Stuart Hameroff nació el 16 de julio de 1947 en Búfalo, Nueva York, Estados Unidos. Es un anestesiólogo y profesor en la Universidad de Arizona, conocido por sus estudios sobre la conciencia y su teoría de que la conciencia se origina a partir de estados cuánticos en los microtúbulos neuronales [1][2].

Formación y Carrera

Hameroff obtuvo su licenciatura en Ciencias en la Universidad de Pittsburgh y su título de Doctor en Medicina en el Hospital Universitario Hahnemann, que ahora forma parte del Colegio Universitario de Medicina Drexel [1][2]. Comenzó su carrera en el Centro Médico de Tucson en 1973 y ha trabajado en la Universidad de Arizona desde 1975, donde se convirtió en profesor en los departamentos de Anestesiología y Psicología en 1995 [1][2].

Contribuciones Científicas

Hameroff ha realizado importantes contribuciones en el estudio de la conciencia, especialmente a través de su colaboración con el físico Roger Penrose. Juntos desarrollaron la teoría de la Reducción Objetiva Orquestada (Orch-OR), que postula que la conciencia surge de procesos cuánticos en los microtúbulos de las neuronas[1][2].

Teoría de la Conciencia Cuántica

La teoría de Hameroff y Penrose sugiere que los microtúbulos, componentes del citoesqueleto de las células, son capaces de realizar cálculos cuánticos que contribuyen a la experiencia consciente [1][2]. Esta teoría ha sido controvertida y ha enfrentado críticas, pero también ha abierto nuevas vías de investigación en la intersección de la física cuántica y la neurociencia [1][2].

Conexión con la Ontología de la Conciencia

La Ontología de la Conciencia que concebimos en Sonría se centra en la exploración integral de los estados del ser humano, conectando cuerpo, mente, emociones, energía y espíritu. La teoría de la conciencia cuántica de Hameroff se alinea con este enfoque al sugerir que la conciencia no es simplemente un fenómeno emergente de la actividad neuronal clásica, sino que involucra procesos cuánticos fundamentales que podrían influir en nuestra percepción de la realidad [1][2].

Interdisciplinariedad

Ambos enfoques destacan la importancia de integrar conocimientos de diversas disciplinas para comprender la conciencia. La teoría de Hameroff y Penrose combina física, biología y filosofía, mientras que la Ontología de la Conciencia incorpora elementos de la neurociencia, la filosofía de la mente, la metafísica y otras áreas [1][2].

Exploración de la Realidad

La idea de que la conciencia puede estar influenciada por procesos cuánticos desafía nuestras nociones tradicionales de la realidad y sugiere que nuestras experiencias conscientes podrían variar en diferentes realidades alternativas. Esto se conecta con la Ontología de la Conciencia, que busca entender cómo diferentes niveles de conciencia afectan nuestra percepción del mundo [1][2].

En resumen, el trabajo de Stuart Hameroff ofrece una perspectiva innovadora que complementa y enriquece la Ontología de la Conciencia, proporcionando un marco para explorar la naturaleza profunda y multifacética de la conciencia.
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Teoría de la Reducción Objetiva Orquestada (Orch-OR)

La teoría de la Reducción Objetiva Orquestada (Orch-OR) fue desarrollada por el físico Roger Penrose y el anestesiólogo Stuart Hameroff en la década de 1990. Esta teoría postula que la conciencia se origina a nivel cuántico dentro de las neuronas, en lugar de ser un producto de las conexiones neuronales [3][4].

Fundamentos de la Teoría
  1. Microtúbulos y Computación Cuántica: La teoría sugiere que los microtúbulos, estructuras proteicas dentro de las neuronas, son capaces de realizar computaciones cuánticas. Estas computaciones no son computables en el sentido clásico, lo que significa que no pueden ser simuladas por una máquina de Turing [3][4].
  2. Reducción Objetiva (OR): Penrose propuso que el colapso de la función de onda cuántica, un proceso que ocurre cuando un sistema cuántico se reduce a un solo estado, no es aleatorio sino que está gobernado por una «reducción objetiva». Este colapso es influenciado por la geometría del espacio-tiempo a nivel de la escala de Planck [3][4].
  3. Orquestación: Hameroff introdujo la idea de que las proteínas asociadas a los microtúbulos (MAPs) pueden orquestar el estado de los qubits (unidades de información cuántica) dentro de los microtúbulos, influyendo en el proceso de reducción objetiva [3][4].
Mecanismo de Orch-OR
  • Qubits en Microtúbulos: Los microtúbulos contienen dipolos oscilantes que forman qubits. Estos qubits pueden existir en estados de superposición, donde múltiples estados coexisten simultáneamente [3][4].
  • Colapso Cuántico: Cuando la superposición alcanza un umbral crítico, se produce un colapso cuántico, seleccionando un estado específico. Este proceso es lo que Penrose y Hameroff creen que da lugar a la experiencia consciente [1][2].
Críticas y Controversias

La teoría de Orch-OR ha sido objeto de críticas desde su inicio. Algunos de los puntos de crítica incluyen [3][4]:

  • Decoherencia Cuántica: Se argumenta que el cerebro es demasiado «cálido, húmedo y ruidoso» para mantener coherencia cuántica, un estado necesario para la computación cuántica.
  • Interpretación del Teorema de Gödel: La interpretación de Penrose del teorema de incompletitud de Gödel ha sido cuestionada por matemáticos y filósofos.
  • Evidencia Experimental: Hasta la fecha, no hay evidencia experimental concluyente que respalde la existencia de procesos cuánticos en los microtúbulos a las escalas necesarias para la teoría.

Conexión con la Ontología de la Conciencia

La teoría de Orch-OR se conecta con la Ontología de la Conciencia del Dr. Fabián Sorrentino en varios aspectos:

  1. Interdisciplinariedad: Ambas teorías integran conocimientos de diversas disciplinas, como la física cuántica, la neurociencia y la filosofía, para abordar la naturaleza de la conciencia [3][4].
  2. Exploración de la Realidad: La idea de que la conciencia puede surgir de procesos cuánticos desafía nuestras nociones tradicionales de la realidad, similar a cómo la Ontología de la Conciencia explora diferentes niveles de percepción y existencia [3][4].
  3. Naturaleza de la Conciencia: Ambas teorías buscan entender la conciencia como un fenómeno fundamental que no puede ser completamente explicado por procesos clásicos y computacionales [3][4].

En resumen, la teoría de Orch-OR ofrece una perspectiva innovadora y controvertida sobre la conciencia, sugiriendo que procesos cuánticos fundamentales en el cerebro podrían ser la clave para entender nuestras experiencias conscientes.

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Críticas al trabajo de Roger Penrose y Stuart Hameroff 

Esta teoría ha sido objeto de diversas críticas desde su propuesta. Aquí se destacan algunas de las principales críticas:

1. Decoherencia Cuántica

Una de las críticas más comunes es que el cerebro es un entorno demasiado cálido, húmedo y ruidoso para mantener la coherencia cuántica, que es esencial para la computación cuántica. La decoherencia cuántica se refiere a la pérdida de coherencia cuántica debido a la interacción con el entorno, lo que hace que los estados cuánticos se desintegren rápidamente[5].

2. Falta de Evidencia Experimental

Hasta la fecha, no hay evidencia experimental concluyente que respalde la existencia de procesos cuánticos en los microtúbulos a las escalas necesarias para la teoría. Investigaciones recientes han mostrado fluctuaciones en la estructura de los microtúbulos que dificultan la posibilidad de mantener estados cuánticos coherentes[5].

3. Interpretación del Teorema de Gödel

La interpretación de Penrose del teorema de incompletitud de Gödel ha sido cuestionada. Penrose argumenta que la mente humana puede comprender verdades matemáticas que no son computables, sugiriendo que la conciencia no es computable. Sin embargo, muchos matemáticos y filósofos no están de acuerdo con esta interpretación[5].

4. Comparación con Computación Clásica

El poder computacional de un ordenador cuántico es equivalente al de uno clásico, aunque puede resolver ciertos problemas más eficientemente. La teoría Orch-OR sugiere que la conciencia es no computable, lo que algunos críticos consideran una «magia» innecesaria para una solución científica al problema de la conciencia[5].

5. Aplicabilidad de la Mecánica Cuántica

Las leyes de la mecánica cuántica generalmente se aplican a temperaturas muy bajas, como las que se utilizan en los ordenadores cuánticos actuales, que operan a temperaturas cercanas al cero absoluto. Esto plantea dudas sobre la aplicabilidad de la mecánica cuántica en el cerebro humano, que opera a temperaturas mucho más altas[6].

6. Reducción Objetiva

El esquema de reducción objetiva propuesto por Penrose, que involucra la gravedad en el colapso de la función de onda, ha sido criticado por añadir complejidad innecesaria y por no estar respaldado por evidencia experimental sólida[6].

7. Comparación con la Memoria del Agua

Algunos críticos han comparado la teoría Orch-OR con la memoria del agua, una propuesta desacreditada que sugiere que el agua puede «recordar» sustancias con las que ha estado en contacto. Esta comparación se utiliza para destacar la falta de mecanismos conocidos que protejan los microtúbulos de la decoherencia cuántica[6].

A pesar de estas críticas, la teoría de Orch-OR ha estimulado un debate significativo y ha inspirado nuevas investigaciones en la intersección de la física cuántica y la neurociencia. La exploración de la conciencia desde una perspectiva cuántica sigue siendo un campo de estudio fascinante y en evolución.

Por el Dr. Fabián Sorrentino para la construcción de la ODC