En sentido general, representación material, con valor económico, que se utiliza como instrumento de cambio comercial y que por lo tanto posee poder adquisitivo y fuerza cancelatoria, determinándose en ella el precio de las cosas. La moneda, desde este punto de vista, es la expresión concreta del dinero.
En un sentido más restringido la moneda es dinero hecho de metal, generalmente estampado con un dibujo intrincado y reconocible como protección frente al fraude y la falsificación. En la actualidad la mayoría de las monedas que circulan en todos los países tienen poco valor intrínseco -en relación con su valor monetario- pues están hechas de aleaciones de cobre, aluminio o níquel. Constituyen por lo tanto dinero signo, pues tal valor intrínseco es inferior a su valor monetario, a diferencia de lo que sucede con las monedas de oro y plata, que eran medios de pago ampliamente aceptados hasta comienzos de este siglo, y que por oposición al dinero signo suelen llamarse dinero mercancía.
A la categoría de dinero signo pertenece también, obviamente, el denominado papel moneda, constituido por billetes de banco de amplia circulación en todos los países del mundo y aceptados como medios generales de pago. Los mismos son emitidos casi siempre por los bancos centrales y hasta hace unas décadas podían ser convertibles, es decir entregados a cambio de una cantidad equivalente de oro o plata.
El valor del papel moneda no convertible depende de la confianza del público en su capacidad de actuar como medio de pago y de las relaciones que se establecen -como para cualquier otro bien- entre la oferta y la demanda, en este caso monetaria.