Capacidad de los seres humanos que les mueve a hacer cosas de manera intencionada. Es la facultad que permite al ser humano de gobernar sus actos, decidir con libertad y optar por un tipo de conducta determinado. La voluntad es el poder de elección con ayuda de la conciencia.
El actuar humano esta orientado por todo aquello que aparece como la mejor opción, desde las actividades recreativas hasta el empeño por mejorar en el trabajo, sacar adelante a la familia o ser productivos y eficientes. La voluntad opera principalmente en dos sentidos:
De manera espontánea, debido a la motivación y convencimiento de realizar ese algo, como salir a pasear con alguien, iniciar una afición o pasatiempo, organizar una reunión, asistir a un entrenamiento.
De forma consciente, debido al esfuerzo u obligación a realizar determinadas cosas: terminar un informe a pesar del cansancio, estudiar una materia que no gusta o presenta dificultades, recoger las cosas que están fuera de su lugar, levantarse a pesar de la falta de sueño, etc. Todo esto representa un ejercicio de voluntad, porque se llega a la decisión de actuar contando con los inconvenientes.
La voluntad es fundamental para el ser humano, pues lo dota de capacidad para llevar a cabo acciones contrarias a las tendencias inmediatas del momento. Sin voluntad no se pueden lograr objetivos planeados. Es uno de los conceptos más difíciles y debatidos de la filosofía, especialmente cuando los filósofos investigan cuestiones como las que se refieren al libre albedrío.
Existe la cuestión adicional de si puede simultáneamente observar lo que se desea hacer y además tener conocimiento de las razones por las que se elige hacer eso en lugar de otra cosa. Las interrogantes más profundas sobre la existencia humana giran a menudo alrededor de las cuestiones sobre la voluntad.
Desde una perspectiva psicológica y neurobiológica
La voluntad implica varias funciones y procesos del sistema nervioso. Es la capacidad de actuar intencionalmente y tomar decisiones conscientes para alcanzar objetivos personales.
- Funciones Ejecutivas: Localizadas principalmente en el lóbulo frontal del cerebro, estas funciones incluyen planificación, toma de decisiones, inhibición de respuestas impulsivas y regulación emocional.
- Motivación: El sistema límbico, especialmente el núcleo accumbens, está involucrado en la motivación y el deseo, que son fundamentales para la voluntad.
- Autocontrol: La corteza prefrontal es clave en el autocontrol y la resistencia a las distracciones o tentaciones.
La voluntad opera a través de:
- Impulsos Nerviosos: Las neuronas comunican señales eléctricas y químicas para coordinar la toma de decisiones y la acción.
- Neurotransmisores: Sustancias como la dopamina están implicadas en la recompensa y la motivación, mientras que la serotonina está relacionada con el estado de ánimo y el autocontrol.
- Redes Neuronales: Conjuntos de neuronas que trabajan juntas para procesar información compleja y facilitar comportamientos dirigidos a metas.
Las funciones de la voluntad incluyen:
- Iniciativa: Comenzar acciones dirigidas hacia metas específicas.
- Persistencia: Mantener el esfuerzo a pesar de los obstáculos o la fatiga.
- Autodisciplina: Regular los comportamientos y emociones para cumplir con las normas o expectativas personales.
La voluntad es crucial para el desarrollo personal, el logro de metas y la superación de desafíos. En contextos como la terapia o el coaching, se trabaja para fortalecer la voluntad y mejorar la capacidad de los individuos para dirigir sus vidas de manera efectiva.
El concepto de voluntad en la filosofía
El racionalismo postergó el concepto de voluntad, que hasta Kant no vuelve a cobrar prestigio. En la filosofía contemporánea se presenta como valor fundamental como un apetito intelectual, o la capacidad de decisión propia a un ser dotado de inteligencia y capaz de auto-determinarse a sí mismo desde las ideas. La voluntad es la potencia del ser humano, que le mueve a hacer o no hacer una cosa. La función de la voluntad es un aspecto de la llamada vida de tendencia, o sea, de la aptitud general para reaccionar ante los estímulos externos o internos, pero se diferencia de las demás actividades propias de la vida de tendencia en que la voluntad involucra la representación intelectual del objeto y es deliberada, si bien obra a base de hábitos, instintos, etc.
Platón considera que las elecciones concretas de los hombres son responsabilidad de cada uno, es decir, dependen de la propia voluntad. Por su parte, Aristóteles distingue entre actos involuntarios (realizados por ignorancia o bajo una fuerza externa que nos mueve sin que lo queramos) y voluntarios (escogidos con conocimiento de causa y sin constricción exterior).
Arthur Schopenhauer, en su obra más importante, El mundo como voluntad y representación, entiende que la voluntad es la realidad última (la kantiana «cosa en sí») subyacente al mundo de la percepción sensible (intuición empírica). Nietzsche llama una especial atención sobre la «voluntad de poder».
Friedrich Nietzsche; Se trata de una fuerza fundamental que subyace a toda la realidad, tanto física como psíquica. La voluntad de poder no es un deseo de dominación o conquista, sino un impulso hacia el desarrollo y la afirmación de la vida. Es la fuerza que impulsa a los seres vivos a crecer, evolucionar y adaptarse a su entorno.
La voluntad de poder está presente en todos los seres vivos, pero se manifiesta de forma diferente en cada uno de ellos. En los seres humanos, la voluntad de poder se expresa en la creatividad, el deseo de conocimiento y la búsqueda de la felicidad.
Nietzsche distingue entre dos tipos de voluntad de poder: la voluntad fuerte y la voluntad débil. La voluntad fuerte es la que está dispuesta a luchar por sus objetivos y a asumir los riesgos necesarios para lograrlos. La voluntad débil, por su parte, es la que se conforma con lo que tiene y evita el conflicto.
Nietzsche creía que la voluntad fuerte es la fuerza más importante para la vida. Los individuos con voluntad fuerte son los que tienen más probabilidades de alcanzar el éxito y de dejar su huella en el mundo.
El concepto de voluntad de poder ha tenido una gran influencia en la filosofía, la psicología y la cultura popular. Ha sido utilizado para explicar una amplia gama de fenómenos, desde el comportamiento humano hasta la evolución de las especies.
A continuación, se presentan algunos de los principales rasgos del concepto de voluntad de poder en la filosofía de Nietzsche:
- La voluntad de poder es una fuerza fundamental que subyace a toda la realidad.
- No es un deseo de dominación o conquista, sino un impulso hacia el desarrollo y la afirmación de la vida.
- Está presente en todos los seres vivos, pero se manifiesta de forma diferente en cada uno de ellos.
- Hay dos tipos de voluntad de poder: la voluntad fuerte y la voluntad débil.
- La voluntad fuerte es la fuerza más importante para la vida.
La voluntad de poder es un concepto complejo que ha sido objeto de debate y discusión durante mucho tiempo. Sin embargo, es innegable que ha tenido un impacto significativo en la filosofía moderna.
Jean Jacques Rousseau utiliza el concepto de voluntad general en El Contrato Social. Hasta entonces el bien común, interpretado por el gobernante, había sido la guía de actuación en cualquier sistema político. Incluso en la monarquía absoluta, la voluntad del rey era la ley, sólo sujeta al juicio de Dios. La voluntad general sigue siendo un concepto fundamental para entender la toma de decisiones en democracia.
Concepto jurídico de voluntad
En el ámbito jurídico, la voluntad se define como la aptitud legal para querer algo. Es uno de los requisitos de la existencia de los actos jurídicos
Compilado por Matías Carlos Gutierrez – martes, 6 de septiembre de 2011, 12:23
Nietzche, Concepto agregado por Fabián Sorrentino, con asistencia de Bard.