La ciudadanía digital o «la capacidad de participar en la sociedad en línea» está definida por la forma en que una persona actúa al utilizar la tecnología digital para comunicarse asertivamente.

Lograrla supone la comprensión de asuntos políticos, culturales y sociales relacionados con el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), así como la aplicación de conductas pertinentes a esa comprensión y a los principios que la orientan: ética, legalidad, seguridad y responsabilidad en el uso de la Internet, las redes sociales y las tecnologías disponibles.

Un ciudadano digital tiene derecho al acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y a su apropiación, al desarrollo de habilidades digitales, a la información en línea de forma segura, transparente y privada, así como a la participación a través de medios tecnológicos.

Pero como todos sabemos, los derechos reclaman de nuestra parte algunos compromisos.

Revisemos un pedacito de la historia

Cuando Jordi Adell y Segura, un profesor y pedagogo valenciano , doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Valencia, (hoy con 60 años) comenzó a dar clases de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación junto con sus compañeros Toni y Carles Bellver, Enrique Navarro y Enrique Silvestre. Ellos fueron quienes crearon el primer servidor Gopher instalado en España en 1992 y el primer servidor web registrado internacionalmente, en 1993.

Luego en 1996 el primer directorio de recursos con los servidores web de España, que llegó a tener hasta 5 millones de consultas mensuales en 1998, y con solo 29.000 registros, alcanzó una media de 100 consultas por minuto. Así fue como en 1998 tuvo que cerrar a causa de un colapso técnico.

Hoy, convertido en bloguero , este pedagogo y doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, es uno de los nombres de referencia de los orígenes de la red a nivel global y uno de los protagonistas del libro de Andreu Viene à Cómo creamos internet (2013).

Paralelamente a este personaje, en Octubre de 1995, Sally Hambridge una directiva de Intel, tomó la decisión de compartirnos la 1er compilación de las reglas de la Netiquette, que apelaban a comunicarnos más asertivamente en el mundo virtual. Desde ya, el concepto ha sufrido múltiples cambios a medida que fueron apareciendo más y más herramientas y nuevos avances tecnológicos.

Antes de continuar disfruto de aclarar que todas estas construcciones no han sido impuestas por nadie, sino que han ido surgiendo de la propia comunidad, que fue migrando de las conversaciones vía e-mail a las redes sociales. Masificando incluso la posibilidad de comunicarnos… los resultados están hoy a la vista. Y lo peor de todo esto, es que a mayor información, aumenta el grado de indiferencia de los interlocutores.

¿En que dinámicas aplica la ciudadanía digital?

Desde que comenzamos a usar internet somos ciudadanos digitales. Eso significa que podemos usar internet para:

  • buscar información
  • expresar nuestra opinión
  • comunicarnos con otras personas
  • realizar trámites
  • trabajar en línea
  • comprar y vender productos y servicios
  • buscar u ofrecer trabajo
  • participar en campañas y encuestas
  • jugar en línea
  • consumir entretenimiento
  • conectar y operar nuestros dispositivos en línea

¿Que escenario estoy observando hoy?

Este COVID 19, que nos relegó a permanecer en casa a la mayoría, nos llevó a que todo lo que hacíamos «cara a cara» se convirtiera en virtual. Y así es como hoy, estos aspectos vuelven a cobrar protagonismo. Y a 25 años de sus primeras apariciones en escena, han vuelto más recargados que nunca!

Ahora: ¿No les parece loco que hoy sigamos cometiendo muchos de los mismos errores de comunicación que cometíamos hace 25 años?

En función de esta pregunta, algunos estudiantes me han preguntado por qué creo que esto sucede y en este artículo ensayo una respuesta.

En primera instancia aparecen 3 aspectos que no tienen relación directa con la tecnología, ni con el grado de conocimiento de esta. Sino que están relacionados a nuestra manera de estar siendo.

1 – El bajo nivel de conciencia en el que hoy nos seguimos moviendo.

Este es un tema que comenzó con la humanidad a partir de que fuimos «dándonos cuenta» de la importancia de vivir en una sociedad. Una sociedad conformada por personas con múltiples maneras de ser, con diferentes grado de educación, intercambiando unas con otras para cubrir sus necesidades y así es como entre todos fuimos formando un entramado.

Detrás de las relaciones que vamos entablando hay múltiples propósitos, algunos mas elevados que otros, pero mas allá de eso, todo esto que somos, termina saliendo a la luz a la hora de comunicarnos.

En términos de David Hackins, autor de «El Poder Vs la Fuerza», aquí va la explicación que encuentro más acertada: Al día de hoy el mundo está atravesando en promedio una conciencia en «el nivel del orgullo», esto es para mi una de las consecuencias de porque nos comunicamos transaccionalmente. Para encontrar nuestro beneficio, para sentirnos bien, para lucirnos, para ganar discusiones al otro.

Y aunque el mundo ha venido progresando en los niveles de conciencia en los que hoy se viene manifestando, pareciera que aún no estamos listos para abrir nuestro corazón y mostrarnos sin tapujos ni máscaras.

2 – Nuestra falta de impecabilidad

Sabemos que es hacer lo correcto, pero no lo hacemos. Nuestra manera de estar siendo no acompaña, solo porque vivimos atrapados en la urgencia de querer hacer todo.

Algo así como: No se lo que quiero, pero lo quiero ya!

Hasta que el compromiso no deje de ser ese, nos seguiremos llevando por delante a otros. Y esto de vivir sin espacio para la reflexión, va a seguir siendo la mayor barrera para tornarnos impecables.

Así es como las reglas cumplen un papel importante, para que en ciertos momentos podamos encontrar consenso.

Y a medida que nos pasamos de la raya, más y más reglas de comportamiento para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de un cuerpo o una colectividad en una profesión o en una determinada colectividad son necesarias.

Es por eso que convivir, se ha convertido en una tarea, que requiere de  un alto grado de paciencia y flexibilidad, para sobrellevar el clima de caos que se produce, por ejemplo, cuando abrimos todos los micrófonos de Zoom, para que aparezcan libremente las opiniones durante una clase… y se produce una explosión de bullicio.

3 – Pretender continuar comunicándonos atados al Ego

Todos tenemos necesidades y queremos una solución. Pero es un acto de inmadurez esperar que el otro la traiga, en lugar de ser mi persona el artífice del cambio.

Para ilustrar esto revisemos el siguiente ejemplo: un profesor termina de dar un tema, abre un espacio de preguntas y aparece lo inevitable: decenas de preguntas para abordar en pocos minutos.

¿Ustedes pueden darse cuenta del desafío que implica responder las inquietudes de todos?

Y aunque muchos de nosotros ya tenemos experiencia en este tipo de abordajes, el camino que he venido transitando hasta hoy es invitar a cada estudiante a que pueda revisar cuál la intención que está detrás de las preguntas… buscando ser lo suficientemente inspirador para que el estudiante luego vaya por su propia búsqueda.

Como reflexión final de estos ejes me gustaría aportarles un cuarto eje para el análisis, que si tiene que ver con el conocimiento y el cual trae aparejado un agravante a lo descrito anteriormente, y se trata de la Ignorancia

Competencia informática:

Es el conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas necesarios para trabajar con la información; buscar información, gestionarla, analizarla, evaluarla y luego crear nueva información y difundirla.
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Competencia tecnológica:

Es el manejo de las herramientas que la tecnología nos ofrece como ordenadores, dispositivos móviles, cámaras digitales, e-books, GPS, entre tantas otras cada día más sofisticadas que nos rodean y de las cuales se adquiere cierta dependencia. Cuando se aprende a utilizarlas (con manual o con el propio uso), estamos desarrollando la competencia tecnológica, la cual sería más provechoso si explotáramos los usos que tal herramienta tecnológica nos ofrece al máximo.
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Alfabetizaciones múltiples:

Las alfabetizaciones múltiples deben favorecer a la lectura de otros códigos, a la elaboración de mensajes, a la posibilidad de construir conocimiento y de apropiarnos de él. Hoy existen múltiples lenguajes que implican nuevas formas de alfabetización, no solo el lenguaje oral o escrito, existen así la oralidad, gestualidad, el lenguaje del cómic, del grafiti, del video, de la fotografía, entre tantos. El estar alfabetizado permite al individuo el desempeño pleno de su ciudadanía – ser capaz de informarse, relacionarse con otros, tomar decisiones, resolver problemas, aprender y desarrollar su personalidad.
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Competencia cognitiva genérica:

Ante la cantidad de fuentes de información, esta competencia, nos permite poder discriminar, ser críticos y selectivos para convertir la información en conocimiento.
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Competencias digitales:

Preparación para vivir en un mundo donde lo real y lo virtual u en línea se confunden, la educación para ser ciudadanos críticos, libres, integrados, capaces de vivir con normas y estándares de conducta elevados no sólo en la sociedad sino también en las redes sociales. Respeto por la legalidad y conocimiento de derechos como ciudadanos digitales.

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¿Qué puedo hacer para ser un buen ciudadano digital?

La convivencia digital se construye entre todos los ciudadanos digitales.Te invitamos a seguir estas sugerencias que ofrecemos en nuestro programa de Mujeres Mentoras:

  • opiná libremente y escuchá las opiniones de los demás
  • respetá tu privacidad y la de las otras personas
  • no compartas noticias falsas o sin chequear la fuente de la información
  • denunciá los actos de discriminación
  • protegé tu identidad digital
  • hacete responsable de tus acciones en internet
  • promové una cultura colaborativa y libre de discriminación
  • participá en comunidades y en temas que te interesan en forma activa
  • informate sobre los derechos que tenés como ciudadano en internet y compartilos
  • dialogá con las personas menores para que conozcan las buenas prácticas necesarias para la convivencia digital.
  • usá software de seguridad y antivirus para prevenir amenazas web.
Estás interesado en recibir el entrenamiento, contactate con Beth a este WSP: +54 9 11 5912-3460

Un desarrollo del Dr Fabián Sorrentino, creador del Modelo MƐT® Este artículo es parte de la currícula de la Carrera de Coaching & Mentoring de ZOE.COACH. Y una extensión bibliográfica del Manual del Mentor.