Antes de comenzar a leer comienza haciendo tu test de 10 preguntas. Como ves, a mi me llevó 1 minuto con 34 segundos.
El tiempo no importa mucho, si que pienses bien lo que dicen las preguntas.
1 – Puedes loguearte con Facebook o Gmail. Luego coloca en el grupo tu captura de pantalla. Aquí va mi resultado:
Hazlo una sola vez y reflexiona sobre la respuesta te de la respuesta que te de. No se trata de ser perfecto, sino de reflexionar lo que te ha salido luego de cada test.
La responsabilidad responde al modelo paradigmático del protagonista y es una manera de ser en el mundo. Cuando elegimos este modelo, elegimos dejar de echar culpas y asumimos el compromiso de entrenarnos y superarnos para lograr aquello que nos proponemos, declara el Dr Fabián Sorrentino en el Manual del Mentor.
El paradigma del protagonista
Invita a la persona a tomar consciencia de su responsabilidad frente a las circunstancias. Y aquí muchos abandonan, porque los seres humanos somos adictos a las historias de la víctima. Frases como “no me hagas enojar”, “no aumentamos las ventas porque estamos a final de mes”, “no hice mi tarea porque falté y nadie me avisó que había que hacer”, “con estos gobernantes no se puede triunfar”, entre otras, alimentan a la víctima que vive en nuestro interior.
1 – ¿Cuáles son tus historias favoritas para victimizarte?
1 – A: Saca una conclusión de lo que aprendiste en el test y a partir de allí crea para tu carpeta un cuadro sinóptico que compare 5 actitudes de ti mismo como una víctima frente a las posibilidades que tienes de convertirte en un protagonista. Abajo va mi resultado y un texto para inspirarte y encontrar las tuyas.
Podemos reconocer que mientras una víctima reacciona, un protagonista elige su respuesta. Mientras una víctima dice yo no puedo hacerlo, un protagonista se pregunta qué más puede hacer para lograrlo. Cuando una víctima creé que hoy ya es tarde para hacerlo, un protagonista elige hacerlo hoy antes de que sea demasiado tarde. Mientras una víctima sólo existe, un protagonista disfruta la vida.
Las víctimas explican su vida contando la historia de que no logran lo que se proponen, porque alguna causa externa es ajena a ella. Son las personas que llegan tarde a una cita porque llueve, porque se les cortó la luz en su casa, porque había paro de colectivos. Creen que siempre hicieron lo que pudieron y que en otro contexto hubieran sido efectivas con esa misma acción, se justifican en esa historia.
Cuando hablamos desde la víctima se disparan emociones y sentimientos reactivos como la bronca, la angustia, impotencia, dolor, tristeza. Estas emociones aparecen en nosotros porque nos observamos como víctimas reaccionando a las circunstancias que nosotros mismos hemos creado. Si elegimos observar como protagonistas se disparían otras emociones.
Todo se trata de ser una persona proactiva en lugar de ser reactivo ante las circunstancias.
Un área de la víctima también es la inconsciencia. Es común encontrar gente, o equipos de trabajo negligentes que creen tener todo bajo control y que están en camino a concretar sus objetivos creyendo que “está todo bien”, mientras que la realidad exterior no se muestra tan optimista.
Este adormecimiento hace que se vayan dirigiendo a un futuro incierto, lejano al objetivo diseñado y si no se produce un despertar no podrán darse cuenta ni siquiera de quienes ellos mismos están siendo.
Normalmente en este nivel se encuentran quienes por conseguir algunos resultados accidentales creen saberlo todo y nunca encuentran la oportunidad o el momento apropiado para realizar un nuevo aprendizaje que los lleve a una nueva zona de superación.
Cuando observamos y accionamos desde el protagonista, cuando contamos una historia desde el protagonismo, desarrollamos nuestro poder personal. Hacemos frente quizás a las mismas circunstancias, pero el ajuste lo hacemos en nosotros mismos. Reconocemos que hay algo más que aprender para lograr aquello que nos proponemos.
El protagonista se da cuenta que dado a las circunstancias presentes, aún no tiene las competencias (o están en un grado muy bajo acorde con el gráfico) para alcanzar determinado resultado y se compromete a su superación personal.
El protagonista es un ser que elige la responsabilidad porque le da poder. Desde esta perspectiva experimentamos sensaciones como alivio, felicidad, madurez, seguridad, poder, compromiso, alegría.
En el mismo mercado, en la misma ciudad, hay empresas prósperas y empresas en bancarrota. Personas felices y personas amargadas.
2 – ¿En qué lugar eliges pararte?
Responde a las siguientes dos preguntas:
2 – A ¿En qué relación eliges ir por un nuevo espacio de superación personal?
En tu Familia, con una pareja, en la escuela, en una asignatura, en tu trabajo, en la comunidad donde vives…
Actuar como víctima es una decisión, no un destino.
2 – B En base a la relación elegida: ¿Qué sucedería si decidieras ser «un protagonista» en lugar de asumir una actitud de víctima?
3 – Ahora toma una nueva hoja y desafía tu modelo mental
Si estás listo para abandonar la verguenza y las posiciones de víctima pregúntate:
¿Eres un protagonista o eliges seguir siendo una persona perezosa y vergonzosa? ¡eres de poner excusas para no hacer las cosas o de las personas que encuentran razones postitivas para salir adelante?
Hay mil excusas para no hacer el siguiente desafío y una sola razón para convertirte en una persona protagonista que deje de procrastinar. Tu: ¿De que tipo de persona eres?
Aquí va la última consigna
3 – A: Encuentra el momento indicado en el que estés solo y párate desnudo frente a un espejo. Dibujate desnudo/a, de cara al frente, tal como te estás viendo. Al final recuerda incluir tu firma y la fecha en tu Obra y colocale en tu carpeta.
Este trabajo te puede llevar 10 minutos o varios días de resistencia. ¿Qué elijes?
3 – B: Una vez hecho el dibujo (guardalo en tu carpeta para seguir con este trabajo en el futuro) evalúa tu propio video según los textos de la siguiente Rúbrica. Coloca el Nivel del MET en el que te encuentras + los fundamentos de porque te has evaluado en ese nivel. Si no colocas tus fundamentos, tu evaluación de sentido.
Esta consigna forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring. Y figura en el Manual del Mentor del Dr Fabián Sorrentino. Derechos reservados.