Disposición a ver al otro como sufriente y compadecerlo por ello. Es muy habitual que quien es visto con lástima no le gusta que le tengan lástima. Suele ocurrir que la persona que padece algo, sufre menos que la persona que imagina el sufrimiento de esa otra persona. Ello ocurre porque quien tiene un padecimiento o una disminución, se adapta a ella, como quien se adapta a vivir en una ciudad con smog, o a andar con ropa apretada o a comer poco. El sufrimiento es una información emocional que surge de la diferencia entre una situación habitual y otra de mayor padecimiento; y si la situación de un cierto grado de padecimiento se convierte en normal, deja de representar padecimiento. Nuestro sistema físico y psíquico nos aporta información en base a la detección de diferencias, y se adapta y deja de dar información cuando ciertos estados –aunque originalmente produjeron malestar– se vuelven permanentes.

No hay que confundir la misericordia con la lástima.

La lástima es un sentimiento menos vehemente y más pasajero que compasión. Así es que de la palabra lástima no se deriva un adjetivo aplicable al que la siente, sino al objeto que la provoca, y lo contrario sucede con la palabra compasión, de que se deriva compasivo. Son lastimeros o lastimosos los infortunios, las enfermedades, el hambre y la persecución. Son compasivas las personas en quienes estos males producen lástima.

La lástima se aplica con más propiedad a la sensación que nos causa el mal que se ofrece a nuestros sentidos; y la compasión al efecto que causa en el ánimo la reflexión del mal: porque aquella no explica por sí sola más que la sensación de la pena, o el disgusto que causa el mal ajeno; pero la compasión añade a esta idea la de una cierta inclinación del ánimo hacia la persona desgraciada, cuyo mal se desearía evitar.

No nos mueve a compasión la suerte de un asesino condenado a muerte, pero nos da lástima el verle padecer en el suplicio. Nos da lástima el ver morir a un irracional; nos da compasión el triste estado de una pobre viuda. La compasión supone siempre un sentimiento verdadero. La lástima se emplea algunas veces para representar un sentimiento tan ligero, que apenas merece el nombre de tal; como: Es una lástima que no haga buen tiempo.

Origen de las palabras compasión y lástima.

Antes de enseñarte cuál es la diferencia entre compasión y lástima, permíteme que saque mi lado más filológico para que así descubras cuál es el origen etimológico de ambos términos.

Compasión.

Al vocablo compasión se le puede atribuir un doble significado semántico. Se trata de una palabra que procede del latín ‘cum passio‘ y que podría traducirse como ‘sufrir juntos‘ o ‘lidiar con emociones‘. Pero a su vez el verbopassio‘ procede de la palabra griega ‘pathos‘ que se relaciona con el sufrimiento interior de la persona. Así se entiende que la compasión es la manera con que participamos del sufrimiento del otro.

Lástima.

El vocablo lástima procede del latín ‘lastimar‘ que a su vez se relaciona con la palabra del latín vulgar ‘blastemar‘ que vendría a significar algo así como ‘observar a quien padece‘.

¿Cuál es la principal diferencia entre lástima y compasión?

Si has leído bien el origen y la definición de ambos términos, te habrás dado cuenta de algo que me parece realmente significativo y que creo que es clave para entender la diferencia entre ambos vocablos. Esta diferencia sería:

La compasión implica acción. Por tanto, se trata de un sentimiento activo. ¿Qué significa esto? Pues que la persona que practica la compasión hace todo lo posible para eliminar o mitigar el sufrimiento del otro.

La lástima implica pasividad. La persona que siente lástima manifiesta un sentimiento pasivo o, lo que es lo mismo, expresa tristeza pero ausente de acción, aunque esté viendo a alguien sufrir por alguna razón. Se trataría de un sentimiento menos duradero.

Por ejemplo, cuando estás cenando y ves en la televisión unas imágenes de unos niños desnutridos y hambrientos, el sentimiento que se despierta en ese momento es el sentimiento de lástima. Curiosamente en este tipo de anuncios lo que se pretende es provocar el sentimiento de lástima para que luego pases a la acción, es decir, ejerzas la compasión, dando una aportación económica, haciéndote socio…

El sentimiento de lástima.

Las personas que sienten lástima en lugar de compasión suelen verse en un plano superior a la persona que está sufriendo, es decir, entre la persona que siente lástima y la persona que sufre hay una distancia que puede ser física, moral, cultural, social, económica…

Esto provoca que haya un sentimiento de pena o tristeza, pero a la vez es consciente de que ese sentimiento de pena o tristeza no va con él e incluso se consuela sabiendo que está en una situación mucho más ventajosa.

Compasión y empatía.

También me gustaría aclarar en esta entrada la distinción entre compasión y el término empatía. En este sentido se podría decir que la empatía más que una emoción es un razonamiento, mientras que la compasión sí puede entenderse como una emoción.

La persona empática no necesariamente sufre por el otro, sino que trata de entender de forma razonada el sufrimiento del otro.

La persona compasiva, por su parte, no necesita razonar sobre el sufrimiento del otro, no necesita entenderlo para ponerse manos a la obra y solucionarlo. De ahí que se trate de una emoción.

Otro factor importante que diferencia la empatía de la compasión es que la empatía, al partir de la identificación, se fundamenta en la igualdad, aspecto que no sucede en la compasión.

La compatía.

Un término que ha surgido recientemente es la compatía. Si quieres saber más sobre la compatía te invito a que leas el artículo que le dediqué a este concepto y que titulé Compatía. La solución para enfrentarse a personas enojadas.

Un cuento para entender y enseñar las diferencias

Me ha parecido interesante compartir contigo un cuento que explica de forma muy gráfica la diferencia entre compasión y lástima.

Puedes acceder al cuento en el siguiente en enlace.

Si has leído el cuento te habrás dado cuenta de que:

El padre  y la madre experimentan un sentimiento de lástima al inicio del cuento.

Daniel y Carlitos son los hijos que practican la compasión.

Compasión y lástima. A modo de conclusión.

Espero que esta entrada te haya ayudado a entender mejor la diferencia entre compasión y lástima. No siempre es fácil ver la línea que separa un sentimiento del otro. De ahí que sea realmente necesario poderlo enseñar a tus alumnos para que asimilen tal distinción y, sobre todo, el valor de una persona compasiva y la sobreexposición que todos los días sufrimos al sentimiento de lástima, especialmente en los medios de comunicación.

Fuentes: Justifica tu Respuesta. Diccionario de Emociones, Actitudes y Conductas, de México.