
El Locus de Control (o Lugar de Control) es un concepto clave en psicología de la personalidad, propuesto por Julian Rotter.
Se refiere a la percepción que tiene una persona sobre dónde se encuentran las causas o el agente principal que controla los acontecimientos de su vida, tanto los éxitos como los fracasos.
La pregunta fundamental que aborda el Locus de Control es:
¿Lo que me pasa es resultado de mis propias acciones y esfuerzos, o es debido a fuerzas externas como la suerte, el destino, o el poder de otras personas?
🧭 Tipos de Locus de Control
Existen dos tipos principales, que se entienden como extremos de un continuo:
1. Locus de Control Interno
Percepción: La persona cree que los resultados (éxitos o fracasos) son una consecuencia directa de sus propias acciones, decisiones, esfuerzo o habilidad.
Actitud: Asumen la responsabilidad de sus vidas y son más propensos a ser proactivos y resilientes.
Ejemplo: «Obtuve un ascenso porque trabajé duro y me preparé adecuadamente.»
2. Locus de Control Externo
Percepción: La persona cree que los resultados son producto de factores fuera de su control, como la suerte, el destino, el azar, el poder de otras personas o las circunstancias externas.
Actitud: Tienden a culpar a agentes externos por sus fracasos y pueden sentirse indefensos o pasivos ante la adversidad (vinculado al concepto de «indefensión aprendida»).
Ejemplo: «Reprobé el examen porque el profesor me odia y fue injusto, o porque tuve mala suerte con las preguntas.»
Ejemplo: en el contexto de la tabla sobre las fases de la conciencia, la fila de «Locas de Control» hace referencia a cómo la percepción de este control (interno/externo) cambia a medida que la conciencia evoluciona de fases más reactivas (donde el control se percibe como externo o biológico) a fases más integradoras (donde el control se interioriza y se relaciona con la voluntad y el autoconocimiento).
Un aporte del Dr. Fabián Sorrentino.








