La novela del escritor Roberto Arlt “El juguete rabioso” (marcada como autobiografía) fue publicada por la Editorial Latina en el año 1926.
Ambientada entre los años 20’, narra en cuatro episodios la lucha de Sivio Drodman Astier, un adolecente que trata de escapar de la miseria y humillación a la que se ve sometido como consecuencia de su condición social, marcada por la marginación y la pobreza.

-Análisis por Episodios:

I Los ladrones:

Silvio, era un chico de catorce años que alimentaba su imaginación con libros sobre ladrones y aventureros que le prestaba un viejo zapatero.

…” Entonces yo soñaba con ser bandido y estrangular corregidores libidinosos; enderezaría entuertos, protegería a las viudas y me amarían singulares doncellas”…

Conoce entonces a Enrique Irzubeta, reconocido como el falsificador, precisamente después de la falsificación de una envoltura de caramelo con la bandera de Nicaragua.
Es Enrique quien lo inicia en el crimen, aunque ya antes él aplicaba sus conocimientos para acciones vandálicas, una de ellas fue el montaje de un cañón que daño la muralla de una carpintería. Pero es con Enrique que Silvio adquiere el hábito de robar.

…”Acariciando mi pequeño monstruo, yo pensaba: «Este cañón puede matar, este cañón puede destruir», y la convicción de haber creado un peligro obediente y mortal me enajenaba de alegría”…

Semanas más tarde, luego de haber ejecutado varios hurtos por todo el barrio se les asocia otro chico. Lucio, un tonto de cuerpo pequeño. Los tres fundaron una pequeña sociedad secreta llamada el “Club de los Caballeros de la Media Noche” donde efectuarían robos mas organizados.
Silvio descubre en el robar los deleites del dinero fácil, es un tiempo de felicidad para él.

…”esperábamos a una tarde de lluvia y salíamos en automóvil. ¡Qué voluptuosidad entonces recorrer entre cortinas de agua las calles de la ciudad! Nos repantigábamos en los almohadones mullidos, encendíamos un cigarrillo, dejando atrás las gentes apuradas bajo la lluvia, nos imaginábamos que vivíamos en París, o en la brumosa Londres. Soñábamos en silencio, la sonrisa posada en el labio condescendiente”…

Así los tres muchachos planean un robo a una biblioteca, y aunque lo ejecutan con extremo cuidado, Enrique es indagado por un policía cuando caminaba hacia su casa. Enrique se escapa y corre a la casa de Silvio y los dos sienten el peligro de perder su libertad. Después del incidente, los tres adolecentes deciden deshacer la sociedad.

II Los trabajos y los días:

Silvio ahora tenía quince años, el episodio empieza con la mudanza de él y su familia a un barrio más pobre, pierde contacto con sus amistades y por cuestiones económicas la madre lo presiona para que trabaje.

…”Tenés que trabajar, ¿entendés? Tú no quisiste estudiar. Yo no te puedo mantener. Es necesario que trabajes”…

La reacción de Silvio es de condena, condenado a tener que trabajar para conseguir dinero.

…”Hablaba estremecido de coraje; rencor a sus palabras tercas, odio a la indiferencia del mundo, a la miseria acosadora de todos los días, y al mismo tiempo una pena innominable: la certeza de la propia inutilidad”…

Con quince años, y en la condición precaria en la que estaba era inevitable que la ciudad viniera a buscarlo y lanzarlo a la realidad. El destino más común para jóvenes de clase decadente como Silvio Astier que la metrópolis reservaba, era en manos de comerciantes ambiciosos y explotadores. Silvio consigue trabajo en una librería de un inmigrante italiano llamado Don Gaetano y su esposa María, tenía que humillarse sacudiendo un cencerro en frete del local para atraer clientes. Después de una discusión que tuvieron Don Gaetano (al que llamaba Dio Péntete) y su esposa, Silvio Astier busco a un teósofo que le había prometido conseguirle un empleo.

…”Escríbame una carta detallándome todas las particularidades de su carácter, francamente y no dude de que yo lo puedo ayudar. Cuando yo prometo, cumplo”…

Pero este lo recibe mal y lo trata con desprecio.

…”señor; no me moleste más con sus cartas impertinentes. Juan, acompáñelo al
Señor”…

Es una clara señal de las distancias entre las clases sociales. Silvio vuelve a la librería y se ve obligado a cargar cosas pesadas por varias cuadras mientras todos lo miraban, se siente humillado y totalmente desposeído.

…”Ahora íbamos por calles solitarias, discretamente iluminadas, con plátanos vigorosos al borde de las aceras, elevados edificios de fachadas hermosas y vitrales cubiertos de amplios cortinados

Pasamos junto a un balcón iluminado.

Un adolescente y una niña conversaban en la penumbra; de la sala anaranjada partía la melodía de un piano.

Todo el corazón se me empequeñeció de envidia y de congoja.

Pensé.

Pensé en que yo nunca sería como ellos… nunca viviría en una casa hermosa y tendría una novia de la aristocracia.

Todo el corazón se me empequeñeció de envidia y congoja”…

En otro fragmento, Silvio describe cómo ha sido afectado por la vivencia en el ambiente mezquino de la librería.

III El juguete rabioso:

Silvio Drodman Astier, ya un joven de dieciséis años, ha vuelto a la casa de la madre. Una vecina que los va a visitar le avisa que en la Escuela Militar de Aviación estaban reclutando jóvenes para ser mecánicos. Y, aunque las inscripciones ya había cerrado, los convence de que debían reclutarlo. Y lo logra, lo que le da alguna esperanza de ser alguien pero que no consigue ahuyentar el fantasma de la miseria social y el destino de los pobres en la metrópolis.

…”En el futuro, ¿no sería yo uno de esos hombres que llevan cuellos sucios, camisas zurcidas, traje color vinoso y botines enormes, porque en los pies le han salido callos y juanetes de tanto caminar, de tanto caminar solicitando de puerta en puerta trabajo en qué ganarse la vida?”…

Pero eso que se preguntaba se estaba por volver realidad, cuando al cuarto día de estar reclutado lo dan de baja.

…”Su puesto está en una escuela industrial. Aquí no necesitamos personas inteligentes, sino brutos para el trabajo”…

Sale de la escuela sin rumbo, recorriendo las calles, describiendo su propio estado psíquico.
Termina pasando la noche en un conventillo donde un chico homosexual, que trabaja prostituyéndose, lo acosa. Por la mañana Silvio sale del conventillo y deambula por la ciudad, se compra un revolver y planea irse a Europa trabajando en un navío, pero le niegan trabajo en el puerto. La desesperación llega a un punto culminante.

…”De las calles de sombra formadas por los altos muros de los galpones, pasaba a la terrible claridad del sol, a instantes un empellón me arrojaba a un costado, los gallardetes multicolores de los navios se rizaban con el viento; más abajo, entre la muralla negra y el casco rojo de un transatlántico, martilleaban incesantemente los calafateadores, y aquella demostración gigantesca de poder y riqueza, de mercaderías apiñadas y de bestias pataleando suspendidas en el aire, me azoraba de angustia.

Y llegué a la inevitable conclusión.

Es inútil, tengo que matarme”…

Pero el revólver falla, y Silvio se salva.

IV Judas Iscariote:

A Silvio lo muestran como un adulto que ya se ha adaptado a la ciudad. Trabaja como vendedor ambulante de papel. El inesperado encuentro con su viejo amigo Lucio lo sorprende, vuelto un agente de investigaciones y la noticia de que Enrique estaba preso por estafa lo desorientaron.

…”Resulta, ahora no me acuerdo si era en la agencia del Chevrolet o del Buick, donde Enrique estaba de empleado, que le tenían confianza… bueno, para engatusar siempre fue un maestro éste. Él trabajaba en el escritorio, no sé cómo, el caso es que del talonario de cheques robó uno y lo falsificó en seguida por cinco mil novecientos cincuenta y tres pesos. ¡Lo que son las cosas!”…

En sus recorridos por el mercado vendiendo papel conoce a el Rengo, un cuidador de carros al que le había ganado confianza. Después de varios días de no recorrer el mercado, el Rengo busca a Silvio en su casa y le propone robar el dinero de la caja fuerte de un arquitecto. Aunque Silvio acepta ejecutar ese delito con el Rengo, el lo traiciona delatándolo al ingeniero al que se suponía que iban a robar. En este episodio muestra como ese joven idealista y soñador de catorce años se había perdido en la gran ciudad, volviéndolo un crudo hombre que llega al punto de la traición.

…”Usted podía pagarme, y ni eso ahora, porque yo por mi quietud me siento, a pesar de toda mi canallería, superior a usted — e irritándome súbitamente, le grité — ¿Quién es usted?… Aún me parece un sueño haberle delatado al Rengo”…

El libro termina en un interrogatorio, donde el ingeniero le pregunta por que traiciono al Rengo, pero Silvio le da una larga explicación de por qué cree que la vida es hermosa. Luego de escucharlo atentamente, el ingeniero promete ayudarlo, enviándolo por un puesto en Comodoro, Neuquén.

Película Completa:

Crítica:

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