Sócrates y los Sofistas

La Mayéutica es una técnica educativa que se basa en el diálogo entre el maestro y el alumno para ayudarle a descubrir la verdad por sí mismo, mediante preguntas que estimulan su pensamiento crítico y su reflexión. Este método fue desarrollado por el filósofo griego Sócrates, y ha sido utilizado en diferentes disciplinas y campos de estudio a lo largo de la historia.

El modelo mayéutico tiene muchas ventajas, como fomentar la creatividad, la autonomía y el aprendizaje significativo de los alumnos, así como desarrollar su capacidad de argumentación, análisis y síntesis. Sin embargo, también tiene algunas limitaciones y críticas, como puede ser la frustración, la dependencia, la manipulación o la ineficacia que puede generar en algunos casos.
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Algunas Características

El modelo mayéutico es el método aplicado por Sócrates, que consiste en hacer preguntas al interlocutor para que este descubra las verdades por sí mismo, como si fuera un parto intelectual. El nombre proviene del griego “maieutikós”, que significa “perito en partos”, ya que la madre de Sócrates era comadrona.
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Los sofistas eran un grupo de filósofos y maestros itinerantes que se dedicaban a enseñar el arte de la retórica, la política y el relativismo moral, cobrando por sus servicios. El nombre proviene del griego “sophistés”, que significa “sabio” o «experto».
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Sócrates se oponía a los sofistas por varias razones: los acusaba de ser mercenarios del saber, de no buscar la verdad sino el éxito personal, de relativizar la moral y la justicia, y de engañar con sus discursos persuasivos.
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Sócrates usaba un método dialéctico basado en la ironía y la mayéutica, que consistía en fingir ignorancia y hacer preguntas al interlocutor para mostrarle sus contradicciones y hacerle reflexionar sobre los conceptos universales.
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Los sofistas usaban un método erístico basado en la retórica y la sofística, que consistía en usar el lenguaje para persuadir y convencer al público, sin importar la verdad o la coherencia de los argumentos.
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¿Cómo aplicar correctamente el modelo?

Se pueden seguir algunos consejos o recomendaciones que se han propuesto desde diferentes perspectivas educativas. A continuación, te presento algunos de ellos:

Crear un ambiente de diálogo: El diálogo es la base del modelo mayéutico. Por eso, es importante crear un clima de confianza, respeto y colaboración entre el maestro y los alumnos, donde se puedan expresar libremente sus opiniones, dudas y preguntas, sin temor a ser juzgados o ridiculizados.
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Hacer preguntas abiertas: Las preguntas abiertas son preguntas que no tienen una respuesta única y que permiten que los alumnos reflexionen y consideren diferentes perspectivas. Estas preguntas deben ser claras, precisas, relevantes y desafiantes, para motivar el interés y la curiosidad de los alumnos.
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Proporcionar orientación, no respuestas: El papel del maestro en el modelo mayéutico es el de guía, no el de dispensador de conocimientos. Por eso, el maestro debe evitar dar respuestas directas o cerradas a los alumnos, sino más bien orientarlos hacia el descubrimiento de las mismas, mediante pistas, sugerencias o contraejemplos.
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Fomentar la participación activa: El modelo mayéutico requiere de la participación activa de los alumnos, tanto individual como grupalmente. Por eso, el maestro debe incentivar la intervención de todos los alumnos, respetando sus ritmos y estilos de aprendizaje, y facilitando el intercambio de ideas y experiencias entre ellos.
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Utilizar recursos variados: El modelo mayéutico se puede enriquecer con el uso de recursos variados que complementen el diálogo y estimulen el aprendizaje. Estos recursos pueden ser textos, imágenes, vídeos, audios, juegos, experimentos o cualquier otro material que sea adecuado al tema y al nivel de los alumnos.

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¿Cuáles son los riesgos en el modelo mayéutico?

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¿Quiénes eran los sofistas?

Los sofistas eran un grupo de filósofos y maestros de retórica que vivieron en la Atenas democrática del siglo V y IV a. C. Se enfocaban en el relativismo, la naturaleza, la creación de leyes, la moralidad, el conocimiento del lenguaje, la concepción gnoseológica constructivista y el escepticismo respecto al valor absoluto del conocimiento ¹. Su propuesta era enseñar a sus alumnos el arte de persuadir y convencer a otros de sus puntos de vista, sin importar la verdad o la coherencia de los argumentos. Algunos de los sofistas más famosos fueron:

Protágoras (485 – 411 a. C.), considerado el primer sofista y el padre de la retórica. Su frase más conocida es “el hombre es la medida de todas las cosas”, que expresa su relativismo moral y epistemológico.
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Gorgias (483 – 375 a. C.), un maestro de la elocuencia y la dialéctica, que defendía el nihilismo y el escepticismo. Sus obras más importantes son Sobre la naturaleza o el no ser y Encomio de Helena, donde cuestiona la existencia y el conocimiento de la realidad, y elogia el poder del discurso.
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Hipias (siglo V a. C.), un erudito polifacético que dominaba diversas disciplinas como la matemática, la astronomía, la historia, la poesía y la música. Se le atribuye la invención de una curva geométrica llamada cuadratriz.
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Pródico (siglo V a. C.), un experto en lingüística y gramática, que se interesaba por el uso correcto y preciso de las palabras. Fue maestro de Sócrates y Platón, y se le atribuye la distinción entre sinónimos.
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Trasímaco (siglo V a. C.), un sofista radical que sostenía que la justicia es lo que conviene al más fuerte, y que el derecho es una convención humana que beneficia a los poderosos.

Los sofistas tuvieron una gran influencia en la cultura griega, pero también fueron criticados por filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles, que los acusaban de ser mercenarios del saber, de no buscar la verdad sino el éxito personal, de relativizar la moral y la justicia, y de engañar con sus discursos persuasivos.