José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883-ibíd., 18 de octubre de 1955) fue un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital —raciovitalismo— e histórica, situado en el movimiento del novecentismo.

Nacimiento
Nacido en una familia madrileña acomodada perteneciente al círculo de la alta burguesía de la capital, entre 1891 y 1897 estudiaría primero en el Instituto Gaona y, más tarde, en el Colegio San Estanislao de Kostka de la Compañía de Jesús, ambos en Málaga. Su abuelo materno gallego, Eduardo Gasset y Artime, había fundado el periódico El Imparcial, que después su padre, José Ortega Munilla, pasaría a dirigir. Así, cabe destacar que Ortega y Gasset se crio en un ambiente culto, muy vinculado al mundo del periodismo y la política.

Su etapa universitaria comienza con su incorporación a los estudios de la Universidad de Deusto en Bilbao (1897-1898) y prosigue en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid (1898-1904).

Doctor en Filosofía de la Universidad de Madrid (1904) con su obra Los terrores del año mil. Crítica de una leyenda. Entre 1905 y 1907 realizó estudios en Alemania: Leipzig, Núremberg, Colonia, Berlín y, sobre todo, Marburgo. En esta última, se vio influido por el neokantismo de Hermann Cohen y Paul Natorp, entre otros.

De regreso a España es nombrado profesor numerario de psicología, lógica y ética de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid (1909), y en octubre de 1910 gana por oposición la cátedra de metafísica de la Universidad Central, vacante tras el fallecimiento de Nicolás Salmerón.

En 1910 se casa con Rosa Spottorno. En 1911 nació su primer hijo, Miguel Ortega Spottorno, quien será médico. En el año 1914 nace en Madrid su hija, Soledad Ortega Spottorno, quien en 1978 creó la Fundación José Ortega y Gasset, de la que será su presidenta de honor. En 1918 nació su hijo José Ortega Spottorno, que fue ingeniero agrónomo y fundador del periódico El País.

Colaborador del diario El Sol desde 1917, donde publica bajo la forma de folletines dos obras importantes: España invertebrada y La rebelión de las masas. En 1923 funda la Revista de Occidente, siendo su director hasta 1936. Desde esta publicación promoverá la traducción y comentario de las más importantes tendencias filosóficas y científicas en nombres tales como: Oswald Spengler, Johan Huizinga, Edmund Husserl, Georg Simmel, Jakob von Uexküll, Heinz Heimsoeth, Franz Brentano, Hans Driesch, Ernst Müller, Alexander Pfänder, Bertrand Russell y otros.

Ortega y Gasset funda la Escuela de Madrid, a partir del 15 de noviembre de 1910 cuando consigue su cátedra universitaria en filosofía, y como comenta José Gaos, a través de la coordinación espiritual de varias personas vinculadas a Ortega, en centros editoriales que había fundado o a los que aconsejaba el mismo Ortega.2 Mantiene un caudaloso epistolario con María de Maeztu, Fernando Vela (secretario de la Revista de Occidente), José Martínez Ruiz «Azorín», Francisco Giner de los Ríos, Miguel de Unamuno, Pío Baroja y otros muchos.

Durante la II República es elegido diputado por la provincia de León con la Agrupación al Servicio de la República. En el debate de totalidad del proyecto de la Comisión de Constitución celebrado entre los días 27 de agosto y 9 de septiembre de 1931 intervino como portavoz del grupo parlamentario de la Agrupación para decir que «nuestro grupo siente una alta estimación por el proyecto que esa Comisión ha redactado» («hay en este proyecto auténtico pensamiento democrático, sentido de responsabilidad democrática», añadirá más adelante) pero advirtiendo a continuación que «esa tan certera Constitución ha sido mechada con unos cuantos cartuchos detonantes, introducidos arbitrariamente por el espíritu de propaganda o por la incontinencia del utopismo». Entre esos «cartuchos detonantes» destacó dos, la forma como se había resuelto la cuestión regional («Si la Constitución crea desde luego la organización de España en regiones, ya no será la España una, quien se encuentre frente a frente de dos o tres regiones indóciles, sino que serán las regiones entre sí quienes se enfrenten, pudiendo de esta suerte cernirse majestuoso sobre sus diferencias el Poder nacional, integral, estatal y único soberano. Contemplad la diferencia de una solución y de otra») y la cuestión religiosa («el artículo donde la Constitución legisla sobre la Iglesia» le parece «de gran improcedencia») propugnando en su lugar «que la Iglesia, en la Constitución, aparezca situada en una forma algo parecida a lo que los juristas llaman una Corporación de Derecho público que permita al Estado conservar jurisdicción sobre su temporalidad»).

Permaneció en el escaño durante un año, tras criticar públicamente el curso que la República tomaba en su célebre discurso conocido como «Rectificación de la República» de diciembre de 1931.

Cuando comenzó la Guerra Civil Española en julio de 1936, Ortega se hallaba enfermo en su domicilio; apenas tres días tras el comienzo de la contienda, se presentaron en su domicilio varios comunistas armados de pistolas que exigieron su firma al pie de un manifiesto contra el Golpe de Estado y en favor del Gobierno republicano. Ortega se negó a recibirlos y fue su hija la que en una conversación con ellos —conversación que, como ella misma relató más tarde, llegó a ser muy tensa—, consiguió convencerlos de redactar otro texto muy corto y menos politizado y que, efectivamente, acabó siendo firmado por Ortega, junto con Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala y otros intelectuales. En su artículo En cuanto al pacifismo, escrito ya en el exilio, se refiere Ortega a este episodio. En ese mismo mes de julio y a pesar de su grave enfermedad, huyó de España (lo que consiguió gracias a la protección de su hermano Eduardo, persona de valimiento cerca de diversos grupos políticos de izquierda) y se exilió; primero en París, luego en los Países Bajos y Argentina, hasta que en 1942 fijó su residencia en Lisboa. A partir de 1945 su presencia en España fue frecuente, pero habiéndosele impedido recuperar su cátedra (aunque al parecer consiguió cobrar sus sueldos atrasados), optó por fundar un «Instituto de Humanidades» donde impartía sus lecciones. Durante estos años, y hasta su muerte en 1955, fue fuera de España —sobre todo en Alemania—, donde recibió el crédito y las oportunidades de expresión que correspondían a su prestigio.

Ortega y Gasset ejerció una gran influencia en la filosofía española del siglo XX no sólo por la temática de su obra filosófica, sino también por su estilo literario ágil, descrito por algunos como próximo al Quijote, que le permitió llegar fácilmente al público general.

Contexto
Histórico
En el mundo
El mundo del siglo XX se caracteriza por caminar entre progresos tecnológicos, concentración de capitales, distintos apetitos imperialistas y sus consecuencias bélicas, contradicciones entre los regímenes aparentemente liberales y parlamentarios y la resistencia de las ya desfasadas estructuras sociales, políticas e ideológicas del Antiguo Régimen.

Durante este siglo nace el cine, el cubismo de Picasso. Las grandes empresas alemanas comienzan a barrer varios sectores de mercado europeos mientras que en América los estadounidenses desbordan a Francia en la producción del automóvil.

Crece el movimiento obrero, y como consecuencia nacen el Partido Socialdemócrata de Alemania y el Partido Laborista británico. Francia ya se ha convertido definitivamente en el modelo de estado burgués, democrático y laico, mientras que en Rusia estalla la Revolución de Octubre.

El pensamiento científico da pasos agigantados que presagian la nueva era: Max Planck desarrolla su teoría cuántica, Einstein su teoría de la relatividad, Landsteiner descubre los grupos sanguíneos humanos, Ramón y Cajal demuestra en 1901 la estructura del tejido nervioso y las neuronas, y en el mismo año Freud publica su obra Psicopatología de la vida cotidiana.

Como hemos dicho, se trata de una época de ansia imperialista. Aparecen numerosos imperios coloniales. Las grandes potencias se anexionan más de diecisiete millones de kilómetros cuadrados de otros continentes, con millones de habitantes.

En España
Pero España no queda al mismo nivel que estas potencias. De hecho, más que ganar territorios, los pierde, en el desastre del 98, comenzando así una nueva época de crisis política e ideológica.

Desde el nacimiento de Ortega en 1883 hasta su muerte en 1955 se suceden en España diferentes formas de Estado. Nace durante el reinado de Alfonso XII en plena restauración borbónica. Dos años después, en 1885, muere el rey y comienza la etapa de regencia de su segunda esposa, María Cristina. En este periodo se mantiene el sistema turnista propuesto por Cánovas del Castillo años atrás. Este sistema traería una etapa de crecimiento y desarrollo al país, pero significaba una gran corrupción política que aceleraría la crisis. Como hemos dicho, en 1898 se produce el llamado desastre del 98, la pérdida de las colonias españolas en Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Esto, junto a la crisis política, pondrá en marcha un movimiento, el regeneracionismo que propone un renacer ideológico y político del país para una posterior reforma económica.

Pero Ortega no es propiamente regeneracionista, sino que perteneció a la generación del 14 o novecentista, generación con un punto de vista más positivo que el de sus antecedentes del 98.

En 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera se subleva contra el gobierno y da un golpe de estado respaldado por la corona. Este golpe pretendía, oficialmente, poner fin a la guerra de Marruecos, que ya se había convertido en un problema considerable. Sin embargo, no perseguía únicamente este fin, el desastre de Annual, o derrota de Annual, en términos más impersonales, fue objeto de investigación por parte del gobierno, con el fin de aclarar las causas del suceso, las causas apuntaron directamente al ejército y la monarquía, se sustancia en esto, junto a posibles intereses ideológicos en contra del auge del socialismo tras la Revolución de 1917, que Primo de Rivera efectuara el golpe de estado en 1923.

Tras la crisis económica de 1927, acentuada en 1929, la violenta represión de obreros e intelectuales y la falta de sintonía entre la burguesía y la dictadura será el objeto en cuestión a partir del cual se une toda la oposición en agosto de 1930 en el llamado Pacto de San Sebastián. Tras la dimisión de Primo de Rivera, los gobiernos de Dámaso Berenguer (la denominada «dictablanda») y de Juan Bautista Aznar-Cabañas no harán otra cosa que prolongar momentáneamente la decadencia, hasta que en las elecciones municipales de 1931 el rey, aun habiendo salido victorioso, decide marchar, proclamándose el 14 de abril la Segunda República Española.

Ésta pasará por distintas formaciones de gobierno. Comienza con la etapa del bienio social-azañista, un periodo de numerosas reformas de toda índole; tras esta etapa llega el bienio radical-cedista, caracterizado por la anulación de las reformas anteriores y una serie de medidas de represión para las distintas revoluciones, entre ellas la revolución de 1934.

Siguiendo las pautas de la Komintern, varios partidos de izquierdas se unen en el denominado Frente Popular, que se concibe como un frente antifascista. Gobernará, oficialmente, desde el 1936 hasta el 1939. Pero el 17 de julio de 1936 se produce el golpe de estado que dará lugar a la Guerra Civil Española.

Esta fue un preámbulo de la Segunda Guerra Mundial que poco después se produciría en el resto de Europa, dada la confrontación entre las dos principales ideologías que convivían en el momento. Aparte del drama que supuso el conflicto civil, el triunfo de las fuerzas sublevadas dirigidas por el general Franco supuso el establecimiento de una dictadura militar que duraría treinta y seis años.

Filosófico
En el siglo XX Europa se debatía entre dos corrientes de pensamiento: el vitalismo y el historicismo. Desde el vitalismo se considera que la esencia de la realidad no se reduce a la razón pura, sino a un principio originario fundamental, que es la vida. El historicismo, surgido en Alemania, sostiene que la historia es el elemento más importante para los seres humanos, el devenir de las cosas referidas al ser individual o a la comunidad en general. El ser humano es historia, y se va constituyendo a lo largo del tiempo. Como consecuencia de estas tendencias surgieron en la filosofía orteguiana los conceptos de razón vital y razón histórica.

En España cobró especial importancia el krausismo, movimiento de renovación cultural promovido por Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza. A este le siguió la generación del 98, caracterizada por su preocupación por España. A este respecto, partían de una visión pesimista del presente español, provocada por su profunda crisis moral. De esta generación destaca un pensador original, asistemático y solitario, Miguel de Unamuno, que recoge en sus obras temas de Kierkegaard cuando este era prácticamente desconocido en Europa. Entre 1906 y 1912 mantuvo una amarga polémica con Ortega sobre el tema de la «europeización de España o la españolización de Europa», de la que se ha difundido sobre todo la lapidaria expresión unamuniana: «¡Que inventen ellos!», que Ortega percibía como una «desviación africanista del maestro y morabito salmantino».

Filosofía
El objetivo de la Filosofía es encontrar el Ser Fundamental del mundo. Este «Ser Fundamental» es radicalmente distinto a cualquier ser contingente o intramundano; y también es diferente a «lo dado» (expresión con la que Ortega se refería a los contenidos de nuestra conciencia = «lo dado» en nuestra conciencia). Todo contenido de conciencia es, por definición, fragmentario, y no sirve para ofrecer el sentido del mundo y de la existencia. Este sentido sólo se encuentra en el «Ser Fundamental» o «El Todo». La Filosofía es el saber que se encarga de aproximarnos a esta cuestión.

«Filosofía» en Ortega se encuentra unida a la palabra «circunstancia», que Ortega hace famosa en su expresión: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo» (Meditaciones del Quijote, 1914).5 Mantiene los principios esenciales de su perspectivismo en periodos posteriores de su pensamiento.

A partir de El tema de nuestro tiempo desarrolla el «raciovitalismo», teoría que funda el conocimiento en la vida humana como la realidad radical, uno de cuyos componentes esenciales es la propia razón.

Para Ortega, la vida humana es la realidad radical, es decir, aquella en la que aparece y surge toda otra realidad, incluyendo cualquier sistema filosófico, real o posible. Para cada ser humano la vida toma una forma concreta.

Denomina «razón vital» a un nuevo tipo de razón —en rigor, el más antiguo y primario—, y «raciovitalismo» al modo de pensar que se apoya en su nuevo concepto de razón. La razón vital es una razón que se va realizando constantemente en la vida a la cual es inherente.

Etapas del pensamiento orteguiano
El pensamiento de Ortega se suele dividir en tres etapas:
Etapa objetivista (1902-1914): influido por el neokantismo alemán y por la fenomenología de Husserl, llega a afirmar la primacía de las cosas (y de las ideas) sobre las personas.
Etapa perspectivista (1914-1923): se inicia con Meditaciones del Quijote. En esta época, Ortega describe la situación española en España invertebrada (1921).
Etapa raciovitalista (1924-1955): se considera que Ortega entra en su etapa de madurez, con obras como El tema de nuestro tiempo, Historia como sistema, Ideas y creencias o La rebelión de las masas.
El perspectivismo
El perspectivismo o «doctrina del punto de vista» es una doctrina filosófica que sostiene que toda percepción e ideación es subjetiva. El individuo mira desde un punto de vista concreto, en una dirección propia.

Para Ortega, la perspectiva es la forma que adopta la realidad para el individuo. Esto no le hace caer en el subjetivismo, pues para él cada sujeto tiene su propia forma de acceder a la realidad, su propia parte de verdad, que puede ser incluso contradictoria con la de los demás.

La verdad absoluta, omnímoda, puede ser la suma de las perspectivas individuales o de éstas más una parte fuera de la perspectiva (no vista), que, por eso mismo, son verdaderas parcialmente. Esta verdad absoluta residiría en lo que llamamos Dios.

Razón vital
La razón vital es la razón que plantea Ortega, en sustitución de la razón pura cartesiana de la tradición filosófica. Esta razón integra todas las exigencias de la vida, nos enseña la primacía de esta y sus categorías fundamentales. No prescinde de las peculiaridades de cada cultura o sujeto, sino que hace compatible la racionalidad con la vida.

La razón vital es el principio clave del raciovitalismo.
«Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo», aparecida en Meditaciones del Quijote, Ortega insiste en lo que está en torno al hombre, todo lo que lo rodea, no sólo lo inmediato, sino lo remoto; no sólo lo físico, sino lo histórico, lo espiritual. El hombre, según Ortega, es el problema de la vida, y entiende por vida algo concreto, incomparable, único: «la vida es lo individual»; es decir, yo en el mundo; y ese mundo no es propiamente una cosa o una suma de ellas, sino un escenario, porque la vida es tragedia o drama, algo que el hombre hace y le pasa con las cosas. Vivir es tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él. En otros términos, la realidad circundante «forma la otra mitad de mi persona». Y la reimpresión de lo circundante es el destino radical y concreto de la persona humana.

El hombre es un ser que se encuentra inmerso, sumergido en una circunstancia (o naturaleza), la cual le presenta distintas concepciones de su estado físico y mental. Por tanto, deja al hombre la misión de satisfacerlas. En el cumplimiento de tal tarea, agrega Ortega, es que el hombre crea la técnica, que, según este autor, podemos definir como «la reforma que el hombre impone a la naturaleza en vista de la satisfacción de sus necesidades». Ortega y Gasset definía al hombre como un «ser compuesto de realidades circunstanciales creadas por la opacidad en la forma de pensar y en el sedentarismo como fuente inspiradora de las culturas neopensantes incapaces de olvidar la tirantez que usurpa el conjunto de la sabiduría».

Influencia en la generación del 27
Ortega ejerció una notable influencia en los autores de la generación del 27. Entre las obras que más influyeron en estos escritores destacan España invertebrada (1921) y La deshumanización del arte (1925) cuyas ideas y postulados serán asumidos por dicha generación. Su estilo elegante y pulcro al escribir será una de las características que usarán estos escritores al crear sus obras. La Revista de Occidente (fundada por Ortega en 1923, y de la que fue en parte redactor) será leída por los escritores de la generación del 27 por contener artículos actuales de gran interés cultural, así como por su original presentación estética.

Obras principales
Meditaciones del Quijote (1914)
Vieja y nueva política (1914)
Investigaciones psicológicas (curso explicado entre 1915–1916 y publicado en 1982)
Personas, obras, cosas (artículos y ensayos escritos entre 1904 y 1912: «Renan», «Adán en el Paraíso», «La pedagogía social como programa político», «Problemas culturales», etc.) (1916)
El Espectador (8 tomos publicados entre 1916 y 1934)
España invertebrada (1921)
El tema de nuestro tiempo (1923)
Las Atlántidas (1924)
La deshumanización del arte e ideas sobre la novela (1925)
Espíritu de la letra • Mirabeau o el político (1927, 1928–1929)
¿Qué es filosofía? (1928–1929, curso publicado póstumamente en 1957)
Kant (1929–1931)
¿Qué es conocimiento? (publicado en 1984, recoge tres cursos explicados en 1929, 1930 y 1931, titulados, respectivamente: «Vida como ejecución (el ser ejecutivo)», «Sobre la realidad radical» y «¿Qué es la vida?»)
La rebelión de las masas (1929)
Misión de la Universidad (1930)
Rectificación de la República. La redención de las provincias y la decencia nacional (1931)
Goethe desde dentro (1932)
Viva la República (1933)
Unas lecciones de metafísica (curso dado entre 1932 y 1933 y publicado en 1966)
En torno a Galileo (curso explicado en 1933 del que se publicaron algunas lecciones en 1942 bajo el título Esquema de las crisis) (1933–1934)
«Prólogo para alemanes» (prólogo a la tercera edición alemana de El tema de nuestro tiempo. El propio Ortega prohibió su publicación «por los sucesos de Múnich de 1934». Finalmente se publicó en español en 1958)
Historia como sistema (1ª edición en inglés: 1935. La versión española es de 1941 e incluye su ensayo Del Imperio romano)
Ensimismamiento y alteración. Meditación de la técnica (1939)
Ideas y creencias • Sobre la razón histórica (curso dado en Buenos Aires y publicado en 1979 junto a otro dado en Lisboa sobre el mismo asunto) (1940)
Teoría de Andalucía y otros ensayos • Guillermo Dilthey y la idea de vida (1942)
Sobre la razón histórica (curso dado en Lisboa, vid. supra) (1944)
Idea del teatro. Una abreviatura (conferencia dada en Lisboa, abril, y en Madrid, mayo de 1946; publicada en 1958, aunque en el número 62 de la Revista Nacional de educación ofreció una versión de la pronunciada en Madrid)
La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva (1947, pero publicado en 1958)
Una interpretación de la historia universal. En torno a Toynbee (1948, pero publicado en 1960)
Meditación de Europa (conferencia pronunciada en Berlín en 1949 con el título: «De Europa meditatio quaedam». Se publica en 1960 junto a otros textos inéditos afines)
El hombre y la gente (curso explicado en 1949–1950 en el Instituto de Humanidades; se publica en 1957)
Papeles sobre Velázquez y Goya (1950)
Pasado y porvenir para el hombre actual (título publicado en 1962 que reúne una serie de conferencias que Ortega pronunció en Alemania, Suiza e Inglaterra en 1951–1954 y se publicaron junto a un «Comentario al Banquete» de Platón)
Goya (1958)
Velázquez (1959)
Origen y epílogo de la filosofía (1960)
La caza y los toros (1960)
El origen deportivo del estado (1966)

Obras completas
Obras completas, Editorial Alianza/ Revista de Occidente, Madrid. 12 volúmenes, 1946–1983. Edición de Paulino Garagorri.
Obras completas, Editorial Taurus/ Santillana Ediciones Generales & Fundación José Ortega y Gasset (en coedición), Madrid. 10 volúmenes, 2004–2010.
Tomo I (1902–1915). 2004. ISBN 978-84-306-0568-2.
Tomo II (1916). 2004. ISBN 978-84-306-0564-4.
Tomo III (1917–1925). 2005. ISBN 978-84-306-0580-4.
Tomo IV (1926–1931). 2005. ISBN 978-84-306-0592-7.
Tomo V (1932–1940). 2006. ISBN 978-84-306-0605-4.
Tomo VI (1941–1955). 2006. ISBN 978-84-306-0616-0.
Tomo VII (1902–1925). Obra póstuma. 2007. ISBN 978-84-306-0624-5.
Tomo VIII (1926–1932). Obra póstuma. 2008. ISBN 978-84-306-0666-5.
Tomo IX (1933–1948). Obra póstuma. 2009. ISBN 978-84-306-0667-2.
Tomo X (1949–1955). Obra póstuma. 2010. ISBN 978-84-306-0776-1.
Obra selecta: Meditaciones del Quijote; ¿Qué es la filosofía?; La rebelión de las masas; Carta a un alemán; En torno a Galileo; Historia como sistema; Ideas y creencias; Prólogo a la historia de la filosofía de Émile Bréhier; La idea de principio en Leibniz (selección). José Lasaga y Javier Gomá (presentación). Cartoné. Biblioteca de Grandes Pensadores. Madrid: Editorial Gredos. 2012. ISBN 978-84-249-2332-7.

Referencias
Al respecto véase, de Evelyne López Campillo, La Revista de Occidente y la formación de minorías (1923–1936), Editorial Taurus, Madrid, 1972.
Abellán, J.L y T. Mallo, La Escuela de Madrid. Un ensayo de Filosofía. Madrid, Asamblea de Madrid, 1991.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/02/03/actualidad/1454521295_414250.html
Juliá, Santos (2009). La Constitución de 1931. Madrid: Iustel. pp. 277-290. ISBN 978-84-9890-083-5.
Ortega y Gasset, José. Obras completas, Vol. I. Ed. Taurus/Fundación José Ortega y Gasset, Madrid, 2004, p. 757.

Compilado por: Ana Gonzalez  04/05/2016  02:25pm
Fuente: Wikipedia