Según Jose Ferrater Mora, este término puede entenderse en dos sentidos: (1) como transformación de la cualidad actual de una cosa; (2) como transformación de una cosa en algo diferente. Por consiguiente, el término ‘alteración’ puede aplicarse indistintamente a todas las existencias, aun cuando de un modo propio sólo convenga a la existencia humana. Empleando la terminología hegeliana, puede decirse entonces que la alteración es la acción y efecto de un alterarse por el cual un ser en sí se transforma en su ser en otro.

Esta particular significación de la alteración indica ya que, aun concebida como transformación radical de un ser, el resultado de la alteración no anula jamás lo que había antes de alterarse. En otros términos, la alteración puede entenderse, como el devenir, en el sentido de un cambio en la realidad física y en el sentido de un cambio en la realidad psico-espiritual.

En el primer caso la alteración excluye toda forma anterior, tal como ocurre en la noción plotiniana de la alteridad, la cual «no consiste —escribe Plotino— para una cosa en convertirse en otra de lo que era y después persistir en ese otro estado, sino en ser incesantemente otra de lo que era. Así, el tiempo es siempre otro de lo que era, porque es producido por el movimiento; es el movimiento al ser medido, es decir, el movimiento sin reposo». En el segundo, la alteración es, en última instancia, la consecuencia de una historicidad.

Este último sentido es el que se da habitualmente a la alteración. Cuando se habla, como lo hace Ortega y Gasset, de un alterarse que es un no vivir desde sí mismo, sino desde «lo otro», cuando se indica quela alteración como enajenación de la propia vida es sólo el primer momento de la pérdida en las cosas, cuyos dos momentos sucesivos son la retirada en la propia intimidad o ensimismamiento y la nueva sumersión en el mundo o acción, se alude siempre, en efecto, a la alteración «histórica» y no simplemente «física». Con todo, hay ciertos equívocos que conviene evitar en toda dilucidación de las nociones de alteración y de ensimismamiento.

Encerrarse puede significar: (A) tener conciencia clara, no estar fuera de sí o enajenado; retirarse a lo íntimo; por lo tanto, desatender lo externo en cuanto es lo mostrenco y falsea el propio ser; esta retirada es necesaria como paso previo a una espiritualización del ser que sólo se consigue mediante la abertura del a una al valor; (B) la acción mecánica de la obsesión, en la cual se desatiende lo externo, mas para volcarse en la selva interna de los apetitos y del egoísmo. Análogamente, la alteración o salida de sí puede significar: (a) sumisión a lo externo como la corriente ciega que destruye lo entrañable; (b) abandono a lo externo considerado como lo valioso, sumisión a lo que trasciende del propio ser, no sólo porque constituye un reino de esencias y de valores que deben reconocerse y realizarse, más también porque hay un fundamento último que religa este ser.

Ahora veamos una aplicación de este término a nuestro campo de estudio.

Síntomas de las Alteraciones de la Conciencia

Las alteraciones de la conciencia suelen manifestarse en diversos grados de severidad, y cada una afecta de manera única el estado de alerta, la percepción o la capacidad de respuesta de una persona. Entre los síntomas más comunes encontramos:

Letargia u Obnubilación
Este síntoma implica una disminución notable del estado de alerta, acompañada de una capacidad reducida para mantener la atención o concentrarse. Las personas afectadas pueden experimentar somnolencia durante el día, dificultad para procesar estímulos externos y una sensación persistente de fatiga mental.

Confusión
Más severa que la letargia, la confusión provoca desorientación en el tiempo y espacio, afectando la capacidad de una persona para comprender su entorno o identificar personas y lugares familiares. En algunos casos, esta condición puede estar asociada a episodios de ensoñación o incluso alucinaciones visuales o auditivas, lo que agrava el deterioro cognitivo.

Estupor
En este estado, el individuo permanece en un sueño profundo o semiinconsciente. Aunque puede responder a estímulos intensos, como el dolor o sonidos fuertes, las respuestas son mínimas y suelen limitarse a movimientos simples o gestos rudimentarios.

Coma
Se caracteriza por la ausencia total de respuesta a cualquier tipo de estímulo, reflejando una desconexión casi completa del entorno. Dependiendo del caso, un coma puede derivar en un estado vegetativo persistente o, en situaciones menos severas, en un estado de conciencia mínima, donde se pueden detectar pequeñas manifestaciones como movimientos faciales o vocalizaciones espontáneas.

Causas de las Alteraciones de la Conciencia

Las alteraciones de la conciencia tienen una variedad de desencadenantes, desde factores externos hasta enfermedades subyacentes que afectan los sistemas neurológico y metabólico. Algunas de las causas más frecuentes incluyen:

Sustancias psicoactivas: El consumo de drogas, alucinógenos o ciertos medicamentos puede alterar drásticamente el nivel de conciencia, ya sea mediante estímulos excesivos o depresores del sistema nervioso central.

Experiencias emocionales intensas: Situaciones como discusiones, miedo extremo o la práctica de hipnosis pueden inducir estados alterados de percepción debido a la activación excesiva o inusual de ciertas regiones cerebrales.

Actividad física o mental intensa: Factores como el agotamiento extremo, el ayuno prolongado y la deshidratación afectan el equilibrio corporal, desencadenando estados de debilidad que alteran la conciencia.

Patologías y trastornos médicos: Enfermedades como epilepsia, diabetes descontrolada, narcolepsia, insomnio crónico o ciertas manías pueden provocar estados de conciencia alterados, algunos de ellos asociados a crisis neurológicas

Otras experiencias humanas intensas: En casos menos comprendidos, prácticas como la actividad sexual pueden en ciertos contextos estar asociadas a estados momentáneos de alteración de la percepción, influenciados por respuestas neuroquímicas.

Por el Dr Fabián Sorrentino