La Confiabilidad es más que una probabilidad; es una nueva forma de ver el mundo, en realidad es una cultura a implementarse a todos los niveles de la organización.

La confiabilidad, ontologicamente hablando se genera a partir del cumplimiento de las promesas que realizamos. Pero en la organización esto va mucho más allá de eso y podemos hablar de cuatro frentes en los que se manifiesta:

Confiabilidad del talento Humano, Confiabilidad de los Procesos, Confiabilidad de los Equipos y Confiabilidad de Diseño.

La Confiabilidad del talento humano se define como la probabilidad de desempeño eficiente y eficaz de las personas, en todos los procesos, sin cometer errores o fallas derivados del conocimiento y actuar humano, durante su competencia laboral, dentro de un entorno organizacional específico.

El sistema de Confiabilidad Humana incluye varios elementos de proyección personal, que permiten optimizar los conocimientos, habilidades y destrezas de los miembros de una organización con la finalidad de generar “Capital Humano”.

El Capital Humano es el incremento en la capacidad de producción alcanzado mediante el desarrollo de las competencias de los trabajadores de la empresa. Está formado por el conocimiento y el ingenio que hacen parte de las personas, su salud mental y la calidad de sus hábitos de trabajo.

Estas capacidades realzadas se adquieren con dedicación, formación, entrenamiento y experiencia. También es común señalar al capital humano como indispensable para la competitividad de las economías modernas ya que su productividad se basa en la generación, difusión y utilización del conocimiento.

El mejoramiento de la Confiabilidad Humana se puede lograr mediante la integración de estrategias que incluyan una adecuada gestión del conocimiento, la consolidación de los equipos naturales de trabajo, aplicación de modelos de competencias y la creación de comunidades del conocimiento para desarrollo del mantenimiento, gestionando convenientemente su desempeño, con el fin de asegurar su competitividad, su efectividad y poder preservar el conocimiento de la organización.

Fabián Sorrentino – martes, 7 de abril de 2009, 23:39