Thomas Carlyle fue un escritor, historiador, filósofo y ensayista escocés, considerado una de las figuras intelectuales más influyentes del siglo XIX. Conocido por sus obras filosóficas, críticas culturales y ensayos históricos, Carlyle exploró temas como la heroísmo, la moralidad y los efectos de la Revolución Industrial en la sociedad. Su estilo único, marcado por una prosa poética y apasionada, lo convirtió en un destacado pensador del romanticismo tardío y precursor del existencialismo.

(4 de diciembre de 1795 – 5 de febrero de 1881)


Infancia y educación

Thomas Carlyle nació el 4 de diciembre de 1795 en Ecclefechan, una pequeña aldea en el suroeste de Escocia. Fue el cuarto de nueve hijos de James Carlyle, un albañil de fuerte fe calvinista, y Margaret Aitken. La estricta formación religiosa en su hogar influyó profundamente en su moralidad y perspectiva de la vida.

Carlyle asistió a la escuela primaria local y luego a la Academia Annan, donde demostró un temprano talento para las matemáticas y los idiomas, aunque sufría de acoso escolar. En 1809, a los 13 años, ingresó en la Universidad de Edimburgo, donde inicialmente planeó estudiar para ser ministro presbiteriano, pero más tarde abandonó esta idea debido a su creciente escepticismo religioso.


Carrera temprana y matrimonio

Tras dejar la universidad, Carlyle trabajó como maestro en varias escuelas de Escocia, incluyendo Annan y Kirkcaldy. Durante este tiempo, comenzó a explorar su interés en la literatura, la filosofía y la escritura. En 1821, atravesó una crisis espiritual que lo alejó de la religión dogmática, pero que también marcó el inicio de su búsqueda de una verdad personal y ética más profunda.

En 1826, Carlyle se casó con Jane Welsh, una escritora e intelectual. Su matrimonio fue una mezcla de admiración mutua y tensiones constantes, en parte debido al carácter reservado de Carlyle y la personalidad fuerte de Jane. Sin embargo, Jane fue un apoyo esencial para su carrera literaria, administrando su hogar y brindándole críticas agudas sobre sus escritos.


Primeros trabajos y desarrollo filosófico

En la década de 1820, Carlyle comenzó a publicar ensayos y traducciones, incluyendo una traducción de Wilhelm Meister’s Apprenticeship de Johann Wolfgang von Goethe, lo que ayudó a popularizar la literatura alemana en Inglaterra. Su interés por los pensadores alemanes, como Goethe, Schiller y Fichte, influyó profundamente en su filosofía, especialmente en su visión del individuo y su relación con el mundo.

En 1832, Carlyle publicó «Sartor Resartus», una obra filosófica semi-autobiográfica que mezcla ficción, ensayo y sátira. En este libro, exploró cuestiones existenciales como la fe, el propósito y la naturaleza de la humanidad en un mundo industrializado. Aunque inicialmente fue recibida con indiferencia, más tarde se convirtió en una obra clave del pensamiento romántico.


Obras históricas y ensayos principales

Carlyle es quizás más conocido por sus obras históricas y ensayos que mezclan narrativa literaria con análisis filosófico. Algunas de sus principales contribuciones incluyen:

  • «The French Revolution: A History» (1837): Un relato apasionado y poético de los eventos que llevaron a la Revolución Francesa. Este trabajo estableció a Carlyle como un historiador importante, aunque no académico, ya que empleaba un estilo altamente subjetivo y emocional.
  • «On Heroes, Hero-Worship, and The Heroic in History» (1841): Una serie de conferencias en las que Carlyle argumenta que la historia está formada por «héroes» excepcionales, como líderes políticos, religiosos y literarios. Este enfoque influyó en el pensamiento de figuras como Friedrich Nietzsche.
  • «Past and Present» (1843): Un análisis de los problemas sociales y económicos de la Inglaterra victoriana, criticando los efectos deshumanizantes de la Revolución Industrial y defendiendo una vuelta a los valores medievales de comunidad y trabajo significativo.
  • «History of Frederick the Great» (1858–1865): Una biografía monumental del rey prusiano Federico II, que Carlyle consideraba un modelo de liderazgo visionario.

Crisis de la modernidad y crítica social

Carlyle fue un crítico feroz del materialismo, la democracia y el utilitarismo que caracterizaban a la sociedad victoriana. Denunció la «anarquía espiritual» de su tiempo y abogó por una sociedad guiada por líderes fuertes y éticos, en lugar de las masas desorganizadas. Aunque sus ideas tuvieron gran influencia, especialmente entre conservadores y reformadores sociales, también fueron controvertidas, ya que a menudo se lo acusaba de autoritario y elitista.


Vida tardía y legado

En sus últimos años, Carlyle se retiró en gran medida de la vida pública, viviendo en su casa en Chelsea, Londres. Tras la muerte de Jane en 1866, Carlyle quedó profundamente afectado, y su escritura disminuyó significativamente. En 1867, escribió un homenaje titulado «Reminiscences of Jane Welsh Carlyle», que ofrece una visión conmovedora de su relación.

A pesar de sus críticas al mundo moderno, Carlyle dejó un impacto duradero en la literatura, la filosofía y la historiografía. Su estilo único, que combinaba el análisis filosófico con una narrativa poética y apasionada, inspiró a escritores y pensadores como Ralph Waldo Emerson, John Ruskin y George Eliot.


Muerte y reconocimiento

Thomas Carlyle murió el 5 de febrero de 1881 en Londres, a los 85 años. Aunque rechazó un entierro en la Abadía de Westminster, prefiriendo ser enterrado en su pueblo natal de Ecclefechan, su influencia en la cultura victoriana y más allá es innegable.

Carlyle sigue siendo una figura fascinante y compleja, cuyo trabajo explora las tensiones entre el individuo y la sociedad, la espiritualidad y el materialismo, y el pasado y el presente. Su pensamiento desafía tanto a sus contemporáneos como a los lectores modernos a reflexionar sobre el significado de la historia, la moralidad y el liderazgo.