John Locke nació el 29 de agosto de 1632, en el pueblo de Wrington, ubicado en el condado de Somerset, en Inglaterra. Su padre era un abogado y su madre una ama de casa. Desde pequeño mostró interés por el estudio y la lectura. Estudió en la escuela de Westminster y luego en el Christ Church College de Oxford, donde se graduó en 1656. Allí se dedicó a la medicina, la química y la filosofía, y conoció a figuras como Robert Boyle y Robert Hooke.

En 1666, Locke se convirtió en el médico y secretario personal de Anthony Ashley Cooper, primer conde de Shaftesbury, uno de los líderes del partido Whig, que se oponía al absolutismo monárquico. Gracias a esta relación, Locke entró en contacto con los círculos políticos e intelectuales más influyentes de su época, y participó activamente en la defensa de los derechos parlamentarios frente a las pretensiones de los reyes Carlos II y Jacobo II.

En 1683, debido a la persecución política que sufrió Shaftesbury, Locke tuvo que exiliarse en Holanda, donde permaneció hasta 1689. Durante este período, Locke escribió sus obras más importantes: Dos tratados sobre el gobierno civil (1689), Carta sobre la tolerancia (1689), Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) y Algunos pensamientos sobre la educación (1693). Estas obras le valieron el reconocimiento como uno de los fundadores del empirismo inglés y del liberalismo político.

Locke regresó a Inglaterra tras el triunfo de la Gloriosa Revolución de 1688, que estableció una monarquía constitucional y parlamentaria. Allí fue nombrado comisionado de comercio y plantaciones, cargo que ocupó hasta 1700. También fue miembro de la Royal Society desde 1668. En sus últimos años, Locke se dedicó a estudiar temas como la economía, la religión y la lingüística. Murió el 28 de octubre de 1704, en Essex, a causa de un infarto.

La filosofía de Locke se caracteriza por su empirismo, es decir, por afirmar que todo el conocimiento proviene de la experiencia sensible. Locke rechazó la idea de que existan ideas innatas o principios universales en la mente humana. En cambio, sostuvo que al nacer la mente es como una tabula rasa o una hoja en blanco, sobre la que se van escribiendo las impresiones que recibimos a través de los sentidos. Estas impresiones se convierten en ideas simples o complejas, que son los contenidos básicos del pensamiento.

Locke también se distinguió por su teoría política, basada en el concepto de contrato social. Según Locke, los hombres nacen libres e iguales en derechos naturales e inalienables, como la vida, la libertad y la propiedad. Para garantizar estos derechos, los hombres acuerdan formar una sociedad civil y un gobierno limitado por las leyes. Sin embargo, si el gobierno viola estos derechos o actúa tiránicamente, los ciudadanos tienen el derecho y el deber de resistir y derrocarlo.

La influencia de Locke fue enorme tanto en su época como en las posteriores. Sus ideas inspiraron a los ilustrados franceses como Voltaire y Rousseau, así como a los revolucionarios estadounidenses como Thomas Jefferson y Benjamin Franklin. Su pensamiento también ha marcado el desarrollo de la democracia liberal y los derechos humanos en el mundo occidental.

¿Cómo se relaciona la teoría política de Locke con el liberalismo?

La teoría política de Locke se relaciona con el liberalismo en varios aspectos. El liberalismo es una corriente de pensamiento que defiende los principios de la libertad individual, el estado de derecho, la separación de poderes, el gobierno representativo, el contrato social y los derechos humanos. Estos principios se basan en las ideas de Locke sobre la naturaleza humana, el origen y el fin del gobierno, y los límites de la autoridad política. Veamos algunos ejemplos:

  • La libertad individual: Locke afirmó que los hombres nacen libres e iguales en derechos naturales e inalienables, como la vida, la libertad y la propiedad. Estos derechos no dependen de la voluntad de ningún gobernante o ley humana, sino que son inherentes a la condición humana. Por lo tanto, el gobierno debe respetar y proteger estos derechos, y no interferir en las decisiones personales de los ciudadanos, siempre que no dañen a los demás. Esta idea es la base del liberalismo político y moral.
  • El estado de derecho: Locke sostuvo que el gobierno debe estar sometido a las leyes, y no al capricho o la arbitrariedad de los gobernantes. Las leyes deben ser claras, generales, públicas e iguales para todos, y deben garantizar los derechos naturales de los ciudadanos. Además, las leyes deben ser hechas por el consentimiento de los gobernados, es decir, por medio de la representación política. Esta idea es la base del liberalismo constitucional y legal.
  • La separación de poderes: Locke propuso que el poder político debe estar dividido en tres funciones: legislativa, ejecutiva y federativa. La función legislativa consiste en hacer las leyes; la función ejecutiva consiste en aplicar las leyes; y la función federativa consiste en manejar las relaciones exteriores. Cada función debe estar a cargo de un órgano diferente e independiente del gobierno, para evitar el abuso o la concentración del poder. Esta idea es la base del liberalismo institucional y democrático.
  • El gobierno representativo: Locke argumentó que el gobierno debe ser elegido por el pueblo, y no impuesto por la fuerza o la herencia. El pueblo tiene el derecho de escoger a sus representantes, que deben actuar según su voluntad y su interés. El pueblo también tiene el derecho de controlar y fiscalizar a sus representantes, y de cambiarlos si no cumplen con su deber o violan sus derechos. Esta idea es la base del liberalismo participativo y republicano.
  • El contrato social: Locke explicó que el origen del gobierno se basa en un pacto o acuerdo entre los hombres libres e iguales, que deciden renunciar a parte de su libertad natural para formar una sociedad civil y un gobierno limitado por las leyes. Este pacto implica una obligación mutua entre los gobernantes y los gobernados: los primeros deben respetar y proteger los derechos naturales de los segundos; y los segundos deben obedecer y apoyar a los primeros. Esta idea es la base del liberalismo contractualista y racionalista.
  • Los derechos humanos: Locke afirmó que los derechos naturales son universales e imprescriptibles, es decir, que pertenecen a todos los seres humanos por igual, sin importar su sexo, raza, religión o condición social; y que no pueden ser negados ni violados por ningún motivo o circunstancia. Estos derechos incluyen el derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad, a la seguridad, a la igualdad ante la ley, a la tolerancia religiosa y a la resistencia frente a la tiranía. Esta idea es la base del liberalismo humanista e internacionalista.

Como podemos ver, la teoría política de Locke se relaciona con el liberalismo en muchos aspectos fundamentales. Locke es considerado uno de los padres fundadores del liberalismo moderno, y sus ideas han inspirado a muchos pensadores y movimientos políticos posteriores.

Compilado electrónicamente por el Dr Fabián Sorrentino de las siguientes fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/John_Locke
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/locke.htm

John Locke


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