El Intimidador logra que todos les presten atención a fuerza de gritos, fuerza física, la agresividad, la sublevación, amenazas y exabruptos. Mantienen a todos a raya por temor a desatar comentarios molestos, rabia y en casos extremos, furia. La energía fluye hacia él, debido al miedo y la sospecha al próximo suceso.

Él siempre acapara el escenario y hace que los demás sientan a su lado temor y ansiedad. Son básicamente egocéntricos, su comportamiento puede ir desde dar ordenes a los que están a su alrededor, hablar constantemente y levantar la voz para que lo demás no hablen; a ser autoritarios, inflexibles, sarcásticos y violentos.

Los intimidadores son quizás los más apartados de la energía universal. Inicialmente atraen a los demás creando un aura de poder. Cada uno de los dramas de control crea una dinámica energética especifica llamada “drama correspondiente”.

En este sentido, como permanente reacción ante el drama del Intimidador, nace otro drama que combina con el primero y es el del «Pobre de Mí”. Éste presiente que el Intimidador le quita energías hasta atemorizarle, por lo tanto, trata de frenarle mediante una dinámica energética sumamente pasiva, asumiendo una actitud impotente y aduladora, encogida e impotente: Mira lo que estas haciéndome. No me lastimes, soy débil.

El Pobre de Mi trata de hacer que el Intimidador se sienta culpable para así frenar el ataque y recuperar el flujo de energía. Otra de las posibilidades es la reacción al Intimidador como otro Intimidador o “Contra-Intimidador”. Esta dramatización se produce si la actitud Pobre de Mi no da resultado o, mas probablemente, si la personalidad de la otra persona también es agresiva. Entonces, esta persona responde al ataque del Intimidador original. El tipo de Intimidador hace suponer que uno de sus padres ha sido Pobre de Mí o Intimidador también.

Analizando el drama de cada una de las personas

El orden de los dramas, desde el más agresivo al más pasivo es: INTIMIDADOR, INTERROGADOR, DISTANTE y POBRE DE MI.

Algunas personas usan más de un drama en distintas circunstancias, pero la mayoría tienen un drama de control dominante que tienden a repetir, según cual funciono bien con los miembros de nuestra familia primaria.

Si usted es un niño y alguien le quita su energía amenazándolo con un daño físico, ser distante no da resultado. No puede lograr que le den energía haciéndose el tímido. A los demás les importa muy poco lo que pasa en su interior. Entonces usted se ve obligado a volverse mas pasivo e intentar el enfoque del pobre de mi, apelando a la misericordia del otro, haciéndolo sentir culpable por el daño que esta haciendo. Si eso no funciona, de pequeño, aguantamos hasta ser lo bastante grande para explotar contra la violencia y combatir la agresión con agresión.

En otros casos, niños en donde su familia no estuvieran o lo ignoraran por que viven preocupados por su carrera, trabajo, empresas o algo así, ser distante no atraería su atención; no lo notarían. Por el contrario, recurrirían a sondear, espiar y por ultimo, encontrar algo malo en esas personas distantes, para conseguir atención y energía. Eso es lo que hace a un interrogador.

Las personas distantes, crean interrogadores y los interrogadores hacen que la gente sea distante. Los intimidadores crean la actitud del pobre de mi, o, si eso no resulta, otro intimidador. Es así como se perpetúan los dramas de control. Las personas llegan a cualquier extremo necesario para atraer la energía de la atención en su familia. Y, posteriormente, esta estrategia pasa a ser su forma dominante de controlar para obtener energía de todos, el drama que repite en forma constante.

Transformación del Drama de Control

De Intimidador a Líder.

Al conectarse con la verdadera fuente de poder, un Intimidador encontrará más autoestima si usa sus condiciones de liderazgo. Firme, sin ser dominante. Confiado sin ser arrogante, tiene más posibilidades de disfrutar de los desafíos y conseguir la cooperación de los demás.

Fuente: Los Dramas de Control – Basado en «La Novena Revelación» Extraído de la publicación realizada por Ernesto Márquez