Metacognición refiere al pensamiento estratégico para utilizar y regular la propia actividad de aprendizaje y habituarse a reflexionar sobre el propio conocimiento.

Es un planteamiento de las teorías constructivistas del aprendizaje significativo que busca una transición desde un aprendizaje pasivo hacia un aprendizaje generador y constructivo, orientado a la búsqueda del significado de lo que llevamos a cabo.

La metacognición o «teoría de la mente» como actualmente se le llama refiere a la concientización, el control y la naturaleza de los procesos de aprendizaje.  Donde cada persona tiene de alguna manera, puntos de vista metacognitivos, algunas veces en forma inconsciente ¹.

La metacognición nos permite «pensar lo que pensamos» y esta es una habilidad que posiblemente solo esté presente en el Homo sapiens ². Permitiéndonos comprender y ser conscientes de nuestros pensamientos y de la capacidad de otros para pensar y juzgar la realidad ².

Los primeros estudios relacionados con la metacognición fueron desarrollados por Tulving & Madigan (1970), sin embargo el término metacognición se asocia con John Flavell 1976-1979, quien lo define como el conocimiento adquirido sobre los procesos que se puede utilizar para controlarlos.
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Flavell divide el conocimiento metacognitivo en tres categorías:
1 – El conocimiento de las variables de persona.
2 – Las variables de la tarea.
3 – Las variables de la estrategia.

El proceso de «aprender a aprender» potencia en los estudiantes la toma de decisiones en situaciones cambiantes y de incertidumbre y redimensiona el perfil de la enseñanza encaminada al logro de esta competencia.

La mediación didáctica implica plantear situaciones que generan contradicciones o afinidades entre los conocimientos previos y la nueva información, transformar este desequilibrio mental interno en una tensión fecunda y abrir espacios movilizadores en espiral de preguntas y redes de conceptos aplicables a la interpretación y evaluación de situaciones nuevas.

Hay 2 Herramientas y 3 Test para medir mi Metacognición:

El Test MSLQ (Estrategias Motivacionales y de Aprendizaje). Tomar este Test en la Universidad Pontificia Católica de Chile, como estudiante externo. Y el Inventario de Habilidades Matacognitivas MAI.

A partir del MAI Balcikanli (2011) elaboró y validó un inventario para medir la conciencia metacognitiva de los docentes, lo denominó MAIT; contiene 24 preguntas referidas a seis categorías: conocimiento declarativo, procedimental y condicional, planeación, monitoreo y evaluación.

¿Cómo se desarrolla la metacognición?

Para desarrollarla, se requiere de habilidades tales como planificación, predicción, verificación con la realidad, autorregulación, control, comprobación de resultados y evaluación (6). Además, es necesario contar con la motivación del mismo (6).

La metacognición se compone de conocimientos, habilidades y actitudes. La evaluación de la metacognición no es medir cuánto dice o hace un sujeto, sino ayudarle a tomar conciencia de las estrategias que utiliza durante la ejecución de una tarea (6).

Hay debate entre los autores. Algunos creen que es innata e intuitiva y se activa a partir de una estimulación eficaz procedente del entorno. Otros creen que es el resultado de la experiencia y el aprendizaje y está relacionada con el desarrollo de estructuras cerebrales y la formación de redes neuronales. En ese orden de ideas, el desarrollo de la metacognición se divide en tres fases.

  • La primera fase ocurre entre los 4-5 años y está relacionada con la habilidad para entender que otras personas pueden tener creencias falsas sobre el estado del mundo.
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  • La segunda fase ocurre entre los 6-7 años y está relacionada con la habilidad para reconocer que uno puede tener una creencia falsa sobre lo que los demás creen.
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  • La tercera fase ocurre entre los 9-11 años y está relacionada con la capacidad de entender y reconocer errores.

El desarrollo es facilitado por la interacción con los padres y hermanos mayores y es paralelo a la adquisición del lenguaje. Si no se desarrolla adecuadamente, pueden producirse patologías como el autismo.

Existen pruebas como el test de «falsa creencia» para verificar cómo está implementada la teoría de la mente en un sujeto.

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Taxonomía de la METacognición

Cada tipo de metacognición ayuda a planificar, organizar y optimizar el pensamiento. Los tipos de metacognición, asociados a la conciencia incluyen:

Metacognición de la Memoria:

Capacidad de reflexionar sobre nuestro propio proceso de memoria y de regularlo según las necesidades de cada situación. Es decir, es el conocimiento y el control de cómo y qué recordamos, y cómo podemos mejorar nuestra memoria. La metacognición de la memoria nos permite optimizar nuestro aprendizaje, nuestra comprensión y nuestro pensamiento. Es la resultante de la recordación integrada a un análisis directo.

Un ejemplo de metacognición de la memoria sería cuando tenemos que memorizar una lista de palabras o conceptos y nos damos cuenta de que no podemos recordarlos todos, o cuando elegimos recordar el procedimiento de cómo hemos aprendido. Entonces, podemos aplicar algunas estrategias para mejorar nuestra memoria, como:

  • Agrupar las palabras o conceptos por categorías o asociaciones. Por ejemplo, si tenemos que memorizar los nombres de los planetas del sistema solar, podemos agruparlos por su tamaño, su distancia al sol, su color, etc.
  • Utilizar reglas mnemotécnicas o acrónimos para facilitar el recuerdo. Por ejemplo, si tenemos que memorizar los nombres de los huesos del cuerpo humano, podemos utilizar la frase “El cráneo es un hueso muy duro” para recordar el cráneo, el esternón, el húmero, el maxilar, el diente y el radio.
  • Repetir la información varias veces y en diferentes momentos. Por ejemplo, si tenemos que memorizar las capitales de los países de América Latina, podemos repasarlas al día siguiente, a la semana siguiente y al mes siguiente.
  • Relacionar la información con nuestro conocimiento previo o con nuestra experiencia personal. Por ejemplo, si tenemos que memorizar las fechas de los acontecimientos históricos más importantes, podemos relacionarlas con otros hechos que ya conocemos o con algún evento que nos haya marcado.

Estas estrategias nos ayudan a mejorar nuestra capacidad de almacenar y recuperar la información, a evitar el olvido y a consolidar nuestro aprendizaje. Aprendiendo a relacionar y contrastar los conocimientos previos con nuevos conocimientos.
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Metacognición de la Atención:

Refiere a la capacidad de reflexionar sobre nuestra propia atención y de regularla según las necesidades de cada momento. Es decir, es el conocimiento y el control de cómo y en qué enfocamos nuestra atención, y cómo podemos mejorarla. La metacognición de la atención nos permite optimizar nuestro aprendizaje, nuestra memoria, nuestra comprensión y nuestro pensamiento.

Un ejemplo de metacognición de la atención sería cuando estamos estudiando para un examen y nos damos cuenta de que nos distraemos con facilidad. Entonces, podemos aplicar algunas estrategias para mejorar nuestra concentración, como:

  • Elegir un lugar tranquilo y sin ruidos ni interrupciones.
  • Apagar el celular y evitar las redes sociales u otras distracciones digitales.
  • Hacer pausas cada cierto tiempo para descansar y relajar la mente.
  • Repasar lo que hemos estudiado y hacer preguntas o ejercicios para comprobar nuestra comprensión.
  • Motivarnos con algún premio o recompensa al terminar el estudio.

Estas estrategias nos ayudan a mantener la atención en la tarea que estamos realizando, a mejorar nuestro rendimiento académico y a evitar el estrés o la ansiedad. Siendo conscientes de lo que hemos aprendido. Conociendo nuestra capacidad de enfocar la atención en una tarea o situación específica y de los factores que dificultan la atención.

La escucha y percepción ampliadas nos hacen consciente de lo qué hemos aprendido.
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Metacognición Afectiva:

La reflexión directa posterior a la acción nos permite inferir en los estados emocionales propios y de los demás.

La metacognición afectiva es la capacidad de ser conscientes de nuestros propios estados emocionales y de cómo influyen en nuestro aprendizaje y rendimiento. Es decir, se trata de reconocer, regular y utilizar nuestras emociones para mejorar nuestro proceso cognitivo1. Creo que estos sserían buenos ejemplos de metacognición afectiva:

  • Antes de realizar una prueba, me doy cuenta de que estoy nervioso y ansioso, y que eso puede afectar negativamente a mi concentración y memoria.
  • Para reducir mi ansiedad, respiro profundamente, me relajo y me repito frases positivas como “yo puedo hacerlo”, “estoy preparado” o “confío en mí mismo”.
  • Durante la prueba, me mantengo calmado y enfocado, y si siento que me bloqueo o me frustro, cambio de pregunta o me tomo un breve descanso.
  • Después de la prueba, evalúo cómo me sentí y cómo influyó mi estado emocional en mi desempeño. Si detecto algún problema o dificultad, busco estrategias para mejorar en el futuro.
Metacognición Digital:

Es la capacidad de reflexionar, estudiar, procesar y practicar sobre la información que se encuentra en la red, utilizando las herramientas y recursos que ofrece la tecnología digital. Es decir, es el conocimiento y la regulación de nuestro propio aprendizaje en el entorno digital, que nos permite resolver problemas de forma eficaz y creativa. Algunos ejemplos de metacognición digital son:

  • Buscar información relevante y confiable en la web, utilizando criterios de calidad y veracidad. Por ejemplo, al consultar sobre un tema científico, se puede recurrir a fuentes académicas, revisar la fecha de publicación, contrastar los datos con otras fuentes, etc123
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  • Seleccionar y utilizar las herramientas digitales adecuadas para cada tarea o problema. Por ejemplo, al crear un proyecto multimedia, se puede elegir el software más apropiado para editar imágenes, sonidos, vídeos, etc. También se puede aprovechar las ventajas de la nube, el almacenamiento online, las plataformas colaborativas, etc.
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  • Evaluar y mejorar el propio proceso de aprendizaje digital, identificando las fortalezas y debilidades, los errores y aciertos, las estrategias y los resultados. Por ejemplo, al terminar una actividad o un curso online, se puede reflexionar sobre lo que se ha aprendido, lo que se ha dificultado, lo que se puede mejorar, etc. También se puede solicitar feedback de otros usuarios o expertos, o compartir las experiencias y conocimientos con otros.

La metacognición digital es una habilidad muy importante en la era actual, ya que nos permite aprender de forma autónoma y continua, adaptarnos a los cambios y desafíos del mundo digital, y aprovechar las oportunidades que nos brinda la tecnología para el desarrollo personal y profesional.
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Metacognición de la Comprensión y del Pensamiento:

Se trata de ser conscientes de la capacidad para comprender uno o varios conceptos y utilizarlos para aprender a aprender. Reflexionando sobre cómo y qué pensamos. Para qué sirve lo que se ha aprendido. Cómo funciona nuestro pensamiento y cuál es nuestra capacidad de reflexionar. La autorreflexión y el razonamiento usados con el fin de recordar el procedimiento de cómo se ha aprendido,

Refiere a la conciencia de la capacidad para comprender uno o varios conceptos y utilizarlos. La comprensión nos permite aprender a aprender. La metacognición de pensamiento se refiere al conocimiento que tenemos de nuestro propio pensamiento. Esta capacidad nos permite reflexionar sobre cómo y qué pensamos. La meta-comprensión es nuestra habilidad para entender algo y poder utilizarlo posteriormente1.

Un ejemplo de metacognición de la comprensión sería cuando leemos un texto y somos capaces de identificar las ideas principales, las secundarias, las relaciones entre ellas, el propósito del autor, etc. También cuando seleccionamos y utilizamos las estrategias más adecuadas para resolver un problema o podemos aplicar lo que hemos comprendido a otras situaciones. También cuando podemos evaluar la calidad y la eficacia de nuestro razonamiento y corregir los posibles errores o sesgos.
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Metacognición del Desempeño:

Refiere al conocimiento y la regulación de las acciones que realizamos para alcanzar un objetivo o una meta. Esta capacidad nos permite planificar, monitorear y evaluar nuestro propio desempeño, así como ajustar y mejorar nuestras estrategias si es necesario.

Un ejemplo sería cuando tenemos que preparar una presentación para un trabajo o un estudio. Podemos seguir los siguientes pasos:

  • Planificar: definir el tema, el propósito, el público, el tiempo, los recursos, etc. Elegir las herramientas digitales más adecuadas para crear y mostrar la presentación.
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  • Monitorear: revisar el avance y la calidad de la presentación, verificar que se cumplan los requisitos, detectar y corregir los errores, etc.
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  • Evaluar: analizar el resultado y el impacto de la presentación, solicitar y recibir feedback, identificar las fortalezas y debilidades, reconocer los logros y las áreas de mejora, etc.

La metacognición del desempeño nos ayuda a mejorar nuestras habilidades y competencias, así como a aumentar nuestra confianza y motivación. Por eso te invitamos a que después de realizar una actividad o comprender un nuevo tema, te autoevalúes. Preguntándote: ¿De qué manera puedo mejorar? o “¿Qué fue lo que más se me dificultó al ejecutarla?”. La colaboración de 360 grados con el fin de reflexionar sobre para qué sirve lo que se ha aprendido.
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Metacognición Cognitiva de la Calidad Humana:

Refiere a la capacidad de reflexionar sobre los propios procesos de pensamiento y de aprender a mejorarlos, con el fin de alcanzar un mayor bienestar personal y social. Es decir, se trata de ser conscientes de cómo pensamos, qué estrategias utilizamos, qué errores cometemos, qué podemos hacer para solucionarlos, etc. La metacognición cognitiva de la calidad humana implica también tener una actitud crítica, creativa y ética frente al conocimiento y a la realidad.

Un ejemplo de metacognición cognitiva de la calidad humana sería cuando una persona se enfrenta a un problema o a una decisión importante y se plantea las siguientes preguntas:

  • ¿Qué sé sobre este tema o situación?
  • ¿Qué información necesito buscar o consultar?
  • ¿Qué fuentes son confiables y relevantes?
  • ¿Qué criterios voy a utilizar para analizar y evaluar la información?
  • ¿Qué alternativas tengo para resolver el problema o tomar la decisión?
  • ¿Qué ventajas y desventajas tiene cada una?
  • ¿Qué consecuencias tendrá mi elección para mí y para los demás?
  • ¿Cómo puedo verificar si he acertado o no?

Estas preguntas le ayudan a tener una visión más amplia y profunda del problema o situación, a seleccionar y utilizar las estrategias más adecuadas, a evitar los prejuicios y las falacias, a asumir la responsabilidad de sus acciones y a aprender de sus experiencias. De esta forma, la persona mejora su capacidad de razonar, de resolver problemas, de tomar decisiones y de actuar de forma coherente con sus valores y principios.

La conexión con el otro desde el alma nos lleva a utilizar lo que se ha aprendido en otras situaciones. Desarrollando nuestra capacidad de inferir las creencias e intenciones de los otros.

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Metacognición del Propósito:

Intuir la intención o el ánimo por el que se realiza o se deja de realizar una acción. ¿Qué objetivo finalidad o meta se pretende alcanzar?
La creatividad como legado en la sociedad lleva la cognición al plano pragmático, a la vez que manifiesta nuestro compromiso espiritual.

Algunos ejemplos de metacognición incluyen reflexionar sobre si una tarea será difícil, controlar el uso de estrategias de aprendizaje en cada situación, evaluar nuestros puntos fuertes y débiles a nivel cognitivo, ser conscientes de los procesos mentales que utilizamos en cada situación y darnos cuenta si estamos utilizando una estrategia de aprendizaje que no es efectiva.

Algunas fuentes consultadas para realizar esta Taxonomía:
1. psicologia-online.com

2. lamenteesmaravillosa.com
3. educacionparalasolidaridad.com

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¿Metacognición Afectiva o Cognitiva?

La  Metacognición Afectiva es la capacidad de inferir los estados emocionales de los demás, mientras que la Cognitiva es la capacidad de inferir las creencias e intenciones de los otros.

Un estudio realizado por Simone G. Shamay-Tsoory y Judith Aharon-Peretz demostró que el procesamiento de la Metacognición Cognitiva es diferente al de la Metacognición Afectiva. En este estudio se comparó el rendimiento de pacientes con lesiones localizadas en los lóbulos frontales ventromediales con las respuestas de pacientes con lesiones dorsolaterales, lesiones mixtas prefrontales y lesiones posteriores, y con sujetos de control sanos.

Se encontró que la Metacognición Afectiva se vio afectada principalmente por el daño en la corteza ventromedial de los lóbulos frontales, mientras que la Metacognición Cognitiva se vio afectada principalmente por un daño prefrontal extenso.

Esto sugiere que las capacidades de mentalización cognitiva y afectiva tienen bases neurales en áreas diferentes. La Metacognición afectiva está asociada a la corteza prefrontal ventromedial y la Metacognición Cognitiva está asociada a la corteza prefrontal dorsolateral.

Datos recolectados a través de neuroimágenes también sugieren que ambos tipos de Metacognición están controlados por una red neuronal que comprende los surcos temporales superiores, los polos temporales y la corteza prefrontal.
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Desarrollar la autoestima con metacognición

Todos deseamos tener una buena imagen de nosotros mismos. Sin embargo, a veces recibimos una educación basada en alabanzas excesivas o infundadas, que pretenden aumentar nuestra confianza y autoestima desde pequeños. Así, aprendemos a autoelogiarnos y a felicitarnos por nuestros logros. Pero las valoraciones poco objetivas de nuestro desempeño no nos hacen sentir mejor, sino que nos llevan a la depresión (estudio).

Como la vida no es fácil, usamos diferentes estrategias para mantener nuestra autoestima alta, relacionadas con sentirnos seguros, competentes, autónomos, queridos, apreciados o deseados.

Para no caer en una baja autoestima, nos engañamos a nosotros mismos constantemente. Si alguien sabe más que nosotros sobre algo, lo descalificamos de alguna manera. Este engaño nos ayuda a seguir adelante con la vida. Si fuéramos realistas con nuestro sueldo, inteligencia o belleza, quizás nos deprimiríamos. Por eso, no ceder en una discusión no significa que defendamos unos argumentos, sino que defendamos nuestra idea de nosotros mismos como personas inteligentes y, con ello, nuestra autoestima.

Las personas con alta metacognición son capaces de ignorar el ruido socioemocional y autorregularse hacia sus objetivos sin engaños. Veamos ahora cómo desarrollar esta habilidad.

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¿Cuáles son los beneficios de la metacognición?

La metacognición ayuda a los estudiantes a ser autónomos en su aprendizaje y a mantener una actitud crítica sobre la información, sobre el conocimiento y sus propias estrategias de aprendizaje (9).

Se fomenta un aprendizaje significativo, un aprendizaje en el que el por qué, el cómo y el para qué cobran sentido para ellos (9).

La metacognición es más importante que tu experiencia o inteligencia por sí mismas. Sin esta habilidad de verte desde fuera, no puedes salir del flujo automático de la experiencia sensorial. Sin un director, eres un simple autómata movido por la codicia, el miedo o los hábitos.

Las personas que ejercitan la metacognición son capaces de pensar de forma más crítica, racional y productiva y se cuestionan regularmente no solo qué es lo que les funciona, sino por qué eligen unas herramientas de pensamiento específicas en lugar de otras y qué pueden hacer para mejorar.

Otros beneficios de la metacognición son que ayuda a los alumnos a ser aprendices autónomos e independientes, controlando su propio progreso (8). Las habilidades metacognitivas ayudan a expandir lo aprendido a otros contextos y tareas diferentes (8).

Capacidad predictiva de la metacognición

La metacognición nos brinda la capacidad de predecir y reducir la incertidumbre en diferentes situaciones y contextos. Por ejemplo, si escuchamos a alguien intentando abrir la puerta de nuestra casa en medio de la noche, nuestra mente puede predecir que alguien está intentando entrar para robarnos. O si estamos en un bar con amigos y uno de ellos se levanta y se va repentinamente, podemos intentar comprender por qué lo hizo y predecir sus acciones.

Podemos aprender a desarrollar estrategias metacognitivas que nos ayuden a tomar mejores decisiones en cada situación. El psicólogo y pedagogo David Paul Ausubel habla sobre el aprendizaje significativo versus el aprendizaje memorístico. El aprendizaje significativo implica dar sentido a la información recibida, relacionando conceptos y construyendo nueva información apoyándose en lo aprendido previamente. En cambio, el aprendizaje memorístico implica memorizar conceptos y hechos sin comprender la información.

En el aprendizaje, el objetivo es que los estudiantes desarrollen un aprendizaje significativo que tenga en cuenta sus habilidades para generar competencias cognitivas. La escalera de la metacognición entendida desde el Modelo MET es un proceso que llega a conectar con nuestro compromiso espiritual como seres humanos.

Las estrategias metacognitivas influyen en cómo procesamos la información y nos ayudan a regular nuestro aprendizaje. Algunos ejemplos de estrategias metacognitivas incluyen hacer ejercicios de autoevaluación, probar diferentes maneras de realizar una misma actividad para valorar qué estrategia nos funciona mejor o realizar mapas conceptuales para relacionar diferentes conceptos. En definitiva, las estrategias metacognitivas nos permiten comprender y desarrollar eficientemente nuestro conocimiento.

20 Ejemplos de preguntas metacognitivas para trabajar en el aula

Aquí tienes algunas de las preguntas con las que puedes trabajar con tus alumnos en el aula. Extractadas del sitio: https://justificaturespuesta.com/metacognicion-preguntas-alumnos/

1. ¿Qué piensas de lo que has dicho?
2. ¿Hasta qué punto estás de acuerdo o en desacuerdo?
3. ¿Qué más podrías agregar a esta solución?
4. ¿Cómo puedes convencernos de que tu opinión es la más adecuada?
5. ¿Cómo podrías convencernos de que tu solución es la mejor?
6. ¿Cómo has decidido que esto que dices es cierto?
7. ¿Hay alguna manera de demostrar con exactitud lo que quieres decir con esto?
8. ¿Por qué crees que esto es correcto o funciona?
9. ¿Cómo argumentarías en contra de tu decisión?
10. ¿Cómo podrías demostrar las diferencias y similitudes?
11. ¿Cuántas posibilidades se te ocurren?
12. ¿Qué ejemplos se te ocurren para demostrar lo que afirmas?
13. ¿Qué ideas tienen más sentido para ti  por qué?
14. ¿Cómo podemos verificar o probar esa información?
15. ¿Cuál es el propósito de este experimento o argumento?
16. ¿Qué detalles puedes aportar a tu respuesta?
17. ¿Qué problemas o dificultades encuentras?
18. ¿Cómo justificarías tu opinión?
19. ¿Cómo lo hubieras resuelto?
20. ¿Qué has aprendido de ti mismo?

La Metacognición en la Era Digital

En la era digital, los sistemas escolares enfrentan las exigencias del mundo laboral que van más allá de las habilidades técnicas y exigen habilidades cognitivas de orden superior como la gestión del conocimiento, análisis, interacción e intercambio. Esto demanda una mirada más amplia y compleja del uso de las nuevas tecnologías en la educación.

Las habilidades cognitivas y metacognitivas merecen una atención especial en este proceso vertiginoso de integración de las tecnologías de la información y la comunicación. Estimular la metacognición en la era digital supone un medio para promover la autonomía y la autorregulación del aprendizaje, además de una clara orientación hacia el aprendizaje personalizado.

Según Juana Pinzás G., en su libro «Metacognición y lectura», el tema de «aprender a aprender» es un ejemplo pertinente. El interés por este tópico responde a la creencia de que al preparar al alumno es necesario dotarlo de estrategias cognitivas para que pueda enseñarse a sí mismo lo que no sabe o no aprendió y logre desarrollar los recursos que le permitan desempeñarse adecuadamente ante situaciones y problemas laborales u ocupacionales inesperados.

10 Estrategias Metacognitivas para mejorar el aprendizaje

La era digital transformó de pies a cabeza nuestra relación con el aprendizaje. Hoy para no quedar sujeto a la comodidad que achata nuestras formas de metacognitar existen varias estrategias y ejercicios. Aquí hay algunos ejemplos:

1 – Planifica tus procesos para incluir metacognición:
Antes de iniciar un proceso de aprendizaje reflexiona sobre las estrategias de aprendizaje adecuadas y sobre la forma de distribuir nuestro tiempo y energía. Liberate del aprendizaje por tips memorizables y se consciente de tu progreso. En lugar de experimentar pasivamente tus pensamientos o cumplir con los puntos de un check list concéntrate en las nuevas formas de abordaje, confía en tus sentimientos, cuestiónalos críticamente. Para desarrollar experiencia, pregúntate una vez más, ¿Cuál es mi propósito en esta vida?

2 – Dedica tiempo a la autorreflexión:
Escribe un diario de los aprendizajes y experiencias que te han resultado significativas cada día. esto no solo tiene muchos beneficios para la salud mental y ser un apoyo para los hábitos, es una herramienta excelente para nuestra metacognición.

3 – Evalua honestamente tu progreso y tus competencias:
Utiliza tu sistema de pensamiento. En lugar de saltar a las conclusiones más obvias, hazte preguntas. Distingue la señal del ruido y utiliza modelos mentales para poner a prueba tus supuestos.

4 – Toma notas de las ideas significativas.
Es mucho más fácil darse cuenta de las lagunas en nuestros conocimientos cuando tenemos una forma de visualizarlos. Si adquieres el hábito de tomar notas, podrás identificar más fácilmente los patrones de pensamiento y los atajos mentales.

5 – Dedica 2 minutos a cerrar los ojos
Explora las sensaciones que recibes cuando cambias el foco atencional entre estos tres elementos.

6 – Explora el cambio del significado de una palabra según el contexto:
Selecciona diferentes frases en las que se utiliza una palabra en contextos diferentes y deduce su significado basándote en el contexto. Este ejercicio te ayuda a entrenar tu «metacomprensión».

7 – Identifica tu estilo de aprendizaje:
Conoce diferentes metodologías para obtener nueva información y elige el método que te resulte más cómodo o práctico para aprender. Esto te ayudará a ser más consciente de tu proceso de aprendizaje y a potenciar tu conocimiento.

Los estilos de aprendizaje son rasgos cognitivos, fisiológicos y afectivos que indican cómo percibimos, interaccionamos y respondemos a los distintos ambientes del aprendizaje. Algunos ejemplos de estilos de aprendizaje incluyen el estilo activo, que se basa en nuevas experiencias y tiene una mente abierta; el estilo reflexivo, que piensa sobre los contenidos e intenta verlos desde diferentes puntos de vista; el estilo pragmático, que necesita comprobar constantemente sus ideas y es realista al tomar decisiones; y el estilo lógico matemático, que utiliza esquemas para estudiar.

Inspirándonos en el libro de Alonso Gallego y Honey, que plantea diferentes estilos de aprendizaje relacionados con la forma en que las personas procesamos y adquirimos nueva información, hemos clasificado algunas experiencias típicas en nuestra escala MET de Conciencia. De esta forma usted, como facilitador, podrá llevar a cabo distintas experiencias que le permitan al grupo aumentar el gradiente de conciencia.

0 – Activo: se basa en nuevas experiencias y tiene una mente abierta. No le importa emprender una tarea nueva y no evita los retos.
1 – Lógico matemático: utiliza esquemas para estudiar y mostrar las cosas más importantes.
2 – Intrapersonal: prefiere trabajar y estudiar las asignaturas en soledad.
2 – Auditivo: aprende mejor cuando escucha y graba sus propias explicaciones para escucharlas después.
2 – Social interpersonal: le gusta estudiar en grupo y prefiere trabajar con los demás siempre que puede.
3 – Visual: comprende mejor a través de esquemas y gráficos que reflejen la asociación y el significado de los distintos conceptos.
3 – Pragmático: necesita comprobar constantemente sus ideas y es realista al tomar decisiones y resolver cuestiones.
4 – Kinestésico: aprende más haciendo que leyendo u observando. Cuando practica, lleva a cabo el análisis y la reflexión.
4 – Reflexivo: piensa sobre los contenidos e intenta verlos desde diferentes puntos de vista.
5 – Multimodal: tiene un estilo más flexible y le resulta desafiante para aprender de diferentes maneras, utilizando las que más optimicen su estudio.
6 – Aprendizaje basado en el servicio. Ejemplo: el que enseña es el que más aprende. Dar es Recibir multiplicado.
7 – Aprendizaje basado en la Creatividad, con el fin de legar a la sociedad nuevos productos y servicios basados en la innovación.

Conocer tu estilo de aprendizaje puede ayudarte a elegir el método que te resulte más cómodo o práctico para aprender y a ser más consciente de tu proceso de aprendizaje.

8 – Practica el autoconocimiento en tu desempeño.
Después de realizar una actividad o comprender un nuevo tema, tómate un tiempo para autoevaluar cómo fue ese proceso de aprendizaje y hacerte preguntas como “¿De qué manera puedo mejorar mi desempeño en esta actividad?” o “¿Qué fue lo que más se me dificultó al ejecutarla?”.

9 – Estimula tus funciones cognitivas
Utiliza técnicas y estrategias orientadas a mejorar el rendimiento y la eficacia de capacidades cognitivas y funciones ejecutivas como la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento o la planificación. Hay varias aplicaciones disponibles que pueden ayudarte en este proceso, como Lumosity, Cognifit y Fit Brains Trainer.

10 – Propone preguntas para alimentar tu curiosidad.
No te quedes solo con la información que te brinda el profesor, sino sé más activo y plantea preguntas sobre las dudas que te surjan.

En resumen, las estrategias metacognitivas nos ayudan a comprender y desarrollar eficientemente nuestro conocimiento y aprendizaje.

Artículo compilado y desarrollado por el Dr Fabián Sorrentino. Fuentes consultadas electrónicamente el 30/5/2023
(1) https://www.unrc.edu.ar/ 
(2) Metacognición: historia, definición del concepto y teorías.
https://psicologiaymente.com/psicologia/metacognicion-definicion.

(3) Metacognición: qué es, elementos, ejemplos y beneficios – Lifeder.
https://www.lifeder.com/metacognicion/.

(4) CVC. Diccionario de términos clave de ELE. Metacognición..
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/metacognicion.htm.

(5) Metacognición | Definición del Concepto y Ejemplos Metacognitivos.
https://www.esalud.com/metacognicion/.
(6) Metacognición: qué es, elementos, ejemplos y beneficios – Lifeder.
https://www.lifeder.com/metacognicion/.
(7) Metacognición: promover el aprendizaje autónomo de los estudiantes – UNIR.
https://www.unir.net/educacion/revista/metacognicion-promover-el-aprendizaje-autonomo-de-los-estudiantes/.
(8) Metacognición: qué es, elementos, ejemplos y beneficios – Lifeder.
https://www.lifeder.com/metacognicion/.
(9) ¿Qué es la metacognición y para qué sirve? – TuInfoSalud.
https://bing.com/search?q=beneficios+de+la+metacognici%c3%b3n.
Fuente del cuadro sinóptico:
https://www.lecturio.com/es/pulse/metacognicion-realmente-sabe-lo-que-cree-que-sabe/ –