Afección ginecológica muy frecuente en la mujer. Se caracteriza por la presencia anormal de mucosa uterina en el aparato genital, en lugares no habituales. Esta mucosa parece un verdadero útero en miniatura.

El bloqueo emocional más fuerte en esta enfermedad es no poder concebir.

La mujer que la padece es, en general, del tipo que lo dirige todo, muy capaz de concebir en otras áreas. Quiere tener un hijo, aun cuando tiene mucho miedo de las consecuencias del parto (por ejemplo, morir o sufrir mucho, como su madre).

Este miedo es lo suficientemente grande como para bloquear su deseo de tener un hijo. Incluso he visto casos en los que el miedo a dar a luz provenía de una vida anterior.

El mensaje que recibes con esta enfermedad es que te des cuenta de que la creencia que albergas (que todo parto es necesariamente laborioso y peligroso) es lo suficientemente fuerte como para crear un obstáculo físico que te impide quedar embarazada. Es interesante comprobar que esta enfermedad crea la apariencia de otro útero. Este es un indicio muy claro de hasta qué punto quieres tener un hijo: tienes incluso un útero extra.

También he podido observar que la creencia de la mayoría de las mujeres que presentan endometriosis se relaciona principalmente con el parto y no con sus consecuencias, es decir, con tener que hacerse cargo de la educación de un hijo.

Durante mucho tiempo creíste que el parto te daba miedo, ahora tienes derecho a satisfacer tu enorme deseo de ser madre. Además, concédete el derecho de no ser invencible, de ser derrotada a veces en tus creaciones o cuando quieres empezar nuevos proyectos.

La endometriosis es la formación de fragmentos de mucosas en el exterior de la pared uterina. Se vincula con el rechazo inconsciente de la maternidad. ¿Me hacen temer mis aspiraciones y mi vida de pareja que un niño lo cambie todo en mi vida?

Dudo de mis capacidades de ser una buena madre. También puede suceder que no acepte el mundo en el cual vivo. ¿Si no acepto este mundo, cómo puedo traer al mundo a otro ser? Sin embargo, incluso antes de nacer, elegí venir a este mundo. Tomo consciencia de la relación entre mis temores, mis dudas, mi incertidumbre y la situación que vivo y acepto expresar abiertamente lo que siento.