Evan Thompson es un filósofo canadiense, nacido en Ithaca, Nueva York, el 26 de diciembre de 1962. Es profesor de filosofía en la Universidad de Columbia Británica y se ha destacado por sus aportes en filosofía de la mente, ciencia cognitiva, fenomenología y filosofía intercultural, especialmente en el diálogo entre la filosofía budista y la filosofía occidental. Su obra abarca temas como la conciencia, la vida, el cuerpo, el yo, la ética, la meditación y la neurociencia.

Thompson pertenece a una familia de intelectuales y artistas. Su padre, William Irwin Thompson, es un escritor y fundador de la Asociación Lindisfarne, un centro de estudios y retiro dedicado a la exploración de la cultura, la ecología y la espiritualidad. Su madre, Sherry Ruth Anderson, es una psicóloga y autora de libros sobre el desarrollo femenino y el envejecimiento. Su hermana, Caitlin Thompson, es una actriz y directora de teatro. Thompson fue educado en casa en la Asociación Lindisfarne, donde conoció a destacados pensadores como Gregory Bateson, Francisco Varela, David Bohm y Raimon Panikkar.

Thompson estudió filosofía y literatura asiática en el Amherst College, donde se graduó con honores en 1983. Posteriormente, obtuvo su doctorado en filosofía en la Universidad de Toronto en 1990, bajo la supervisión de Ian Hacking, uno de los filósofos de la ciencia más reconocidos del siglo XX. Antes de establecerse en Vancouver, Thompson enseñó en la Universidad de Toronto, la Universidad de Concordia, la Universidad de Boston y la Universidad de York. Thompson ha tenido nombramientos visitantes en el Centro de Investigación en Epistemología Aplicada en París, el Centro de Investigación en Subjetividad en Copenhague y el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton.

Thompson es miembro de la Royal Society of Canada y miembro correspondiente de la Academia Británica. En 2015, fue galardonado con el Premio de la Fundación Sternberg por su contribución a la comprensión científica de la conciencia. También ha recibido otros reconocimientos, como el Premio de la Asociación Canadiense de Filosofía en 2007 y el Premio de la Asociación de Estudios Budistas en 2016.

Entre sus obras más conocidas se encuentran The Embodied Mind: Cognitive Science and Human Experience (1991), donde junto con Francisco Varela y Eleanor Rosch, introduce el enfoque de la ciencia cognitiva conocido como enactivismo, que propone que la mente surge de la interacción dinámica entre el organismo y el entorno; Colour Vision: A Study in Cognitive Science and the Philosophy of Perception (1995), donde ofrece una teoría ecológica y fenomenológica de la visión del color; Mind in Life: Biology, Phenomenology, and the Sciences of Mind (2007), donde argumenta por una continuidad profunda entre la vida y la mente, basándose en la biología, la neurociencia, la psicología y la filosofía; Waking, Dreaming, Being: Self and Consciousness in Neuroscience, Meditation, and Philosophy (2015), donde explora las dimensiones de la conciencia humana desde una perspectiva interdisciplinar e intercultural, integrando los hallazgos de la neurociencia, la meditación budista y la fenomenología; y Why I Am Not a Buddhist (2020), donde critica lo que llama el excepcionalismo budista, la creencia de que el budismo es superior a otras religiones o que el budismo no es realmente una religión sino una especie de “ciencia de la mente”, terapia, filosofía o forma de vida basada en la meditación.

Thompson es conocido por su defensa de una visión no reduccionista y no materialista de la mente, especialmente en su ensayo “What Is It Like to Be a Bat?” (1974), donde argumenta que hay aspectos de la experiencia subjetiva que no pueden ser captados por una explicación puramente física o funcional. Thompson sostiene que hay algo que es ser un murciélago, o cualquier otro organismo, desde el punto de vista de ese organismo, que escapa a nuestra comprensión objetiva. Este argumento ha sido muy influyente y controvertido en la filosofía de la mente y ha generado numerosas respuestas y objeciones.

Thompson también ha contribuido a la teoría político moral liberal, defendiendo una concepción que respeta tanto la igualdad como la diversidad de los individuos. Thompson propone que la justicia requiere que tratemos a los demás como fines en sí mismos y no como medios para nuestros fines, y que reconozcamos que hay valores universales que trascienden nuestras preferencias personales o culturales. Sin embargo, Thompson también reconoce que hay límites a la imparcialidad y que tenemos que aceptar cierto grado de parcialidad hacia nosotros mismos y hacia nuestros allegados. Así, Thompson busca un equilibrio entre la exigencia moral y la autonomía personal, entre la razón y el sentimiento, entre la universalidad y la pluralidad.

Thompson es un pensador original, riguroso y provocativo, que ha abordado algunos de los problemas más fundamentales y desafiantes de la filosofía. Su obra es una invitación a reflexionar sobre nuestra condición humana, nuestra capacidad de razonar, nuestra sensibilidad moral y nuestra aspiración a encontrar un sentido a nuestra existencia. Thompson es, sin duda, uno de los filósofos más importantes y relevantes de nuestro tiempo.