Un viaje en soledad
I – El descenso
Se cuenta que una vez, allá en las lejanas y altas montañas de la cordillera central del universo. Donde los glaciares eternos convierten en hielo cualquier cosa que ose llegar hasta ellos. Una vez al año el sol llega tan cerca de esas cumbres, que los glaciares sudán hermosas, puras y cristalinas gotas de agua que descienden encontrando un caminos por las faldas y laderas de las montañas.
Esta es la historia de una de esas gotas, que en un soleado día, al ser tocada por los primeros rayos del Sol, se encontró deslizándose por la pared de hielo que fue su hogar por muchas eras. Llena de sorpresa comprendió que iniciaba «su viaje», esa experiencia de la que tanto había escuchado hablar cuando apenas era una microscópica gotita. Descendió entonces nuestra amiga, primero por sendas que otras gotas habían dejado. Luego, impulsada por un llamado, saltó al vacío para empezar a hacer su propia senda. En su camino, se encontró junto a muchas otras gotas, que como ella querían ir hacía allá, a su viaje. Acompañó a algunas, para seguir el viaje juntas. Otras tomaban caminos separados. II Sin su otra mitad Finalmente, al encontrarse en lo alto de un majestuoso árbol, creyó verlo. Desde esa altura miró al río que venía del centro del bosque. Decidió llegar hasta él, deslizándose por una de las ramas del noble árbol. Aumentó su velocidad y tamaño al incorporar minúsculas gotas de vapor del rocío y dio el salto. De repente, en la caída, tropezó con una rama, que la partió en dos mitades, en dos gotas más pequeñas, que cayeron muy distanciadas una de la otra, en su descenso. Una en un pequeño pozo que se había formado a orillas del río, la otra más cerca de la otra orilla, justo donde la corriente se dirigía a una cascada, alejándose cada vez más de la otra. Sin embargo, ambas, en el mismo momento decidieron reencontrarse nuevamente. Así, nuestra gota, la que continuaba en el pozo, que ahora estaba incompleta, inició la búsqueda de su otra mitad. Sin darse cuenta que comenzaba a olvidar el propósito de su viaje, aquello que le había impulsado a salir en el deshielo a encontrar su destino. III La búsqueda De la misma manera, comenzó a olvidar partes de su historia. Y comenzó a fijarse más en otras gotas, buscando en ellas el rostro anhelado de su otra mitad. O siguiendo rastros que creía había dejado su contraparte, para señalarle el camino. Y lo mismo le pasaba a su otra mitad. Las dos mitades de la gota original continuaron su viaje por separado, recorriendo el mundo en direcciones opuestas. Cada mitad buscaba desesperadamente a la otra, a su otra parte perdida. Tras muchos giros en la historia, una de las mitades se encontró frente a un inmenso lago de cristalinas y quietas aguas. Se acercó lentamente a su orilla, para entrar en él. Pero justo antes de hacerlo, algo la detuvo. Algo que vio debajo de las aguas, algo que le trajo a la memoria su búsqueda. Allí mismo, debajo de la cristalina superficie del lago, vio a su otra mitad, y se quedó largo rato contemplándola, temiendo que cualquier viento se la pudiese llevar. Y se sumergió en el lago, para darle un abrazo que las reuniría nuevamente. IV Reencuentro Pero nuestra gota se fundió con el lago, convirtiéndose en parte de Él. En algo mucho más grande. En ese momento, experimentó una profunda sensación de completitud y reencuentro. Ya no buscaba su otra mitad, se había dado cuenta de que siempre había estado completa. Después de mucho tiempo y muchas aventuras, nuestra amiga llegó a su lugar de origen. Allí, se encontró con esa energía misteriosa que había dado vida a todas las gotas de agua. En ese encuentro, la gota comprendió que su verdadera esencia no estaba en su otra mitad perdida, sino en su conexión con el todo, con el universo mismo. Allí comprendió que, aunque creyó haber perdido a su otra mitad, formaba parte de algo mucho más grande.— o —
En este capítulo, asumí el compromiso de compartirles desde el análisis lingüístico, como los seres humanos hemos construido innumerables significados que, individual y socialmente, otorgamos al término “soledad”. Parto de la premisa, de que sin excluir la influencia de la socio-cultura, en su esencia primaria, los significados que le damos al término soledad, son construidos de forma individual, desde nuestra neurolingüística, convirtiéndolos luego en creencias. En este orden, como término, la palabra «soledad» se constituye en un signo, una señal, que adquiere el simbolismo y significado a partir de la construcción personal de esas narrativas lingüísticas, de esas creencias. Y aún más allá, en lo que cada uno considera es la verdad sobre la experiencia de ser, estar y/o encontrarse solo. Para ello voy a recurrir a los aportes que desde la Semiótica (el uso de los signos en la comunicación) y la Programación Neurolingüística con su metamodelo del lenguaje, como herramienta para el análisis e intervención de la estructura lingüística de los significados (y creencias individuales) lo que nos permitirán ampliar, cambiar o re-significar las narrativas, concepciones, creencias y “verdades” que manejamos sobre la vivencia de la soledad.Ejercicio 1: Hagamos un ejercicio:
Hagamos un ejercicio: Completa los espacios faltantes en las siguientes oraciones, escribiendo la primera palabra o frase que se te vengan a la mente sobre la «soledad»: (Tenlos a la mano para seguir trabajándolos más adelante.)- La soledad es:____________________________________________ y __________________________________
- La soledad no es:____________________________________ ni _______________________________________
- La soledad es buena porque ___________________________________________________________________
- La soledad no es buena porque ___________________________________________________________________
- La soledad es mala porque ___________________________________________________________________
- La soledad no es mala porque ___________________________________________________________________
.
¿La soledad, un signo de que?
El término latino “Soledad” (Solitud: Soli + tud) proviene de descripciones de la cualidad o condición individual de estar sin compañía. De estar sin otra cosa o de mirarse separado de ella. [1] Etimología de Chile ubica el origen en el término usado para designar a un lugar desierto, yermo.[2]
La soledad como signo lingüístico
En ese orden, estar solo o estar en soledad, gramaticalmente ha adquirido diversas funciones, una como adjetivo, para referirse a una cualidad, condición o circunstancia de estar solo. Pero ese significado fue ampliándose y multiplicándose a muchos otros que convirtieron a la «soledad» en un substantivo, un nombre, es decir: una entidad, un estado que “tiene al hombre”. Coca Barbado y González [3], señalan algunas características del estado de soledad:- Es una experiencia subjetiva que se vive como displacentera.
- Es generado por la insatisfacción con sus relaciones interpersonales.
- Su naturaleza varía en función de la persona
- Puede llegar a tener repercusiones en la salud.
“un estado positivo, que no está vinculado al dolor y que la persona lo buscó activamente porque le permite la autorrealización.” Coca Barbado y González [3]La palabra «soledad» representa una condición o circunstancia de estar o sentirse solo, cuantitativa o cualitativamente, es decir que su significado abarca tanto la carencia voluntaria o involuntaria de compañía como la cualidad de estar sin nadie, sin otro. La soledad como signo o símbolo viene a representar lingüísticamente una compleja condición humana que se experimenta como un estado emocional y una experiencia personal sobre la vivencia subjetiva de falta de conexión con los demás, tanto en la cantidad como en la calidad de las relaciones sociales. Con múltiples significados y connotaciones que varían según las circunstancias y las percepciones individuales. .
El lenguaje de la acción
Tanto la Semiótica como la Programación Neurolingüística pueden ayudarnos a comprender cómo representamos internamente la experiencia/vivencia de la soledad y cómo podemos cambiar nuestra percepción y comprensión de ella (en caso que dichas creencias sean displacenteras o resulten limitantes). Ambas disciplinas nos invitan a explorar más allá de las definiciones y a considerar la influencia de nuestros procesos mentales y lingüísticos en la vivencia de la soledad. .El signo lingüístico se constituye en una entidad
Permítanme aclarar un poco, lo que es el signo lingüístico y sus funciones, primero con los aportes de Ferdinand de Saussure, luego el desarrollo de Louis Hjemslev, y posteriormente la interpretación que desde la Programación Neurolingüística realizaron los autores de los constructos estructura superficial y estructura profunda de Noam Chomsky. La semiótica maneja la manera como convertimos un signo (una palabra) en una entidad (esto es un algo, un que, un quien, un estado), que conecta a dicho signo con el o los significados (contenidos). Estos contenidos abarcan los significados tanto acordados socialmente como los significados individuales que depositamos en ese signo (palabra). De allí, que al nombrar, leer, escuchar la palabra soledad, por ejemplo, le atribuimos significados como si existieran por sí mismos. Viniendo entonces, el signo lingüístico “soledad” pasa a convertirse en un gatillador de diversos estados emocionales, pues activa las creencias generadas alrededor de la experiencia «soledad» así como los pensamientos y comportamientos asociados a la misma. ¿Cómo sucede esto? .Ejercicio 2:
Hagamos un ejercicio: Cuándo lees, escuchas o pronuncias la palabra «soledad» ¿Qué imágenes, recuerdos, dichos, refranes, situaciones que viviste evocas? Escribe al menos 3 en cada columnas de la siguiente tabla, y tenlas a la mano para usarlas más adelante:Algo que viste | Algo que escuchaste | Algo que viviste | Un recuerdo | Una frase o refrán |
.
Saussure: Relación Significante – Significado

Hjemslev: las funciones del signo en un contexto
Hjemslev propuso que el signo lingüístico no solo tiene un significante y un significado, sino que también tiene una función. Dicha función se refiere a cómo se emplea al signo en el contexto de la comunicación y la interacción social. Según Hjemsle
- ¿Qué entiendes por «signo»? ________________________________________________________________________
- ¿Qué entiendes por «significado»_____________________________________________________________________
- ¿Qué entiendes por «intención»?_____________________________________________________________________
- ¿Qué entiendes por «expresión»?_____________________________________________________________________

- Ya nombramos un iceberg, la parte por encima del nivel del mar, sería la estructura superficial que representa al signo-símbolo “soledad”, sobre el cual hay acuerdo y consenso y que puede adquirir muchas formas: visuales, auditivas, emocionales, proxémicas, y especialmente asumen la forma de declaraciones lingüísticas que contienen una creencia sobre la soledad y sus efectos.
- Imagínate un día que hayas vivido donde todo fue de maravilla desde la mañana hasta la noche, tuviste éxito en los planes que tenías, te ocurrieron cosas inolvidables desde el disfrute. Tus emociones giraban en torno a la alegría, el amor, el gozo, y muchas otras. Tuviste un montón de vivencia y experiencias que fuiste almacenado en tu estructura profunda. Ya en casa tu pareja te pregunta con curiosidad: ¿Qué tal estuvo tu día? Y tú le respondes solamente: “Estuvo muy bien amor”.
Del adjetivo «Solo» a la nominalización «Soledad»
La soledad como nominalización congela la experiencia, la acciónPara la Programación Neurolingüística, “Soledad” como ·estructura superficial» es una palabra viene a ser en primer lugar una “generalización” es decir un término que condensa la experiencia de todas las soledades vividas individualmente. En segundo lugar, el término se clasifica como una Nominalización, es decir, un proceso en el que un verbo o una acción (estar solo) se convierte en un sustantivo. Esta transformación lingüística puede limitar la comprensión de la experiencia real y personal que subyace detrás de la soledad. En tercer lugar, desde la PNL el término soledad, surge desde un lenguaje en negativo, es decir desde la falta, desde la carencia, desde la ausencia de eso que no está. Esto es crucial para los procesos de cambio, debido a la forma en que el inconsciente procesa la información. El inconsciente no puede representar la negación en sus imágenes mentales, lo que significa que al utilizar lenguaje negativo, como: «no», «sin», «nunca», el inconsciente al no procesar la negación, la ausencia, se enfoca en la idea principal, generando más bien imágenes reforzadoras de seguir estando en soledad, lo que puede llevar a resultados y creencias limitadoras. Puesto que, al hablar de la soledad como nominalización creada desde el lenguaje negativo, el inconsciente puede interpretar de manera contraria a la intención original. Por ejemplo, si se dice «no estés solo», el inconsciente puede enfocarse en la palabra «solo» y generar preocupación en lugar de calma. Desde la perspectiva de la PNL, es importante utilizar un lenguaje positivo y constructivo para comunicar nuestras intenciones de manera efectiva. Al enfocarnos en lo que queremos, en lugar de lo que no queremos, podemos influir en nuestras creencias, pensamientos, emociones y comportamientos de manera más favorable. Entonces hay que proceder a revisar nuestro lenguaje e ir adoptando algunas maneras como: expresar aquello que quiero en vez de lo que «no quiero», por ejemplo: «quiero que me acompañes hoy» en vez de «hoy no quiero quedarme solo(a)» La Programación Neurolingüística (PNL) sostiene que al desnominalizar y explorar más a fondo la experiencia subjetiva de la soledad, en construir desde lo que se quiere, o necesita, en vez de lo que no se tiene; se pueden obtener perspectivas más enriquecedoras y abrirse a opciones para el cambio. .
De la nominalización «Soledad» a Ser y Estar en Soledad
La Soledad está nominalizada
¿Quién la desnominalizará?
Aquel desnominalizador
Que la desnominalizare
Buen desnominalizador será.
Disección a las creencias sobre la soledad
¿Podemos identificar esas creencias y significados limitantes que sobre la soledad permean en mi estructura profunda? Pues si, es posible acercarnos a una identificación de las mismas. Esto nos permitirá comenzar a reconocer por cercanía de semejanza desde donde puede estar activándose determinado significado.Creencias de Soledad
Para ello recurramos a la propuesta del Modelo MƐT® del Dr. Fabián Sorrentino. Que nos permitirá clasificar en relación a los niveles de conciencia posibles agrupamientos de las ideas y significados asociados a dicho término. Las siguientes tablas son una adaptación propia, de las dos propuestas de clasificación de los niveles de conciencia del Dr. Fabián Sorrentino y Michael Beckwith [7] [8] La columna 1 hace referencia a las fases de la conciencia según M. Beckwith, la columna 2 corresponde a los niveles de conciencia de F. Sorrentino. La columna 3 propone algunos signos conductuales asociados a los significados que puede adoptar la vivencia de la soledad en función del nivel de conciencia logrado por el individuo.
Fase |
Niveles |
Signos |
Significados |
Reacciono a la Soledad | -4. Me resigno a ella. | Pensamientos: Hay algo malo en mi. Algo malo pasará si estoy solo. Me dejaron y no puedo hacer nada. Si de verdad me quisieran no me dejarían. Soy culpable ellos tienen razón. ¿Qué va a ser de mi en soledad? Emociones/Accionar: Me aíslo, me separo del otro. Rabia, dolor, sarcasmo, odio a mi mismo o a otros. Me muestro indiferente. | La soledad toma poder sobre la persona: me controla, me tiene preso, atrapado, atado, me inmoviliza. Muero |
-3. Batallo y guerreo contra la soledad | |||
-2. La soledad me invalida | |||
-1. Me resisto a la soledad |
Fase |
Niveles |
Signos |
Creencias |
Soy pasivo a la soledad | 0. Descubro y Reconozco mi indiferencia y pasividad. | Las circunstancias asociadas a estar solo me abruman. Pospongo hacer algo por mi. Ambivalencia entre querer y no querer estar en soledad. Me quejo, crítico. Quisiera dejarla. | La soledad me ocurre, todavía me tiene. |
Controlar la Soledad | 1. Necesito a toda costa dejar la soledad. | La soledad es percibida como controlable, pero no logro coherencia entre mis competencias, mis relaciones y mi accionar. La evito compulsivamente. Frustración. Ira si no lo logro. Escepticismo, la duda o la parálisis. | Yo puedo con la soledad, pero… aún la considero negativa, algo malo. Todavía no la veo como recurso, como posibilidad. |
2. Confundo soledad con realidad | |||
3. Manejo la soledad en mi vida. | |||
Atravesar la Soledad | 4. Me empodero de mi soledad | Desde lo potenciador: Creo mis respuestas a la soledad, la asumo como recurso. Aprendo de mis vivencias en soledad, produzco en esos momentos. Desde lo limitante: Ambigüedad, indecisión y dispersión por falta de foco. | La vida viene con situaciones gratificantes y otras adversas, las gestiono con humildad. |
5. Gestiono mi soledad | |||
Trascender la Soledad | 6. Agradezco mi soledad y Soy compañía para otros | Soy parte de algo mayor. Vivo la soledad, vivo la compañía. Tengo comunión conmigo, con otros y con la fuente. | La vida es un espacio para disfrutar de…. |
7. Vivo la soledad, la comunión y la compañía |
.
¿Cómo identificar y transformar creencias sobre la soledad?
El trabalenguas al inicio de esta sección, lleva implícito la esencia misma del proceso de cambio y transformación, que puede lograrse con la intervención y reestructuración de nuestro lenguaje según el Metamodelo de Bandler y Grinder. El metamodelo usa preguntas precisas para describir lo más completamente posible los sucesos mientras vivías la experiencia; que evaluaciones y juicios generaste y qué creencias seguiste construyendo. La aplicación del metamodelo en el caso que venimos desarrollando el término “soledad” conlleva identificar las creencias que la persona ha construido sobre la misma, y luego tomar dicha creencia como un signo lingüístico en sí mismo, entendido como la manera en que manifiesto verbalmente la cosmovisión o modelo del mundo que me he construido, en este caso sobre la soledad.
¿Qué es una creencia?
Creencia: «La manifestación lingüística de la experiencia, o dicho de otro modo: como expresiones subjetivas de las experiencias, son generalizaciones que hacemos sobre las causas, los significados, los límites de nuestros mapas, nuestras conductas, capacidades y nuestra identidad». Salvador Carrión.
¿Cómo se forman?
El cerebro registra y almacena las experiencias (filtradas por tu subjetividad). Las guarda como generalizaciones que se unen formando redes neuronales, que refuerzan los filtros perceptivos e interpretativos. La red de creencias así formadas tienen como función adaptativa disminuir los impactos que llegan del entorno, agrupándolos, aceptándolos o rechazándolos. .Convierte en acción la soledad
Les propongo un ejercicio bastante sencillo que les permitirá identificar algunas posibles creencias sobre la soledad. Para ello recurriremos al análisis de la sintaxis de una oración, que reactive o «desnominalice» la palabra «soledad» devolviéndola a la vivencia personal. Dispón de varias hojas de papel en blanco y lápiz para escribir con tu puño y letra. Es importante, que tomes tiempo para este ejercicio, de igual manera que escribas. El hecho de escribir va a influir, desde lo motor, las redes neuronales que habías formado, reactivándolas y posteriormente facilitar cambios de creencias. .Pasos
1. Comienza escribiendo en la parte superior de una hoja en blanco, una oración sencilla, con el verbo ser y estar.


- Se fue porque se enfermó, porque no se cuidaba… porque no lo cuidamos…
- Porque no lo cuidamos entonces (completa con la frase que te llegue) y así por el estilo.
- «Si estoy en soledad, entonces yo soy_____________________________ y ___________________ porque __________________________________ ___________________________».
- Estar solo es________________________________ porque _____________________ y entonces _______________________________________________________________________________________