Thomas Berry (1914-2009) fue un sacerdote católico, historiador cultural y estudioso de las religiones del mundo, especialmente de las tradiciones asiáticas1. Nació en Carolina del Norte, Estados Unidos, y dedicó su vida a lo que él llamaba “la aventura humana”, profundizando en el estudio de la historia geológica y biológica, por lo que se autodenominaba “geoteólogo”2.
Berry es conocido por su pensamiento que une ecología y espiritualidad. Fue influenciado por figuras como San Francisco de Asís y Pierre Teilhard de Chardin2. Fundó el Centro Riverdale de Estudios Religiosos en 1970 y fue presidente de la Asociación Americana Teilhard de 1975 a 19872. También colaboró en la creación del Foro sobre Religiones del Mundo y Ecología en la Universidad de Harvard, que luego se trasladó a la Universidad de Yale2.
Entre sus obras más destacadas se encuentran “The Dream of the Earth” (1988), “The Universe Story” (1992, coescrito con Brian Swimme) y “The Great Work” (1999)1. Berry abogaba por una nueva visión de la humanidad como parte integral de una comunidad terrestre más grande e interdependiente.
Thomas Berry desarrolló un enfoque único que combina ecología y espiritualidad, conocido como “ecoteología”. Este enfoque se basa en la idea de que la Tierra y el Universo son sagrados y que la humanidad debe reconocer su interdependencia con el entorno natural12.
Berry creía que la espiritualidad no se encuentra solo en las escrituras religiosas, sino también en la naturaleza misma. Para él, el aire, las montañas, los árboles y todos los elementos naturales son manifestaciones de lo divino1. Esta perspectiva lo llevó a criticar tanto la visión antropocéntrica de la religión, que ve la naturaleza como un recurso para el beneficio humano, como el racionalismo científico y el modelo industrial que degradan el medio ambiente2.
Uno de los conceptos clave en su pensamiento es la “Jurisprudencia de la Tierra”, que propone una visión legal ecocéntrica donde la naturaleza tiene derechos intrínsecos. Berry argumentaba que cada ser tiene el derecho a existir, prosperar y evolucionar, y que la naturaleza debe ser vista como una comunidad de sujetos, no como una colección de objetos2.
Principales Conexiones:
- Antropocentrismo vs. Ecocentrismo:
- Berry critica la visión antropocéntrica que ve la naturaleza como un recurso para el beneficio humano. Propone un enfoque ecocéntrico, donde la naturaleza tiene un valor intrínseco y derechos propios12.
- Jurisprudencia de la Tierra:
- Berry aboga por una “Jurisprudencia de la Tierra”, un marco legal que reconoce los derechos de la naturaleza. Esto implica que cada ser tiene el derecho a existir, prosperar y evolucionar, y que las leyes humanas deben reflejar estos principios1.
- Crisis Espiritual:
- Según Berry, la degradación ambiental refleja una pérdida de conexión espiritual con la Tierra. Él sugiere que necesitamos redescubrir el sentido de lo sagrado en la naturaleza para abordar efectivamente la crisis ambiental2.
- Cambio de Paradigma:
- Berry llama a un cambio de paradigma, donde la humanidad se vea como parte de una comunidad terrestre más amplia. Este cambio es esencial para desarrollar políticas y prácticas sostenibles que respeten y protejan el medio ambiente2.
- Educación y Conciencia:
- Berry enfatiza la importancia de la educación y la conciencia ecológica. Cree que al entender nuestra interdependencia con la naturaleza, podemos fomentar un sentido de responsabilidad y cuidado hacia el planeta2.
En resumen, Berry ve la crisis ambiental no solo como un problema técnico o económico, sino como una oportunidad para una profunda renovación espiritual y cultural. Su enfoque nos invita a reconsiderar nuestra relación con la Tierra y a actuar con un sentido renovado de reverencia y responsabilidad.






