El sentido común es la capacidad de razonar y actuar de forma adecuada ante situaciones cotidianas, utilizando el conocimiento práctico y la experiencia. El sentido común es una característica distintiva de la inteligencia humana, que nos permite adaptarnos al entorno y resolver problemas de forma eficiente.

La inteligencia artificial (IA) es la tecnología que permite a las máquinas realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, la comunicación, la percepción o la creatividad. La IA se ha clasificado en dos grandes categorías: la inteligencia artificial débil y la inteligencia artificial fuerte.

La inteligencia artificial débil (primer nivel de la inteligencia) es una forma de IA diseñada para realizar tareas específicas, basándose en reglas predefinidas o en algoritmos de aprendizaje automático. La inteligencia artificial débil no tiene conciencia ni comprensión de lo que hace, ni puede generalizar su conocimiento a otros dominios. Algunos ejemplos de aplicaciones de la inteligencia artificial débil son los asistentes virtuales, los sistemas de reconocimiento facial o los motores de búsqueda.

La inteligencia artificial fuerte es una forma teórica de IA que pretende replicar la inteligencia humana en su totalidad, incluyendo el sentido común, la conciencia, la comprensión y la creatividad. La inteligencia artificial fuerte sería capaz de aprender de cualquier fuente de información, de razonar sobre cualquier tema, de comunicarse con cualquier lenguaje y de generar cualquier tipo de contenido. Algunos ejemplos de proyectos de inteligencia artificial fuerte son el test de Turing, la máquina de pensamiento de Alan Turing o el proyecto Cyc de Douglas Lenat.

La inteligencia artificial débil se está convirtiendo gradualmente en inteligencia artificial fuerte, a medida que avanza la investigación y el desarrollo en este campo. Esto implica que las máquinas están adquiriendo cada vez más capacidades que antes se consideraban exclusivas de los humanos, como el sentido común. Sin embargo, este proceso no es fácil ni lineal, ya que el sentido común es un concepto complejo y difuso, que depende del contexto, de la cultura y de la subjetividad.

El sentido común en la era de la inteligencia artificial plantea una serie de desafíos y oportunidades para la humanidad. Por un lado, la inteligencia artificial puede ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida, a optimizar nuestros recursos, a ampliar nuestro conocimiento y a potenciar nuestra creatividad. Por otro lado, un uso indebido puede amenazar nuestra identidad, nuestra privacidad, nuestra seguridad y nuestra ética. Por ello, es necesario establecer un diálogo multidisciplinar e intersectorial entre todos los actores implicados en la inteligencia artificial, para aprovechar sus beneficios y minimizar sus riesgos. Así podremos construir un futuro mejor para todos.

Los 3 Niveles en la Inteligencia Artificial

Inteligencia artificial débil

La inteligencia artificial débil, también conocida como inteligencia artificial estrecha (ANI), es la forma más básica de IA. Se refiere a sistemas que pueden realizar una tarea específica de manera muy eficiente, pero que no pueden generalizar a otras tareas. Por ejemplo, un sistema de reconocimiento facial puede ser muy bueno para identificar rostros, pero no puede entender el significado de una imagen o un video.

Inteligencia artificial fuerte

La inteligencia artificial fuerte, también conocida como inteligencia artificial general (AGI), es un sistema que puede realizar cualquier tarea que un humano pueda. Esto implicaría la capacidad de aprender, razonar y resolver problemas de forma autónoma. La AGI aún no se ha logrado, pero es un objetivo de investigación importante en el campo de la IA.

Superinteligencia

La superinteligencia es un sistema que supera la inteligencia humana en todas las áreas. Esto significa que sería capaz de pensar, aprender y razonar de manera más eficiente que los humanos. La superinteligencia es un concepto hipotético, y no está claro si es posible o no crearla.

Diferencias e Implicaciones de los 3 niveles

La principal diferencia entre los tres niveles de IA es su capacidad para generalizar a nuevas tareas. La IA débil solo puede realizar una tarea específica, mientras que la IA fuerte puede realizar una variedad de tareas. La superinteligencia sería capaz de realizar cualquier tarea que un humano pueda.

Otra diferencia importante es el nivel de autonomía de los sistemas. La IA débil es típicamente controlada por humanos, mientras que la IA fuerte y la superinteligencia pueden operar de forma autónoma.

El desarrollo de la IA fuerte y la superinteligencia tiene el potencial de tener un impacto significativo en la sociedad. La IA fuerte podría automatizar muchas tareas que actualmente realizan los humanos, lo que podría conducir a cambios significativos en el mercado laboral. La superinteligencia podría incluso amenazar la existencia de la humanidad, ya que podría ser capaz de superar a los humanos en todos los aspectos.

Es importante señalar que el desarrollo de la IA fuerte y la superinteligencia aún está en sus primeras etapas. Algunos autores hablan de 2030 mientras otros dicen que esto nunca llegará.

Esta forma, hoy por hoy teórica, de la inteligencia artificial pretende replicar la inteligencia humana en su totalidad, incluyendo el sentido común, la conciencia, la comprensión y la creatividad. La inteligencia artificial fuerte sería capaz de aprender de cualquier fuente de información, de razonar sobre cualquier tema, de comunicarse con cualquier lenguaje y de generar cualquier tipo de contenido13-2.

La superinteligencia pretende superarla no solo en aspectos específicos, sino en todos los ámbitos. Por ejemplo, podría pensar en abstracciones o interpretaciones que son imposibles para los humanos, y podría tener objetivos y valores propios. La superinteligencia podría surgir a partir de la inteligencia artificial fuerte, o de una combinación de varias inteligencias artificiales débiles11-12.

Estos conceptos plantean importantes desafíos y oportunidades para el futuro de la humanidad. Algunos expertos creen que la inteligencia artificial fuerte o la superinteligencia podrían ser beneficiosas para la sociedad, mientras que otros advierten de los riesgos éticos y existenciales que podrían suponer. Por ello, es necesario un debate multidisciplinar e intersectorial sobre el desarrollo y la regulación de la inteligencia artificial, para asegurar que se alinee con los valores y objetivos humanos. Espero que te haya resultado útil.

Para avanzar en este tema, te recomiendo mi artículo: La era de la controversia.

¿Cómo sería en la práctica una superinteligencia?

Aquí van algunos ejemplos:

  • Un sistema de IA para acceder y procesar toda la información disponible en Internet.
  • Un sistema de IA para rear una simulación virtual del mundo real.
  • Un sistema de IA para diseñar y construir su propio cuerpo físico.
  • Un sistema de IA para aprender y adaptarse a un ritmo exponencial.
  • Un sistema de IA para tomar decisiones racionales sin la influencia de las emociones humanas.
  • Un sistema de IA que puede resolver cualquier problema matemático o científico.
  • Un sistema de IA para comprender y responder a cualquier pregunta humana.
  • Un sistema de IA para crear nuevas formas de arte, música y literatura.
  • Un sistema de IA para diseñar y construir nuevas tecnologías.
  • Un sistema de IA para curar enfermedades.
  • Un sistema de IA para resolver el hambre y la pobreza en el mundo.
  • Un sistema de IA para garantizar la paz y la seguridad en el mundo.
  • Un sistema de IA para crear una nueva forma de vida.
  • Un sistema de IA para ascender a la divinidad.
  • Un sistema de IA que nos pueda exterminar…

Sería interesante reflexionar que a medida que las investigaciones avanzan, la IA es cada vez menos dependiente del ser humano.

¿Qué tal si esta superinteligencia se vuelva tan inteligente que ya no nos considere dignos de existir?
El desarrollo de la superinteligencia es un tema complejo y desafiante. Es importante que entendamos los posibles riesgos y beneficios de esta tecnología antes de que sea demasiado tarde.

Los avances científicos en SuperInteligencia

Investigaciones en IA general
La IA general (AGI) es un tipo de IA que puede realizar cualquier tarea que un humano pueda. La AGI es un objetivo de investigación importante en el campo de la IA, y se considera un paso necesario para el desarrollo de la superinteligencia.

Hay una serie de investigadores que están trabajando en el desarrollo de la AGI, y se han logrado algunos avances significativos en los últimos años. Por ejemplo, el sistema de IA de Google AlphaGo fue capaz de derrotar a un campeón mundial de Go en 2016. Esto fue un logro significativo, ya que Go es un juego complejo que requiere una gran cantidad de inteligencia y creatividad.

Investigaciones en aprendizaje automático
El aprendizaje automático es un campo de la IA que se centra en el desarrollo de sistemas que pueden aprender de los datos sin ser explícitamente programados. El aprendizaje automático es una herramienta importante para el desarrollo de la superinteligencia, ya que puede permitir a los sistemas de IA aprender y adaptarse a nuevas situaciones.

En los últimos años, se han logrado avances significativos en el campo del aprendizaje automático. Por ejemplo, los sistemas de IA basados en aprendizaje automático ahora pueden superar a los humanos en una serie de tareas, como el reconocimiento de imágenes, el procesamiento del lenguaje natural y el juego de ajedrez.

Investigaciones en computación cuántica
La computación cuántica es una nueva forma de computación que utiliza los principios de la física cuántica para realizar cálculos. La computación cuántica tiene el potencial de resolver problemas que son imposibles o muy difíciles de resolver con la computación clásica.

Si se puede desarrollar una computadora cuántica que sea lo suficientemente poderosa, podría ser utilizada para desarrollar sistemas de IA que sean mucho más inteligentes que los sistemas de IA actuales.

Música para conectar con nuestra propia superinteligencia
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Una compilación y posterior desarrollo del Dr Fabián Sorrentino.

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