La kénosis es un concepto teológico que proviene del griego κένωσις, que significa “vaciamiento”. En la teología cristiana, se refiere al acto de Cristo de vaciarse de sus atributos divinos para asumir una naturaleza humana y vivir entre los hombres1. Este concepto tiene implicaciones profundas en la teología del proceso, desarrollada a partir de las ideas de Alfred North Whitehead.

La kénosis, que significa “despojo” o “vaciamiento”, se refiere al acto de Cristo de renunciar a su divinidad para hacerse humano y servir, incluso hasta la muerte en la cruz. Balthasar argumenta que solo Cristo puede experimentar la kénosis en su sentido pleno. Sin embargo, la Iglesia puede experimentar una kénosis en sentido impropio, presentándose como servidora y humilde, siguiendo el ejemplo de Cristo. Esto implica escuchar verdaderamente y asumir las ideas y experiencias de los demás. La kénosis eclesial debe estar guiada por el Espíritu Santo, permitiendo que la Iglesia se purifique y se convierta en una comunidad abierta y misionera, dispuesta a ensuciarse con el barro del camino para comprender y discernir la voz del Espíritu en los signos de los tiempos.

Kénosis en la Teología del Proceso
  1. Autolimitación Divina: En la teología del proceso, la kénosis se entiende como la autolimitación de Dios. Esto significa que Dios se autolimita voluntariamente para permitir la libertad y la creatividad en el universo. Esta idea contrasta con la visión tradicional de un Dios omnipotente y omnisciente que controla todos los aspectos de la creación1.
  2. Interacción Continua: La teología del proceso sostiene que Dios interactúa continuamente con el mundo, influenciando y siendo influenciado por los eventos en él. La kénosis, en este contexto, implica que Dios se involucra en el mundo de manera dinámica y relacional, en lugar de ser un observador distante1.
  3. Relación con la Creación: La kénosis también se refleja en la relación de Dios con la creación. En lugar de imponer su voluntad de manera unilateral, Dios trabaja dentro de las limitaciones del mundo para promover el bien y la evolución hacia la perfección. Esto implica un proceso de co-creación, donde Dios y las criaturas colaboran en el desarrollo del universo1.
  4. Implicaciones Éticas y Espirituales: La kénosis en la teología del proceso tiene implicaciones éticas y espirituales significativas. Invita a los creyentes a imitar este vaciamiento divino, adoptando una actitud de humildad, servicio y apertura a la voluntad de Dios. Esto se traduce en una vida de compasión y compromiso con el bienestar de los demás y del mundo1.
Ejemplos Bíblicos

El concepto de kénosis se basa en pasajes bíblicos como Filipenses 2:6-7, donde se describe cómo Cristo «se vació a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres»1. Este acto de vaciamiento es visto como un modelo para la vida cristiana, donde la renuncia a la propia voluntad y el servicio a los demás son centrales.

En resumen, la kénosis en la teología del proceso redefine la naturaleza de la divinidad y su relación con el mundo, proponiendo una visión de Dios como un ser relacional y dinámico que se autolimita para permitir la libertad y la creatividad en la creación.
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¿Cómo se relaciona la kénosis con el sufrimiento humano?

La kénosis, en la teología cristiana, se refiere al “vaciamiento” de la propia voluntad para ser completamente receptivo a la voluntad de Dios. Este concepto tiene profundas implicaciones en relación con el sufrimiento humano, especialmente a través del ejemplo de Jesucristo1.

Kénosis y Sufrimiento Humano
  1. Humildad y Entrega: La kénosis implica una humildad profunda y una entrega total a la voluntad de Dios. En el contexto del sufrimiento humano, esto significa aceptar y enfrentar el dolor y las dificultades con una actitud de entrega y confianza en Dios2Jesús, al vaciarse de su divinidad y asumir la condición humana, experimentó el dolor, la tentación y la mortalidad, mostrando un camino de humildad y sacrificio2.
  2. Identificación con el Sufrimiento: A través de la kénosis, Jesús se identificó plenamente con la condición humana, incluyendo el sufrimiento. Esto ofrece a los creyentes un modelo para entender y enfrentar su propio sufrimientoLa idea es que, al vaciarse de su propia voluntad y confiar en Dios, los seres humanos pueden encontrar un sentido y propósito en medio del dolor2.
  3. Transformación y Redención: La kénosis también sugiere que el sufrimiento puede tener un propósito redentor. Al igual que el sufrimiento de Jesús llevó a la redención, el sufrimiento humano, cuando se vive con una actitud de kénosis, puede llevar a una transformación espiritual y un acercamiento más profundo a Dios1.
  4. Sostenidos por Dios: En la teología del Maestro Eckhart, la kénosis se relaciona con el desasimiento, o la renuncia a las posesiones y deseos personales, para depender completamente de Dios. Este desasimiento, aunque conlleva sufrimiento, también permite experimentar el fortalecimiento y la sobreabundancia de Dios en medio de la adversidad3.
Ejemplo de Jesús

El ejemplo de Jesús es central para entender la kénosis en relación con el sufrimiento. En Filipenses 2:6-8, se describe cómo Jesús “se vació a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. Este acto de vaciamiento y humillación es visto como un modelo para los creyentes, mostrando que el sufrimiento puede ser un camino hacia una mayor unión con Dios y una vida de servicio y amor1.

En resumen, la kénosis en la teología cristiana ofrece una perspectiva en la que el sufrimiento humano no es solo una experiencia negativa, sino una oportunidad para el crecimiento espiritual y la profundización de la relación con Dios.