingüísticas que se distinguen son:

El Nivel fonético-fonológico

Fonología: estudio de los fonemas de una lengua.
– Fonética: estudio de la realización alofónica individual de dichos fonemas. Los alófonos son sonidos del habla, realizaciones diferenciadas de un mismo fonema. Aunque no son campos estrictamente lingüísticos, ya que intervienen factores culturales e históricos también se suele considerar dentro de este nivel el estudio la Grafémica, la Ortología y la Ortografía.

El Nivel Morfosintáctico

– Morfología: estudio de la mínima unidad con significado (el morfema), la palabra y los mecanismos de formación y creación de palabras.

– Sintaxis: estudio de la combinatoria sintagmática, en dos niveles: el suboracional, que corresponde al propio de los llamados sintagmas, y el oracional que estudia las relaciones específicas sintagmáticas de los signos lingüísticos que conforman, a su vez, el signo lingüístico gramatical superior del sistema de la lengua.

El Nivel Léxico

– Lexicología: estudio de las palabras de una lengua, su organización y sus significados.
– Lexicografía: se ocupa de los principios teóricos en que se basa la composición de diccionarios.

El Nivel Semántico

Incluye la Semántica que estudia el significado de los signos lingüísticos.

El Texto y la Pragmática

Desde el punto de vista del habla, como acción nos encontramos con dos ámbitos de estudio:

El texto que refiere a una unidad superior de comunicación y la pragmática, que estudia la enunciación; las modalidades, los actos de habla, la presuposición, la estructura informativa del enunciado, el análisis del discurso, el diálogo y la lingüística textual. Dentro de este ámbito se vería circunscripta una parte de la tesis de la Ontología del Lenguaje que fue configurada desde esta disciplina por los siguientes autores:

  • Ludwig Wittgestein (1889-1951)  Relación entre lenguaje y realidad
  • Martín Heidegger  (1889-1976)  El Ser y el Tiempo
  • John L. Austin   (1911-1960)  1ro en hablar de los “actos del habla”
  • John Searle, Fernando Flores y Rafaél Echeverría  Actos del Habla (1969) – Ontología del Lenguaje (1994)
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El compendio de la diversidad

Actualmente se conocen alrededor de unas 6000 lenguas aunque el número de las habladas es difícil de precisar debido a que no existe un criterio universal que permita decidir si dos hablas con cierto grado de inteligibilidad mutua, deben considerarse dialectos de un mismo idioma histórico o dos lenguas diferentes. También existen áreas del planeta insuficientemente estudiadas como para precisar si los grupos humanos hablan la misma o mismas lenguas que otros grupos humanos más conocidos.

El 95,2% de las lenguas del mundo tienen menos de 1 millón de hablantes. Esto significa que las lenguas más habladas acumulan un número de hablantes desproporcionadamente alto.

Extracto del Paper de la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red: Por el Dr Fabián Sorrentino.

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