Guión de teatro de 15 minutos para cuatro personas sobre el mito de la caverna de Platón

  • Define los personajes. Puedes usar los nombres que aparecen en el diálogo original de Platón: Sócrates, Glaucón, el prisionero liberado y uno de los prisioneros que permanece en la caverna. También puedes inventar otros nombres o usar solo números para identificarlos.
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  • Divide el guión en tres actos: el primero donde se presenta la situación de los prisioneros en la caverna, el segundo donde el prisionero liberado sale al exterior y descubre la verdad, y el tercero donde regresa a la caverna e intenta convencer a los demás de lo que ha visto.
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  • Escribe los diálogos entre los personajes, usando un lenguaje sencillo y claro, pero manteniendo el tono filosófico y reflexivo del mito. Puedes inspirarte en las palabras de Sócrates y Glaucón en la República, o adaptarlas a tu propio estilo. Trata de mostrar las emociones y reacciones de los personajes ante lo que ven y escuchan.
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  • Añade las acotaciones necesarias para indicar las acciones, gestos, movimientos y expresiones de los personajes, así como los efectos de sonido e iluminación que acompañen a la escena. Por ejemplo, puedes usar una luz tenue para representar la caverna, y una luz más brillante para el exterior. También puedes usar sonidos que simulen el fuego, las cadenas, las voces de los que manipulan los objetos, etc.
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  • Revisa el guión y corrige los posibles errores ortográficos, gramaticales o de coherencia. Asegúrate de que el guión tenga una duración aproximada de 15 minutos, y que cumpla con el objetivo de transmitir el mensaje del mito de la caverna.
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Vamos al guión y los diálogos:

ACTO I
(En el fondo del escenario hay una pared donde se proyectan sombras de distintas formas. Frente a ella hay cuatro hombres encadenados por el cuello y las piernas, que solo pueden mirar hacia la pared.
Son los PRISIONEROS 1, 2, 3 y 4. Detrás de ellos hay un fuego que ilumina la escena.
Entre el fuego y los prisioneros hay un muro bajo por donde pasan otras personas llevando objetos que producen las sombras.)

PRISIONERO 1: (Señalando una sombra) Mira, ese es un caballo.
PRISIONERO 2: No, es una vaca.
PRISIONERO 3: Estás equivocado, es un perro.
PRISIONERO 4: (Suspirando) ¿Qué más da? Son solo sombras. PRISIONERO 1: ¿Cómo que sombras? Son las cosas reales.
PRISIONERO 2: Claro que sí. ¿Qué otra cosa podrían ser? PRISIONERO 3: No lo sé. A veces me pregunto si hay algo más allá de esta pared. PRISIONERO 4: No seas tonto. Esto es todo lo que hay. Lo único que podemos hacer es observar las sombras y tratar de adivinar lo que son. PRISIONERO 1: Yo soy muy bueno en eso. Siempre acierto.
PRISIONERO 2: Ja, ja. Eso dices tú. Yo soy mejor.
PRISIONERO 3: Vamos a hacer una apuesta. El que acierte más sombras se lleva un trozo de pan.
PRISIONERO 4: (Resignado) Está bien. Total, no tenemos nada mejor que hacer. .

ACTO II
(El escenario se divide en dos partes: una que representa la caverna, donde siguen los PRISIONEROS 1, 2 y 4, y otra que representa el exterior, donde está el PRISIONERO 3, que ha sido liberado por una persona desconocida. El PRISIONERO 3 lleva los ojos vendados y es guiado por la mano.)

PRISIONERO 3: (Con voz asustada) ¿Dónde me llevas? ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?
LIBERADOR: (Con voz calmada) No temas. Soy un amigo. Te llevo a la luz.
PRISIONERO 3: ¿La luz? ¿Qué es la luz? LIBERADOR: Lo verás pronto. Pero antes tienes que acostumbrarte a ella. Por eso te he vendado los ojos.
PRISIONERO 3: No entiendo nada. ¿Qué hay más allá de la caverna?
LIBERADOR: Hay un mundo maravilloso, lleno de belleza y verdad. Un mundo que no se parece en nada a las sombras que has visto toda tu vida.
PRISIONERO 3: ¿Sombras? ¿De qué hablas?
LIBERADOR: Las cosas que veías en la pared no eran reales. Eran solo imágenes proyectadas por el fuego y los objetos que pasaban detrás del muro.
PRISIONERO 3: ¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso? Esas cosas eran lo único que conocía. Eran mi realidad.
LIBERADOR: Lo sé. Es difícil de aceptar. Pero te lo demostraré. Ya hemos llegado. Ahora voy a quitarte la venda, pero ten cuidado. La luz puede ser muy intensa al principio.
PRISIONERO 3: (Con voz nerviosa) Está bien. Hazlo. (LIBERADOR le quita la venda al PRISIONERO 3, que abre los ojos con dificultad. El escenario se ilumina con una luz brillante que representa el sol.)
PRISIONERO 3: (Gritando) ¡Aaaah! ¡Me duele! ¡No veo nada! ¡Devuélveme a la caverna! LIBERADOR: Tranquilo, tranquilo. Es normal. Tus ojos no están acostumbrados a la luz. Tienes que ir poco a poco.
PRISIONERO 3: (Llorando) ¿Qué me has hecho? ¿Por qué me has sacado de mi lugar?
LIBERADOR: Porque quiero que seas libre. Porque quiero que conozcas la verdad. PRISIONERO 3: ¿Qué verdad? ¿Qué hay aquí?
LIBERADOR: Mira a tu alrededor. ¿Qué ves?
PRISIONERO 3: (Parpadeando) No lo sé. Veo unas formas… unos colores… unos brillos…
LIBERADOR: Esas son las cosas reales. Las cosas que existen de verdad. Las cosas de las que proceden las sombras.
PRISIONERO 3: (Confundido) No lo entiendo. ¿Qué son esas cosas?
LIBERADOR: Son los árboles, las flores, los animales, las montañas, el cielo, el sol…
PRISIONERO 3: (Asombrado) ¿El sol? ¿Eso es el sol?
LIBERADOR: Sí, eso es el sol. La fuente de toda la luz y la vida.
PRISIONERO 3: (Maravillado) Es… es hermoso.
LIBERADOR: Sí, lo es. Y hay mucho más que ver y aprender. Ven, te enseñaré.

ACTO III
(El escenario vuelve a representar solo la caverna, donde están los PRISIONEROS 1, 2 y 4. El PRISIONERO 3 ha regresado después de haber visto el mundo exterior, pero sus ojos se han debilitado por la falta de luz. Los otros prisioneros lo miran con desconfianza y burla.)

PRISIONERO 1: (Con sarcasmo) Mira quién ha vuelto. El que se fue a ver la luz.
PRISIONERO 2: (Con ironía) Sí, el que nos abandonó por un sueño.
PRISIONERO 4: (Con indiferencia) ¿Qué quieres ahora? ¿Vienes a contarnos tus mentiras?
PRISIONERO 3: (Con entusiasmo) No, vengo a contaros la verdad. La verdad que he visto con mis propios ojos.
PRISIONERO 1: ¿La verdad? ¿Qué verdad?
PRISIONERO 3: La verdad de que este no es el mundo real. De que hay otro mundo más allá de esta caverna. Un mundo lleno de luz y belleza. Un mundo donde las cosas son como son, y no como parecen.
PRISIONERO 2: (Con incredulidad) ¿De qué estás hablando? ¿Qué cosas son esas?
PRISIONERO 3: Son las cosas que dan origen a las sombras que veis en la pared. Son los árboles, las flores, los animales, las montañas, el cielo, el sol…
PRISIONERO 4: (Con enfado) ¡Basta! ¡No sigas! ¡No queremos oír tus tonterías!
PRISIONERO 3: (Con paciencia) Por favor, escuchadme. Os lo digo por vuestro bien. Os quiero ayudar a salir de esta prisión.
PRISIONERO 1: (Con desprecio) ¿Salir? ¿Para qué? ¿Para volver con los ojos vendados y tropezar como un ciego?
PRISIONERO 2: (Con miedo) ¿Salir? ¿Y si hay peligros ahí fuera? ¿Y si nos hacen daño?
PRISIONERO 4: (Con resignación) ¿Salir? ¿Y dejar atrás todo lo que conocemos? ¿Y perder nuestra identidad?
PRISIONERO 3: (Con compasión) No tengáis miedo. No hay nada que temer. Solo hay que tener valor y curiosidad. Solo hay que seguir el camino de la luz.
PRISIONERO 1: (Con furia) ¡Ya basta! ¡Cállate! ¡No queremos saber nada de tu luz! ¡Eres un loco, un traidor, un enemigo!
PRISIONERO 2: (Con odio) ¡Sí! ¡Cállate! ¡O te matamos!
PRISIONERO 4: (Con indiferencia) Sí, cállate. O vete. No nos importa lo que hagas.

(Los PRISIONEROS 1 y 2 se levantan y se abalanzan sobre el PRISIONERO 3, que trata de defenderse. El PRISIONERO 4 se queda sentado, mirando la pared.) TELÓN

Análisis Filosófico-Educativo de la Pieza

El mito de la caverna de Platón es una alegoría sobre la realidad de nuestro conocimiento. Platón crea el mito de la caverna para mostrar en sentido figurado que nos encontramos encadenados dentro de una caverna, desde que nacemos, y cómo las sombras que vemos reflejadas en la pared componen aquello que consideramos real.

Platón (428 a. de C.-347 a. de C.) también usa esta alegoría para explicar cómo es para el filósofo y maestro guiar a las personas al conocimiento (educación), intentando liberarlas de las ataduras de la realidad de la caverna. Según este filósofo, la gente llega a sentirse cómoda en su ignorancia y puede oponerse, incluso violentamente, a quienes intentan ayudarles a cambiar.

El mito de la caverna se encuentra en el libro VII de la obra República de Platón, escrita hacia el año 380 a. de C. La importancia general de la obra República radica en la exposición de conceptos y teorías que nos llevan a los cuestionamientos sobre el origen del conocimiento, el problema de la representación de las cosas y la naturaleza de la propia realidad.

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Resumen de la obra

Aquí encuentras el texto original de la obra.

En el mito de la caverna es un diálogo escrito por Platón, en el que su maestro Sócrates y su hermano Glaucón hablan sobre cómo afecta el conocimiento y la educación filosófica a la sociedad y los individuos.

En este diálogo, Sócrates pide a Glaucón que imagine a un grupo de prisioneros que se encuentran encadenados desde su infancia detrás de un muro, dentro de una caverna. Allí, un fuego ilumina al otro lado del muro, y los prisioneros ven las sombras proyectadas por objetos que se encuentran sobre este muro, los cuales son manipulados por otras personas que pasan por detrás.

Sócrates dice a Glaucón que los prisioneros creen que aquello que observan es el mundo real, sin darse cuenta de que son solo las apariencias de las sombras de esos objetos.

Más adelante, uno de los prisioneros consigue liberarse de sus cadenas y comienza a ascender. Este observa la luz del fuego más allá del muro, cuyo resplandor le ciega y casi le hace volver a la oscuridad.

Poco a poco, el hombre liberado se acostumbra a la luz del fuego y, con cierta dificultad, decide avanzar. Sócrates propone que este es un primer paso en la adquisición de conocimiento. Después, el hombre sale al exterior, en donde observa primero los reflejos y sombras de las cosas y las personas, para luego verlas directamente.

Finalmente, el hombre observa a las estrellas, a la luna y al sol. Sócrates sugiere que el hombre aquí razona de forma tal que concibe a ese mundo exterior (mundo de las ideas), como un mundo superior. El hombre, entonces, regresa para compartir esto con los prisioneros en la caverna, ya que siente que debe ayudarles a ascender al mundo real.

Cuando regresa a la caverna por los otros prisioneros, el hombre no puede ver bien, porque se ha acostumbrado a la luz exterior. Los prisioneros piensan que el viaje le ha dañado y no desean acompañarle fuera. Platón, a través de Sócrates, afirma que estos prisioneros harían lo posible por evitar dicha travesía, llegando a matar incluso a quien se atreviera a intentar liberarlos.

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¿Qué representa el mito de la caverna de Platón?

El mito de la caverna es una alegoría que abarca varios elementos que comporta la teoría de las ideas de Platón y un análisis dividido en 3 dimensiones:

– La dimensión antropológica (naturaleza humana),
– La dimensión ontológica (del ser) y epistemológica (del conocimiento) y,
– La dimensión moral (valorización de la sociedad) y política (forma de gobernar).

La teoría de las ideas de Platón se basa en dos conceptos contrapuestos:

– El mundo sensible, cuya experiencia se vive mediante los sentidos. Son múltiples, corruptibles y mutables.
– El mundo inteligible o el mundo de las ideas, cuya experiencia es cosechada mediante el conocimiento, la realidad y el sentido de la vida. Siendo únicas, eternas e inmutables.

Dimensión Antropológica

Para Platón, el cuerpo y el alma pertenecen a dos dimensiones distintas. Por una parte, el cuerpo participa del mundo sensible, que es perecedero y variable, mientras que, por otra parte, el alma se vincula al mundo de las ideas, que es perfecto e inmutable.

En el mito de la caverna, la dimensión antropológica se refiere a la situación del ser humano y su forma de conocer. Esta dimensión está representada en la naturaleza del prisionero y su cuerpo, su relación con la caverna (mundo sensible), así como en el mundo exterior y la liberación de su alma (mundo de las ideas).

Los prisioneros son una metáfora de las personas que están sujetas a sus percepciones y las imágenes que se les muestran. Las sombras son el mundo físico que perciben y que creen es el conocimiento verdadero. Sin embargo, aquello que observan dentro no es más que un conocimiento subjetivo.

Cuando uno de los prisioneros se libera de sus cadenas y sale de la caverna, este viaje representa su ascensión al mundo inteligible, en donde adquiere el verdadero conocimiento.

Lo anterior implica una liberación moral e intelectual del alma de las ataduras y limitaciones ofrecidas por el mundo sensible. Su ascenso desde el interior de la caverna es una metáfora de su paso de la ignorancia al mundo de las ideas. Este paso, según Platón, se puede realizar con la práctica del método dialéctico.

Además, esta ascensión al mundo de las ideas es una búsqueda del conocimiento de sí en el mundo exterior (como se expresa en la frase «conócete a ti mismo»).

Dimensión ontológica y epistemológica

La dimensión ontológica se refiere a la naturaleza del ser y la dimensión epistemológica se refiere a la naturaleza, origen y validez del conocimiento.

Cada elemento del mito de la caverna simboliza un nivel del ser y del conocimiento, dentro del dualismo ontológico y epistemológico de Platón. Precisamente, la alegoría de los hombres apresados dentro de una caverna (nivel inferior) y del hombre liberado en el exterior (nivel superior), funciona para explicar su concepción dualista del mundo.

Desde el nivel inferior al superior tenemos:

– Las sombras: son las imágenes engañosas que perciben los sentidos. Corresponden al nivel más bajo del ser y del conocimiento.
– Los objetos: son las cosas materiales que producen las sombras. Corresponden al nivel intermedio del ser y del conocimiento.
– Las ideas: son las formas puras e inmutables que existen en el mundo inteligible. Corresponden al nivel más alto del ser y del conocimiento.