La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria del colon (el intestino grueso) y del recto. Está caracterizada por la inflamación y ulceración de la pared interior del colon. Los síntomas típicos incluyen diarrea (algunas veces con sangre) y con frecuencia dolor abdominal.

El diagnóstico definitivo lo establece la endoscopia digestiva baja con toma de biopsias. Los gastroenterólogos son los especialistas que suelen diagnosticar y tratar esta enfermedad.

En Busca de una Interpretación Psicológica.
Dice Lise Bourbeau en su libro «Obedece a Tu Cuerpo, Amate»:
La colitis es una inflamación del colon, la porción más larga y más importante del intestino grueso. Provoca intensos dolores abdominales, diarrea alternada con estreñimiento, una gran fatiga general y a veces fiebre intermitente. Véase diarrea, estreñimiento y problemas de los intestinos, agregando un enorme sentimiento de cólera. También ver lo referente a las enfermedades inflamatorias.

Definición
La colitis ulcerosa también se conoce en algunos países (especialmente en México) como Colitis Ulcerativa Crónica Idiopática o Colitis Ulcerosa Crónica Indeterminada y frecuentemente se abrevia como CUCI o CUI. Es una enfermedad crónica; sin embargo se puede mantener en remisión por largos períodos. Esto quiere decir que la enfermedad puede cursar con períodos de actividad e inactividad. Los períodos de actividad se conocen como brotes.

Esta enfermedad pertenece a las Enfermedades Inflamatorias Intestinales que incluyen también la Enfermedad de Crohn y la Colitis indeterminada.

Algunas fuentes la citan como una enfermedad autoinmune; esto quiere decir que está originada por anticuerpos producidos por nuestro propio organismo que reaccionan en su contra dañándolo. Su causa específica no está bien descrita: puede ser desencadenada por factores ambientales como algunos casos que se desarrollan posterior a una infección intestinal.

La inflamación normalmente comienza en el recto y en la porción inferior del intestino (sigmoide) y se propaga hacia arriba por todo el colon. La afectación del intestino delgado sólo se produce en la zona final de este, llamada íleon, y como inflamación de vecindad.

Existen diversas teorías sobre las causas de la colitis ulcerosa, ninguna de ellas comprobada. No se conoce la causa de la colitis ulcerosa, y actualmente no hay cura, excepto a través de la extirpación quirúrgica del colon. Una teoría sugiere que algún agente, que puede ser un virus o una bacteria atípica, interactúa con el sistema inmune del cuerpo y desencadena una reacción inflamatoria en la pared intestinal.

Aunque existe evidencia científica que demuestra que las personas que tienen colitis ulcerosa padecen anomalías del sistema inmune, se desconoce si estas anomalías son una causa o un efecto de la enfermedad.

Diagnóstico y evaluación
Su edad de presentación típica es antes de los primeros 40 años de vida; sin embargo, se ha llegado a establecer el diagnóstico en personas de edad avanzada. A esta enfermedad aún no se le ha encontrado cura.

La manifestación más típica es la aparición de sangrado rectal o de una hemorragia digestiva baja que suele ser intermitente. Además se puede observar presencia de pus en las heces (debido a la inflamación de la mucosa) o incluso de moco. El color de la sangre es determinante: cuanto más oscura la afección puede haber interesado un tracto mayor de colon. En los casos en los que el sangrado sea profuso habrá que recurrir a transfusiones sanguíneas para corregir la anemia que se producirá. Además suele producir en el paciente dolor abdominal cólico, generalmente en hipogastrio y flancos, junto con tenesmo, fiebre, diarrea, y taquicardia. No tienen por qué aparecer todos de manera simultánea, pero son sugerentes de enfermedad inflamatoria intestinal(EEI).

La confirmación se establece realizando una endoscopia digestiva baja (rectoscopia o colonoscopia). Durante este examen se puede examinar por medio de una cámara la mucosa del colon. En el caso de la colitis ulcerosa/CUCI, la mucosa se observa con evidentes signos inflamatorios como enrojecimiento mucoso, ulceraciones, presencia de moco y material fibrinoide y los llamados pseudopólipos. Para su confirmación definitiva se deben de tomar biopsias que deben de ser examinadas por un patólogo. La presencia de abscesos crípticos es un buen indicio de esta enfermedad.

La afección inicia siempre en el recto y se extiende desde ese punto a los demás segmentos del colon, siendo la enfermedad más grave cuanto mayor porcentaje del colon esté comprometido. La inflamación suele ser continua sin respetar segmentos.

Tras 10 años padeciendo la enfermedad, se aumenta ligeramente el riesgo de sufrir una malignidad colónica; por este motivo el paciente debe seguir un control exhaustivo con seguimiento endoscópico.

Se puede asociar a otras enfermedades autoinmunes como la colangitis esclerosante primaria, que afecta el hígado y sus vías biliares.

Puede presentar manifestaciones extraintestinales como artralgias, artritis y uveítis

Manifestaciones extraintestinales
Orales:
Se observan vesículas fibrinopurulentas que pueden estar distribuidas en encía o paladar, se les llaman estomatítis vegetantes, tienen una imagen similar la estomatitis herpética primaria.

Diagnóstico diferencial
La Colitis Ulcerosa se puede semejar a otras colitis dadas por parásitos, isquemia intestinal o sobrecrecimiento bacteriano (Colitis pseudomembranosa). La historia clínica, hallazgos endoscópicos y de biopsia ayudarán a clarificar el diagnóstico.

Con frecuencia es difícil diferenciarla de la Enfermedad de Crohn que es otra Enfermedad Inflamatoria Intestinal. La Enfermedad de Crohn da una inflamación mucosa que es parecida endoscópicamente a la inflamación de la colitis ulcerosa, pero hay características que las diferencian.

La colitis ulcerosa afecta por lo general a recto y colon en una forma continua iniciando en el recto y solo en raros casos afecta íleon terminal. El Crohn puede afectar cualquier región del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano. Esto provoca manifestaciones del Crohn que la colitis ulcerosa no tiene, como la obstrucción intestinal y la presencia de sangrados digestivos altos. El área de afección más frecuente de la Enfermedad de Crohn es el íleon terminal, por lo que biopsias a ese nivel son de mucha utilidad para su diagnóstico.

El Crohn afecta todas las capas del intestino incluyendo la muscular y la serosa por lo que puede fistulizar o presentar abscesos; la afección de la colitis ulcerosa se limita a la mucosa. En el Crohn es frecuente el hallazgo de fístulas y abscesos perianales que son de difícil manejo.

Histológicamente (en el análisis de las biopsias) el hallazgo de granulomas es más indicativo de la Enfermedad de Crohn y están generalmente ausentes en la colitis ulcerosa.

La Colitis No Clasificada o Indeterminada es una categoría para colocar a los pacientes que tienen características compatibles con ambas enfermedades y se denomina Colitis Ulcerativa Crónica Inespecífica / CUCI.

Tratamiento
El tratamiento se basa en antiinflamatorios e inmunorreguladores.

El ácido aminosalicílico (5-ASA) es un compuesto antiinflamatorio similar a la aspirina que constituye uno de los principales tratamientos de esta patología. Se encuentra en fármacos como la sulfasalazina y mesalamina o mesalazina, como uno de sus componentes. La molécula debe manipularse farmacológicamente porque si se administra pura, sería absorbida por el intestino delgado y no llegaría a colon, donde ejerce su efecto. Es un efecto tópico, por contacto con la mucosa afectada. En el colon las bacterias de la flora bacteriana descomponen la molécula de sulfazalacina en una sulfa y el 5-ASA, o la molécula de mesalamina en dos moléculas de 5-ASA y entonces ejerce su efecto antiinflamatorio sobre la mucosa. Suelen administrarse en forma crónica a los pacientes.

Los corticoesteroides son antiinflamatorios más poderosos y por ende con mayores efectos secundarios. Se pueden administrar por vía oral, intravenosa o en enemas. Se utilizan cuando el empleo de la 5-ASA no es suficiente para que el paciente entre en remisión (se inactive la enfermedad). Lo ideal es utilizarlos a la menor dosis posible por el menor tiempo posible; sin embargo, algunos pacientes los necesitan en dosis altas durante las crisis graves y otros a dosis bajas de forma crónica para poderse mantener con baja actividad inflamatoria.

Otros inmunorreguladores como la azatioprina se pueden utilizar en los casos más graves para controlar una crisis o para dar mantenimiento de la terapéutica. La utilización de estos medicamentos podría facilitar el bajar la dosis de corticoesteroides.

También existe el tratamiento dietético de la patología, que debe añadirse al farmacológico. Este tratamiento debe ser realizado por nutricionistas expertos, ya que puede perjudicar al paciente la inclusión de determinados alimentos.

Cirugías
Existen diversas opciones quirúrgicas:
Proctocolectomía: La cirugía más común es la proctocolectomía (extirpación completa del colon y del recto) con ileostomía (creación de un orificio pequeño en la pared abdominal donde la punta inferior del intestino delgado, el íleon, se lleva hasta la superficie de la piel para drenar los desechos).
Anastomosis ileoanal: A veces puede realizarse una anastomosis ileoanal. Se extirpa la porción enferma del colon y se conservan los músculos externos del recto. El íleon se une dentro del recto, formando una bolsa o depósito que contiene las heces. Esto le permite al paciente defecar a través del ano en una forma normal, aunque las defecaciones pueden ser más frecuentes y acuosas de lo normal.

Compilado por: Ana Gonzalez 18/11/2016 15:47pm
Fuentes: Obedece a Tu Cuerpo, Amate – Escrito por Lise Bourbeau. Wikipedia