El mundo actual está experimentando cambios profundos en los ámbitos urbano, cultural y familiar. Estos cambios afectan a la forma en que las personas se relacionan entre sí, haciendo que los lazos sociales sean más frágiles y efímeros. Esto supone un desafío para toda la sociedad, y aunque para todos nosotros resulta evidente en los mayores, nuevos estudios muestran que todas las generaciones se enfrentan a la soledad «no deseada» como una realidad cada vez más frecuente.

Los millennials, son la generación más solitaria del mundo. Así lo revela una encuesta realizada por YouGov a más de 1.200 adultos estadounidenses, que muestra que el 22% de los millennials no tiene ningún amigo, el 27% no tiene ningún amigo cercano y el 30% no tiene ningún mejor amigo.

Estas cifras son mucho más altas que las de otras generaciones, como la Generación X, los baby boomers, o la Generación Silenciosa.

¿Qué factores explican este fenómeno?

Los expertos señalan varias causas posibles, como:

  • El uso de las redes sociales y la tecnología, que puede crear una falsa sensación de conexión y reducir las interacciones cara a cara, que son más beneficiosas para la salud mental y el bienestar.
    .
  • La precariedad laboral y económica, que dificulta la estabilidad y la planificación a largo plazo, y que puede generar estrés, ansiedad y depresión.
    .
  • Los cambios en los patrones de convivencia y de pareja, que hacen que los millennials se casen y tengan hijos más tarde que las generaciones anteriores, o que opten por vivir solos o con sus padres.
    .
  • La falta de sentido de pertenencia y de identidad, que puede derivar de una mayor diversidad y movilidad geográfica, y de una menor afiliación a grupos religiosos, políticos o sociales.

Estos factores pueden afectar negativamente a la autoestima, la confianza y la capacidad de los millennials para establecer y mantener relaciones significativas con los demás. A su vez, esto puede aumentar el riesgo de sufrir problemas de salud física y mental, como enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, demencia, suicidio o adicciones.

¿Qué se puede hacer para combatir la soledad?

La soledad es un tema complejo y multifactorial, que requiere de soluciones individuales y colectivas. Algunas de las medidas que se pueden tomar para prevenir o aliviar la soledad son:

  • Reconocer y aceptar la soledad como una emoción válida y normal, que no implica un defecto o una debilidad personal.
    .
  • Buscar ayuda profesional si la soledad se vuelve crónica o incapacitante, o si se asocia con otros síntomas de depresión o ansiedad.
    .
  • Cultivar el autoconocimiento y la autoestima, mediante actividades que fomenten el desarrollo personal, el aprendizaje, la creatividad y el ocio.
    .
  • Ampliar y diversificar el círculo social, participando en eventos, grupos o comunidades que compartan intereses, valores o experiencias similares.
    .
  • Fortalecer y profundizar las relaciones existentes, dedicando tiempo y atención a las personas que nos importan, y expresando nuestros sentimientos y necesidades de forma honesta y respetuosa.
    .
  • Practicar la empatía y la generosidad, ofreciendo apoyo y ayuda a otras personas que puedan estar pasando por situaciones difíciles o que también se sientan solas.

¿Cómo se compara la soledad de los millennials con la de otras generaciones?

Para comparar la soledad de los millennials con la de otras generaciones, se puede usar el índice de soledad de Cigna, que se basa en una escala de 20 a 80 puntos, donde a mayor puntuación, mayor soledad. Según este índice, los millennials tienen una puntuación media de 45,3, la más alta de todas las generaciones. La siguiente tabla muestra la puntuación de cada generación, así como el porcentaje de personas que se sienten solas a menudo o siempre, según la encuesta de YouGov.

Generación Índice de soledad % Soledad
Gen Z 48,3 79
Millennials 45,3 71
Gen X 45,1 50
Baby Boomers 42,4 43
Generación Silenciosa) 38,6 27

* Que se sienten solos a menudo o siempre

Durante años se ha venido demostrando que es necesario fomentar espacios de intercambio intergeneracional para la construcción de sociedades más solidarias e inclusivas. Partiendo de este marco, en el artículo que les comparto a continuación se evalúa una experiencia intergeneracional llevada cabo en el entorno universitario donde estudiantes y personas mayores comparten sus miradas sobre la soledad a través de cartas.
Para el análisis del material recopilado (18 cartas y 82 narrativas). Los resultados remarcan la propia metodología como una nueva manera de relacionarse que posibilita el intercambio y el conocimiento mutuo necesario en una sociedad segregada.
.
Ver texto Completo: HUMAN REVIEW
| 2022 | ISSN 2695-9623International Humanities Review / Revista Internacional de Humanidades https://doi.org/10.37467/revhuman.v11.4080© GKA Ediciones, authors. Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada
.

Algunas Conclusiones Finales

Como se puede observar, la soledad disminuye con la edad, siendo la Generación Z la segunda más solitaria después de los millennials. Esto sugiere que la soledad no es solo un problema de los millennials, sino de toda la sociedad contemporánea, que necesita replantearse sus formas de relacionarse y de cuidarse.

En las conclusiones de un trabajo academico sobre Soledad y convivencia intergeneracional: resignificar el cuido en el ciclo vital, de Mónica Salazar Villanea y María José Castro Gómez de la Universidad de Costa Rica, nos encontramos con el siguiente texto:
.
La interdependencia, la convivencia multigeneracional y el cuido han sido descritos como posibles factores de protección y bienestar en Latinoamérica y el Caribe, promoviéndose culturalmente la vivienda compartida por grupos de personas de varias generaciones en familia, al asociarse con un entorno relacional propicio y favorable para el desarrollo (Comisión Económica Para América Latina [CEPAL] 2008Calderón 2013). En contraste, modelos culturales más individualistas han sido documentados en países de Norte América y Europa, donde han empezado a surgir programas intergeneracionales de interacción y cohabitación, formalizados para disminuir la soledad, que se presenta como factor de riesgo para la salud mental y física de poblaciones de diversas edades. Las experiencias descritas, sin embargo, poseen la clara limitación de haber sido divulgadas en medios de comunicación en lugar de literatura científica, por lo que la evidencia empírica de sus impactos no está derivada de investigación rigurosa o seguimiento longitudinal.

Compilado por el Dr. Fabián Sorrentino como extensión del Libro el Fin de la Soledad.