Es símbolo de poderío y de soberanía, del sol, del oro y la fuerza penetrante de la luz y el Verbo.

Krishna es el león entre los animales, Buda es el león de los Shakya, Cristo es el león de Judá. El león sirve de trono a Buda. Es la potencia de la Shakti, la energía divina. Es la forma del avatara Nara – simha, la fuerza y el valor, el destructor del mal y la ignorancia

Símbolo del poder, lo es también de la justicia: como los leones del trono de Salomón, de los reyes de Francia y de los obispos medievales. Es también el símbolo de Cristo como Juez y emblema del evangelista san Marcos. El león de Judá se refiere a la persona de Cristo; en la iconografía medieval, la cabeza y la parte anterior corresponden a la naturaleza divina de Cristo.

Fraternidad del León

La impetuosidad del apetito irascible, la fuerza instintiva e incontrolada. Ese doble aspecto, luminoso y oscuro, explica que el león sea a la vez símbolo de Cristo y del Anticristo.

En Extremo Oriente tiene profundas afinidades con el dragón. Desempeña un papel de protector contra las fuerzas malignas.

En la iconografía hindú la leona es un animal solar y una representación del Verbo. Traduce el aspecto terrible de Maya, el poder de la manifestación.

En Egipto los leones, animales solares, se representan frecuentemente por parejas, que contemplan uno el Este, otro el Oeste, el curso del Sol, el ayer y el mañana. De modo general simbolizan el rejuvenecimiento del vigor que asegura la alternancia de la noche y el día, del esfuerzo y el reposo.

Llega a simbolizar no solamente el retorno del Sol y el rejuvenecimiento, sino los propios renacimientos. El Caballero del León de los relatos artúricos es casi el único testimonio que se tiene de la presencia del león en el repertorio simbólico celta.

Entre los musulmanes, Alí, el yerno de Mahoma, es el León de Alá. Dionisio Areopagita explica que la teología da a ciertos ángeles aspecto de león: su forma da a entender la autoridad y la fuerza invencible de las santas inteligencias. Remite al Apocalipsis, donde el primero de los cuatro seres vivos llenos de ojos por delante y por detrás, que rodean el trono celestial, se describe con apariencia de león.

Fuente: M.A. Carrillo de Albornoz y M.A. Fernández. Trabajo sobre el León, Universidad Complutense.