Convertir una idea en un cambio real no ocurre por inspiración: sucede cuando se diseña una microconducta SMART, tan clara y pequeña que se vuelve inevitable. Desde el coaching, traducir los aprendizajes en acciones mínimas, medibles y sostenibles es el puente entre la intención y el resultado.

Esta guía práctica te muestra cómo diseñar microconductas SMART que puedas aplicar hoy en tu puesto, con ejemplos clínicos y una plantilla lista para usar.


¿Qué es una microconducta SMART y por qué funciona?

Una microconducta es la unidad más pequeña de comportamiento que genera avance visible hacia un resultado. Es SMART cuando queda definida de forma específica, medible, alcanzable, relevante y temporal. En contextos clínicos complejos, lo “micro” reduce fricción, acelera el aprendizaje y facilita el seguimiento entre turnos.

  • Específica: describe exactamente qué harás sin ambigüedad.
  • Medible: deja rastro verificable (conteo, check, firma, tiempo).
  • Alcanzable: cabe en tu jornada sin pedir permisos imposibles.
  • Relevante: impacta seguridad, calidad o coordinación.
  • Temporal: ocurre en un momento/disparador concreto y con plazo de revisión.

Las micro-conductas SMART en el ámbito del liderazgo
• Son comportamientos cotidianos, repetitivos y característicos en la gestión de personas.
• Suelen ser inconscientes y responder a una visión particular del liderazgo.
• Aunque parezcan inofensivos, al repetirse se convierten en patrones que afectan resultados y relaciones.
• Ejemplos: interrumpir ideas, corregir detalles irrelevantes, cambiar prioridades sin contexto, escuchar solo para responder.

Desde el coaching, estas microconductas se co-diseñan con preguntas que clarifican, acuerdos explícitos y un mecanismo de accountability liviano pero constante.


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¿Cuáles son las microconductas más limitantes para un equipo de éxito?

1. ¿Es control o acompañamiento?
• Revisar y corregir todo transmite falta de confianza.
• Reduce la iniciativa y genera dependencia.
• El miedo a equivocarse frena la innovación.

2. ¿Escuchas para comprender o para contestar?
• Escuchar implica dar espacio sin anticipar respuestas ni juzgar.
• Interrumpir o responder con “sí, pero…” inhibe ideas nuevas.
• Se pierde pensamiento crítico y se instala la mediocridad.

3. ¿Por qué cambias las prioridades?
• La flexibilidad es necesaria, pero el cambio constante sin contexto desgasta.
• Instrucciones contradictorias y falta de coherencia minan la motivación.
• Sin entender el “para qué”, el equipo solo cumple y se agota.

4. ¿Das feedback solo cuando algo va mal?
• El feedback debe reconocer y corregir de forma equilibrada.
• Solo corregir genera inseguridad y desmotivación.
• Reconocer avances fortalece la cultura y el compromiso.


Plantilla práctica con ejemplos clínicos

Microconducta SMARTDisparador (cuándo/dónde)Soporte visibleEvidencia/MétricaResponsableInicioRevisión
Completar tarjeta SBAR antes de llamar al médicoAl recibir resultado críticoTarjeta plastificada junto al teléfono10/10 llamadas con SBAR completo e inicialesEnfermera de turnoHoyEn 72 h
Doble verificación de identidad del pacienteAntes de administrar medicaciónPulsera + hoja de medicación con check95% hojas con doble check firmadoDúo de enfermeríaHoyEn 1 semana
Preparar carro de curaciones con checklistInicio de turno de mañanaChecklist en carrito100% ítems disponibles en 5 díasEnfermera líderLunesViernes
Hacer “pausa de seguridad” de 30 segundosAntes de procedimiento invasivoCronómetro visible en sala90% procedimientos con pausa registradaEquipo asistencialHoyEn 1 semana

Consejo: empieza con una sola microconducta por equipo. Cambia solo cuando esté estabilizada.


Coaching en acción: preguntas que convierten intención en conducta

  • Claridad: “¿Qué exactamente harás diferente y en qué momento del turno?”
  • Realismo: “Si hoy hay sobrecarga, ¿cómo reducirla a 30 segundos?”
  • Evidencia: “¿Qué rastro quedará para verificar que ocurrió?”
  • Responsabilidad: “¿Quién te dará un check-in de 1 minuto mañana?”
  • Aprendizaje: “Si falla, ¿qué ajustarás: disparador, soporte o alcance?”

Estas preguntas activan la maestría de clarificar y eliminar la confusión, evitando promesas vagas y acuerdos sin seguimiento.


Errores frecuentes y cómo prevenirlos

  • Vaguedad conductual.
    • Síntoma: “Mejoraremos la comunicación.”
    • Prevención: forzar el verbo observable: “Completar, verificar, marcar, entregar.”
  • No anclar a disparadores.
    • Síntoma: se olvida en el ritmo del turno.
    • Prevención: “cuando X ocurra, haré Y” + soporte visual.
  • Sobre-ambición.
    • Síntoma: acciones largas que chocan con la carga asistencial.
    • Prevención: regla 2 minutos; si supera, divídela.
  • Sin evidencia mínima.
    • Síntoma: “creo que lo hicimos”, sin datos.
    • Prevención: define un check simple o conteo 1/0.
  • Falta de revisión.
    • Síntoma: iniciativas que se diluyen.
    • Prevención: agenda revisión breve (5 minutos) con decisión PDSA.

Microprocesos observables que indican progreso

  • Declaración clara del comportamiento.
    • “Completar SBAR antes de llamar” queda escrito y visible.
  • Disparador explícito y compartido.
    • Todos pueden decir cuándo sucede.
  • Soporte a la vista.
    • Tarjetas, checklist o señal física en el lugar de uso.
  • Evidencia comprobable.
    • Marcas, firmas, contadores o tiempos.
  • Ronda de revisión calendarizada.
    • Un micro-hito semanal con decisión adopt/adapt/abandon.

¿Cómo introducir microconductas SMART en el equipo?

  • Partir con un caso real.
    • Impacto: conecta con urgencia y sentido.
  • Cocrear la lógica SMART.
    • Impacto: eleva compromiso y utilidad.
  • Nombrar responsables pares.
    • Impacto: accountability horizontal y amable.
  • Medir simple y visible.
    • Impacto: motiva por progreso, no por control.
  • Celebrar micro-logros.
    • Impacto: refuerza identidad y pertenencia.

Ejemplos de diseño rápido

  • “Al iniciar turno, revisar 3 insumos críticos del carro y marcar checklist en 60 segundos.”
  • “Antes de traslado, confirmar 2 identificadores del paciente y check en hoja.”
  • “Tras cada llamada clínica, registrar en columna SBAR si se utilizó y firmar.”

Si el flujo te supera, reduce: de “revisar todo” a “revisar tres ítems críticos”; de “siempre” a “al inicio del turno de mañana”; de “documentar ampliamente” a “check e iniciales”.


Cierre: de la idea a la conducta que deja huella

Las microconductas SMART democratizan la mejora: requieren poco tiempo, muestran valor rápido y se sostienen porque están hechas para la realidad del piso. Desde el coaching, tu rol es habilitar claridad, acuerdos posibles y una conversación de seguimiento que honre el aprendizaje, no la culpa. Empieza con una, mídela en 72 horas y decide. Luego, repite.

¿Lista la primera microconducta? Escríbela ahora con su disparador y su evidencia. Luego colócala donde no puedas ignorarla. Esa es la diferencia entre querer mejorar y efectivamente mejorar.

Una compilación y posterior desarrollo del Dr Fabián Sorrentino.