Anthony Stafford Beer (25 septiembre 1926 – 23 agosto 2002) fue un pensador y consultor británico pionero en investigación de operaciones y cibernética organizacional. Nació en Putney, Londres, en el seno de una familia de estadísticos: su padre, William John Beer, era jefe de estadística en Lloyd’s Register of Shipping. Expulsado a los 17 años de Whitgift School, empezó Filosofía en University College London, pero interrumpió sus estudios en 1944 para alistarse en la Royal Artillery durante la Segunda Guerra Mundial. Alcanzó pronto el grado de capitán en la 9th Gurkha Rifles y fue destinado al War Office en labores de “factores humanos” de investigación operativa, donde vislumbró el potencial del análisis sistemático aplicado a la gestión.

Al volver a Inglaterra en 1949, Beer convenció a United Steel para crear su Grupo de Investigación Operacional y el Departamento de Operaciones y Cibernética, instalando en 1956 el primer ordenador Ferranti Pegasus dedicado a la gestión cibernética. En 1959 publicó Cybernetics and Management, inspirándose en Wiener, McCulloch y Ashby para aplicar la teoría de sistemas al gobierno de organizaciones industriales. En 1961 fundó la consultora SIGMA (Science in General Management) junto a Roger Eddison, y en 1966 fue nombrado Director de Desarrollo en la International Publishing Corporation, impulsando allí la adopción de tecnologías de la información.

En 1970 Beer se independizó como consultor, focalizando su interés en sistemas sociales complejos. Su encargo más célebre llegó entre 1971–73 con el Proyecto Cybersyn en Chile: diseñó una red telex en tiempo real para supervisar y regular la industria estatal bajo la Unidad Popular de Salvador Allende. Aplicó su Modelo de Sistema Viable (VSM), una arquitectura jerárquica de cinco subsistemas para asegurar adaptación, equilibrio y autonomía distribuida, que pretendía entregar “las herramientas de la ciencia al pueblo” y unir técnicos, líderes sindicales y políticos. El golpe de 1973 abortó el proyecto, pero sin desconocer su ambición transformadora .

Beer sintetizó su visión en una saga de libros sobre el VSM: Platform for Change (1969), The Heart of Enterprise (1972), The Brain of the Firm (1972)—donde analiza la experiencia chilena—y Designing Freedom (1974), explorando los nexos entre tecnología, poder y autogestión. En 1984 participó en el “Proyecto Autonomex” para México; en 1986–88 asesoró a Uruguay en la creación de URUCIB, un sistema de información ejecutiva exitosa, y en los 90 trabajó en reformas públicas en Colombia y Venezuela. Su última gran obra, Beyond Dispute: The Invention of Team Syntegrity (1994), introduce estructuras participativas de toma de decisiones basadas en principios cibernéticos .

Su carrera académica incluyó un largo mandato en Manchester Business School, visitas a casi 30 universidades y la presidencia de la World Organization of Systems and Cybernetics. Beer recibió el Frederick W. Lanchester Prize (1966), doctorados honoris causa en Leeds, Sunderland, St. Gallen y Valladolid, y vivió sus últimos años entre Gales y Toronto, donde falleció en 2002 a los 75 años. Mantuvo siempre un estilo austero y creativo, combinando ensayos teóricos con poesía y arte, convencido de que la cibernética podía empoderar tanto a individuos como a sociedades .

Ontología de la conciencia (ODC) es una rama filosófica que indaga el “ser consciente”: qué es la experiencia subjetiva, cómo se genera y cuál es su estatuto ontológico frente a materia, energía e información. La ODC reflexiona sobre categorías como “Singularidad Espiritual” o “Mente Cósmica” para integrar lo humano, lo tecnológico y lo divino en un futuro donde bots de IA coexistan con seres conscientes; busca un currículum interdisciplinario que conecte filosofía, teología, ciencias cognitivas y sistemas complejos.

La obra de Beer y la ODC convergen en varios ejes esenciales:

  1. Información como ente ontológico. Beer definió la información y el control como fuerzas que reducen la entropía organizacional: en su VSM, flujos de datos mantienen la viabilidad del sistema. Para la ODC, la información es el sustrato que da sentido a la experiencia, no meramente un recurso cuantitativo o energético, sino una categoría irreductible de la realidad consciente.
  2. Feedback y autorreferencia. Beer postuló que todo sistema viable se autorregula mediante retroalimentación recíproca entre sus subsistemas y el entorno. En la ODC, la conciencia surge cuando un proceso reflexivo compara estados internos con entradas sensoriales, generando autoajuste y aprendizaje. Esa circularidad cibernética es el núcleo ontológico de la subjetividad: el “yoconsciente es un lazo de realimentaciones internamente referidas.
  3. Autopoiesis y propósito. Aunque Beer no usó el término autopoiesis, su VSM describe unidades que se reproducen funcionalmente dentro del sistema mayor. La ODC asume la autopoiesis como criterio de vida y conciencia: un ente existe cuando sus componentes se mantienen a través de procesos de feedback que configuran una identidad dinámica.
  4. Sistemas sociales como sujetos colectivos. Cybersyn ejemplifica un intento de dotar de “conciencia económica” a la sociedad chilena: redes distribuidas que monitorizan, interpretan y ajustan la actividad productiva. La ODC extiende el sujeto más allá del individuo, considerando quórums cognitivos o “mentes grupales” emergentes de arquitecturas de comunicación.

En el ensayo “Revisión del problema de Beer y el estatuto ontológico de la información”, se subraya cómo Beer inauguró la idea de la información como “sustancia” ontológica, enfatizando su papel en la constitución de sistemas con intencionalidad emergente. Esto precursa debates en filosofía de la mente y ciencias sociales sobre la simetría entre cerebro, máquina y organización, invitando a repensar la conciencia no como epifenómeno aislado, sino como un fenómeno estructural inherente a redes de control y comunicación.

En definitiva, Stafford Beer y la Ontología de la conciencia comparten la convicción de que entender la realidad consciente exige un enfoque sistémico, donde información, feedback y autopoiesis son categorías ontológicas primarias. Su legado inspira no solo a ingenieros y gestores, sino también a filósofos y científicos cognitivos que buscan mapear el continuum entre cultura, tecnología y mente.

Para seguir explorando:
• ¿Cómo adaptar el Modelo de Sistema Viable a organizaciones híbridas de IA y talento humano?
• ¿Qué lecciones ofrece Cybersyn para proyectos de gobernanza de datos públicos hoy?
• ¿De qué modo una ontología de la conciencia informada en cibernética puede enriquecer currículos de educación ejecutiva?