Desde pequeños se nos dice lo que hay que hacer, cómo hay que hacerlo, y lo que no hay que hacer. Desde niños vamos aprendiendo eso que se nos enseña. Pero no sólo lo aprendemos, sino que lo aceptamos tal como se nos da, como la verdad revelada y el mayor bien. En ningún momento nos cuestionamos si la educación es un «punto de vista» de nuestros padres o tutores. Finalmente cuando crecemos, nos identificamos a nosotros mismos como valor en tanto y en cuanto obedecemos el modelo aprendido.

Son distintos factores los que nos llevan a crear distintas representaciones internas o modelos mentales de una misma realidad. Estos son los principales:

  • Genética: tenemos unos genes propios de nuestros predecesores que han creado nuestra genética particular.
  • Circunstancias personales: las diversas situaciones que hemos vivido influyen en nuestra capacidad de pensar, de creer.
  • Experiencias, cultura: el lugar dónde hemos vivido, nuestro escenario de actuación ha condicionado nuestra forma de ver el mundo.
  • Canal de comunicación: el lenguaje o la forma en la que explicamos nuestras experiencias limita la experiencia externa. El propio idioma en el que nos expresamos nos condiciona totalmente.

De niños vamos aceptando naturalmente esta idea que nuestro modo de ser, es más importante que el Ser mismo. Sin embargo, el “ser” es algo central. Algo completamente propio que nos hace únicos e irrepetibles, nuestro propio fondo: la oportunidad de conectarnos con esa fuente de «todo posibilidad».

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El modo de ser, por su parte, se adquiere a través de la mente concreta y en la medida que aceptamos que el valor está en «ese modo» (en el afuera) necesitamos retener el modelo provocando la progresiva desconexión con nuestro fondo natural.

“La realidad de conciencia es la base de los estados mentales, es la observación de los cambios, de todo surgimiento y crecimiento, desarrollo y consecuente decadencia, de todo lo que se construye y se destruye. El universo se muestra como un espejo del propio movimiento del si mismo como conciencia reflejada. Y esta comprensión silenciosa, libre de la idea de estar comprendiendo, es pura plenitud que llena el vacío producido por la ausencia de ego.” Nisargadatha

“La conciencia es la base de los estados mentales, la observación de todo surgimiento y crecimiento, desarrollo y consecuente decadencia, de lo que construímos y destruímos. El universo es como un espejo del si mismo, una conciencia reflejada. Esta comprensión silenciosa, libre de la idea de estar comprendiendo, es pura plenitud que llena el vacío producido por la ausencia de ego.” Nisargadatha

Al situarnos en el sector más exterior de la mente nos desconectamos de nuestra fuente de energía vital y por lo tanto de nuestra propia conciencia de seguridad como seres concretos. Nos desconectamos de nuestro fondo mental desde donde tenemos la capacidad de observar por nosotros mismos, de razonar, de reflexionar, de construir una imagen propia del mundo como expresa Sábato en esta frase:

“Algunos supondrán que, por mi manera de ser, propensa a la melancolía y el pesimismo, estos 90 años con los que cargo encima acabarán por desalentarme; sin embargo, es todo lo contrario.” Ernesto Sabato

Entonces, cuando una aceptación como esta no aparece, comenzamos a vivir desde la fachada del modo de ser, dando respuestas en automático a los impulsos externos. Buscando solo, en el afuera, no en nuestro fondo afectivo, de donde está fluyendo toda nuestra capacidad de amar, de gozar, de felicidad. Y principalmente nos desconectamos de nuestro fondo espiritual, que es lo que nos conectas con el libre albedrío y el propósito de lo que vinimos a ser a este mundo.

desconLa desconexión de este fondo nos impide que vivamos en contacto con una fuente de significación poderosa, disfrutando de nuestras cualidades y de la manifestación de nuestros frutos. Forzándonos a proyectar en el exterior la seguridad, exigiéndole al exterior la felicidad que no logramos alcanzar (porque está fuera) quedando vulnerables a la oferta de la sociedad de consumo. «Si tienes puedes, y nunca tendrás lo suficiente, porque siempre hay algo más que necesitas en el afuera y no tienes».

Así es como el ser se confunde con el tener, con el estar (lugar que alcanzamos en la pirámide social) y con el poder de nuestro hacer (obras propias de nuestro rol, no que corresponden al sujeto).

¿Cómo usamos los modelos mentales?
El proceso es bastante más complicado y los detalles más complejos se escapan del ámbito del presente blog. Cada vez que etiquetamos algo (objeto, persona, accion, etc.) lo estamos negando, lo estamos limitando porque no podemos incluir todos sus detalles que son infinitos. Lo procesamos y creamos el modelo generalizando, diferenciando y seleccionando determinados detalles en función de los factores comentados en el párrafo anterior y lo guardamos como un modelo mental. Por ejemplo, si hemos visto pocos osos, o incluso sólo en libros en alguna ilustración, nuestro primer modelo mental va a ser el oso de la ilustración. Si ese oso era pardo, cuando nos hablen de osos polares, nuestro cerebro estará visualizando todo osos pardos, porque todavía no ha ampliado su modelo mental, no ha visto ningún oso polar.

Cuando vemos algo conocido, lo que estamos haciendo es llevar esa representación externa a nuestra colección de modelos e intentar reconocer el que más se aproxime. Si no entendemos de coches, todos nos parecen iguales, sin embargo, un experto en coches, te podrá especificar modelo y marca, e incluso potencia aproximada oyendo el motor.

La disponibilidad y variedad de modelos mentales en determinados ámbitos marcan nuestra diferencia para aprender determinadas materias. Los modelos mentales son claves para entender cómo funcionan las técnicas de aprendizaje, es la llave que abre las puertas.

La importancia de una gran variedad de modelos mentales
A la hora de procesar un problema es importante que nuestra mente disponga de una gran cantidad de modelos, como indicábamos en el resumen del libro de Steve Pavlina. Cuantos más modelos podamos distinguir, tendremos mayor capacidad para identificar un patrón o encontrar un abordaje funcional para confrontar las circunstancias. Pondré un sencillo ejemplo, si alguna vez has montado un mueble Ikea, seguro que ese primer montaje te ha servido para montar el resto más deprisa, porque hay determinados procesos, elementos, tornillería que ya conoces cómo funciona, tu mente ha creado un modelo mental del proceso.

Un modelo mental puede ser la suma de otros modelos mentales. Siguiendo el ejemplo anterior, para montar el mueble Ikea, seguramente has tenido que atornillar determinadas piezas. En su día para atornillar creaste un modelo, alguien te enseño cómo funcionaba un destornillador y su lógica. Tu mente ha creado la lógica de que una pieza alargada que termina en diente es un destornillador. Incluso si ves un dibujo con una forma alargada terminando en diente, serás capaz de identificar el perfil de un destornillador. Ese modelo mental del destornillador seguramente se habrá ampliado porque también lo puedes usar como palanca y abrir algo. O yendo más allá, podemos ampliar su modelo mental pensando que lo podemos usar para abrir una lata, para perforar algo, para golpear con el mango, etc.

Los de mi generación recordaréis a Mac Giver, con gran repertorio de modelos mentales que aprovechaba en cualquier circunstancia compleja y con elementos básicos para construir un mecanismo con qué salir del apuro.

¿Y cómo hacer que funcione un cambio de modelo?
Al preguntarle a Stephen R Covey ¿cuál de las dos técnicas prefiere para encontrar el camino interior: la de la atracción (tan de moda en este momento), o la de la búsqueda? (que venimos usando los occidentales desde antaño)

«A veces utilizo las palabras “descubrir, desarrollar, percibir, inventar” y “detectar”, que van más en el sentido de la atracción para cambiar un modelo. Como contrapartida hemos aprendido de Víctor Frankl a utilizar la búsqueda interior…»en realidad, se utilizan diferentes palabras para describir la manera en la que las personas encuentran su voz. A veces una persona sale, recibe una educación y empieza a descubrirla. Otras trabajan»… y respecto de los puntos de apalancamiento para cambiar la sociedad y los negocios responde: Un punto de apalancamiento es desde dentro hacia fuera, no hay que cambiar a los demás. Es como dentro de la pareja, se trata de hacer a tu mujer feliz, no mejor. La influencia es algo que puedes controlar, que está dentro de ti. Es ser un modelo o inspirar antes que cambiar a otra persona u otra cosa. Otro punto de apalancamiento poderoso es desarrollar hábitos o rituales que marquen tu vida cada día. Yo intento practicarlo regularmente todos los días, si puedo. Eso te renueva y da más equilibrio a tu vida. Éste es un punto de apalancamiento clave. Otro punto de apalancamiento clave es escuchar siempre antes»

Más adelante, respecto de la forma de renovar nuestra mente y nuestras creencias nos dice que a él le funciona estudiar. Estudiar de manera sistemática, leer material fuera de su sector. Y nos cuenta que su mujer lee más novelas, mientras el sigue leyendo más teoría e interactuando con el público. «La paz de la conciencia es ser honesto en todos tus negocios, decir la verdad a tu mujer, dedicarte a tus hijos”…Creencia por su parte, «es otra palabra para paradigma. Son sinónimos. Las creencias de cómo las cosas son según cada uno. Los valores son la manera en la que tendrían que estar las cosas. Las creencias son los paradigmas de cómo son las cosas»… «…nosotros no gobernamos. Los principios gobiernan. Los valores nos conducen. Los principios causan las consecuencias, sobre las cuales no tenemos ningún control. Eso nos trae la humildad. La humildad es la mayor virtud que existe, la mayor de todas. La humildad es la madre, el coraje el padre, la integridad el niño».

«No hay nada que cree más vínculo entre las personas que el hecho de crear algo juntas” A lo que por deducción directa nos preguntamos: ¿Qué estás entonces haciendo crear a tus clientes, a tu equipo, a tu familia..?

A la pregunta: ¿Cómo podemos ayudar a las personas a saber lo que realmente quieren? Covey Responde:

«Tenéis que enseñarles a desarrollar su conciencia. La conciencia es más poderosa que la mente. La paz de la mente es más orientada al exterior, es como cuando pagas la hipoteca. La paz de la conciencia es ser honesto en todos tus negocios, decir la verdad a tu mujer, dedicarte a tus hijos. Tú lo sabes en tu corazón. Mi voz interior es más poderosa que cualquier tormenta u otra cosa larga, que hace ruido y tiene poder. La conciencia es la clave. Cuanto más una persona entrena su conciencia, más sensibilidad tendrá hacia su misma conciencia. Es como si tu voz llegara hacia ti».

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En el mismo reportaje (publicado en el Portal del Coach) nos enseña a trabajar sobre el círculo de influencia de cada uno y dice: «hay que extenderlo lo más posible. No hay nada mejor para convertir a los cínicos, que los resultados. Luego hay que ir a hablar con las personas que pueden cambiar el sistema y decirles: “¿Por qué no hacemos un Programa Piloto?”, un programa pequeño que me ayude a cambiar el sistema, por ejemplo para mi. Luego hay que ver de dónde vienen los resultados. Los Programas Pilotos son fáciles de vender, muy fáciles, porque hay poco que perder y mucho que ganar. El jefe dice que sólo está experimentando y luego ve que funciona»

Estas líneas nos lleva a la reflexión de que es posible transformar nuestros hábitos, los modelos mentales y renovar nuestra mente alineándonos con los principios universales.

¿Qué relación existe entre los Modelos Mentales y los Sesgos Cognitivos?

Extracto del Manual del Mentor del Dr Fabián Sorrentino. © 1995-2023