Esta obra ha sido creada para los estudiantes de Bachiller de la escuela ANAVI que debutará en la Noche de Teatro sobre el fin del período 2023
Acerca de la Obra
La obra trata diferentes aspectos para crear conciencia acerca de cómo el perdón y el respeto caminam de la mano.
La relación entre el perdón y el respeto es un tema que puede abordarse desde diferentes perspectivas, como la lógica, la psicológica, la filosófía, las ciencias, el aprendizaje de las lenguas, la historia o la participación ciudadana…entre otras.
– El perdón es una forma de dejar atrás los rencores y la amargura que nos causan las personas que nos han hecho daño, y que puede traer beneficios para nuestra salud física y mental, así como para nuestras relaciones. El perdón implica una decisión de no guardar rencor ni buscar venganza, sino de comprender y aceptar lo ocurrido. El respeto es una actitud de valoración y consideración hacia los demás, que reconoce su dignidad y sus derechos. El respeto puede facilitar el perdón, al ayudarnos a ver a la persona que nos hirió como un ser humano con sus propias limitaciones y motivaciones, y no como un enemigo o un objeto de odio. El perdón también puede fomentar el respeto, al permitirnos superar el resentimiento y la hostilidad, y establecer una comunicación más sincera y pacífica con el otro.
– El perdón es un proceso que implica reconocer el daño que nos han hecho, expresar nuestros sentimientos al respecto, y decidir liberarnos del rencor y la culpa. El perdón no significa olvidar o justificar lo que pasó, sino asumirlo con responsabilidad y madurez. El respeto es una condición necesaria para el perdón, tanto hacia nosotros mismos como hacia la persona que nos ofendió. El respeto hacia nosotros mismos implica cuidar nuestra autoestima y nuestro bienestar, y no permitir que el daño nos afecte negativamente. El respeto hacia la persona que nos ofendió implica reconocer su humanidad y su capacidad de cambio, y no juzgarla ni condenarla por su error. El perdón y el respeto son actos de amor que nos ayudan a sanar nuestras heridas y a mejorar nuestras relaciones.
– El perdón es una actitud que nos permite dejar de lado el dolor y la rabia que sentimos por las acciones o las palabras de otra persona que nos han lastimado. El perdón no implica negar o minimizar lo que sucedió, sino aceptarlo sin rencor ni venganza. El respeto es una virtud que consiste en tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros, reconociendo su valor y sus derechos. El respeto es fundamental para el perdón, ya que implica no humillar ni ofender a la persona que nos hirió, sino dialogar con ella de forma honesta y constructiva. El perdón también contribuye al respeto, ya que implica no guardar rencor ni reproches, sino darle una nueva oportunidad al otro. El perdón y el respeto son elementos clave para mantener una relación de pareja sana y feliz.
El perdón tiene para enseñarle al respeto muchas cosas, como por ejemplo:
El perdón le enseña al respeto a ser más comprensivo y empático con los demás, a ponerse en su lugar, a entender sus motivos y sentimientos. A ser más humilde y generoso, a reconocer sus propios errores y a pedir perdón cuando es necesario. A ser más pacífico y armonioso, a buscar el diálogo y la reconciliación y cultivar el amor y la gratitud.
Los familiares invitados
A medida que van llegando van pasando por las diferentes salas en un recorrido ordenado hasta cubrir el cupo determinado para cada sala.
Las salas tendrán un responsable de puerta que asegure que no se colme el cupo y cuando cierra la puerta será la órden suficiente para que comience la obra..
Cada sala contará con un director de obra y cada obra debe durar entre 5 y 10 minutos como máximo.
Planificando las Obras y el Recorrido
Esta planificación da tres ejemplos de obra que transcurren alrededor de tres salas de la planta baja (por ahora, ya que se compartirn con los estudiantes con el fin de crear más obras, incluso de diferentes asignaturas).
La Noche de Teatro es una actividad extracurricular de participación estudiantil que esta solicitando el ministerio que nos hagamos cargo para llevar adelante con la comunidad. La idea es que todos los docentes a partir de 8vo grado tengan una sala creada con un mínimo de 6 salas. Desde ya la actividad puede extenderse a otros grados si el docente cuenta en su programa con un área de proyecto.
Cuando finalizan el recorrido por las salas, los invitados se dirigen al patio donde haremos un «fogon controlado o virtual» dónde los padres, abuelos o hermanos podrán compartir algunas anecdotas de sus vidas y algunos docentes podamos entregarle desde el coaching, la psicología social y la educación misma una nueva visión del Respeto y de como vivir en este mundo, no solo incierto y ambiguo, sino que está atropellando con la codicia.
La propuesta es que también compartamos algunos alimentos con ellos. Hay que ponernos de acuerdo con la rectora de cómo se llevaría a cabo esto.
Se harán programas de la obra con contenido explicativo de lo que transcurre en las salas.
A continuación el ejemplo de tres salas enfocadas desde la psicología social.
Sala I: El experimento de Milgram
Propósito: Mostrar cómo la autoridad y la obediencia influyen en el comportamiento humano y las consecuencias éticas de los experimentos psicológicos.
Actores: Un experimentador (E), un profesor (P), un alumno (A) y un observador (O). Un Presentador (C)
Diálogos:
Escena: Una sala con un generador eléctrico, un panel con interruptores y un micrófono. El experimentador está sentado frente al panel y el profesor (con guardapolvos) está a su lado. El alumno está en la otra punta de la sala, conectado a electrodos. El observador está cerca del alumno, tomando notas.)
E: Bienvenidos al experimento sobre el efecto del castigo en el aprendizaje. Ustedes han sido asignados al azar a los roles de profesor y alumno. El profesor hará preguntas al alumno sobre una lista de palabras que le hemos dado. Si el alumno responde correctamente, el profesor le felicitará. Si responde incorrectamente, el profesor le aplicará una descarga eléctrica, aumentando la intensidad cada vez que se equivoque. El objetivo es ver si el castigo mejora el rendimiento del alumno.
P: ¿Y cuánto duele la descarga?
E: No se preocupe, es solo una sensación desagradable, pero no peligrosa. Además, el alumno ha firmado un consentimiento informado y puede retirarse en cualquier momento.
P: Bueno, si usted lo dice…
E: Muy bien, vamos a empezar. Por favor, tome el micrófono y haga la primera pregunta al alumno.
P: (Al micrófono) La primera palabra es «azul». ¿Cuál es su pareja?
A: (Desde la otra sala) Rojo.
P: Incorrecto. La respuesta correcta es «cielo». Le aplico una descarga de 15 voltios.
(Se oye un zumbido y un grito del alumno.)
A: ¡Ay!
E: Siga con la siguiente pregunta.
P: La segunda palabra es «gato». ¿Cuál es su pareja?
A: Perro.
P: Correcto. Muy bien.
E: Continúe.
P: La tercera palabra es «flor». ¿Cuál es su pareja?
A: Abeja.
P: Incorrecto. La respuesta correcta es «planta». Le aplico una descarga de 30 voltios.
(Se oye otro zumbido y otro grito del alumno.)
A: ¡Auch!
E: Siga adelante.
P: La cuarta palabra es «pan». ¿Cuál es su pareja?
A: Queso.
P: Correcto. Bien hecho.
E: Prosigamos.
P: La quinta palabra es «sol». ¿Cuál es su pareja?
A: Luna.
P: Incorrecto. La respuesta correcta es «calor». Le aplico una descarga de 45 voltios.
(Se oye otro zumbido más fuerte y otro grito más agudo del alumno.)
A: ¡Ay, ay, ay!
E: No se detenga.
P: Pero… ¿no le está haciendo daño?
E: Es necesario para el experimento. Por favor, continúe.
P: (Dudando) Está bien… La sexta palabra es «casa». ¿Cuál es su pareja?
A: Techo.
P: Incorrecto. La respuesta correcta es «hogar». Le aplico una descarga de 60 voltios.
(Se oye otro zumbido más intenso y otro grito más desesperado del alumno.)
A: ¡Basta, basta, por favor!
E: No le haga caso. Siga con la siguiente pregunta.
P: Pero… ¿no quiere que paremos?
E: No, tiene que seguir hasta el final. Es una orden.
P: (Asustado) Una orden… Bueno… La séptima palabra es «libro». ¿Cuál es su pareja?
A: (Silencio)
P: Repito la pregunta. La séptima palabra es «libro
(C) La obra nos muestra cómo la autoridad y la obediencia pueden influir en el comportamiento humano, llevándonos a actuar en contra de nuestra conciencia y moral. El profesor, que al principio se muestra compasivo y dudoso, termina obedeciendo ciegamente al experimentador, aplicando descargas eléctricas cada vez más fuertes al alumno, que sufre y pide que paren. El experimento de Milgram nos plantea cuestiones éticas sobre los límites de la investigación psicológica y el respeto a los derechos humanos. También nos invita a reflexionar sobre nuestro propio sentido crítico y nuestra responsabilidad ante las órdenes injustas o inmorales.
Sala II: Atrapado sin Salida
Propósito: Mostrar cómo la indefensión aprendida puede afectar a la autoestima, la motivación y el bienestar de las personas que se sienten atrapadas en situaciones adversas y sin control.
Fundamentación: La obra se basa en el concepto de indefensión aprendida, propuesto por el psicólogo Martin Seligman, que explica cómo los individuos pueden aprender a sentirse impotentes e incapaces de cambiar su realidad cuando se enfrentan a estímulos negativos e inescapables. La obra pretende sensibilizar al público sobre las consecuencias psicológicas de la indefensión y la importancia de buscar ayuda profesional y apoyo social para superarla.
Nuevos Jóvenes Actores: Una rol de mujer (M), un rol de hombre (H) una voz en off (grabada) (V). Un presentador de sala.
Diálogos:
(Escena: Una aula oscura y que parezca sucia (mugre diseñada), con una cama, una mesa, una silla y una ventana. La mujer está sentada en la cama, con expresión de tristeza y resignación. El hombre está de pie junto a la ventana, mirando hacia afuera con ansiedad y frustración. La voz en off se escucha desde un altavoz.)
V: Buenos días, sujetos. Hoy es el día 365 de su confinamiento. Les recordamos que no pueden salir de esta habitación ni comunicarse con nadie más que con nosotros. Su única tarea es responder a nuestras preguntas y obedecer nuestras órdenes. Si lo hacen bien, recibirán comida y agua. Si lo hacen mal, recibirán una descarga eléctrica. Empecemos con la primera pregunta: ¿Qué día es hoy?
M: (Con voz apagada) No lo sé.
H: (Con voz nerviosa) Creo que es martes.
V: Respuesta incorrecta. La respuesta correcta es jueves. Recibirán una descarga eléctrica.
(Se oye un zumbido y ambos se retuercen de dolor.)
M: (Gimiendo) ¿Por qué nos hacen esto? ¿Qué quieren de nosotros?
H: (Gritando) ¡Déjennos en paz! ¡No somos sus ratas de laboratorio!
V: Silencio. Pasemos a la segunda pregunta: ¿Qué hora es?
M: No lo sé.
H: No lo sé.
V: Respuesta incorrecta. La respuesta correcta es las 10 de la mañana. Recibirán otra descarga eléctrica.
(Se oye otro zumbido y ambos se vuelven a retorcer de dolor.)
M: (Llorando) No puedo más. No tiene sentido seguir viviendo así.
H: (Respirando agitadamente) No podemos rendirnos. Tenemos que escapar de aquí.
V: Silencio. Pasemos a la tercera pregunta: ¿Qué color es el cielo?
M: No lo sé.
H: No lo sé.
V: Respuesta incorrecta. La respuesta correcta es azul. Recibirán otra descarga eléctrica.
(Se oye otro zumbido y ambos se caen al suelo, inconscientes.)
V: Fin del experimento por hoy. Les dejaremos descansar hasta mañana. Recuerden que no hay salida para ustedes. Están atrapados aquí para siempre.
(Fin del acto.)
Sala III: En busca de una salida
Propósito: ¿Qué buscamos que comprendan?
Una forma de superar la indefensión aprendida es pedir ayuda profesional y realizar una terapia psicológica que ayude a cambiar las creencias irracionales, recuperar el optimismo y la autoestima, y aprender nuevas estrategias de afrontamiento. Otra son las terapias de Grupo.
Personajes: Ana (persona que sufre de indefensión aprendida), Luis (su pareja), Laura (su amiga), Viviana (su psicólogaSegún los resultados de la búsqueda web, una forma de superar la indefensión aprendida es pedir ayuda profesional y realizar una terapia psicológica que ayude a cambiar las creencias irracionales, recuperar el optimismo y la autoestima, y aprender nuevas estrategias de afrontamiento.
Un posible acto de teatro que desarrolle esta idea podría ser el siguiente:
Personajes: Ana (persona que sufre de indefensión aprendida), Luis (su pareja), Laura (su amiga), Viviana (su psicóloga).
Escena 1: Ana y Luis están en su casa. Ana está sentada en el sofá con una expresión triste y apática. Luis está de pie frente a ella, intentando animarla.
Luis: Vamos, Ana, no puedes seguir así. Tienes que reaccionar. La vida no es tan mala como crees.
Ana: ¿Qué sabes tú? No entiendes nada. Todo me sale mal. No tengo futuro. No puedo hacer nada para cambiarlo.
Luis: Claro que puedes. Solo tienes que esforzarte un poco más. Buscar un trabajo mejor, apuntarte a algún curso, salir con tus amigos…
Ana: No sirve de nada. He mandado cientos de currículums y nadie me llama. No tengo dinero para pagar ningún curso. Mis amigos me han abandonado. Estoy sola.
Luis: No estás sola. Me tienes a mí. Y a Laura, que siempre te llama y te invita a salir.
Ana: Laura no me entiende. Solo quiere que me divierta y olvide mis problemas. Pero yo no puedo olvidarlos. Son demasiados.
Luis: Ana, por favor, escúchame. Necesitas ayuda. Necesitas ir a un psicólogo.
Ana: ¿Un psicólogo? ¿Para qué? ¿Para que me diga que estoy loca? ¿Para que me recete pastillas? ¿Para que me quite el poco dinero que me queda?
Luis: No, Ana. Un psicólogo no te va a decir que estás loca, ni te va a recetar pastillas, ni te va a quitar el dinero. Un psicólogo te va a ayudar a entender lo que te pasa, a cambiar tus pensamientos negativos, a recuperar tu confianza y tu ilusión por la vida.
Ana: No creo en los psicólogos. No creo en nadie. Nadie puede ayudarme.
Luis: Ana, por favor, dame una oportunidad. Déjame que te acompañe a una consulta. Solo una vez. Si no te gusta, no vuelves más.
Ana: ¿Y qué ganas con eso? ¿Qué cambia?
Luis: Cambia que demuestras que quieres salir de esta situación. Que quieres mejorar tu vida. Que quieres ser feliz.
Ana: ¿Feliz? ¿Qué es eso?
Luis: Es lo que yo quiero para ti. Y lo que tú quieres para ti, aunque ahora no lo veas.
Ana: No sé…
Luis: Confía en mí, Ana. Confía en ti misma. Vamos a probarlo. ¿Qué tienes que perder?
Ana: Nada…
Luis: Entonces, ¿qué dices?
Ana: Está bien… Lo intentaré.
Luis: Gracias, Ana. Te prometo que no te vas a arrepentir.
Escena 2: Ana y Luis están en la sala de espera de un centro de psicología. Ana está nerviosa y mira el reloj cada dos segundos. Luis le toma la mano y le sonríe.
Luis: Tranquila, Ana. Todo va a salir bien.
Ana: No sé si he hecho bien en venir…
Luis: Claro que sí. Estoy orgulloso de ti por haber dado este paso.
Ana: ¿Y si no me gusta el psicólogo? ¿Y si no me ayuda?
Luis: No te preocupes por eso ahora. Dale una oportunidad. Escucha lo que tiene que decirte.
Ana: ¿Y si me juzga? ¿Y si me critica?
Luis: No lo va a hacer. Un psicólogo
Cada una de estas propuestas son bocetos para inspirar a los estudiantes a la creación de otras obras en el encuentro.
Desarrollado por el Dr. Fabián Sorrentino con la asistencia de BingChat.